Dragon Ball Fanon Wiki
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Sugoki y Bamber son un dúo de personajes compuesto por un pequeño tsufurujin y un metalman, siendo ambos creaciones del usuario DenCosmic, de hecho, considerándose prácticamente como los personajes insignias del mismo. Su creación fue realizada para participar en torneos, siendo su primera participación el 1º Torneo Fanon del Poder y habiendo sido partícipe de otras tantas competencias de la comunidad.

Además de su participación en torneos ha sido un personaje recurrente en diversas obras de la comunidad, ya sea series como Dragon Ball Fanon, Blade & Crim: Socios en el Multiverso y DBF: Multiverse o videojuegos como Dragon Ball Fanon: Budokai o World Wikia: Brawlers Chronicles.

Por otro lado, su desarrollo llegó acompañado de la primera serie en la que sería protagonista, Cosmic Legends, pero para su infortunio la misma se encuentra discontinuada, al menos por el momento.

Etimología

El nombre de Sugoki proviene directamente de dos palabras de origen japonés: Sugo (すごい), palabra que tiene el significado de "prodigioso" y Chiteki (知的な), la cual significa "intelectual". Estas palabras son las que dan origen a su nombre debido a su principal característica, la inteligencia, y siendo que esta destaca desde que el tsufuru es un niño pequeño, siempre se le consideró un prodigio.

Por otra parte, el nombre del Metalman deriva de un origen mucho más simple, ya que, al igual que Magetta de Dragon Ball Super, obtuvo su nombre de famosos robots (Maginzer Z y Getter Robo), en este caso de Bamber vendría directamente de 2 robots del anime, siendo estos: Baron Rojo (del anime homónimo) y Chamber (de Suisei no Gargantia).

Concepto y creación

El concepto de este dúo es causado por una esporádica idea de su autor, en busca de crear un personaje que lo ayude a participar en los diversos concursos de la comunidad. Para ese entonces, el creador de este par tan solo tenía otro personaje, Nebula (DB:S), pero requería de una nueva adquisición si quería resaltar entre el resto de usuarios, y la primera edición del Torneo Fanon del Poder estaba más cerca que nunca.

Debido a esto, DenCosmic se puso manos a la obra, desarrollando una idea que, de forma jocosa, suele llamar como una genialidad. Teniendo siempre en mente utilizar y expandir especies de la franquicia de Dragon Ball que no se hayan explorado con profundidad, siempre intentó crear personajes que se apoyen en estas razas olvidadas, lo que también se vio en posteriores creaciones del mismo autor como Deneb o Hakury. En esta oportunidad se intentó aprovechar dos especies canónicas como lo son los tsufurujines y los metalmanes, uniendo sus características pero creando un único artículo para ambos.

Con el pasar del tiempo, y sobre todo después de sus primeras participaciones en concursos, el dúo se convirtió en el artículo más característico de su autor, siendo también uno de los personajes más reconocidos de la comunidad, lo que lo llevó a participar de otras series como DBF: Multiverse, Dragon Ball Fanon o Blade & Crim: Socios en el Multiverso. A pesar de esto, la única intención de su creador de hacerlo protagonista de una serie propia terminó fallida, puesto que luego de solo un capítulo de Cosmic Legends, serie que relataría los orígenes de la rivalidad entre tsufurus y saiyajines hasta el final de la historia del dúo, la misma terminaría por ser cancelada.

Lo cierto es que en un principio, el par de personajes iban a ser creados en artículos separados, siendo unidos únicamente en su historia o en la sección de relaciones, como prácticamente cualquier otro personaje. Pero luego de desarrollar su historia y ver como se desenvolvían en la misma, se llegó a la conclusión de que uno no era nada sin el otro, es decir, no es que se necesitasen mutuamente sino que se complementaban, y no se podía explicar la evolución de uno sin mencionar al otro, lo que llevó a crear un único artículo para ambos.


