Dragon Ball Fanon Wiki
Advertisement
Dragon Ball Fanon Wiki
SistemaestrellasSobresaliente2

Yudainombre
YudaiPlantilla
Información
Sexo Masculino
Usuario que representa Zakura15
Edad 17
Raza Saiyajin
Series donde aparece Continental Wikia
Región N/A
Medallero
Medalla Torneo artes marciales1[1]Medalla 3Teamkaichi - 2[2]Medalla Limpia PLO - Bronce[3]

Yudai, concebido originalmente como Finel, es un personaje de raza saiyajin redactado para la participación torneos y a espera de algún futuro escrito cuando deje el vicio por los RPG’s.

Este sería un segundo remake del primer personaje creado por la autora, retratándose este como un personaje más independiente en su derivado contexto.

Yudaiicon Concepto y Desarrollo
Beta

Yudai fue creado en un principio como un protagonista de la etapa post-GT, siendo este un saiyajin puro que iría a la Tierra en búsqueda de Goku; este se caracterizaría por tener una apariencia idéntica basada en la de dicho guerrero y padecer amnesia.

Esta idea quedaría chocaría con el estilo de escritura actual, por lo que quedaría desechada.

Primer Remake

En su primer remake, se vínculo la historia de él con la de otro personaje, llamado Rediktum. En este, se narraría el viaje y aceptación de dos vidas que buscaban el equilibrio en sus mundos, manteniendo un enfoque de exploración hacia el peso de ser un rey y como una crianza restringida puede moldear la percepción de uno.

Yudai, renacido como un saiyajin, sería el resultado de la incógnita a tal incertidumbre, buscando durante toda su vida una respuesta, formándose de memorias pasadas y sus acciones del presente.

Al tener concluido su argumento; no se le veía necesario expandirlo, pero tampoco se eliminaría, manteniéndose como una historia aparte en otra realidad.

Final

En este reciente, Yudai mantendría características base como su linaje y una memoria perdida como parte del nuevo contexto y arco planteado. Sin embargo, habría nacido con otro nombre y las circunstancias conflictivas de dos especies, llevaría a que este obtuviera un complejo a tratar.

Esta última parte sería una influencia del videojuego The World Ends With You y el mecanismo de desarrollo progresivo para un personaje inadaptado; buscando en Yudai desarrollar el planteo de la “expansión de tu mundo” y los vínculos dedicado hacia una etapa importante como la previa a la adultez.

Yudaiicon Etimologia

Finel es una alteración de la palabra Fennel (hinojo), respetando la relación del nombre de los saiyajin y los vegetales. Por otro lado, su nombre humano, Yudai (雄大) significa 'sobresaliente'.

Yudaiicon Personalidad
General

Cuando tratamos de hablar de la personalidad de Yudai, la primera impresión que se tendría del mismo, es la de un un hombre con semblante inflexible, de pocas palabras —al punto de parecer cortante con la gente de su alrededor— e incomprensible al momento de luchar, con guardia en alto mientras se limita a chasquear comentarios en burla con un tono de voz que roza la egolatría. Con esa descripción parecería un completo patán ¿No?

Yudaiicon6

Pues la realidad es otra. Yudai puede ser torpe y testarudo. Especialmente en su habilidad para interactuar con otros, llegando a parecer un inadaptado buscando las palabras correctas. Si se logra acercar a quien está debajo de la fachada, podremos encontrar un tipo tranquilo y sensible, con sentido de la responsabilidad al punto de no querer dejar ‘deudas’ en quienes lo ayuden y que guste de emplear trabajos con tal de sentirse de utilidad. Es muy alegre cuando se trata de ello. Poniéndole siempre el máximo empeño y estar satisfecho al sentir que mejoró —o a aprendió algo nuevo— para sus capacidades.

En la interacción, él es amable y respetuoso con su madre adoptiva, quien sería su vínculo más cercano, y la persona que podría dotarlo de una identidad la cual apreciar.

Esto toma más importancia comparándolo con el punto más bajo del Saiyajin, que fue en su niñez. El shock traumático que fue la muerte de sus padres lo dejó realmente con una sensación cercana al “naufragio”. No podía entenderse y tampoco lograba acceder a lo que por sí mismo enterró para evitar el dolor. La represión subconsciente de Yudai, aunque lo curara de sus pesadillas, no serían el verdadero tratamiento que necesita para enfrentar su trauma.

A fin de cuentas, solo cree una realidad menos dolorosa para sí mismo, que le acompleja en no sentirse alguien vulnerable, paradójicamente, un sentimiento que iría en contra de su necesidad de ayudar

Pedir ayuda es algo que esta difícilmente a su alcance, porque en su cabeza equivaldría fallarse a sí mismo y no lograr lo que se proponga. Por ello insistiría en las escapadas y cada día arriesgarse al peligro, aunque le cueste.

Lenguaje Verbal

Hablar por medio del dialogo no es uno de sus fuertes. Aunque parezca seguro de sí mismo y expresivo cuando pretende ser extrovertido, bajo eso, se quedaría buscando las palabras adecuadas para mantener una conversación. Esto podría dar una impresión errada de ignorar  a la otra persona, sino que hablará cuando sienta que es buen momento.

Su elocuencia no es muy refinada; se limita a expresarse de manera simple y con expresiones coloquiales, de las que a veces suele repetir una que otra palabra para completar su mensaje.

Cuando está tranquilo y entablando charla con alguien de su confianza, su tono de voz se suaviza, no objetando muy alto. Su ritmo de habla y emotividad para dirigirse al otro es una señal para transmitir que está seguro allí.

Al aflorar sentimientos de vergüenza o similares, se limita a responder solo lo que le pregunten, en un tono de voz más agudo. Esto último puede empeorar si habla con terceros. Al no acostumbrarse a estar en grandes grupos, no siente necesidad de que su voz se alce, sin embargo, con una respuesta corta o solo muy concisa, no podría evitar pensar que es un extraños para los otros.

En su fachada de peleador clandestino, su expresividad cambia por completo. Sus tonos de voz son más firmes y desenvueltos, no teme reírse o expresarse de una manera que parezca regodearse del otro. También tendría interacción con su “publico”, usando tonos provocativos para acompañar los gestos de “agradecimiento”, esto con el fin de irritar a alguien.

Tras un día cumplido de trabajo y, al ya no sentir la necesidad de exponerse, solo evitaría algunas miradas o pretendería ver otra cosa, completamente en silencio, en sus propios pensamientos.

Lenguaje Corporal
YudaiConfundido

En un estado emocional neutro, suele mantener una postura más o menos recta –sin llegar a estar encorvada–, con las manos usualmente en los bolsillos y sus codos relajados. La distancia que maneja es una moderada, si quiere guardar respeto, y estilo al caminar se expresa en pasos cortos acompañados de una mano suelta que sigue el ritmo.

Los gestos que expone no son muy variables, manteniendo una expresión seria y a veces con una mirada desenfocada, siendo un indicio de que podría estar ocupado con sus pensamientos.

Cuando entra en confianza, su postura y hombros se relajan, acortando la distancia y utilizando de vez en cuando movimientos de manos para acompañar un mensaje que esté diciendo. También varía más sus gestos, no siendo muy difícil leer sus emociones o si está enfocado en la conversación.

Al sentir vergüenza o temor, evita el contacto visual, pero dejando al descubierto una mano libre que se aferre a sus bolsillos de la chaqueta o pantalón. Esto como una costumbre inconsciente para intentar mantener la compostura.

En una situación donde decide esconde su verdadero carácter y pretende ser un extrovertido, sus movimientos cambian adaptándose a su estilo. Sus gestos suelen exponer una mirada fiera, postura recta y en alto con una sonrisa al momento de efectuar sus golpes. Sus pasos se mantienen cortos, pero ahora movilizando más las piernas, empleando saltos o movimientos esquivos abiertos solo para frustrar a quien no lo atrape.

Algo curioso y que es una característica independientemente de su estado, es la costumbre de pisar el suelo repetidamente con el pie cuando no se encuentra haciendo nada. También puede emplear en ello si se encuentra en un estado de impaciencia o nervios.

Lenguaje Escrito

Al comenzar a escribir sus cartas, Yudai solía repetir mucho palabras, cometiendo alguna falla ortográfica o usando mayus para expresar algo disconforme. También haría algunas acotaciones entre medio debido a no saber distribuir los tiempos, vinculándose esto con su falta de habito en la escritura.

Conforme vaya avanzando, utilizaría más variedad de términos con algunos tecnicismos, acotando algunas citas para una toma de notas, transcribir algo que no comprende o solo porque ya se acostumbró. También haría más hincapié en sus sueños y percepción que tendría hacia sí mismo; que lo ayudaría a mejorar con su potencial.

A cada pie de página acostumbraba a dedicárselo a su madre como una manera de mostrar el apego hacia ella y así "resistir" la nueva situación. Esto cambiaría gradualmente; ya no la nombraría, pero tendría esa necesidad de "dedicarle" sus desahogos a alguien. Esto por la enorme confusión que tendría o como una forma de pedirle "consejo" a quien sea que lo leyera. Quizás a sí mismo, sabiendo que las releería.

Al final de su viaje y con la aceptación de sí mismo, ya no tendría problema alguno en escribir como hobbie, expresando por primera vez una carta hacia alguien fuera de su círculo familiar y aspirando a enviarla, dejando atrás el reprimirse con otras personas.

Miedos

Su mayor miedo es perder a su madre y el valor que le dio, esto desde una perspectiva en que él creería perder una parte de su identidad.

Lo qué “él es” está anclado a las personas que lo aprecian y reconocen. Sin eso, volvería a un estado de angustia por la soledad y posterior olvido del que no sabría remediar por sí mismo. Ya no reconocerse es algo que le aterra.

Relaciones
Aozoraperfil Aozora

A pesar de no haber sido su primer figura materna, sí se ha convertido en la parte más importante de su vida. Ella lo crió a sabiendas del riesgo que implicaba al ser este un saiyajin, acompañándolo en un momento donde se encontrase vulnerable y dotándole de todas las enseñanzas y cariño que una madre pueda brindarle. Yudai aprendió con ella a crecer y madurar, a causa de su trauma tuvo que intentar solucionar su conflicto y abrirse a alguien más tras su pérdida. No solamente eso, con el crecimiento emocional también vendría lo más práctico, ya que se vio obligado a ayudarla en tareas o buscar formas (incluso si estas no son del todo legales) para conseguir dinero, adquiriendo un fuerte sentido de responsabilidad hacia la mujer.

Incluso en su viaje de "expiación", Yudai la tendría muy presente, escribiéndole cartas donde él se desahogaba en sus momentos de soledad, e indirectamente gracias a Aozora aprendiendo a comprenderse más a sí mismo.

Koriperfil1 Kori

Él se presentaría como uno de sus compañeros de viaje; tan alegre e hiperactivo, empezarían su relación con el pie izquierdo. A Yudai no le agradaban sus bromas y su carácter le eran irritantes para alguien que solo quería estar tranquilo, complicando así la convivencia. Esto mejoraría de a poco conforme el saiyajin aprendía experiencias diferentes en sus misiones y no se comportaba tan amargado, sin embargo, el punto crucial para esto sería la muerte de Heriu; ambos estuvieron heridos y al intentar apoyarse mutuamente, consiguieron aprender del otro, hasta formar un buen equipo.

Es tanta la confianza de Yudai hacia el patrullero, que le confesó algunas de sus mayores inquietudes (entre ellas, su orígen) y al regresar a su hogar, él le dedica una carta.

Heriuperfi1 Heriu

Por su cargo, Heriu se mostraba más responsable de Yudai, poniéndolo incomodo en un inicio solo para ver que clase de tripulante tenían, sin embargo, se iría aligerando al ser este patrullero lo suficientemente amigable para hablar y aconsejar al saiyajin, calmando los nervios que traía en un inicio. Yudai estaría más alegre con estos vínculos que de a poco construía, esperando saber más historias de este guerrero. Lamentablemente no ocurrió, generándose un gran arrepentimiento y dolor en Yudai por no haber hecho algo en el momento que se lo requirió, aprendiendo a lidiarlo y valorando los buenos recuerdos que tuvo con Heriu.

Pregunta Padres Biológicos

Aunque él no recuerde demasiado de su "etapa" como Finel, es sabido que le fueron inculcado el suficiente cariño y presencia en este para que los efectos de su muerte aún hayan perdurado tras haber crecido. El abandono prematuro y el trauma que le supuso fue un episodio crucial en su vida, del cual logró seguir adelante y valorar el recuerdo de sus progenitores junto al orgullo de su herencia guerrera.

Pregunta Rediktum

No han formado una relación muy fuerte, habiéndose encontrado solo un par de veces; sin embargo, estas interacciones que él tuvo les han sido curiosas, porque incluso dos personas tan diferentes pueden conversar tranquilamente sus puntos de vista y aprender algo con ello, no importa la situación. Al descubrirse la identidad del rubio y la conexión que tiene con Yudai, le ha sido inevitable no sentir una tensión en él y lo que podría depararle en un próximo encuentro.

Yudaiicon Físico
Diseño

La idea del diseño fue algo espontaneo, realizado un pequeño bosquejo solo por diversión y sin intenciones de un remake completo.

La primera versión no se alejaría mucho del actual, con un estilo de chaqueta y botas diferentes, además de dejar entrever una pistola en la cintura, la cual le daría una naturaleza más cercana a un cazarrecompensas.

Su estatura sería alta, tez clara y rasgos infantiles, no diferenciándose de su versión beta. También su cabello sería más corto y ordenado, incluso con su cinta puesta; la cual esta se mantendría de color blanco.

Posteriormente —y al haber pensado mejor los nuevos conceptos del personaje—, se agregaron cambios a este diseño. Para adaptarlo al contexto y estilo de pelea; se le acortó la altura pero optaría tener una contextura atlética. La tez sería más morena, los rasgos más adultos y menos suaves, además que para el se cabello optó por una forma más desordenada.

Para la ropa de civil, se simplificó el diseño de la chaqueta, al igual que el de las botas, estas ahora completamente modificadas para acercarse más a algo visto en el Dragon World.

También se le añadió un nuevo outfit. Este se basaría en la vestimenta de un boxeador, con sus diferencias como una faja en la cintura, pantalones holgados y botines. Se cambiaría de color a la cinta, ahora a azul.

En principio se le adicionaría unos guantes rojos, los cuales tendrían su inspiración de los diseños de Akira Toriyama para el videojuego, Tobal n°1. Sin embargo, se descartaría esa elección momentáneamente, reservando su uso para otro momento de la historia del personaje.



Apariencia
YudaiMedio

Lo primero que salta a la vista es su cabello; corto y negro, que usualmente se mantendría en un estilo desordenado y sin crecer, un rasgo típico en la raza. Su rostro tiene un aspecto de maleante, con un perfil joven para la edad, pero rasgos duros en sus gestos; los ojos son un poco pequeños con pupilas negras, resaltando sus emociones al perder la tranquilidad.

Presentaría una tez bronceada en su físico junto a una contextura ancha y desarrollada —incluso para tener 17 años—;  hombros amplios y extremidades cortas, las cuales estarían lo suficientemente en forma para resistir o lanzar golpes. Presentaría una altura de 1.60cm, un poco por debajo del promedio.

Algo a resaltar es que de pequeño habría mostrado la típica cola de los saiyajin, sin embargo, habría dejado de crecerle (y tras sucesivos cortes para encubrirlo) llegado a la pubertad.

Civil
Yudai civil

Su atuendo usual parte de una chaqueta de cuero, color gris; en la zona superior de los hombros, consta un diseño anaranjado en formato de hilera. Por debajo, una camiseta holgada y sin mangas, blanca, resaltando una tela con botón en la zona superior del cuello.

En las piernas, posee unos pantalones negros con pliegues, acompañándolo con un cinturón marrón de dos tiras, ambas sujetas de una hebilla plateada. También utiliza unas botas anaranjadas-negras, con un cierre plateado.

Pelea

La ropa de batalla se conforma de; una cinta desgastada, azul, atada en la frente. En sus brazos posee unas muñequeras del mismo color y bajo ellas, unas vendas blancas atadas hasta la zona de los nudillos. Debajo, tiene una faja blanca y unos pantalones holgados amarillos. Calza por debajo unos botines rojos, que llega a abarcar un poco por encima de los tobillos. Estos calzados dotan de mayor maniobrabilidad en el desplazamiento.

Los colores de este outfit, a diferencia del anterior, son más llamativos a favor del espectáculo y atención que puede obtener en cada encuentro.

Niño
Finelniñocolor
No hay diferencia con su cabello con respecto a su versión más adulta, ya que los saiyajin puros conservan siempre el mismo peinado. Sus rasgos faciales eran más redondos, incluyendo los ojos de huevo, y su tonalidad de piel tampoco sufrió cambios. Lo que llama la atención es que solía llevar un conjunto entero de color verde opaco, con cuello alto. Y su cola de saiyajin en ese entonces siempre estaba a la vista.

Yudaiicon Contexto del Universo

En esta realidad, los tsufur son una de las razas más poderosas de la galaxia gracias a su gran intelecto y capacidad de crear armas. Han formado una alianza con los más poderosos, brindándoles sus servicios y estos su fuerza, creando así un gran imperio conocido como la OIC. Tienen bajo su mando muchos planetas con una gran diversidad de razas, y son de mantener una faceta de buenos y justos políticos, pero por detrás se esconde la matanza y el desinterés por el pueblo.

Esta historia nos sitúa en un momento muy importante de la franquicia: El exterminio de los saiyajin. Pues los tsufur, pese a sus habilidades, no poseen gran poder, y esta raza se vuelve una amenaza para ellos. Así que optan por deshacerse de estos sin causar un gran alboroto en su planeta, donde conviven otras razas. Es fácil distinguirlos por su cola y el Ki elevado, así que mandan guerreros aliados para raptarlos y llevarlos a un campo de exterminio lejos del lugar; los de otras razas ignoran la silenciosa masacre, pues les conviene guardar silencio, y hasta delatan ellos mismos a los guerreros.

Es un trabajo metódico y muy preciso. De este modo se aseguran de acabar con cada uno de ellos, sin dejar sobrevivientes. Únicamente le perdonan la vida al rey, siendo que tener un guerrero con tanto poder aún podría servirles, al menos temporalmente.

Yudaiicon Pasado
Primeros Años como Finel

El saiyajin nace con un poder notablemente inferior al resto de su raza, pero a sus padres no les importa; están felices de tener a su primer hijo e inician una vida tranquila no muy lejos de la ciudad. Conscientes del comportamiento salvaje en un niño de su especie, ambos adultos aplicarían una crianza firme y dotada de disciplina —especialmente por mano de su padre—; Finel no podría arriesgarse a ser un salvaje o correría el peligro de llamar la atención a quien pudiera causarle daño.

Al pasar el tiempo, el pequeño se volvería alguien más tranquilo y muy apegado a sus padres, ya que nunca tenía oportunidad de conocer a niños de su edad. En su lugar, les gustaba acompañar a estos al trabajo. Su padre era un artista marcial disciplinado, y ayudaba a expandir este conocimiento. Su madre se centraba más en confeccionar vestimentas de combate y equipamiento adecuado, en especial protección para que ninguno resulte herido.

A Finel le gustaba pasar tiempo con su padre, sin embargo, nunca parecía lograr adaptarse al estilo de este por las diferencias de capacidades, limitándose a la defensa e intentar “leer” los movimientos del otro. Aunque su pequeño no parecía un peleador activo, no les importaba con tal de brindarle una especie de legado.

Cuando se produjo el exterminio, los saiyajin estaban desesperados y aterrados de perder a su hijo. Así que hicieron lo único que podían; llevaron a Finel –que en aquel momento tendría unos cuatro años—a refugiarse en un monasterio. Se le pidió a una monja que no interviniera y solamente protegiera al pequeño.

Finel se mostraba aterrado; su mente infantil no comprendía nada de lo que estaba ocurriendo. Él solo podía escuchar forcejeos y el grito de sus padres cada vez alejándose más, con estruendos de disparos tan penetrantes que silenciaba cualquier otro sonido.

Él habría comenzado a llorar, en una única respuesta ante el presente temor que le haría sentir como alguien indefenso y la próxima víctima del peligro que a sus ojos es incomprensible. La cuidadora intentaría tranquilizarlo por medio de susurros y palabras bonitas, pero ya sería tarde. En ese ambiente obscuro y agónico, con el aire pesándole por cada movimiento en afán de esconderlo, la experiencia se quedaría marcada en un recóndito de su mente para siempre.

El monasterio adoptó al niño, y se lo mantuvo escondido hasta que el exterminio dio por acabado. Tuvieron que cambiarle el nombre y cortarle la cola para evitar cualquier sospecha; Finel se dio por muerto y Yudai nació, ahora como un sobreviviente de la masacre y que fingiría ser humano frente a las autoridades.

Adaptandose como Yudai

Habiendo pasado el peligro, la monja adoptaría al renombrado niño. Esta mujer, que Yudai conocería en ese momento como Aozora no estaría exenta de temor; es decir ¿Cómo estarlo con el peligro y desamparo que podría tener alguien muy pequeño?

Desde allí, ella tomaría responsabilidad de la crianza de Yudai, educándolo con amor y transmitiéndole buenos valores humanos, como si un hijo propio fuera. Sin embargo, esto no sería sencillo, Yudai sería reacio al principio. Lo que habría presenciado lo dejarían con un gran dolor y vacío que ni él mismo podía comprender.

“¿Qué era lo que habría ocurrido? ¿Dónde estaban sus padres?”

Su mente vulnerable actuó como respuesta; comenzaría a reprimir todo lo que se relacionara a aquellas imágenes que le provocaran dolor, “enterraría” eso en una parte recóndita de su psiquis. El recuerdo de sus padres se habría esfumado poco a poco, de forma que conscientemente no podría recordar tranquilamente, ante el menor intento, la sensación de desolación le volvería a invadir.

Pero no todo sería tranquilo, al haber un gran hueco en sus memorias, su propia mente intentaría hacerle recordar algo; he allí el inicio de las noches de pesadillas. Figuras monstruosas y los gritos de sus padres lo atacarían todos los días, los colores rojo y negro como si se tratara de un torbellino, lo apresarían para que no olvide que tuvo padres que lo amaron En aquél entonces, Yudai ya no lograría dormir bien.

Aozora se enteró de esto cuando el saiyajin le preguntó por sus progenitores. Consciente de que el dolor no cesaría sin una explicación, le dijo que ellos lo abandonaron en el monasterio. No fue lo más ético, pero esa mentira sirvió como punto de partida para que el niño ‘olvide’ su trauma; al creer en esa respuesta, podría crear nuevos recuerdos modificando los previos para que se amolde a aquella nueva realidad.

Con esta nueva creencia, canalizaría su dolor de forma que él mismo creyera que fue hostil porque lo abandonaron. Con esto las pesadillas cesarían, como los intentos de recordar algo que solo le haría sentir incomodo; comenzaría a abrirse a Aozora y aceptar el cariño que quiso darle en un principio.

Este vínculo comenzaría a establecerse desde el momento en que Yudai realizara una serie de trabajos en la casa, acostumbrándose desde ahí a cumplir sus responsabilidades y ayudar cuanto pudiera. Esto también le serviría como una terapia; con cada aporte que realizara, se sentiría más sano y mejor consigo mismo. Desde recolección de alimentos a trabajos que requirieran mano dura, mitigaría el dolor para prestar atención a los eventos del presente. Esto lo haría sentir menos vulnerable y ganar confianza.


Yudai ao

La confianza entre ambos acrecentaría y Yudai comenzaría a sentirse lo suficientemente cómodo para expresarle las dudas que aún residían dentro suyo –incluso si ya no tendría desconfianza—; ¿La mujer que llamaba ‘madre’ realmente lo apreciaba? Incluso con el riesgo que corre al tener un saiyajin en casa ¿Nunca se arrepintió?

La respuesta de Aozora despejaría cualquier duda; aunque tuvo temor al principio, jamás se habría arrepentido de aquella decisión.

Una alegría lo inundaría y las defensas de Yudai habrían bajado completamente. Él realmente era apreciado, incluso si desde el principio habría sido hostil, con sus diferencias ha podido sentirse como un miembro más en su hogar y menos como un extraño.

Inicios en las Peleas

Llegando a la adultez, él percibiría la falta de bienes necesarios para vivir, por lo que huiría hacia la ciudad para conseguir dinero en la única actividad de su clase que más avivaba: peleas por apuesta. Allí dentro se enfocaría en crear su propio estilo de pelea; aprovechándose de sus cortas extremidades y contextura ancha, entrenaría su resistencia y movimientos del tipo defensivo, para debilitar a sus oponentes. Esto daría resultado en sus primeras peleas; al prejuzgar su apariencia, iría acrecentando su experiencia y las ganancias por cada victoria. Esto iría subiendo hasta participar en eventos locales y ser reconocido, con expectativas que soportar.

Su carácter iría cambiando para adaptarse a tal ambiente; fuera de su círculo familiar, se convertía en un tipo un poco reservado de sus intenciones, solo demostrando su picardía y comentarios para alterar a quien lo enfrentara y así relajarse del momento. Esto creó a ojos de otros, una figura segura de sí misma, con arrogancia y términos que solo harían perder la paciencia. Ganando una mala fama, pero también más popularidad a beneficio de su trabajo.

Esto no siempre salía bien. A veces resultaba muy herido y he de ahí el cuidado de su madre, nunca ocultando su preocupación. Yudai tendría presente esto, por lo que tomó un pedazo de tela que se utilizaba para cubrirle de las heridas y lo convertiría en una venda; esta la portaría siempre en la frente como recordatorio de por quien luchaba cada día.


Yudaiguardia

Yudaiicon Presente
La Patrulla Galactica

La tranquilidad del saiyajin acabó al verse envuelto en un disturbio frente a miembros de la patrulla galáctica. Yudai había librado un combate con un guerrero de la guardia personal de un político de la zona. Al no querer crear un escándalo que manchase su imagen –y no se descubra que estuviera metido en encuentros ilegales—, el hombre acusó a nuestro personaje de aquello, como algo no consentido entre ambas partes. El público no quiso atender a problemas, por lo que no defendieron al saiyajin; este intentó excusarse y hacer entender su situación.

Pensando su castigo de una manera “justa”, la Patrulla Galáctiva decidió que para pagar su fianza y evitar una sanción mayor, tendría que servir a varias semanas de servicio comunitario: es decir, acompañarlos como un miembro sustituto en misiones y “retribuir” a los ciudadanos por su mal comportamiento. Sería recluido en una nave y tendría que obedecer a las normas de los del alto mando. Él lo pensó, y si quería que su madre no se preocupara por su bienestar, aceptó el trato.

Escribiendo un Camino
Carta 1

Mamá:

Seguro no entiendas de qué va esto, ni yo estoy seguro la verdad.

Estoy escribiendo esto ahora que tengo tiempo, consideralo una ‘carta de desahogo’. Me recomendaron hacerlo si me sentía estresado por alguna cosa… Y bueno, lo estoy.

No creo que vaya a enviarte esto, no quisiera preocuparte más de lo que ya estarías. Pero siempre me has estado acompañando, incluso en mis peores momentos, asi que… espero me ayude.

Bueno, empezaré por contarte mi día. Luego de que esos idiotas de la patrulla me corrieran de casa, me llevaron dentro de una nave, su nave. Tenía más tecnología de la que hubiera visto alguna vez en mi vida: era blanca, con lo que parecían pantallas que contenían mapas y algunas direcciones.

El suelo estaba resbaladizo, para mis botines más que nada, casi me caí un par de veces y tuve que pedir permiso para quitármelas. PEDIR PERMISO PARA QUITARME ALGO MIO

El que me acompañó ahí tenía la cabeza inflada, porque no paraba de verme como si fuera una pulga gigante y poner esa cara de “pégame pégame, mocoso”.

Bueno, prosigo. Este tipo me explicó algunas cosas; que tendría que acompañar en sus recados a otros dos policías y uno de ellos salido de la academia que serían mis compañeros por algunos meses. También me amenazaron con hacerles algo, desobedecer órdenes, mal comportamiento y blabla. Los defensores de la galaxia no confían en mi, lo tengo claro.

Si sigo en detalles, necesitaré pedir más papel, así que avanzo.

Me presentaron a mis dos compañeros de viaje, el mayor y más experimentado se llamaba Heriu. De lejos creí que era una mujer, tenía una cara y rasgos delicados. También tenía la piel muy rosada, así que la tentación de darle un apodo humillante en estas cartas estará presente.

El otro tipo se llamaba Kori. No tenía nada que me llamara la atención, pero si tengo que decir algo de su actitud: es muy irritante. Y le encanta bromear o querer sacarme de quicio solo para provocarme. Y con provocar, es hacerme quedar mal para llamar al lameculos que me miraba con asco y meterme en una celda.

No me gusta estar con ellos. En este edificio que compartimos hay poco espacio para mi y una humedad que me ahoga. Claro que esos dos tienen las mejores habitaciones, y yo, bueno… Lo mio parece más un sotano que nada. Un sotano que me dediqué a limpiar lo posible.

Por cierto, creo que soy alérgico al polvo metálico. O al menos asi le digo, es un poco espeso y brilla. Espero no me enferme.

Trabajar en estas cosas me ayudan. Pero no la convivencia; Heriu es tranquilo, pero da miedo cuando se toma su trabajo como sheriff. Literalmente al llegar aquí me hizo un interrogatorio, y sabes como soy con la gente… Estaba demasiado nervioso para bromear, solo pude tirar respuestas cortantes.

En un momento Kori me quiso asustar y grité con un tono tan agudo que me apodó “Pequeña Simio”. Parece que un policía espacial cree que mi cara es igual a la de un chimpancé. eso me dolió

Sin darme cuenta, mi pie estaba creando sonidos del suelo de tanto golpear. Me pude calmar con eso, aunque desde ahora estaré más alerta.

Por suerte, nos dieron una misión pocos días después. Teníamos que encargarnos de un parasito provocado por un ave gigante. Debíamos ir al planeta de este pajarraco y capturarlo o llevar alguna muestra para matar al parasito. ¿Simple no? Pues no.

Caímos en una zona boscosa, y sobre todo, llena de arboles. Apenas podíamos ver, y al momento de armar un plan, se jodió todo. Mis compañeros intentaron armar un plan para capturar al animal y para localizarlo, empezaron por buscar personas de por aquí que tuvieran una pista. Yo tenía mis propios planes; hablar con gente me era agotador, así que usé la lógica y miré por estos árboles si encontraba algo que se le parezca a un nido.

Cuando me di cuenta, ya estaba trepando por enormes ramas y frente a mí tendría un huevo más grande que yo. Por si preguntas, no lo tomé, pero me escondí por detrás, esperando a su “mamá”. Aún así, no se me ocurrió pensar que tan inteligente sería ella; apenas notó que su cría no estaba sola, me tomó con sus garras mientras gritaba. Era tan estruendoso que no me podía concentrar. Incluso ahora que te escribo, tengo dolores en los oídos.

En fin, no pasó mucho cuando llegaron mis compañeros al “rescate”. Estaba prácticamente entre las manos del pájaro, y mis brazos estaban inutilizados para defenderme. Kori se acercó –y aquí me asombré–volando, intentando disparar hacia los dedos del ave. Oh mi héroe.

Heriu en cambio, intentó calmarla hablándole. Eso pareció funcionar, si hasta sacó de uno de sus bolsillos algo que parecía una flauta. Con eso en definitiva lo durmió, aunque dolió ser su almohada. Cuando me liberé, ellos cortaron algunas de sus plumas y una pequeña parte de su carne. Mientras tanto, yo me comí un regaño y estuve por miles de horas dentro de una especie de burbuja para que me analicen. Claro, al ser prácticamente abrazado por la fuente de un parasito, no quisieron arriesgarse.

Al parecer eso les fue de ayuda porque no me delataron con sus superiores. Así que ¡ Hey! Punto para mí.