ConceptoYCreración

La evolución del personaje fue bastante lenta o, mejor dicho, intermitente. Su creación y explosión fue una novedad para la comunidad, ya que el hecho de hacer dos personajes en el mismo artículo y que ambos posean tal cohesión generó que en su primera participación ya alcanzase el podio del mencionado 1° Torneo Fanon del Poder. Posterior a esto también fue partícipe del 2° Teamkaichi Budokai, donde, junto a su rival Koshu (DBF), se llevaría el primer lugar de la competición.

Luego de esto, su desarrollo fue interrumpido por largos períodos, retomándose para concursos como las ediciones de la Fanon Elite League en la que participaría de forma asidua. Secciones como la historia serían reescritas en varias oportunidades, pero la que más cambios tuvo fue, sin lugar a duda, el apartado de combate, teniendo una renovación en los últimos años luego de recibir muchas críticas por su simplicidad.


SugokiFacesss

En conclusión, el concepto de la dupla Sugoki-Bamber es algo que tiene años de originado, pero su desarrollo ha sido lento y calmado, adaptándose a los momentos de la comunidad y el cómo sus diferentes personajes avanzaban, intentando seguirles el ritmo.

Apariencia

Sugoki

Sugoki es un joven tsufurujin, por lo que presenta las típicas características de esta especie, es decir, el clásico cabello marrón que poseen así como una estatura bastante baja, considerándose alguien pequeño incluso entre los de su raza. Su pelo tiene un estilo simple, estando frecuentemente despeinado y siendo relativamente corto, teniendo algunos mechones que sobrepasan la proyección de su cabeza.

Si hay algo que realmente destacaba del joven eran sus ojos, siendo de un fuerte color verde que no era para nada común en el planeta Plant, donde solían verse tonos marrones y grises en la mayoría de sus compañeros. Su complexión física destacaba pero por lo bajo, es decir, resaltaba entre los grupos en los que se encontraba por ser bastante escuálido, lo que, acompañado de sus ciento cuarenta y cuatro centímetros de estatura, le generaban aparentar una edad mucho menor a la que realmente poseía.

En su infancia solía vestir los típicos ropajes tsufurujines, o sea un conjunto de telas marrones que se utilizaban como una especie de suéter, cubriendo hasta casi las rodillas y destacando por poseer capuchas o ser fijadas por cinturones por encima de las mismas. En la parte inferior habituaban vestir pantalones entallados, de colores negros o grises, mientras que sus zapatos solían ser simples accesorios con nulo detalle.

Con su crecimiento tanto físico como en habilidades, Sugoki no solo se volvió un genio a la hora de desarrollar herramientas de batalla o medios de transporte sino que fue capaz de crear su propia vestimenta, por lo que era normal que tomase restos de armaduras ajenas o accesorios de otros atuendos para adecuarlos en su propia indumentaria.

Etapas

Infancia
En su infancia, Sugoki destacó por utilizar el típico atuendo tsufurujin, que consistía en ropajes marrones para la parte superior, en algunos casos con capucha o mangas largas, en otros, como el que se ve representado, de manga corta y sin capucha, el cual era bastante largo, alcanzando la altura de las rodillas. En la parte inferior portaba un pantalón holgado verde, mismo color que poseía en la camiseta de manga larga que llevaba debajo del abrigo. Finalmente acompañaba su indumentaria con botas grandes, generalmente de color negro.

Solía llevar el cabello despeinado, siendo que en su niñez tenía sus mechones distribuidos de manera poco uniforme y generando que su cabello se conformase por numerosos picos y mechones erizados, los cuales fueron creciendo y tomando forma con el correr de los años.

Juventud
Luego de muchos años de investigación, trabajo y otras idas y vueltas, Sugoki decidió que era hora de fabricar su propia armadura, razón por la que comenzó a recolectar herramientas y vestimentas de otros grupos o especies, tales como de soldados de la Organización Interplanetaria de Comercio o de algunas otras razas invasoras de Plant.

Con esto pudo fabricar su primer armadura, la cual consistía en una típica armadura de la OIC de color blanco con hombreras doradas, al igual que la zona abdominal. Debajo de el torso llevaría 3 protecciones en los muslos y entrepierna, también con su correspondiente revestimiento dorado. Además lleva un pantalón negro holgado por debajo y utiliza guantes y botas de color blanco. Solía acompañar este atuendo con un cinturón de color violeta, mismo color que llevaba en una especie de bufanda en su cuello.

Juventud
Pasados varios años en los que sus habilidades como científico e inventor no hicieron más que mejorar, pasó por varias indumentarias y prototipos, hasta llegar a la armadura que sería insignia del joven tsufurujin, aquella por la que sería reconocido en todo el universo. Esta consistía en una camiseta spandex de color negro, que se adaptaba de forma perfecta a las dimensiones del cuerpo. Por encima de la misma vestiría una especie de coraza metálica muy similar a las del ejército de Freezer, variando en tonos de negro, gris y con detalles dorados. Su pantalón también sería negro y entallado, mientras que contrastaba con un blanco grisáceo en sus botas y guantes, también con algunos detalles en dorado.

Ya para completar, en la parte izquierda de su armadura, zona que representa al corazón de un individuo, mostraba el símbolo de la raza tsufurujin, compuesto por lo que se asemeja a un contorno de un rombo, con dos líneas superiores y por debajo de esto un par de rombos pequeños, todo relleno de un color gris oscuro.

Bamber

Bamber es un metalman, en otras palabras un hombre de metal, por lo que su cuerpo, y el de cualquier otro miembro de su especie, se asemeja a lo se podría considerar un robot.

Su silueta es bastante característica, teniendo un tronco superior de color gris bastante ancho, el cual conecta directamente con su cabeza en la parte superior y que deriva en sus extremidades inferiores por debajo del mismo. Su cabeza es achatada, de color dorado y con una protuberancia por encima que funciona como una especie de conducto por el que expulsa humo u otras sustancias. Posee un único ojo alargado, rodeado por un contorno metálico lila y protegido por una pantalla de cristal anaranjada.

En sus hombros posee dos conductos adicionales, algo que suele caracterizar a los de su especie, que difieren en cantidad y ubicación según el espécimen. En el pecho vuelve a presentar una pantalla de cristal anaranjada que no deja ver su interior a menos que este en plena combustión. En sus articulaciones posee recubrimientos de color lila que buscan proteger la unión entre el torso y las extremidades.

Dichos miembros destacan por ser notablemente delgados, sobre todo en la primera sección, conectando con dos grandes manos y pies tanto en la zona superior como inferior, respectivamente. Sus manos son moradas con cuatro garras retráctiles, que se ven bastante amenazantes aunque no se distinguen por generar mucho daño. Por otro lado, sus pies son simples cubos duros y pesados que también finalizan en partes de color violeta con detalles en dorado.

Su característica más distintiva entre los de su raza es claramente su tamaño, teniendo una altura apenas superior a los dos metros y una envergadura que queda pequeña en relación a sus compañeros, siendo una de las razones por las que es subestimado en numerosas oportunidades.

Etapas

En sus primeros años de vida Bamber presentó las típicas características de un metalman, es decir, un cuerpo que asemeja a un robot compuesto por un torso de gran tamaño, extremidades finas que finalizan en prominentes manos y pies y una cabeza que tiene como punto superior un tubo por el que expulsaba sus primeros indicios de humo. Tal como se puede observar, el cuerpo de los metalmanes en su infancia no presenta una gran gama de colores, al contrario, siendo mayormente gris, salvo por las zonas doradas, cosa que cambiaría con el pasar de los años.