Me siento muy cansado, apenas fue el primer día y ya siento que me llevo del asco con mis socios. Creí que se sentirían agradecidos, pero que arriesgue mi vida no les da gracia.

Oh bueno, que se le hará. Tendré que tener cuidado la próxima, no me gusta la idea de deberles algo. Especialmente ahora que estoy a punto de terminar, comienzo a sentirme culpable y estúpido.

Ya me iré a dormir, espero que puedas estar bien. Te extraño, y lamentó haberte causado tantos problemas en 17 años.

PD: Casi lo olvido. Aún seguía tan frustrado con el patrullero cara inflada, así que hice un dibujo para tirar mi odio. No es nada muy artístico, pero puedo mejorar un poco si lo hago de forma continua.


Yc1draw

Carta 2

Mamá:

¿Cómo has estado? Yo siento no haber escrito en algún tiempo… Pero es que no ha habido nada muy estresante.

En estos días, luego de mi “fiasco”, Kori decidió que los tres nos presentáramos más formalmente para intentar llevarnos bien. O bueno, no causar más problemas; supongo que no le caigo tan mal a diferencia de Tomatillo –sí, nuevo apodo que se me ocurrió--, así que hablaron un poco de ellos.

Heriu habría sido criado como una especie de granjero en su ciudad natal –lo que explica la conveniente flauta que tuvo antes--; también suele ser tranquilo y no le gustan mucho los problemas. Se unió a la patrulla galáctica por una especie de “obligación” que dan a chicos de su edad. Debo decirlo, sonaba muy nostálgico hablar de su hogar, así que algo que podemos tener en común.

Kori es más tu típico personaje de historias épicas; se unió a la patrulla galáctica por admiración a las tropas, quiere ser el mejor en lo que hace, que sería poner trampas y alguna que otra travesura –y se le da demasiado bien para mi gusto--. También comentó que suele gustar jugar al “tiro al blanco”, así que me invitó a jugar para “mejorar” la camaradería.

Sinceramente no me llama la atención, ni los juegos, ni llevarme bien. Solo quiero cumplir mi trabajo e irme de aquí; aunque me cuenten cosas bonitas, siento que estoy en esta situación porque no pudieron hacer pagar a la persona que lo merecía.

Bueno, luego de esta no tan agradable introducción, nos dieron una nueva misión. Esta era diferente a la anterior de la que te he hablado, y si me lo preguntas, muy importante: Debíamos servir de apoyo para la intercepción de un secuestro.

Se nos notificó que una niña pequeña había desaparecido, y que el involucrado podría ser un prisionero que escapó de la prisión galáctica –por lo que entendí, la fecha de desaparición de este y su voz cuando quiso “negociar” era bastante similar--; así que esta vez habría más cosas en juego. Y yo no podía quejarme o intentar trabajar solo esta vez, una familia dependía por completo de la labor de la patrulla y no complicaría las cosas.

Por los detalles que nos dieron, el punto de encuentro sería en la noche y dentro de un albergue de construcción robótica abandonado, por lo que hilando aquellos puntos, estuvimos armando un plan. Al principió me ofrecí de carnada para que ellos se aseguraran de que no hubieran heridos, pero aunque parecía haberles interesado mi idea me replicaron que “un equipo nunca trabaja solo”. Debo decirlo, se sintió extraño ser considerado como uno más.

Llegados allí, nos pusimos en posición. No podría describirte los nervios que sentía; los ruidos nocturnos acompañando el ritmo de mi corazón, un sudor frío que recorría mi rostro y mis manos temblando aunque intentará mantenerlas quietas. Mis piernas estaban ligeramente inclinadas, preparado para moverme en cualquier instante y mi pie derecho no paraba de moverse, tuve que intentar concentrarme para calmarlo.

Llegado ya el momento, nos acercaríamos a observar el edificio. Lo que te dije antes no llegaba a describir como tal su porte tétrico; un lugar, aunque abierto, con una gran humedad y polvo que me ahogaba. Lo que parecían ser paredes, estaban desgarradas y empapadas de suciedad y alguna marca de quemadura. Con cada paso que dábamos, un eco se generaba, y las maquinarias que en su momento funcionaban, ahora solo parecen observarnos, lo que aumentaba mi ansiedad.

Las luces de las estrellas que atravesaban los huecos, permitió la suficiente luz para alumbrar. Casi en la oscuridad, logramos ver unas figuras; una de ellas parecía ser el objetivo que conocemos. Los tres nos pusimos en posición, yendo a la cabeza Heriu, con su arma en una mano y en la otra tendría la palma extendida.

Cuando me di cuenta, un gran resplandor llenó la sala. Heriu encerró en lo que parecía una gran esfera azul a nuestro objetivo criminal, eh… No recuerdo su nombre, pero es grande, muy feo y tiene dos cuernos, así que le diré aquí “Cornudo”. Heriu le preguntó algo sobre el control que tendría en su cintura, pero señor Cornudo se enojó y empezó a gritarnos cosas que catalogarías de “sucio” o “inapropiado”; Kori y yo lo ignoramos e iniciamos a buscar a la niña, ya que no estaba con este tipo.

Estuvimos rebuscando lo posible en la oscuridad, pero nada. Ya me comenzaba a frustrar --sabes que detesto no hacer algo como quiero-- y entonces sentí un tremendo dolor repentino. Quemaba del carajo, tanto que no pude reprimir un grito y mi compañero fue a buscarme. Grave error.

Nuestro criminal tenía un cómplice, y muy fan de las lucecitas. Apenas me puse en pie, sacó un dispositivo del que dispararía ráfagas con luces y chispas; intenté lanzar puñetazos al pirotécnico, pero solo alcanzaba a esquivar, e incluso así no lograba ver demasiado y varias balas rozaron mis brazos y piernas. Aún tengo curitas  en esas zonas.

Kori se defendió como pudo con su pistola y lanzó uno de sus benditos artilugios para distraer; una “bomba cegadora”, como él llama. Para ponerlo en palabras simple, son unas esferas que al romperse generan una expansión de luz instantánea que deja a cualquiera con la vista al frente, ciega. Y eso pasó. Kori se adelantó para arrestar al criminal, incluso con unas esposas.

Aún así, dejó salir su última carta; la niña estaba allí. No podía ver, pero sí escucharla, estaba llorando y temiendo lo que se avecinaba.

El ahora ciego ordenó al Cornudo que active algo. Parece que el botón que tenía en su cinturón era un detonante para este edificio.

Esos bastardos no nos dejarían cumplir nuestro trabajo.

E ignorando los signos de destrucción, corrí. Corrí hacia donde creía escuchar el llanto, le pedí incluso que hable, grite ayuda. El efecto de ceguera ya estaba pasando, pero necesitaba alcanzar hacia donde estuviera la voz. Sentía mi cuerpo arder y mis mente adelantarse hacia el próximo lugar.

Y cuando creí estar perdido, la encontré. Sucia y llorosa, pero estable. La alcé y comencé a correr tan rápido como pude hacia alguna salida.

La oscuridad se desplomaba, los ecos se volvieron ensordecedores y una pequeña luz se dejó ver. Sin embargo, un gran cascote se nos adelantó, y tuve que soltar a la niña por unos momentos para apartarlo; dios, nunca podría describir la presión y el ardor que sentí allí. Apoyándome por completo, moví primero unos centímetros y luego, casi, medio camino. Alenté a la niña a que escape y yo la seguí por detrás.

Con la respiración ya calmándose, cuando vislumbré a mis compañeros, me caí. Ya mis piernas no querían moverse, por mucho que lo intentase. El que me hirió ya no estaba aquí, y pensé lo peor al observar el albergue.

Debería sentirme bien ¿No? Pero no es así… Solo siento que no he hecho todo lo que pude. Un desastre como intento de defensor.

Por suerte, la niña está a salvo, y ahora con su familia que por un momento pensó que la perdería para siempre. Verlo se siente tan reconfortante, y no sé, te sonará extraño pero ¿Nostálgico? ¿Algo así es posible? No sé si comprendas, pero es como si pudiera entender a aquella familia.

Bueno, luego de terminar esa misión, estuve recuperándome. Sí, tenerme encerrado supongo que será algo que se dé muy seguido.

La niña llegó a visitarme una vez, nos agradeció y me regaló un dibujo. Es lindo, y mucho mejor que cualquier cosa que haría yo. Por otro lado, mis compañeros me desearon lo mejor, estuvieron al tanto de mis heridas e incluso propusieron jugar a algo para que me “entretenga”. Y bueno… Acepté. Se los debía.

Ah sí, descubrí que soy pésimo manejando pistolas. Aunque es lógico, si nunca he tocado una; Kori se ofreció a enseñarme, dice que “mi estilo de barbaros” es inútil con alguien que se maneja a larga distancia. Le dije que lo iba a pensar; pero aprender algo de ese estilo sí sería útil.

También les hablé un poco de mí. Mi trabajo como luchador y mi relación contigo. Je, intentaron disimularlo pero les sale mal fingir no llorar.

Y eso es todo. Hoy creo que aprendí un poco más de estos dos, y escribirte me ayuda. Al menos siento que puedo mejorar lo que es expresarme.

En fin. Hasta entonces, cuídate mucho y yo también, que con mis problemas, nunca faltaré para cuidarte.


Yc2draw

Carta 3

Mamá:

Esta ya es la tercera carta que voy escribiendo, creo que manejaré una buena rutina. O al menos aprenderé a hablar mejor por escrito.

En fin, me distraigo. ¿Cómo has estado? Yo no me sentí estresado, pero estuve… Pensando. Hoy ocurrió algo que me dejó hablando conmigo mismo hasta ahora, y al menos hablando contigo, espero expresarlo bien.

Nuestra misión de hoy fue diferente. No era eliminar algún mal que atentase contra un planeta o capturar un criminal, sino, ir a un planeta con pocos recursos y entregar unos víveres y algún otro material para la supervivencia. Este lugar se encontraba bastante lejano en la galaxia, así que no fue sorpresa saber que su ambiente era bastante helado.

Me resultó extraño el enfoque de esta misión, pero no pregunté nada en el momento. Kori y Tomatillo estuvieron preparando unas armaduras especiales para el frío; y si lo preguntas, no, yo no usé aquello. Y esto no te lo he contado, pero no se me permite utilizar alguna ropa o arma de la Patrulla, porque prácticamente no soy un “Patrullero oficial”, alguien que estudió, se graduó de la academia y blablá. Así que, en mi caso, me dieron un trapo que serviría como bufanda y unos guantes rotos.

Mis dos “compañeros” se rieron de mi aspecto, y hasta bromearon que yo podría servir como “el conserje de la nave”, al tener según ellos “comodidad” con telas viejas y que son usadas para la limpieza. Los quiero matar

Cuando bajamos del transporte, lo primero que sentí fue una fuerte oleada de frescura estampada contra mi cara. Mis piernas comenzaron a temblar e incluso empecé a estornudar. Ay, en ese momento quise mandar al cuerno a quienes me obligaron a ir sin un abrigo.

Tomé unas cajas que llevábamos a bordo, y avancé mi paso. Era prácticamente un suelo seco y con rastros de nieve, mientras que en los lugares que se suponía, debería haber agua, hay cortezas de hielo –y muy resbaladizo–. La vista era bastamente blanca, hasta la llegada de quienes residían aquí; eran unos seres sin pelo, ojos grandes y coloridos, y lo único que parecía vestir eran unas prendas de telas delgadas –y que no parecen servir para cubrirlos del frío–.

Uno de ellos se me acercó, era pequeño y parecía tímido, así que intenté parecer no muy amenazante. Me preguntó si era un patrullero que los ayudaría en su necesidad; solo afirmé que los ayudaría.

Avanzamos por caminos del pueblo, allí se observaba el esfuerzo de los aldeanos en pescar algún animal en tan crudo estado. También veía lo que parecían ser pequeños jugando con alegría en la nieve, junto a... ¿Kori?

Sí, te parecerá extraño. Pero estaba él junto a unas cajas suyas, jugando a una guerra de bolas de nieve con unos enanos. Me acerqué para preguntarle que demonios hacía y con su típica expresión irritante, respondió lo obvio "istiy jigindi".

Iba a replicarle algo más, pero un gran pedazo de hielo se estampó en mi cuello, aumentando las probabilidades que me dé una hipotermia. Al notar que los causantes fueron unos pequeños, comencé a perseguirlos amenazando con que los comería; hasta incluí una risa malvada o eso intenté.

Kori me siguió el juego, les dio unos abrigos que estaban adentro de las cajas que llevó, y que servirían para "quemar al enojado hombre-paleta".

Estuvimos jugando un buen rato hasta que los jóvenes se cansaron y volvieron a sus hogares. Cuando estuvimos en calma, le pregunté a Kori la razón de esta jugarreta en primer lugar. ¿Y sabes qué? Solo dijo algo de "animar las caras tan serias de esos enanos" y que aunque no sae un deber propio como patrullero, él buscaba hacer feliz a quien lo necesitase.

Incluso si estamos en un lugar tan gélido, sacarle una alegría a quienes intentase sobrevivir, me alegra.

Prosiguiendo con lo que decía, continué caminando  hasta un grupo que sentían el frío y apenas llevaban unas telas encima. Desenvolví la caja que tenía en mano, tomé unas prendas gruesas que estaban dentro; al momento de tocarlas, la familiaridad que tuve esa vez regresó. Sin embargo, no pude discernir si se trataba de un sentimiento bueno o amargo. Solo se presentó como una opresión en mi pecho.

Estuve intentando descifrar lo que sentía, hasta que sin darme cuenta, quedé estancado unos segundos. Sin habla.

Heriu notó esto y preguntó por mí. No quise meterlo en cosas que ni yo mismo comprendo —y ahorrarme otro interrogatorio—; le respondí que estaba bien y cambié de tema.

Le pregunté si hacer este trabajo era "normal" en un patrullero galáctico. La gente de afuera, como yo, cree que estos sheriff suelen encargarse más de patear culos a los malos o cosas que involucren una gran amenaza para la galaxia. Dar víveres a un planeta así es una escala muy lejana de lo que tuviera en mente.

Debí haber puesto una cara muy seria o hablar un poco más de lo habitual, ¿Y sabes por qué? Porque se rió en mi cara.

¿Qué quería? ¿Una invitación a que lo golpee o qué?

Cuando se calmó, me dijo esto: "Bueno, ayudar a la galaxia con sus problemas es nuestro deber. Trabajos grandes como derrotar criminales y encarcelarlos son habituales ¿Pero no crees que estos trabajos pequeños, que solo buscan ayudar a los necesitados, no es una forma también de contribución a la galaxia?".

No supe responderle. Él notó mi silencio e hizo algo que hasta ahora me dejó sorprendido.

Elevó la palma de su mano y la dirigió a mi, se mantuvo quieta hasta que un color blancuzco la tiñó. Estaba tan sorprendido que no noté que una sensación de calor inundó mi cuerpo. Ya no tenía frío; solo pensaba qué demonios había hecho.

"Ayudar en trabajos pequeños, hasta mantener en calor a los que lo necesiten, importa". Aquello dijo de repente y en algo caí en cuenta.

Intenté preguntar si sería así siempre, ¿Y si ya no pudieran ayudarlos a ellos? Y si una amenaza universal los alejara de ellos por un deber mayor, ¿Qué harían?

No sabría explicar lo que pasó después. Él juntó las palmas de sus manos hasta que estuvieran de frente, hasta que empezaran a titilar y apareciera lo que parecía ser una pequeña esfera de luz. Esta irradiaba tanto calor como se lo permitiese; y no pude evitar hipnotizarme ante ella.

"Si no podemos ayudarles, podemos enseñarles". Eso fue todo lo que me dijo y Heriu se marchó.

Yo me quedé allí; creía que los Patrulleros solo iban a lo suyo, interviniendo en eliminar el problema y ya. Pero creo que me equivoqué, era mucho más. Porque aún siendo este un lugar pequeño, hicieron lo posible por todos los de aquí se sintieran cómodos y felices.