En cuanto a su tamaño, lo cierto es que fue más adelante cuando comenzó a quedarse atrás, cuando era un infante no resaltaba por su altura o envergadura pero tampoco era objeto de burlas, podría decirse que pasaba desapercibido. Debido a que su lava interna aún estaba en desarrollo, la pantalla de su pecho deja ver un interior bastante gris y con leves atisbos de anaranjados o rojos que dejan entrever lo que sería su futuro.

Infancia
A medida que el metalman se fue desarrollando comenzó a manifestar los cambios que cualquier joven de su especie suele tener. Con esto nos referimos al hecho de que fue tomando una mayor diversidad de colores, adoptando un color lila o morado en zonas como manos y pies, así como en su interior, desarrollando una intensa lava interior que se dejaría ver a simple vista a través de la pantalla de cristal de su pecho.

Sus garras retráctiles se volverían más grandes y dañinas, aunque en el caso de Bamber sería bastante menor en comparación a sus compañeros. Su tamaño fue lo que menos cambios presentó, quedándose bastante estancado en cuanto al crecimiento de su cuerpo, viendo como era superado por todos los habitantes de su planeta a pesar de rondar los dos metros de altura.

Juventud
La reconstrucción de Bamber fue un gran trabajo tanto en el sentido tecnológico como en lo estético. El hecho de querer mantener la apariencia del metalman pero reemplazando lo que fuese necesario fue un gran desafío, que para fortuna del tsufurujin, pudo cumplirse de forma exitosa. En cuanto a las variaciones respecto a su etapa previa, la zona cristalina en su torso sería reemplazada por una capa de vidrio espejado unidireccionalmente, es decir, que no se puede ver de afuera hacia adentro pero si en dirección contraria, de un color anaranjado. Dicho material sería utilizado también para la zona del ojo del robot.

Las superficies metálicas serían refaccionadas de forma que el cuerpo robótico de Bamber se viese mucho más brillante y vivo, así como también zonas como la de las garras o las articulaciones serían revestidas con materiales bastante más resistentes.

Renacimiento

Personalidad

Sugoki

Desde pequeño, Sugoki se caracterizó por ser débil en cuanto al apartado físico se trata, lo que también le generó incontables miedos que lo hacían ver como una persona muy temerosa frente a las adversidades. A pesar de esto, pudo contrarrestar muchas de sus dificultades con su gran inteligencia, la cual heredó de su padre y le ayudó a convertirse en un niño muy popular para la especie, destacando por su brillantez.

Su infancia fue de muchos altibajos debido a todo lo que estaba viviendo, siendo lo suficientemente maduro como para entender y estar involucrado en dichas situaciones pero no tanto como para que le confiasen responsabilidad ni le explicasen por lo que estaba pasando. A pesar de esto, el hecho de ser un prodigio lo puso en un altar del que era difícil bajar a un niño como él, que pocas veces antes había sido halagado por alguien que no fuese su padre, por lo que poco a poco aquella timidez y humildad que lo caracterizaban tuvieron que ser desplazadas para evitar momentos incómodos para el infante.

Todo esto formó un niño que más allá de su inteligencia en muchos apartados, no dejaba de ser ingenuo e inocente, lo que causó que varias personas se acercaran a él con intenciones que no esperaba, aprovechándose de esto y logrando ponerse en peldaños superiores por la única razón de pertenecer a su círculo de amigos. Poco a poco el joven fue entendiendo esto, siendo perjudicado ya que a fin de cuentas pensó que cada una de las personas que se acercaba a él lo hacían con este fin, perdiendo una gran cantidad de amigos reales como consecuencia, cosa que entendería una vez se encontró totalmente en soledad.

La generosidad también lo caracterizaba, siendo tal vez demasiado bueno, incluso con quienes no lo eran con él, siendo un aspecto que hacía que los adultos que lo observaban se sorprendieran. Nunca daba un no inmediato como respuesta, todo lo contrario, prefería intentar una y otra vez sea cuál sea la dificultad antes de rendirse y negarse a ayudar a quien lo necesitase.

Esto último también generaba que Sugoki presentaste grandes dificultades para delegar trabajo, acostumbrándose a trabajar en soledad y permitiendo en muy pocas ocasiones ser ayudado por un tercero, sobre todo porque el hecho de no saber negarse ante una sugerencia implicaban que las cosas nunca se harían de su manera si trabajaba con alguien más. Por esto comenzó a evitar tener que compartir tareas o momentos con alguien más, poniéndose en una situación de soledad e individualismo que más adelante se arrepentiría.

Con el pasar de los años, el joven que era bastante maduro para su edad pasó a ser un adulto autosuficiente e independiente a una temprana edad, obviamente por razones externas que lo llevaron a ello. Con esto llegó la necesidad de mostrarse un poco más hacia el mundo exterior, viéndose forzado a interactuar con otros cuando era necesario y mejorando de forma leve sus relaciones interpersonales, lo que de todas formas no le fascinaba.

Si hay una palabra que encaja perfecto con una descripción del tsufurujin es creatividad. Su tiempo apoyando a su padre en el laboratorio formaron un joven con gran inventiva que, acompañado por la clásica imaginación que caracteriza a un niño, generaron que Sugoki se transformase no solo en un gran científico con habilidades y conocimientos muy por encima del promedio, sino en alguien que se autodenominaba un inventor, alguien que tenía numerosas ideas y que no se detenía hasta poder llevar a cabo cada una de ellas, enfrentándose a numerosos obstáculos que solo hacían la tarea más entretenida para él.

Finalmente, y a pesar de todo, el joven castaño no es solo un inventor prodigio, es la personificación de perseverancia, alguien que no se cansa de intentarlo aunque le lleve toda su vida, pero si hay algo que de verdad lo convierte en un baluarte para sus seres queridos es la lealtad que puede brindar. Este principio que es tan aprovechado por aquellos que se creen superiores, es la base del desarrollo de Sugoki y lo que le haría vivir todas y cada una de sus aventuras, siendo también la razón por la que pasó por numerosos inconvenientes, pero que dejan entrever que el tsufuru es alguien que pone la lealtad y la fidelidad por encima de todo.

Bamber

Bamber, por su parte, era un Metalman que si resaltaba por algo era por su físico, y no especialmente por tener uno prominente ni considerarse fuerte o grande, sino por todo lo contrario. Esto causó que fuese dejado de lado en cada espacio o situación en la que se encontrara, desde joven en cualquier ámbito amistoso, hasta cuando fue creciendo, siendo apartado de todo trabajo importante al considerarlo menos que sus compañeros. Toda esta situación fue formado un guerrero muy débil mentalmente, un cerebro frágil dentro de un cuerpo robusto y una coraza dura que era fácilmente lastimada con cualquiera de los insultos que se le realizaran.

Es más que sabido que los insultos son algo que hieren mucho a los de su especie, por lo que, claro está, tampoco eran enunciados por los mismos, siendo una raza bastante silenciosa. Pero, a pesar de ello, Bamber era herido por las acciones de sus compañeros, no por las palabras, y su clara timidez no le permitían pronunciarse ante las fuertes injusticas que llevaba a lo largo de su vida.

De hecho, la injusticia fue uno de los estandartes en el pensamiento de Bamber, el cual día tras día veía como lo miraban desde arriba, y no precisamente por el tamaño, sino por sentirlo inferior al resto, a pesar de que era de los pocos que veía y entendía las diferencias entre seres del planeta.

La cabeza del robot era un enjambre de preguntas a las que intentaba darle respuestas, todo para sí mismo, ya que eran pocas las veces que emitía un solo sonido, de hecho, para muchos de su planeta era considerado mudo, por lo que se sorprendían cuando lo escuchaban hablar. En su imaginación denotaba ser un joven con grandes ideas, que sabía que su raza tenía un gran potencial pero que no era aprovechado al ser utilizado como mano de obra de forma diaria, y aun así, no se atrevía a expresarse.