Y bueno, eso es más o menos lo que he estado pensando. Me intriga saber qué cosas nuevas aprenderé en lo que me queda de tiempo; quien sabe ¡Hasta podría manejar esa energía que mis compañeros manipulan con facilidad!

De hecho no es mala idea. Intentaré recordarlo y que me hablen más de ello.

Me despido ya. Este papeleo se me hará largo. Buenas noches y que descanses.

Carta 4

Mamá:

¿Cómo estás? Espero que bien, me gustaría saber algo de ti. Yo, pues, he tenido unos días no tan buenos. En realidad, noches.

Me explico… He estado teniendo pesadillas. Primero no era nada, solo unos sueños extraños, pero nada que no pudiera manejar. Sin embargo, mientras más misiones nos daban, más empeoraban mis noches.

He seguido teniendo estas sensaciones nostálgicas; cada vez estoy más seguro de que es algo importante. Lo tengo en la punta de la lengua, pero no puedo entender bien qué es esto. Y lo que sueño no ayuda. ¿Tienes idea de qué es lo que veo?

Figuras sin formas que quieren atraparme. A veces lo hacen y mis sueños cesan; pero otras veces no, y escucho sonidos… Inentendibles, pero que me desgarran. Son ruidos tristes y dolorosos. He llegado a despertar llorando una vez.

No les he dicho de esto a nadie, y no estoy en un momento para hacerlo ahora.

Hoy estamos en proceso de una misión y moviéndonos a cada momento. Así que estaré haciendo algunos cortes mientras te escribo por cada cosa que se me presente. Espero que aún así puedas entenderme.


Nos asignaron como siempre una nueva misión. A diferencia de las anteriores, esta no parecía complicada, incluso con mis nervios, creí que podría llegar a manejarla bien. Nuestro trabajo era servir de “guardaespaldas” a un planeta que entraría en una ‘congregación’ de paz; por lo que había entendido, a la población natal de allí no le cayó en gracia que nuevas especies fueran a hospedarse, así que hubo esta tensión y maltrato por mucho tiempo… Bueno, hasta ahora. Y claro, nosotros tenemos que asegurarnos que nada salga mal ahí, no estoy seguro de esto, pero espero que pronto me lo expliquen.

En fin, prosigo.

Imaginarme antes de tiempo las multitudes que habría allí no fue buena idea, comenzó a ponerme más nervioso. Tuvieron que venir mis compañeros a tranquilizarme, ya sabes, lo típico de “eh, todo saldrá bien. Ya pasamos peores”. Hasta propusieron jugar a las cartas para aliviar la tensión y me fue mejor de lo que esperaba con mi cara de póker; gané unas partidas y pude cobrar mi venganza por todas las payasadas que hizo Kori desde que salí de casa. Heriu, por otro lado, me dijo que con un par de misiones más ya pagaría mi ‘cuota’ y podría olvidarme de estas aventuras.

Me alivió la idea, aunque no negaré que quizás me aburra un poco. Me estaba acostumbrando a su compañía.

Incluso me hablaron un poco más del Ki y su funcionamiento, hasta se ofrecieron a enseñarme luego de esto; Heriu dijo que yo tenía potencial y aunque pretendiera negarlo, le parecía una persona buena. Yo acepté con la idea de las grandes mejoras que me traería, pero ¿Sería este el momento para confiar en ellos?

Al llegar, me sorprendió el ambiente del planeta. Enormes pastizales verdes, rocas que parecían trampas atrapa-bobos y un intenso cielo morado con nubes anaranjadas de las que podría quedarme a ver todo el día.

Unas personas se acercaron a nosotros. Estos tenían un aspecto medio animal; había plumas a sus alrededores  y unas uñas que podrían servir como cuchillas. Su vestimenta era ligera, aunque no escondían las hombreras y demás telas para la protección. Según los archivos que nos designaron, eran de la especie farko.

A su lado permanecían unas figuras de apariencia más amigable; ojos pequeños, de color azul junto a una contextura pequeña y redondeada. Se parecen a los yardrat.


Ya volví, tengo que apuntar por aquí algunas cosas para no olvidarme, disculpa el mucho-texto.

Comenzamos a hablarles y me sorprendió la cordialidad que habría entre estas personas. No eran grandes amigos, pero estaban lejos de ser los lugareños que se disputaban por su territorio con uñas y dientes. Según palabras de uno de ellos, ya se habría cansado de esta interminable tensión y dar paso a una nueva especie para la vivencia junto a ellos, sería un “buen equilibrio” para la coexistencia. Los pequeños yardrat, por otro lado, estarían a gusto de colaborar en esta nueva oportunidad. Que ambos bandos puedan darse la mano y progresar en una nueva cultura podría ayudarlos en sus métodos de supervivencia o nuevos conocimientos.

Para esta constitución de paz se eligió a los representantes de ambas especies, que pues... Aún no se presentarían. Supongo que la hora elegida sería más tarde.

El ambiente bonito se cortó por la venida de otro farkoniano, esta vez, con una mirada más dura y que no escondía para nada el asco que sentía por el enano azul.

“Si nuestro Gran Padre observara hasta donde hemos llegado, lloraría por la traición de sus hijos” Escupió. No entendí en aquel momento lo que dijo, pero viendo la atención de los otros –en especial Heriu–, le eché una mirada por si acaso.

Tras alejarse, los yardrat agradecieron nuestra llegada e igualmente se fueron a algo que llamaron “base”. Tengo que hacer muchas preguntas… Me siento perdido. Peor aún, con tanto mareo, empezó a darme hambre. No sé si el desayuno fue poco o los nervios del viaje consumieron más rápido de lo que creí la comida. Intenté aguantar pero ya me sentía mal y mi compañero notó que miraba gustosamente algo que parecía un conejo.

Nos mandó a Kori y a mí junto a los cara-emplumada a comer algo en algún lugar para los huéspedes. Él se mantendría vigilando por si alguno necesitaba ayuda.

No olvidé agradecerle y esperaba poder devolverle el favor.

Caminamos hasta llegar a una especie de bar que tendría un techado de madera y los materiales rojizos servirían como barra. Ocupamos una mesa y acompañados del farkoniano que nos fue hospitalario; mientras comimos, aproveché a quitarme unas cuantas dudas. Pregunté exactamente por el pájaro feo que habló mal del yardratiano antes y algo sobre la “base” de estos.

Por lo que fui entendiendo, la misión era más compleja de lo que parecía en un principio. Los habitantes del planeta creían en el “Gran Padre”, el dios de sus tierras y del que mantenían mucho respeto por brindarles la vida. Este dios les proveyó la enseñanza que el equilibrio entre los seres vivientes serían la fórmula para una vida plena; el farkoniano presente aquí creía en ese equilibrio como el entendimiento de varias formas de vida por un bien mayor. Sin embargo, hay otro tipo de personas que tiene una visión muy severa de aquella palabra; a sus ojos, si otras especies irrumpen sus tierras, el choque cultural sería una forma de romper ese equilibrio que tanto buscan conservar.

Y he aquí la parte más fea. No solo el tipo de antes, sino que hay todo un grupo con esta clase de mentalidad, se harían llamar la Segada del Cielo. Estos serían los causantes de que el entendimiento mutuo se postergara tanto, dando esos discursos idealizados hacia sus raíces, incitación a atacar pequeños grupos yardratianos y que generaba más el odio sinsentido. Es aquí el origen de esta “base”. Estos seres tendrían un hogar para los suyos en una zona alejada de los poblados radicales, y pudiendo sobrevivir.

Y bueno, por esta misma base, es que se pudo lograr una reunión que daría pie a una conversación entre los dos representantes de la especie y la decisión del día de hoy. Los miembros de este grupo radical se habrían reducido, o ya no serían tan activos. Al menos hasta hace poco, cuando se dio la noticia de la tregua entre las dos razas, la Segada comenzó a mandar amenazas si eso ocurría. Y fue por eso mismo que aquí estamos, para asegurarnos que nadie salga herido.


Me doy la vuelta y… Kori se durmió. Con esa atención, este tipo va a perder su trabajo en menos de un año. El cara-emplumada se fue, así que pensé en gastarle una pequeña broma.

… Y cuando iba a usar la pluma, alguien se acercó a mi mesa. Parece que este era el único asiento libre.

La figura era de estatura bastante alta, vestía unos ropajes que lo cubrían casi por completo y apenas podía distinguir algunos rasgos como la piel extremadamente pálida y unos mechones rubios sobresalientes.

Al dirigir su atención a mí, yo me avergoncé y escondí el objeto. La persona solo me ignoró y siguió con lo suyo; o bueno, eso creí.


Acaba de pasar algo extraño. Una conversación interesante que... Intentaré apuntarlo de la forma más, entendible para ti:

“Si vas a escribirle la cara a un hombre de la ley, eres más tonto de lo que pareces”. Me ruboricé por eso, aunque entiendo su punto. ¿Quién se creía?

El hombre no comió nada, pero se bebió varias tazas de líquidos.

“Y dime ¿Te gusta el té helado?”

Esa fue una pregunta extraña.

“No mucho, prefiero las cosas calientes”.

Él sonrió. “Una lástima. Yo no puedo con eso, pero una buena bebida fría ayuda a acompañar la comida”.

“Sí, en especial la comida de aquí, tiene una carne sabrosa”.

“Debo estar en desacuerdo, ujum. La carne de este lugar me repele el paladar”. Responde con una expresión de asco sarcástica. ¿Quería ser insultado o qué?

Fruncí el ceño. “Veo que no nos parecemos en nada”.

La persona asiente.  “Así es, pero eso no es impedimento para tener una agradable conversación ¿No crees?”.

Me pareció raro eso, pero asentí.

“Sí, pues somos educados. Aún siendo diferentes, podríamos entendernos”. Y con eso, ya caí en cuenta.

El desconocido observó la vista. “Sí, así como nosotros ahora, y como cualquier grupo, las personas de aquí aprenderán a convivir incluso con todas sus diferencias, y solo por un ideal común”.

“¿Cuál ideal?”

Y en ese momento, pude notar un ojo azulado que acompañaba una sonrisa. “Pues la prosperidad, obvio”. Cruzó sus brazos y no pude evitar reír.

“Sí, tienes razón. Aunque hay algunos que atentan contra eso sin pensar en el daño que causaría a otros”.

La sonrisa del tipo se borró. “Sí, eso es una lástima. A veces alguien tiene que ser dejados de lado para que otros puedan ser felices”.

Una sensación de inquietud resonó por dentro. “Puedo entender eso, pero no es algo con lo que esté de acuerdo”.

“¿Entonces? ¿Qué harías?”.

“No lo sé, pero…” Ese sentimiento vuelve. Aquello que mis sueños querían decirme. “Pero cualquier cosa que oprima contra la libertad de otro, nunca se volverá una verdadera ‘prosperidad’ “.

Era cierto. Los saiyajins una vez fueron puestos contra la pared y lo perdieron todo. Y yo como uno, no permitiría que eso les ocurriese a los yardrat.

Pero… ¿Eso era todo o había aún algo…

Oh bueno, no puedo escribir mucho más. Kori despertó y nos toca volver a patrullar


Hola, te dejé hace unas horas, yo…

No sé qué decir

Solo salimos para ver a nuestro compañero, pero él…

Estaba herido, Kori lo intentó. Intentó curarlo

Pero no fue suficiente

Murió.

Fueron esos malditos bastardos. Los Segadores. Volvieron a querer amenazar la base. Y como él estaba ahí, todo resultó así.

Yo no pude hacer nada

Por mi culpa otra persona está en peligro y no sé que hacer

Dios mío, que alguien me ayude, por favor.

Desearía desaparecer

Carta 5

Hola, siento no haberme despedido como corresponde. Estuvimos pasando una situación muy dura y que… Hasta ahora hemos podido resolver. Tengo un poco de tiempo antes de que vuelva a salir. Si lees hasta el final te enterarás.

Esto fue lo que ocurrió.

Cuando pasó la muerte de Heriu, confesó que la Segada era la responsable de este embrollo. No pudimos escuchar mucho más, estuvo destrozado; solo… Pudimos prometerle que haríamos justicia.

Poco después llegaría el farkoniano del que te hable y comentaría otra noticia; el grupo habría hecho un llamado al líder de la colonia. Tendría apresado al representante de los yardrat, y si no hacía caso a sus exigencias –es decir, cancelar el tratado– toda la base que habrían construido estaría hecha pedazos. Allí comprendí como fue que mi compañero cayó ante ellos, por su deber de proteger.

Había que actuar ya.

No teníamos un lugar exacto para buscar; la base de los yardrat seguramente estaría vigilada por este grupo. Con eso en mente, Kori iría a contactar a los otros patrulleros por la situación y así recolectar más información. Incluso dijo que “podría descubrir una forma de acabarlos”. También mencionó que necesitaba estar tranquilo y yo entendí ello. Solo fue que… La sensación de pena volvió. Algo que siempre estuvo en mí y siento que estoy a punto de descifrar.

Prosigo. Fui hacia los habitantes farkonianos, y uno por uno interrogaba por esta “Segada”. Necesitaría saber todo lo que ellos supieran. Un dato. Una fecha. Algo. Cualquier cosa que me sirviera como una pista.

No pudieron decirme mucho más de lo que sabes. Este grupo tiene una gran creencia en el Gran Padre y su valor como creador, incluso brindándole respeto en las horas más altas del cielo.

También se movilizaban aprovechando el desconocimiento de las masas y los propios yardrat; no era sorpresa que hubiera uno o dos que aprovechasen la confianza de alguno para hacerle entender que este era su hogar y no planeaba ser compartido. Así que además de sigilosos, trabajaban en grupo.

E incluso con sus características físicas, no dudo que supieran realizar acciones ofensivas por vía aérea. En aquel momento dudé siquiera que yo solo pudiera con ellos. Por feo que suene, sería un estorbo.

Y algo cortó mi pensamiento. Uno de los habitantes se me acercó; comentó algo de “el ojo de la tormenta” o “nacimiento del cielo”. Esto me confunde ¿Nacimiento del cielo? ¿Siquiera eso nace?

Agradecí la ayuda de ellos y me desearon suerte. Y no creo que se refirieran solo a la misión.

Esperé a que Kori llegase donde me encontraba. Aún con mis dudas, me le acerqué y me sorprendió su aspecto; se notaba muy cansado. No habrían pasado más de unas horas pero su expresión usualmente pícara se había ido.

Mi pecho se estrujió más.

Comenzamos a hablar y se le notaba frustrado. Incluso aquí puedo recordar sus palabras. Toda la escena.


"Bueno... Ya les he dicho sobre la situación a mis superiores, me brindaron algunos datos pero igualmente me enviarían unos refuerzos". Suspiró, resignado. "Viejo, esto no debía resultar así".

"No, claro que no". Pensé. Pero subestimar esto fue lo que causó que se saliera de control. Miré nuevamente a Kori; no solo lucía cansado, sino que tendría su mirada perdida en el horizonte. Le seguí, pensando que podría estar él pensando.

"¿Qué?"

Intenté responder algo, pero las palabras no me salían bien. Como todo.

"¿Qué te parezco? ¿Agotado? ¿Herido? ¿Frustrado por haber decepcionado no solo a un grupo que admiro, sino también a un camarada? Pues sí".


Y no tenía nada que decir. ¿Qué podría hacer? Él debe estar aún peor que yo. Solo pude sentarme a su lado y darle compañía.


"Está bien, no te molestes. Debes querer seguir investigando".

"Sí, pero no puedo hacerlo solo".


Por un momento no pasa nada. Luego solo otro suspiro.


"Yo tampoco. No eres un patrullero, pero eres el único que podría entender ahora lo que está pasando". Notó que sus nudillos se endurecen. "Ahora mismo la patrulla galáctica solamente quieren lavarse las manos: por tu historial, creen que participaste en el complot de estos asesinos y así escapar".


Solo respondí descontento, no es posible. He hecho todo esto para limpiar mi imagen y aún así no lo vale.


"Sé lo que piensas, pero no me escuchan". Escupe. "Pero si resuelves conmigo esto, no tendrán tantos motivos para culparte. Incluso podrías ser reconocido".