Relacionado de forma directa con lo enunciado, el chico comenzó a ser cada vez más y más solitario, siendo dejado de lado pero también apartándose por su propios medios al entender que era considerado menos que el resto. No fueron pocas las veces que las acciones del resto influyeron directamente en su pensamiento y lo hicieron pensar a él mismo que era inferior, todo lo contrario, llegó a ser una idea implantada en su cabeza, por lo que prefería no molestar a los demás con su presencia y mantenerse a un margen.

Con tantos momentos a solas su imaginación salió a flote, siempre pensó todas las cosas que haría por su comunidad si le dieran un voto de confianza, por momentos deseó haber nacido grande como sus compañeros, pero sabía que si así hubiese sido posiblemente habría sido él quien hiciera a los demás sentirse menos, porque su sociedad se basaba en eso, ignorando a aquellos que podrían aportar tanto a pesar de que físicamente eran tan poco.

Ideología

Sugoki

El pensamiento de Sugoki era bastante particular si lo comparamos con los demás miembros de su raza, ya que los tsufurujines se caracterizaban por querer vivir tranquilamente, y la tecnología que tenían era únicamente para que esta vida prevaleciera. Por su parte, el joven, desde ya una corta edad se mostró muy perfeccionista, creyendo que si algo se puede hacer de una mejor forma no había razones por las que no se tenía que hacer.

Esto era acompañado de una cabeza que volaba de ideas día tras día, siendo muy inventivo e innovador, y creyendo que el planeta y su tecnología, así como la sociedad en general debía estar renovándose continuamente, incluso enojándose cuando los altos mandos, o incluso su padre se conformaban con poco en cada uno de sus experimentos.

A su vez, su ideología se mostró siempre muy idealista, en el sentido de que las ideas y todo lo que conllevaban era lo que daba sentido al mundo, y aquello material que se hacía con estas era lo que debía prevalecer como símbolo de las mismas, pero siendo una mera representación de aquello que sería inalcanzable para cualquiera.

Día tras día deseaba poder entrar en la mente de otros para conocer sus pensamientos e ideas, ya que Sugoki no se creía un sabelotodo ni mucho menos, todo lo contrario, anhelaba poder retroalimentarse y poder adaptar las creencias del resto para formar lo más perfecto que se pudiese lograr.

En cuanto a sus sentimientos, no eran algo que saliesen a flor de piel muy seguido, intentaba prevalecer el uso de la razón antes que nada, pero a veces era inevitable para él no hacer caso a su corazón, aunque con la cabeza en frío se arrepintiese de su actos.

Bamber

La ideología de Bamber era bastante más simple que la de su compañero, básicamente sus largos momentos a solas le hacían pensar en porqué era tratado de esa manera, a sabiendas de que era por su físico, pero sin entender el cómo sus compañeros preferían seguir a las masas y degradarlo a pesar de que lo veían solitario e indefenso.

El sentimiento de justicia era el que más prevalecía en su cabeza, ¿por qué el resto podía opinar de todo y él era dejado de lado?, ¿Por qué esto era así cuando estos temas no tenían nada que ver con el físico?

Anhelaba poder tener un físico prominente pero no para defenderse de nadie, sino para hacerle frente al resto con palabras y demostrarle que el cuerpo era solo una coraza y que no por ser más grande se era más importante ni mucho menos. La justicia por mano propia era su deseo más grande, pero no a los golpes sino con argumentos, quería más que nada encontrar a alguien que lo escuchase aunque no compartiese sus pensamientos, solamente quería ser escuchado.


Miedos

Sugoki

Sugoki era alguien que se podría considerar bastante miedoso. Es decir, tenía una gran variedad de temores que iban desde los más superficiales y típicos en un infante, hasta los más profundos y que dejaban secuelas en la cabeza del joven.