Sentí un revoltijo de solo pensarlo.


"Apresado, conspirado y luego reconocido. Esto parece una mala comedia" sonrío. "Mi madre se reiría de la fama de su hijo".  Luego me di cuenta que Kori rió. Supongo que pude animarle por un momento.


En ese momento seguía dándole vueltas al acertijo ¿Qué podría ser? Le comenté sobre ello a Kori y llegamos a una conclusión: no debe ser un lugar demasiado abierto. Al menos, tendría que verse camuflado y el "cielo" o el "ojo" tienen que ser puntos referenciales para este lugar. El cielo es importante para este dios suyo.

Casi iba a sobrecalentar mi cerebro hasta que vi a alguien acercarse. Era el mismo farko de siempre no sé porqué no le pregunté su nombre. Tenía una especie de objeto en mano.

Cuando me di cuenta, era una especie de celular y quien estaba al otro lado no me hacía feliz; era nuestro captor. Parecía que nuevamente quería tener novedades de su compensación. No sabíamos que hacer; no podíamos arruinar la paz o siquiera intentar mentir porque se sabría al tiempo. Entonces se me ocurrió algo.

Pensando en el orgullo que tendrían por su creencia, lo utilicé en su contra; obligándole prácticamente a que demuestren que el gran yardrat que tenían estaba con vida. ¡Y lo estaba! Dandonos una pista crucial.

"Antes que se ponga el sol, deseo contemplar por última vez este corazón del cielo".

Te preguntarás por eso ¿No? En definitiva, era extrañísimo. Pero juntando las piezas que teníamos, tomamos otro enfoque y esta vez investigamos la ciudad, juntos.  

El viaje era agotador. Demasiado. Pero al menos yo tenía la cabeza ocupada antes que deber concentrarme en la realidad. Y Kori parecía igual. Al menos estuvo más en silencio de lo que yo he estado. No parecía querer ser molestado.

Y bueno, sabes que a veces sé irritar a la gente haciendo lo opuesto a lo que quieren. Solo le hablé y… Fui sincero. Le agradecí por su camaradería.


"¿El glotón se puso sentimental? Vaya" soltó una risa. "No des por hecho nada. Aún nos queda una carrera por terminar" Y eso me respondió. Cuanta vergüenza. Lo detesto.


Mientras avanzamos, caímos en algo los dos. "Si el corazón del cielo rige la atención de nuestro secuestrado... ¿Podría estar  oculto en lo divino, que llegue a la escala de lo que tanto creen?". La pista siempre estuvo frente a nuestras narices.

Y así fue. Escalamos hacia una especie de cueva, la cual al principio estaba oscura. Sin embargo, al entrar el rayo de sol por ahí, hubo un resplandor que mostró todo; una manada de halcones humanoides dispuestos a usarnos de bocadillo.

Y bueno, de todas formas nunca me agradaron los animales.

Eran demasiados y tuve que pedirle ayuda a mi compañero. Esta vez nos pondríamos de acuerdo; no más errores.

Las aves se nos abalanzaron. Kori prepararía su artillería láser y comenzaría a disparar a cualquiera en la mira. Sin embargo, no podría darle a todos, o al contrario, se resentirían al balazo, así que me posicioné esperando el primer golpe. Me acerqué con toda la velocidad que me era posible, no solo esquivando aleteos, sino que contraatacando.

Me sorprendí por Kori; él aprovechó para disparar una onda de Ki como si se tratara de un proyectil, dando un primer impacto mayor y dispersándose en una lluvia de energía. Luego me dictó que corra hacia el punto más profundo de la cueva.

Le hice caso, con pesar, deseando que él siguiera con vida hasta el final.

Al llegar me encontraría con el asqueroso pajarraco, y no de la mejor manera... ¿Recuerdas que te mencioné de un farko al que le echaría el ojo? Bueno, ese mismo estaba ahí, apunto de destrozarle la garganta al yardrat. Y yo..

Y yo avancé. Corrí lo más rápido que pude. Tan lejos que mis músculos ardieran y no podrías imaginarte esa sensación. No era lo usual y apenas ahora me doy cuenta de ello. Mis piernas ya no se sentían tan pesadas y mi cuerpo ardía tanto que brillaba.

Y recordé toda la gente que me acompañó hasta aquí. Kori. Heriu. Tú. Sentí una nueva adrenalina apoderándose de mí. Todo era mi culpa. De haber sido más precavido, nadie hubiera sufrido.

Pensé en el planeta y que debía atrapar a ese maldito asesino. No debía tener ni una mísera duda. Tenía que atraparlo.

No me di cuenta que una puerta se abrió. Algo que dejó salir una especie de chispazo salió desprendido de mí y apenas pude ser consciente que lo tenía en mis manos. Y podría haberlo matado. Dios sabe cuanto. Pero entonces… Otra imagen apareció.

Ese delincuente que murió aquella vez en el derrumbe. De solo pensar la sensación de aquella vez… Yo, no pude. Solo no pude.

Kori llegó y al ver que este… Este tipo ya estaba en shock, me calmó. Solo lo apresamos y eh, fuimos los héroes del día.

Y no sé que más pasó luego de eso, porque creo que me desmayé, ja.


Ahora estoy esperando una nave; iré al funeral de Heriu. Será mi despedida. Y aunque tenga que seguir de viaje, espero lograr honrarlo con mi vida para pagar por mi "crimen".

Me quedan pocos días ya, espero que al volver, pueda convertirme en algo mejor de lo que he estado pareciendo.

Hasta luego. Agradezco que aún sigas aquí para acompañarme.

Carta 6

Fue muy difícil estar ahí.

Parecía como si todo el mundo estuviera señalándome. Y no era así, pero aquellas miradas tan frías y que apenas hayan dirigido una palabra me hizo sentir incomodo.

Me habían dicho que yo estaría bien, pero parece que algunos compañeros de Heriu me consideran algo parecido a la parca. O solo una muestra de mala suerte. No era sordo a comentarios como “¿Qué hace aquí?”, “No tiene nada para decir”, “Ojalá se volviera con los suyos”… Y bueno, supongo que sí me lo merezco.

Todavía no puedo dejar de pensar que he fallado.

Me acerqué a Kori, quien se notaba aún más afectado que yo. Agradecía por su servicio y ayuda en el viaje, pero eso no parecía calmarlo. Cuando me notó, pidió hablar; al parecer aunque hayamos puesto a salvo al representante de los yardrat, aún habría un poco de tensión en estos últimos para aceptar el tratado… Quizás se demore un tiempo, por el daño que han hecho.

Estaba dolido al contar eso. Y me pidió un poco de espacio antes de volver. Quería estar solo con Heriu.

Y yo estuve apartado en una esquina. Pensando esto que te estoy escribiendo y lamentando no haber sido más prudente.

Estuve divagando por un rato hasta que una persona apareció. Como si fuera un fantasma, no me lo creí, pero sí era; el extraño con el que hablé en aquel bar. Parecía dar sus debidas palabras y luego se me acercó.

¿Ahora que querría?


“Me enteré que este era tu compañero. Mi más sentido pésame”.

Le agradecí. Estuve intrigado por su presencia, pero no sabía cómo preguntar sin hacerle sentir que es un incomodo. Él notó eso y procedió a hablar.

“No tengas miedo de preguntar. Solo somos unos extraños que coincidentemente se reencuentran”. Toma asiento frente de mí.

“He venido aquí porque es un deber para mí asegurarme de la seguridad de quienes serán los patrulleros de la galaxia”.

Eso lo hace más extraño. ¿Quién era él? ¿Un aspirante o qué?

Seguía sin entender, y manteniendo mi guardia, le pregunté algo.

“¿No me estarás siguiendo, no? Quizás eres una especie de aspirante y te obligaron a seguirme”. Fruncí el ceño. Eso podría explicar porque alguien que no parece de colores o con plumas estuviera ahí.

Él se relajó. “¿Eres siempre tan desconfiado?”.

“Sí”.

“Interesante saberlo”. Se queda un momento callado. “Si hablas por lo del bar… Solo fui allí por unos asuntos de familia”.

Eso me dio más intriga. ¿Qué relación tendría él con un planeta que no aceptan extranjeros?

“ Ya debo irme. Mi madre podría preocuparse”.

“Sí, entiendo eso”. Solté sin más.

Eso pareció tomarlo desprevenido, porque ya no sonaba tan frío.

“Hay que hacer lo posible para cuidar a nuestros padres. Hacen lo mejor por nosotros”.


Yo solo asentí y me despedí de él.

Luego no pasó mucho más. Volví a casa, pensando en mi desempeño. Culpándome por mis faltas y que debo mejorar más.

Ahora intentó aliviar un poco eso. Escribiéndote, pensando que estoy en compañía al menos no me hace sentir peor.

Ya no tengo nada que decir, así que… Descansa.

Carta 7

Hey, esta vez no ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo has estado?

Bueno, yo te he hablado porque… Quiero hacerlo. Este último tiempo no he estado realizando demasiadas misiones. Solo entregando mercancías y mirando al techo. En la residencia donde estoy, mantengo mi espacio en el sótano, aunque se siente más frío que antes.

Y ya no refiriéndome a la temperatura que igualmente necesito calefacción, desde que se fue Heriu… No sé. Me he sentido golpeado.

No éramos amigos ni tal, pero estuvimos juntos por un tiempo, nos cuidamos e incluso él quería enseñarme cosas. Vio potencial en mí, más de lo que yo creería, y cuando parecía lograr acercarme, lo perdí.

Solo… No sé.

¿Por qué me afecta así su pérdida? Es que ya no solo por él, está esta otra cosa que me ha estado molestando.

¿Recuerdas que dije que tenía pesadillas? Pues estas siguen, pero de alguna forma, son más ‘visibles’. Ahora puedo ver que era exactamente lo que me aquejaba.

Y no sé qué pensar.

Veo dos personas parecidas a mí yendo hacia el peligro. Son cercanas a mí, pero cuando se alejan, hay mucho dolor y vacío.

Luego estás tú, tan cálida como siempre lo has sido. Y al final… Los monstruos. Y yo me siento tan pequeño a comparación.

Hasta que despierto y vuelvo a ser este fortachón que conoces.

Ellos… Son quienes creo que son ¿No? Pero no es posible. No es posible. Sería lo lógico, pero duele. Duele creer eso. Ya no sentimentalmente hablando. Es como si mi propia cabeza me dijera “no pases”. No puedo concluir eso, aunque quisiera. Por eso necesito tu ayuda. Necesito hablar contigo cuando vuelva.

Solo… Estoy muy perdido.

Me volveré a recostar. Si no me vuelvo loco, escribiré más cartas. Que descanses.

Carta 8

¿Cómo estás? Espero hayas descansado. Por mi parte… Hoy he tenido, lo que se dice, un buen día.

He tenido esta incertidumbre del poder que me ayudó a cargar al delincuente farko. Era algo tan nuevo, poderoso y, bueno, desconocido. He querido pedírselo a Kori, pero ha tenido su propio duelo… Y no quería molestar.

Se ha concentrado en ser lo que se dice “un buen patrullero”, cumpliendo órdenes, ser bueno en la imagen y cuando no está afuera, está dentro entrenando y puliendo sus armas en silencio. A veces me pasaba para verle, pero no sentía su chispa de motivación. Es como si algo lo restringiera.

Y así habría seguido hasta hoy. Él me vio en una rutina de entrenamiento personal; dijo que tenía buena base física, pero que con el oponente equivocado, sería ‘papilla sudorosa’. No lo insulté ni nada esta vez. Me alegró ver un poco de su carácter de siempre, aunque fuera jodiéndome.

Quise aprovechar y le comenté sobre como dejé en shock al emplumado terrorista. Se vio interesado en este curioso poder y preguntó por las sensaciones que tendría. Yo estuve muy envuelto en las emociones del momento, por lo que intenté describirle todo lo posible para que pueda comprenderlo.

Tras responder sus dudas, dijo que lo que haya hecho haya sido una manifestación inconsciente del Ki. Quizás por mis fuertes emociones sea lo que desencadenó algo que hasta ahora nunca había tocado. Y fue por esa influencia que mis habilidades se potenciaron a niveles que no me habría imaginado.

Pregunté si podría enseñarme algo; se mostró dubitativo, pero aceptó al final. Quizá también necesitara la compañía.

Luego de eso me enseñó algunas cosas; el concepto de esta energía y su base con el equilibrio mental y físico de la persona. Además de ello me hizo unas demostraciones, dejando claro que esta energía siempre puede manifestarse de forma diferente en alguien.

Y bueno… Controlar el Ki es más difícil de lo que parece. Es como si debieras crear algo de la nada, pero esta vez manteniendo la mente y concentración a la par. Es tan duro por el esfuerzo que conlleva, especialmente condensar algo potencialmente peligroso en una bolita apenas visible.

Y por si no fuera poco, me dediqué a recordar esa sensación y cumulo de emociones para llegar a algo. Las primeras veces solo fueron frustración, desanimo y agotamiento. Sin embargo, al entender más de mi mismo –en especial releyendo estas cartas—redirigir la carga de emociones hacia un punto se ha vuelto más fácil.

Kori sabe eso y me da ánimos para lograrlo. Sabe que soy fuerte y que podría serlo más con el esfuerzo necesario. Incluso con su apoyo, ambos de alguna forma nos acercamos. Ya no hay solo burla, también se alegra genuinamente por mis pequeños logros. Y yo igual, agradeciendo su paciencia, siento como si de a poco nos alejáramos del abismo.

Y eso recae el día de hoy. Hoy pude crear Ki, aunque sea algo pequeño como una esfera, pude lograrlo. Mis manos estaban casi temblando, pero lo había hecho.

Con un poco más de práctica, podría acoplar la energía a mis técnicas; quien sabe, incluso crear una explosión que dejara sin posibilidades al enemigo.

Y bueno, para festejar mi progreso, con Kori estuvimos cenando juntos desde hace mucho tiempo. Incluso jugamos a las cartas y empatamos esta vez, no fui el único con progresos. También he comido comida caliente con ingredientes similares a los de casa, no te imaginas cuanto extrañaba eso. Una comida casera con amor es lo que siempre me da alegría.

Y sí… Tengo más preguntas. De las que ya sabes. Cosas por aprender y también por mejorar. Pero esto me ha hecho muy feliz y quería que lo supieras.

Creo que mi próximo destino será el último, así que deséame suerte en la última parada.

Hasta entonces, cuídate bien.

Carta 9

Cuando pensaba en lo que iba a ser mi último viaje, creí que sería algo más "normal", o que al menos pudiera manejarlo.

Había empezado bien. Mis pesadillas extrañamente habían cesado ese día y Kori me ha brindado un último entrenamiento. Quería que "demostrase el crecimiento del grillo" y eso llegué a hacer; pude defenderme de sus ataques y esquivarlos. Claro, que como siempre le gusta jugar sucio, mi pie cayó en una de sus redes y casi me caigo. Allí no podría moverme como quisiera; estaba hecho de un material bastante resistente y estaba aferrado al suelo. Me desesperé, pero entonces tuve una idea. Intentaría aguantar todos sus disparos con mi defensa, mientras intentaba focaluzar todo mi Ki en el pie detenido. Y eso pareció funcionar; con la fuerza mejorada, destrocé la red y avancé hasta darle un buen golpe en la quijada. ¡Incluso me felicitó! Podría crear algo con esto. No más fastidiosas trampas caza pies.

Luego estuvimos hablando, estaba más alegre de lo usual. Haberme enseñado unos trucos le debió subir la moral.

En un momento me quiso decir algo, pero la llamada a mi última misión vino. Al atender y entrar en detalles, teníamos que... Llevar agua. Nada fuera de lo normal ¿No?

Pues te equivocarías. Ya he aprendido a desconfiar del más mínimo pedido.

Y tenía razón. Mientras Kori se ponía su traje y me daba una especie de mascarilla, sabría que era algo raro. Es que ¡Nunca me dieron una herramienta! Hasta ahora, solo trapos.

"Es tu último día, así que dudo que haya un problema" Ajá sí. ¿Puede ser eso solamente? Incluso le pregunté porqué ponernos esto.

"Adonde vayamos, será necesario para que no seamos fritos"

Y... Bueno. Prosigo sin distraerme en detalles. Seguro quedó en claro mi intranquilidad.


No era broma. Hacía demasiado calor. Me costaba un poco respirar y hasta tuve que ponerme un trapo para que mi frente no pareciera ladrillo. Kori estaba igual, solo que con una especie de traje naranja —¿Quizás aislante?— y sus goggles puestos.

Al montar la carga, me explicó un poco más este asunto. El planeta al que habíamos arribado estaba padeciendo una sequía desde hace unos meses, lo cual era extraño porque no parecía haber una causa natural. Era prácticamente un ambiente dotado de agua que al sacarle eso, se volvió el infierno.

Y la otra parte de nuestra misión era esa. Investigar y encontrar algo que lleve a resolver el dilema.

Yo que quería una misión tranquila...

Pero todo se fue complicando. Pero eh, ahora viene la mejor parte. La ironía pura.

Porque dos personas se nos presentaron. Y uno de ellos no podría olvidar su cara, aún pasado todo este tiempo ¡Era aquél riquillo que me metió a todo este problema! ¡El que me delató frente a toda la gente!

Ahora tendría la decencia de aparecerse. Y no sabes como me gustaría romperle su cara.

Kori notó mi tensión e intentó calmarne. Solo faltaba que quisiera patear mi tobillo.

"Bienvenidos. Tú debes ser el patrullero encargado para la subastación de agua," Expresó hacia Kori y luego me miró. "Y tú... Su asistente. O empleado. ¿O compró tu libertad y ahora eres su mascota?".

No sé que era más sofocante: El calor o la risa de este tipo.

Luego se presentó como Chizou. Es quien rige el control y cuidado del planeta junto al dueño. Eso me había llamado la atención, por lo que bajé un poco mis ansias y me dediqué a observar al acompañante que él tenía; un hombre alto, estatura ancha con cabello negro y en desorden. Era similar a mí en algunos rasgos, excepto por su vestimenta. Tenía una gran tela que lo cubriría del calor y debajo, lo que pareciera ser una armadura, tenía el símbolo del imperio tsufur.

Y aquí viene la mejor parte. Estuve tan atento viéndolo que noté algo sobresaliente de su ropa. ¡Era una cola saiyajin!

"Veo que algo captó tu atención, sabandija" dijo la rata escurridiza y miro a su compañero. "Supongo que no lo conocerás, no suele dar apariciones en publico. Él es Horen; el último Saiyajin vivo".

Sé lo que piensas '¿¡Cómo!? ¿Un saiyajin?' ¡Y también estuve así! ¿Qué haría alguien como él aquí? Se sabe que nosotros no somos muy bien visto por los tsufur. Si hasta yo tuve que cubrir mi identidad.

Quería preguntar más, pero parece que ninguno de los dos estaba dispuesto a seguir hablando de ello. Si hasta Horen le aplicó una sola mirada para callar a su acompañante.

Kori decidió romper el silencio; estábamos en una misión y no había que olvidarlo. Comenzó a interrogar sobre si supieran algo ante la repentina desaparición del agua y este calor.

Y como he ido entendiendo, el agua que se "secó", tenía propiedades revitalizadoras para su ambiente y algunos seres vivientes. Era la causante de que este planeta haya estado en un buen estado; que los seres vivos no hayan sucumbido a los climas fuertes y tras la partida de estos, la tierra y las zonas donde antes había agua sean un verdadero infierno. Parece que el aire también se vio afectado. Era más pesado y algunos gases de aquí eran tan calientes que era imposible respirar bien.

Me espanté por esto. La situación no podría arreglarse así de la nada. Y si una fuente curativa tan importante desapareció así como así, debió haber alguna causa.

Chizou ha insinuado que estas podrían ser solo causas naturales. Y ya nada podría hacerse. Por otro lado, Horen estaría haciendo los preparativos para el traslado de los habitantes de allí a uno de sus planetas.

"Con mi esposa, podremos hacer que estos pequeños tengan una más accesible y longeva vida". Ha dicho. ¿"su esposa"? ¿Sería alguien de fortuna? Y he encontrado curioso que hable sobre la vida con su voz casi destrozada.

Él solo se excusaba con una alergia que se le pasaría. Aunque yo creo que era extraño, e igualmente no insistimos más; ya no querría hablar.

Entonces se acercó a mí. Me observó unos momentos. Y eso me ha puesto los pelos de punta.

"¿Nos hemos visto en otro lado?" Expresa. "Te me haces familiar".

"No, señor. Nunca". Respondí.

La cola del saiyajin mayor se eriza. Vuelve a observarme en silencio. No parecía muy convencido.

Solo dijo: "Debe ser mi edad. Ya me hago viejo". Y me quedé en silencio.

Lo último que vi de ese extraño fue yéndose en una nave pequeña y de aspecto cilíndrico.


Luego de aquello fuimos por algunas casas. Las personas nos agradecieron; se notaban afectados por la falta de hidratación. Pedimos alguna explicación, pero solo nos dijeron que su fuente comenzó a secarse alrededor de unos meses.

Primero en los lugares altos hasta los pozos hondos. El agua solo parecía querer escaparse.

Me quedaré a dormir un poco más antes de investigar. Estoy completamente agotado y este aire pesado no me ayuda.

Cuídate.

Carta 10

He estado algo agitado. Seguimos investigando la causa de la sequía, pero no hay muchas pistas. Lo único que tenemos era el Ki de la gente; en concreto su energía vital y como en algunos casos este desaparece.

Lo ha repetido Kori hasta que me lo memorice: “El Ki es una energía que todos poseemos. Depende como se maneje pero incluso el más inútil puede ser detectado. Debemos usar eso para rastrear quien pueda seguir consciente”. Esto era la único que teníamos y comenzaba a cansarme.

Habíamos interrogado y recorrido lugares pero todos llegan a la misma conclusión. Y mira, cavar un hoyo para encontrar agua no sonaba mala idea en este punto.

En un momento solté que "podríamos dejar que ellos vayan a otro planeta". Esa parecería la opción más segura para esta gente.

Y parecía, porque mi compañero me miró extraño. ¿Has visto como son esas miradas de “solo cállate”? Algo así era.

Me dio cosita, pero solo me respondió que los tsufur no le “daban buena espina”. Y eso me sorprendió; siendo él un patrullero y apoyado por este grupo, pensé que tendría una buena estima. Quise indagar un poco más, y me sorprendí; ese saiyajin no era un cualquiera y tampoco este planeta.


"Bueno, ¿No lo sabes? Él es esposo de la gobernante del OIC y quien controla todos los planetas a su disposición".


Supongo que yo vivía bajo una roca. Es un buen pensamiento si lo crees.


"Seguro te sorprenda”. Encima acabó riéndose ¿Me quiere enseñar o reírse de mí?

“Los saiyajin y los tsufur no solían llevarse bien, pero antes de su extinción, pudo salvarse. Supongo que es como esos cuentos aburridos y demasiado dulce". Él se seguía riendo y yo solo rememoraba algunas cosas de este hombre; eso explicaría porque puede andar ahí tan tranquilo. Aunque... No tendría razón para sospechar de mí. Ya no tengo cola.

Y aún así, tengo un mal presentimiento.


Pregunté un poco más, se le notaba algo pensativo. Al parecer, le extrañó la coincidencia de fechas entre la desaparición del agua y el aterrizaje del saiyajin con su propuesta; esas cosas llevan tiempo.

Pero ¿Puede ser perfectamente una casualidad? Son quienes gobiernan gran parte del universo y cuidar a la población es su deber.

En fin. Parecía que íbamos a terminar la charla. Incluso el calor me estaba agotando.

Hasta que habría insistido en algo más.


"Sospecho mucho de la 'vida digna y duradera' que prometieron. Y ese saiyajin...Tú lo viste ¿No? ¿No te pareció notar algo extraño?"

Esa pregunta había sido extraña. Solo había sentido que se sentía incomodo hablar sobre su alergia y cosas de sí mismo.

Pensamos un rato, hasta que… Un nombre salió en la conversación. Solo deseando un consejo o ayuda de su parte. Al menos querer aferrarnos a eso.

Seguro sabes a quien podría referirme y también sabes que es inútil pensarlo. Ahora solo estábamos nosotros para seguir la labor de hacer un bien por esta gente.

Y también para obtener respuestas. Las pesadillas no han vuelto a aparecer, pero no significa que mi inquietud haya desaparecido ¿Qué pasa conmigo? Siempre que creo haber superado un problema, aparece algo que solo consigue tirarme. Y aún estoy confuso, más que nada conmigo mismo.

No sé qué es real; lo que me dijo quien me crió toda mi vida o lo que podría haber visto aunque solo sea algo muy ambiguo y sacado de un sueño.

Encima este saiyajin... Pareció sospechar de mí. ¿Y si se diera cuenta de la verdad? ¿Y si me deja al descubierto? Es de mi misma raza, pero quien sabe lo que pase. Podría denunciarme o algo. ¿Sería posible eso?

Yo… No sé, ya no sé lo que creía saber de mí y eso me deja confuso. Porque si lo que sé de mi no es cierto, o si te obligan a alejarte más por solo ser un saiyajin ¿Qué podría quedarme? ¿Quién podría ser?


Estuve tan ensimismado que me desvié. Disculpa. Como decía; Kori propuso una última cosa por buscar. El único lugar de este espacio que no creí que existiera: el desagüe.


Oh, y es asqueroso.

Te preguntarás ¿Por qué no buscaron allí antes? ¡Por que no había algo como un hoyo! Solo madrigueras. Al estar ahí, pensé que podrían ser animales las pequeñas presencias, pero al rebuscar en montones de tierra, sí hubo un hueco que conectaba a este lado.

Y agh, el olor.

No faltaba con que me avisara de algo. Kori sentía dos fuentes de Ki mayores a las usuales, así que tuve que ser precavido. El suelo es muy resbaloso y el barro complicaba mi paso.

Acerqué mi puño, y al oír un gran ruido… Salieron unas ratas escamosas. Se fueron tan rápido como aparecieron.

Brrr. Espero salir pronto antes de ganar una nueva fobia.

Y el constante goteo no ayudaba demasiado. Pensando en la situación y contexto, solo me ponía más de los nervios y no ayudaba a mi deseado control. Kori se dio cuenta y me pellizcó.

AGH en la oreja. Justo ahí. Casi lo golpeo, pero apenas se rió me dijo algo que me dio vuelta la cabeza.

"Ya que esta será nuestra última misión juntos ¿Qué harás después?".

Pensé en decirle que volver a casa, pero… No sé si pueda volver a las peleas. Al menos estas clandestinas. Sería un riesgo y… Realmente no pensé en ello tanto como debería; era algo muy importante y estuve ocupado con mis estúpidas divagaciones.

"Lo único que sé hacer es pelear. Sin eso, estoy estancado".

Él pareció entenderlo y solo me dijo que podría pedirle una mano. Eso me alivió. Sé que de cierta forma, me metí yo en este lío, pero… Me tranquiliza tener una mano compañera.

Prosigo. Detuvimos el paso y observamos una figura muy familiar allí. Estuvo cavando la estructura y recogiendo lo que salía despedido. Al iluminarlos.. Fue asqueroso. No creí que fuera a ser cierto. Estaba Chizou, con una expresión desesperada —y apuntalando de ser necesario— retando a alguien más que ponga las manos y extraiga.



No me extiendo más, seré directo: Usé la fuerza. En cuanto tuve la oportunidad, tomé con mis manos a esa rata y lo obligué a mirarme. No dudé en canalizar la fuerza en mis dedos sobre sus hombros para que no escape.

Me sentía tan asqueado y enfadado. No dije una sola palabra, pero supongo que no debió ser necesario; él se veía aterrado. Y mientras más lo observara, más helado parecía.

Kori se encargó de esposarlo y aplicarle un debido interrogatorio. No había tiempo para ser amable. Y cada palabra salida de la boca de este “elite” me haría vomitar. Él era el responsable de la ausencia de agua y este deterioro al planeta; cada día succionaría la fuente de este planeta para enviarla en secreto a su “socio”, el mismísimo rey. Nadie se daría cuenta. No mientras esta persona fuera quien manejara los hilos y disipara las sospechas con puras excusas.

Sus razones no las entendí bien, pero parecía que no le importaría extinguir un par de planetas si les da más "mano de obra" a ese desgraciado, con su debida recompensa.

Y yo… No sé. Sospechaba de este tipo, pero que un saiyajin haga esto me descompone. Alguien que podría aspirar.

Creí que esto marcaría una diferencia. Si encontraba a otro como yo, podría ayudarme hacia las respuestas que buscaba. De nuevo, me he equivocado.

Carta 11

Tuve que buscar otra hoja. Esto es demasiado largo.

Cómo sea, prosigo... Habíamos atrapado a Chizou y Kori no se iba a tardar en su labor. Detendría esta treta cuanto pudiera mientras hubiera apresado consigo a la rata para un duro juicio.

Dijo que podría apelar a una demanda contra Horen y tener unas cuantas explicaciones.

Pero no lo pensé muy bien. Solo tomé tan fuerte como pudiera los hombros de esta sabandija y pedí por donde encontrar al saiyajin. Mientras más se extendió el silencio, más fuerza impuse entre mis dedos. El rostro de este hombre solo me asqueaba, y quería quebrar cada uno de sus dientes.

Entonces noté a Kori, quien estaba a mi lado y… Me observaba, no con enojo, sino serio y comprensible. Me estaba dejando llevar otra vez por mis emociones y podría arruinarlo todo… No estoy solo en esto. Kori es mi compañero.

Pude calmarme y escuchar todo lo que debiera decir Chizou. Entre esos, una posible ubicación de Horen; una pequeña nave donde solía descansar y marcar zonas subterráneas donde tomaran del agua. Aparentemente estaban más aliados de lo que creí, al menos para poseer la suficiente confianza en reunirse sin guardias.

Kori me dijo que debía esperar unos refuerzos que se llevasen a Chizou. Claro que llevarlo con él sería un riesgo; perder la pista de Horen, el tiempo que equipara ir de nuestra nave a la prisión galáctica, papeleo… Puaj. Ya me aburre el solo escribirlo. Solo debes saber que es mucho trabajo. Le propuse que podría quedarme con nuestro prisionero mientras él parte hacia el “rey escurridizo”; aunque tampoco estaba demasiado seguro en dejarme solo con él. Je, vaya confianza.

Quedamos en: yo sigo sin patear el trasero de Horen y avisaría a Kori cuando esté en la zona. Él llegaría lo más rápido que pudiera, y si es necesario, que distraiga a nuestro ladrón.


No podía dejar de pensarlo. ¿Qué haré si lográsemos capturarlo? ¿Golpearlo? ¿Dejarlo a otras fuerzas mayores? ¿Escupirle en la cara que es una vergüenza? No he conocido otros saiyajins, en serio, pero cuando comencé a ver a… A ellos, en mis sueños. Cariñosos, protectores, creía que Horen podría ser así.

Él es lo último que podría decirme “algo” sobre mi memoria; sobre eso que durante mucho tiempo lo reemplacé con otra cosa. Tu mentira. Pero ahora solo siento que es inútil. ¿Y si me llevo otra decepción? ¿Y si él fuera solo un bárbaro y yo sea una rareza?

Ni siquiera me preocupa aceptarlos. Soy consciente de haber tenido una cola, pero durante toda mi vida me crié como un ser humano y con valores. Gracias a ti.

Pero necesito esto. Solo así pueda llegar a entender esta parte de mí tan confusa.


Luego de avanzar, pude encontrar su nave. Me escondí, intentando mantenerme lo más tranquilo posible; si él sentía mi Ki, estaba frito.

Observándolo, parecía tomar algo. Era agua. Se veía tan destrozado como la última vez, pero tras beber, se volvió más revitalizado. Sus facciones eran menos duras, las marcas desaparecían y hasta sus tos ya no se escuchaba.

Eso era muy extraño, pero al pensarlo bien, tenía sentido. Todo este problema cobraba sentido. Y pensar que las cosas extrañas pararían.

Intenté contactar a Kori; me había dado un aparato que funcionaría como GPS. Mientras yo esté aquí, él podría buscarme. Ahora solo debería esperar un poco… Ugh. Esto me pone de los nervios. Ya comienzo a sentir mi pie queriendo saltar.

Mantente quieto, maldito.

Intenté calmarme, primero respirando y luego observando al saiyajin. No pareció notar mi presencia, así que eso me tranquilizó. Al menos por unos momentos, antes de aproximarse a su salida de la nave y yo recobraba mis nervios con ganas de dar algún buen puñetazo, y observar el espacio. Tuve que estar más atento e intentar tranquilizarme. No tenía idea como esconder mi Ki, pero creo que alterándome no sería mucha ayuda.

Horen tomó algo de su bolsillo y lo colocó en su oído; yo sabía de ello, aunque nunca tuve la oportunidad de verlo por mí mismo. Era un rastreador, financiado por los tsufur. Se quedó allí un momento hasta que comenzó a hablar. No era mucho pero podía sentirlo bien; estaba frustrado y querría comunicarse con Chizou. Algo de una alianza y amenazas que no me cayeron bien.

Intenté relajarme, pero era increíblemente odioso.

El hombre no quiso seguir intentando y procedió a elevarse. ¡Querría buscarlo! ¡Debía detenerlo!

Oh bueno. Adiós sigilo.

Concentré tanta fuerza como podía y lancé una piedra hacia él, aún desde la distancia, esperaba darle. Horen la observó pero solo se limitó a atajarla. Aquello le sorprendió y buscó mi presencia. Por cada segundo su expresión se volvía más enojada.

No quise tomarme demasiado tiempo. Ocupé más piedras de aquí las disparé en diferentes direcciones pero no muy lejos de él; quería llamar su atención. Él se lo tragó y preparó en su mano lo que era una especie de… Bola de energía. Oh no.

Eres un pendejo, Yudai.

Corrí, refugiándome de la gran explosión que abasteció el impacto de la esfera. No estuve herido más allá de algunos raspones. Pero claro que esa nunca fue la intención. Oh claro que no.

Miré por delante y allí estaba él. Observándome con una sonrisa estupefacta.

“¿Qué te trae aquí, pequeña rata?” Soltó. Orgullo no le sobraba.

Kori aún no aparecía, así que tuve que elaborar una pequeña actuación; pretendí sacar unas esposas y exigirle un arresto. Me puse muy firme e hice lo posible por disfrazar mi temor.

¿Él mismo? Se rió.

Se rió de mí. De mi declaración y de mi misma presencia. “un humano como tú ¿Arrestarme? Ja”, eso diría. Comencé a exigirle que callara. Que él mismo no me haría dudar y que le haría pagar por sus crímenes a esta especie; incluso si quebrarle los dientes a un desgraciado saiyajin fuera necesario.

Eso último pareció haberlo “golpeado”. No soportó la idea de pensar que es solo otro maldito con suerte ante toda una raza muerta. Incluso extinta por medios que no parecen ser naturales.

Ya no se reía. Ahora solo se calló y mantuvo serio. Se puso en posición de ataque y yo también. Estúpido Kori, ¿Por qué debes tardar tanto?

El encuentro comenzó y casi pierdo un ojo.

Comencé a moverme, intentando esquivar sus movimientos y deslizarme para conectar algún golpe. No era fácil; no solo me bloqueaba, sino que logró darme en algunas zonas. Incluso Parecía controlar bien el Ki y yo apenas podía predecirlo.

Al instante, se movilizó en forma de vuelo, impactando su puño en mi estómago, acompañando de un rodillazo. Caí e intenté protegerme sus golpes, hasta lograr nuevamente mantenerme en pie. Comenzaba a sentir un gran ardor en mi interior ¿Sabes? ¿Crees que es una reacción de supervivencia o algo más?

Intentaba concentrarme; procedí a moverme con más velocidad. Necesitaba confundirlo y así fue, incluso conseguí darle un jab para desestabilizarlo. Pero no pude rematarlo, sin duda era más rápido y experimentado que yo. Una poderosa onda de energía suya me sacó volando despedazando parte de mi traje blindado y cuando me quise levantar, no podía respirar bien. Tampoco ver. Mientras más respiraba, todo se volvía borroso.

Horen se acercó a mí y dio patadas a mi rostro. Una tras otra. Las más dolorosas que puedas imaginarte. El ardor me e hice lo posible por intentar levantarme. Sin embargo, se me adelantaba para darme rodillazos. Una y otra. Y otra vez. Cada uno en el rostro y dejarme atontado. No podía pensar bien y lo único que me quedaba era aguantar.

Mi salvador se presentó en forma de una bala. Kori comenzó a disparar una andanada de balas. Su intención era alejar ese tipo de mí y apresarlo. Incluso así, este saiyajin usó la amenaza. Se notaba más destrozado que antes y eso era extraño. ¿Sería que lo que bebió perdía efecto?

Kori, aunque con temor, ignoró cualquier cosa que él dijera y consiguió generar esquivarlo con su vuelo mientras contraatacaba. Aún así, en un momento el saiyajin lo tomó. Iba a destrozar su muñeca. Intentó zafarse o apresarlo, pero fue inútil.

Era como si la energía misma fuera débil a su tacto.

Esto se tornaba más complicado. Debía pensar ¿Qué podía hacer? No creo que pudiera vencerlo. Ni con todos mis intentos, pero… Pero si pudiera hacerlo caer, aunque sea un momento, Kori podría escapar.

Intenté levantarme. Ugh, aún en mi estado, este calor me abrumaba. Solo pensaba “vamos yo, levantate. Ahora más que nunca te necesitan”. Pensar que podría fallarle a alguien más, era lo que me atemorizaba.

Es más, fallarle a mi compañero. Mi apoyo y… Amigo. Si era necesario, romperme los huesos.

Ignoré mi dolor y me abalancé. No podía correr tan rápido como antes pero no importaba. Si podía aguantar y no caer sería suficiente. Horen me notó y creó una enorme onda de energía. Creyó que estaría acabado.

Gran error.

Su salud debió afectarle, porque no era ni la mitad de potentes que sus ataques anteriores. Al momento de fijarla, solo golpee instintivamente con mi izquierda. Mi mano ardió. Pero intenté mantenerme en paz.

¿Alguna vez has sentido eso? ¿Recordar algo insignificante que resultaba no serlo tanto?


“Hay que obtener un equilibrio. Estar tranquilo, pero sin quebrarse al miedo. Ser valeroso, pero tampoco impulsivo. Dejar que la energía fluya y concentrarte en un punto”.

Cerré un momento los ojos y lo hice. Pensé en mi mano misma. En lo que estaría en juego. En el calor que surgía y hacerlo explotar.

Al abrirlos, la onda de energía ya no estaba direccionada hacia mí, sino que a un costado.

Horen se vio sorprendido, aflojando su fuerza y dándole a Kori la oportunidad de hacerse a un lado, golpeándole en la quijada al hombre y aplicando un golpe de gran presión al aire para incapacitarlo. Debió costar su esfuerzo, porque de inmediato avisó a refuerzos, esta vez elevando más su voz.

Me acerqué a él. Ya no parecía ser una amenaza, solo estaba muy agotado, igual que yo. Aunque también me sentía frustrado y abrumado.

Todo habría acabado, así que solo quería preguntar algo. Me puse de rodillas y solo dije:

“¿Por qué llegar a esto? ¿A tanto que pueden ser como tú?”.

No esperaba que lo entendiera. Y no lo hizo, al menos como dije, solo se rió a carcajadas. Como un pobre desgraciado. Como alguien que vendió su orgullo a los tsufur, ignorando la posibilidad de que otro como él haya sobrevivido. Pensándolo ahora mientras escribo, no sé si es porque él haya vivido tanto una vida que ignoraría todo lo demás.

Y eso pareció acercarse cuando me dijo algo más.

“Ya no habrán otros como yo. Murieron todos por debilidad. O el miedo que provocaba en otros por su propia debilidad. Si ahora sigo vivo es porque me dejé mi orgullo como saiyajin para vivir con los más grandes del universo… Aunque sean quienes menos lo merezcan”.

Quería preguntarle ¿A qué se refería con eso? ¿Lo que vi era verdad? ¿Quién lo hizo y por qué? ¿Cómo le habrían dejado vivir a él?

Tenía tantas preguntas y me sentía tan cerca de resolverlo.


Aún así, no pude. Me siento tan cansado, pero iré ya directo al grano.

Cuando estuve interrogando, los refuerzos de Kori llegaron, junto a alguien más. Esta otra persona, no sabía quién era, al menos hasta ahora. ¿Recuerdas mi misión con los yardrat? Era él. El extraño.

No lo pude reconocer sin la capucha, pero efectivamente portaba los mismos rasgos y su voz. Me chocó más su cercanía con el rey; no solo pudo entrometerse para saber del problema que se generaba en “su” planeta, también tenía el suficiente poder para acercársele y hablar primero.

Me di cuenta al escuchar dos palabras: “padre” y “hogar”. Él era el heredero tsufur e hijo de ese desgraciado.

No pude hacer mucho en mi estado y hasta apenas poco antes de escribir, tuve que procesar esta información, pero lo último que supe fue que él pidió un permiso especial para “encargarse” del rey. Al parecer el resto de la realeza no supo nada de este negocio, así que como una especie de ‘código’ entre los suyos, debía pagar un castigo. No he sabido nada más, solamente me desmayé y Kori no recibió noticias.

Y… Ya. Eso es todo.

Puede parecer poco, pero escribir esto me ha sido duro.

Cuando parecía acercarme a algo que me ayudaría, solo me fue quitado de las manos. Y este sujeto… Parecía un extraño agradable, pero ahora solo es más extraño. Y me perturba. Tú no lo viste, pero había algo raro en él. En su misma presencia.

Solo… Un mal presentimiento. Supongo.

Un hijo que busca ayudar a su padre, debería ser bueno, pero él no parecía realmente afectado. En todo momento se mantuvo tranquilo, incluso cuando pudo observarme a mí, no fue con odio, frialdad, ni nada que se le pareciera... Solo una extraña comprensión que hasta ahora, me intranquiliza.

Carta 12

Eh mira. Sé que dije que iba a dormir, pero no lo hice. O bueno sí intenté pero algo pasó y no he vuelto a conciliarlo.

Kori me despertó. Según él, había estado gritando. No puedo recordar eso, pero sigo estando algo agitado. Y ahora mientras escribo, vigilo mis latidos.

Hay un pulso. Dos pulsos. Tres pulsos.

Cierto. Kori. Él me habló por esto, preocupado si me ocurría algo; y es que me ha notado algo raro estos últimos días. No es que haya gritado o algo parecido, pero sí sintió que no le he contado algo desde nuestra última misión –bueno, en realidad no hemos hablado casi nada. Solo he estado descansando de mis heridas–.

Solo le dije que estaba bien y que lo que tenía eran malos sueños, pero nada por lo que deba meter mucha su nariz. Aún así, insistió en mi “pequeño interrogatorio”, ya poniéndome nervioso. Solo se me escapó que estaba muy intrigado por la relación de los saiyajins y los tsufur; la extraña extinción de esta raza y como el último de ellos ha podido vivir incluso hasta tener un hijo.

Kori no pareció convencido, y no lo culpo. Tampoco puedo entenderme del todo. No quería exponerme como saiyajin, no solo por el trabajo que habrá tomado, sino… Bueno. He estado toda mi vida viviendo así –como un humano–, solo tirarlo por la borda de repente es… Es extraño. Como si una parte de mi propia familiaridad  se fuera. ¿Puedes entender eso? Aunque él no sea malo –y dudo mucho que me mande a matar– temo como pueda caer esta noticia.

Solo me respondió algo que aprendió hace tiempo estudiando la ‘historia’; "los tsufur eran esta especie habilidosa y de gran sabiduría que querría mantenerse en lo alto del status para mantener el orden y explotar al máximo el potencial de varias especies; sin embargo los saiyajins eran una  excepción. Con su barbarie y orgullo, llegaban a chocar sus ideas hasta que… En un extraño giro de eventos, no lograron adaptarse a los 'cambios naturales' y como todo ser vivo, murió”.

Ciertamente me deja estupefacto esto. Ni siquiera ya mi pulso se regula. Y quizás saco demasiadas conclusiones, pero parece que ellos alteraron los hechos a su beneficio.

No lo vi bien en su momento, pero incluso Horen creía que ya era una batalla perdida. Si no querían saiyajins con orgullo, mejor eliminarlos.

Era frustrante pensar esto, pero ya tenía mis respuestas y mi viaje terminó. Solo debería esperar hasta mañana y volvería a mi vida como la conocía. Sin embargo, la charla no concluyó.

Kori me habló de algo. En realidad, quiso decírmelo antes pero con todo este problema, no hubo oportunidad… Solo me agradeció por todo este tiempo de trabajo y me preguntó que haría, y yo… No sé.

He estado pensando en tantas tonterías, que no se me cruzó. ¿Qué podría hacer cuando volviera? Volver a las peleas ya no sería seguro —si quiero ahorrarme otro arresto— y tampoco soy bueno en muchas cosas.

Y si lo preguntas; no. No pude responderle. Comencé a ponerme nervioso, jugué con mis manos y me quedé en silencio hasta que se me ocurriera una maldita respuesta. Él pareció notar mi ánimo y solo rió. ¡Incluso me revolvió mi cabello! ¿Quién le dijo que podría hacer eso? Incluso comencé a mirarlo mal, a ver si así captaba la indirecta y paraba.

No lo hizo.

Siguió bromeando tontamente como siempre; “si te estresas, ahí te va a saltar otra vena” ya bueno, tuve una pequeña crisis, tarado. No me ayudas.

Al relajarse, me dijo esto. Que agradeció el apoyo que yo le he dado, incluso con mi poca capacidad de hablar como alguien decente, apreció mi ayuda y que le ayudará a crecer como un mejor patrullero. Por eso él quiso “devolverme” el favor. Algo para que me ayude en mi futuro. En este futuro que ni siquiera puedo prever, pero que igual yo “sentiría” su compañía, aún si estamos lejos.

Me dio unos guantes. Y no de cualquier tipo. Estos eran grandes y con peso: los probé y aunque parecían incómodos, mis puños se volverían más duros. Me ha dicho que el material que lo provee es similar al de algunas armaduras que se porta para viajes espaciales; no se verá muy sucio y tampoco hay demasiado riesgo en canalizar mi Ki. Al menos como forma de entrenamiento, servirá.

Aún así, lo que más llamó mi atención, fue un pequeño garabato grabado allí; era una caricatura de Kori con el símbolo de la patrulla. Él… Me dio este obsequio como compañero y amigo.

No pude hacer mucho más que sonreír y resguardar este regalo.

Quizás ya no pueda pelear como antes, pero si pudiera ir a algún sitio oficial… Sería buena opción. Claro que hasta entonces, estaré barajeando métodos para ayudar en casa.

Seguimos charlando y quedamos que nos volveríamos a ver una próxima vez. Yo habiendo ganado un buen dinero, le pagaría un plato de mi comida favorita. También volveríamos a tener una pelea de práctica, y le enseñaría cuanto haya mejorado en mi manejo de Ki.

Nos despedimos aquella noche, deseándonos la mejor de las suertes y yo deseando que nuestros caminos alguna vez puedan cruzarse.

Carta Personal

No sé cómo empezar esta carta, ¿Un hola? ¿Buenos días? ¿O sólo ‘hey’?

Pero bueno. Ya tengo tu atención. Seguro esto es una situación particular: mi viaje terminó hace tiempo y me hospedé en casa, así que ¿Por qué una carta?

Bueno, en todo este tiempo que me mantuve escribiendo, caí en cuenta que... Este no es un hábito fácil de quitar. Incluso ya se me estaba haciendo más fácil expresarme aquí ¡Imagina desperdiciar eso! Escribir una nota, garabatear, se siente raro no hacerlo. Así que empezaré a contar un poco de cómo estoy.

Luego de ser trasladado de vuelta a mi hogar, pude hablar con mi madre. Estábamos algo incomodo, creo que yo más que ninguno. No me había preparado del todo y se me notaban los nervios, incluso se me escapaba alguna palabra muy “formal” hacia ella; eso causó una pequeña risa que aligeró el ambiente. Lo que siguió fue… Raro. Oír la verdad de ella se siente duro, pero también una especie de alivio; como si algo que habría estado persiguiéndome se marchara.

Ella me mintió, sí… Pero entiendo que fue por un bien y por las pesadillas que me acosaban desde muy pequeño. No me agrada este método, pero sentir que ahora hemos sido honestos completamente con nosotros mismos me da una extraña sensación de paz. Aproveché a indagar más: si sabía algún detalle o quien los mató, pero su respuesta me desilusionó. Sabía tanto como yo sobre el responsable y otro misterio parecía sin resolverse.

Seguro tendrás interés –o no, pero necesito crear conversación—sobre lo que ocurrió después. Me instalé en casa y volvería a mis labores, pero esta vez con algo más. Me enseñaron el Ki y tenía planeado practicarlo. Sé que con ello, puedo hacerme más fuerte y mejorar mi desempeño.

Así que eso, mis primeros días fueron intentar controlar el potencial que quizás tenía. Primero con las emociones hasta acostumbrarme. Luego voy a pasarlo a mis puños y crear golpes que te harían llorar.

Pero eh, eso no lo es mejor que tengo para decirte.

¡También conseguí un trabajo!

O bueno, algo así. Una de las personas que observó mi último combate notó que buscaba desesperadamente empleo, y me ofreció uno por algo se empieza ¿No?. Mi labor es básicamente llevar la mercadería que transporta hacia sus negocios y atender algunos clientes. Eso último es desesperante ¡Tengo que hablar con mucha gente a diario! Encima que no sé de qué clase saldrá cada día diferentes especies, diferentes culturas y claro, diferentes grados de respeto, así que si no tengo suerte, hay algún tipo idiota o solo un chiquillo irritante. Para esto último, incluso mi jefe me ha obligado a aprender a entretenerlos por más molestos que fuera. Él vio que tenía cierto don con mis manos –algo como ‘saber posicionarlas en el lugar indicado’—y con mi fuerza, me enseñó a tallar pequeños modelos de madera como “juguete de soborno”. No son muy lindos, pero creo que les da suficiente gracia a los niños para que se mantengan tranquilos por un momento, así que eso ya es una victoria para mí.

La paga aquí no es nada del otro mundo, pero me gusta sentirme útil de alguna manera y es agradable convivir con mi jefe. Me suele hablar de algunas anécdotas suyas y también no le desagrada conocer cosas de mí; le comenté un poco de ti y mis aventuras –omitiendo detalles que podrían delatarme–. Es cierto que él es un poquitíiiin exigente, pero nunca falla en darme algunos consejos para ser “un sirviente carismático” y no dar respuestas muy cortantes; con suerte, en mi próxima carta tendré mejorías para comentar.

Ahora que estoy en mi horario de descanso, escucho algunas noticias que sueltan los clientes, y  supongo que podría interesar. O no, pero lo estoy escribiendo igual.

Horen fue… Bueno, él murió recientemente. Oficialmente se dijo que era por su enfermedad; todos sus familiares dieron un discurso público hablando de cuanto lo lamentasen, sin embargo, me es extraño que su hijo no se haya presentado o al menos dicho alguna palabra. Se ha dicho que el príncipe está en una gran preparación para su “ascendencia”, pero no dejo de tener mala espina.

¿Qué será lo próximo que hagan los tsufur?

Esta vez parecen haber salido mejor parados, pero tendré puesto el ojo en al menos uno de ellos. Incluso pude recordar el nombre con tanto revuelo: Rediktum.


Pronto volveré a trabajar, pero seguramente te escriba. Ya no porque me sienta inseguro, sino porque me gustaría reencontrarme contigo y esta es la mejor forma de comunicarme.

Hasta entonces, amigo mío. Cuídate, Kori.

Habilidades2

Fortalezas
[]

Lectura Visomotriz: Debido a haberse entrenado la mayor parte de su vida, además de acostumbrarse a observar estilos de pelea diferentes; Yudai tiene la habilidad de “leer” los movimientos de su oponente –especialmente si están en niveles similares–, siendo un buen apoyo para su defensa o empleo de técnicas ofensivas. Aún así, no es tan simple, porque de tocarle un contrincante superior a él, deberá aprender a adaptarse hasta encontrar el momento para ir al ataque.

YudaTorsobySaail

Control Físico: Al tener sangre Saiyajin y un gran potencial en habilidades físicas –sea la fuerza, velocidad o resistencia–, Yudai mantiene un control lo suficientemente equilibrado para efectuar con mucha potencia sus técnicas. Esto es importante a tomar, ya que el personaje posee un estilo de pelea que requiere de transportar el peso de los movimientos a otras articulaciones y no generar demasiado estrés a los músculos.

Debilidades
[]

Manejo básico del Ki: Sin tener un maestro de estas artes que pueda enseñarle a controlar  por completo el potencial de su energía, Yudai solo ha logrado manejar aspectos básicos, como aumentar aptitudes físicas suyas. Sin embargo, no maneja con facilidad técnicas como volar o disparar ráfagas de Ki, siendo una completa desventaja si se enfrentara a usuarios con control de energía avanzada.

Estilo de combate
[]

YudaiEntrenando

De la forma que fue creciendo en los últimos años de su vida –y no tener un maestro fijo, formándose de manera autodidacta–, Yudai se adaptaría a un estilo enfocado solamente en las técnicas físicas. Para esto, explotaría también algunas de sus cualidades como saiyajin, elaborando estrategias que exploten al máximo la buena resistencia física y fuerza potencial que pueda presentar en sus ataques.

Agregando a lo dicho; la autora se inspiró en el estilo de los boxeadores estilistas, quienes combaten a base de un equilibrio de técnica, velocidad y estrategia. Yudai acorde a esto, se enfocaría en un primer momento de mantener la guardia y distancia frente a los oponentes. Utilizando su buena ‘lectura’ de movimientos y juego de pies, intentaría esquivar cualquier ataque en su contra, a la vez que maquina una estrategia para mantener agotado o debilitado al oponente previo a efectuar sus propios golpes. La estatura también sería otra ventaja; al movilizarse lo suficientemente rápido, es un objetivo difícil de atrapar.

Al ser un saiyajin, el personaje tendría un don innato para la lucha. A esto se refiere a mejorar con cada nueva experiencia que obtenga, sea ganando nuevas técnicas o reestructurar una ya conocida, especialmente con su perspicacia mentalizando en algo simple como “¿De qué otra forma puedo joder a mi rival?”.

Las técnicas con Ki son un ejemplo de ello; al no estar acostumbrado a usarlas, su función actual son en mayoría de apoyo, mejorando las aptitudes físicas del estilo para generar variaciones, nuevos combos o estrategias defensivas

Tipo de guardia
[]

Al ser un peleador del tipo defensivo, Yudai necesitará una guardia efectiva para no ser víctima de ataques, por lo que se decantaría por la Esgrima. Protegiendo la quijada y con un brazo recto para pelear; se emplea de la siguiente manera, al mantener la distancia con sus oponentes, usaría el brazo de la quijada para desviar o resistir golpes, mientras que con el libre, aprovecharía a lanzar un puño lo suficientemente potente para dejarle sin aire.

Para contribuir a la guardia, Yudai movilizaría su cuerpo en forma de ‘péndulo’, que como se le conoce en el boxeo; es movedizo de izquierda a derecha, no pudiendo dejandose tocar.

Percepción del Ki
[]

YudaiMeditando

Antes de profundizar en las técnicas de energía en Yudai, primero se debe tocar la clase de percepción que se tiene del Ki y su relación con este para poder efectuarlo.

¿Qué es el Ki? El Ki es la energía latente en todo ser vivo. Esta se compone por las siguientes bases: la fuerza física, mental y voluntad.

Los ataques o formas de energía que suelen verse en la franquicia son la materialización del Ki. Por ejemplo, el Kame Hame Ha de Roshi requiere una posición mecánica específica para crear la masa buscada. Que este ataque despegue depende del equilibrio de estas tres bases. Si una (por ejemplo, la fuerza física) está desequilibrada, el proceso de la técnica solo colapsaría (bajo este ejemplo, el ataque puede dañar gravemente al propio usuario por no tener la resistencia física necesaria).

Pensando en el estilo de combate de Yudai, este debería tener un equilibrio de los tres. La fuerza física para resistir contiendas y dar buenos golpes; la fuerza mental para mantener la concentración y la calma; y la fuerza de voluntad para no rendirse ante lo que se oponga y liberar todo el potencial escondido.

En pocas palabras; la adaptabilidad del saiyajin y la calma en base a su estilo defensivo son la clave para que haya logrado mejorar sus propias capacidades.

Tecnicas

Step-Drag
[]

YudaiStep-Drag

Es llamado así a uno de los estilos básicos del juego de piernas. Yudai apoyaría parte del peso de su cuerpo en su pie dominante y con el otro comenzaría a desplazarse por arrastres, efectuando movimientos lo suficientemente escurridizos para mantener una buena distancia.

Otra característica de esta técnica, es que al entrar en un estado de velocidad alta, el saiyajin podría crear “imágenes” de sí mismo para engañar al oponente, haciéndole creer que lo tendría más cerca de lo que parece y concluyendo Yudai la contienda con un ataque que la otra persona no se esperaría.

Uno de los remates presentes en esta técnica consisten en: si Yudai se desplaza constantemente mientras esquiva ataques, a la vez que acumular energía en los pies sin que el enemigo se dé cuenta, estos movimientos se volverán progresivamente más rápidos y al cargar energía necesaria, puede tomar suficiente impulso con sus pies y expulsarla toda a uno de sus puños para dar un golpe.

Otro punto es la habilidad de poner en contra la tactica ofensiva del oponente. Siel oponente le lanza un puñetazo, Yudai lo detiene entre sus antebrazos con un fuerte impacto. Luego de eso, sigue desplazándose, sin soltar el brazo de su oponente, forzándolo a perder poco a poco el equilibrio para terminar con un cabezazo y soltarlo de imprevisto, esto para que caiga hacia atrás.

Step-Blast
[]

YudaiStepBlastPose

Esta sería una variante del Step-Drag tras haberse formado en el control del Ki.

Yudai concentraría la susodicha energía en la planta de sus pies; el cual llegado el momento en que se genere visiblemente una serie de descargas y chispazos, lo ponga en práctica con su desplazamiento. Esta técnica tiene dos fines: aumentar la velocidad del usuario y crear “huellas detonantes” que serían en este caso, pequeñas chispas sueltas provenientes del regate. Al momento que alguien ajeno al usuario, toque estas “huellas”,  se verían envueltos en una gran explosión.

Jab
[]

Mientras está en una posición de combate, el puño más cercano se lanza directamente hacia adelante, manteniendo el brazo completamente extendido desde el costado del torso. El proceso también implica un giro rápido del torso. Es un golpe por encima de la cabeza; en el momento del impacto, el puño en movimiento generalmente se mantiene en una orientación horizontal con la palma hacia el suelo.

Al infundir Ki en esta técnica, no solo la fuerza y velocidad se vuelven mayor, sino que también el impacto del puño crece, causando heridas internas.

Hidden Jab
[]

YudaiHiddenJabPose1
YudaiHiddenJabPose2

El usuario toma una postura más inclinada, retrayendo una mano a la altura del torso y la otra cerca de la barbilla –como alternativa de defensa–. Posteriormente, rotaría su hombro para facilitar el desplazamiento del brazo, el cual este se mantendría medio extenso, facilitando la movilidad. La particularidad de la técnica con un Jab normal, es que esta consta de una seguida serie de puñetazos en el aire, realizados en una velocidad imperceptible al ojo común, siendo aquella su ventaja.

El impacto de estos golpes se presentarían como unas “puntadas invisibles” que dejarían momentáneamente vulnerable al oponente; Yudai aprovecha esta oportunidad para finalizar la técnica con un puñetazo directo a la quijada.

Otro uso de la técnica es como finta: cuando Yudai pretenda “golpear” al oponente en su guardia, este otro creerá que solo son puñetazos mal direccionados. Sin embargo, a los pocos instantes el impacto residiría en una zona sensible del oponente, quedando inhabilitado.

Resonance Illusion
[]

Yudai se agacha y comienza a avanzar hacia el oponente mientras genera ilusiones de sí mismo para evitar los ataques que puedan darle. Al alcanzar una buena distancia, comienza a dar múltiples puñetazos mientras se moviliza en círculo alrededor del oponente; este no podría esquivarlo por las imágenes falsas que toman forma en su zona.

  • Combo: Utiliza su Step-Drag para desplazarse constantemente mientras esquiva ataques, a la vez que acumula energía en sus pies sin que el enemigo se dé cuenta. Sus movimiento se van volviendo más rápidos, y cuando carga suficiente energía, toma impulso con los pies y pasa toda su energía a su puño. Antes de lanzarlo, usa su ilusión de puños para despistar el rival y que no pueda esquivarlo.

Sun Cross
[]

YudaiSunCrossPose

Cuando Yudai esté a punto de recibir un golpe directo, este se agacha, apoyando su pie dominante por delante y con el brazo paralelo al del oponente, lanzar un puñetazo directo al estomago. A continuación, tomaría impulso para dar un salto y con la energía ya establecida, lanza un puñetazo con la mano libre hacia la zona de la cabeza mientras la figura de un gran Ozaru se posa por detrás del usuario. Al momento en que la mano haga contacto, se desplegaría todo el Ki acumulado; formándose un torrente de energía que llevaría disparado al oponente al cielo, como si de una estrella se tratase.

Esta es una técnica que solo funciona como contraataque y requiere de la suficiente precisión para imbuir las reservas de Ki en las extremidades correspondientes, por lo que no es usada de manera frecuente. Implicando también el desgaste de energía que provoque.

Remate del Mono Boxeador Samurai (No canon)
[]

YudaiftNoah

La técnica que Noah y Yudai pensaron en equipo luego de los sucesos de su One Shot, en un reencuentro y desvaríos mentales acompañados con copas (aunque solo Yudai estaba ebrio).

Yudai distrae a su contrincante con su Resonance Illusion contra el enemigo para distraerlo por un par de minutos, en lo que Noah salta a la espalda del rival y con sus espadas gemelas, realiza un corte en cada hombro. Luego, lo golpea en la nuca con el mango para dejarlo atontado y Yudai lanza un uppercut como remate.

Yudaiicon Galeria
Cronologia de Diseños
Especiales
Fanart
Yudaiicon Curiosidades/Agradecimientos
  • Para el evento del TeamKaichi, participó en un One-Shot especial con la jodida querida novia de Bra donde se pondría a prueba su aguante estomacal con las bebidas extrañas de la shinjin.
  • Un detalle curioso es que algunas ilustraciones del personaje practicando sus técnicas lo muestran a él con unos guantes de pelea; en realidad, estos son los mismos que recibió de regalo por Kori y una muestra de cuanto los aprecia al utilizarlos tras su viaje. También, sirve para definir la línea de tiempo y que él posee estas técnicas luego de la historia que se contó.
  • Agradecimientos a Saail Gox por la ayuda en códigos, ideas y no morirse en el intento.
  • El diseño civil del personaje está inspirado en el traje de Han Solo, incluso también que antiguamente portara un arma.
  • El nombre de Sun Cross también posee su debida inspiración. Cross hace referencia a una técnica del boxeo, del cual fue adaptado este, mientras que su definición literal significa cruz, referenciando la coreografía de los brazos. Sun se refiere a la estrella del cielo el cual el mismo texto menciona. Además que así era llamado Sun Wukong, la inspiración directa de Son Goku y la forma Ozaru que se visualiza en el ataque.
    YudaiBra
  • Al principio, Yudai en realidad iría con Bra al 4to Teamkaichi Budokai, pero eso se cambió unas semanas antes de comenzar el torneo. Pero quedó un fanart de eso.

Advertisement