En primera instancia, el tsufuru siempre tuvo un gran miedo y respeto por las tormentas. Sus años de infancia en los que era dejado solo por su padre mientras este trabajaba hasta largas horas de la madrugada eran una pesadilla cuando la noche era acompañada por lluvias y truenos, por lo que terminó por convertirse en un temor que lo acompañó por el resto de su vida, y forjó que muchos de sus inventos se avocaran a proteger al resto y a sí mismo de dichos fenómenos naturales.

Por otro lado, y a medida que fue creciendo, Sugoki comenzó a plantearse conceptos mucho más profundos, teniendo una clara preocupación hacia su futuro y presentando un miedo serio a quedarse solo. Este temor fue acrecentando a medida que sus aventuras eran llevadas a cabo por sí solo, y a pesar de que Bamber supo ocupar ese hueco por un período, llegó un punto en el cual aquel miedo se había convertido en un trauma, que de forma casi irónica impedían al castaño establecer contacto con otros por el simple hecho de no querer encariñarse de nadie más.

A su vez, y aunque no se tratase de un miedo en particular, Sugoki tenía una clara aversión a las imperfecciones. El ser un genio con un sentimiento del perfeccionismo muy arraigado generaba que todo el tiempo estuviese pensando acerca de las correcciones que debía hacer, desde experimento hasta en su forma de hablar. Podría decirse que el tsufurujin presentaba un TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo) bastante notable en este aspecto, el cual no le llegó a jugar malas pasadas en momentos importantes pero si le hacía perder una gran parte de su tiempo buscando la perfección absoluta, frustrándose mucho sino se conseguía.

Bamber

Por su parte, el metalman siempre se mostró como un ser notablemente temeroso, algo que se podía ver incluso en su postura o en sus acciones. Lo cierto es que el robot no era alguien que presentara miedos particulares, sino que era un sujeto muy atento y cauteloso, razón por la que solía pensar muchas veces antes de realizar una acción, planteando numerosas escenas posibles y aterrándose cuando no veía un resultado favorable para él.

Uno de los conceptos que más pasó por la cabeza de Bamber a lo largo de su vida era el hecho de que no era escuchado, y siempre temió que esto se proyectase en su futuro. El metalman se consideraba alguien que tenía mucho por ofrecer, tanto en ideas como en acciones, pero nunca había tenido alguien con el que pudiese compartir esto, llegando a pensar que era muy probable que sus ideas se fuesen al Otro Mundo con él. Para su fortuna, la llegada de Sugoki a su vida lo ayudaron de forma notable en este aspecto, teniendo alguien con el que podía compartir no solo palabras sino también momentos, algo que generó un gran cambio en el pensamiento del robot.

Finalmente, ya como un aspecto bastante más irrelevante, el hecho de haber vivido en un mundo como el Planeta Kalces, un lugar muy seco sin cuerpos acuáticos ni nada del estilo, generaron en Bamber una gran aversión por los líquidos, y por sobre todos ellos, por el agua. Esto le trajo diversas complicaciones a lo largo de su aventura conociendo otros planetas pero es un aspecto que se vio forzado a enfrentar.

Gustos y aficiones

Sugoki

El castaño tenía gustos muy peculiares para los tsufuru de su edad. Le fascinaba resolver rompecabezas, actividad que le podía llevar el día entero sin ser un aburrimiento para él. De la mano con esto, era más que sabido que el joven podía pasar horas creando y resolviendo acertijos, así como ejercicios mentales para sí mismo, sin cruzar una palabra con nadie más. Estas actividades permitieron que el de cabello castaño desarrollase de gran forma todo lo que el pensamiento lógico y analítico conllevaba, así como formando a un niño con una memoria prodigiosa.

Por otro lado, también era muy fan de ver a su padre trabajar, y no por el simple hecho de ser su padre, sino que pasaba días enteros en las sedes más tecnológicas del planeta observando y deleitándose del funcionamiento y desarrollo de las máquinas que lo rodeaban. El hecho de ser alguien muy curioso y creativo le hacían pasar esas tardes observando como si de una gran aventura se tratase, ocurriendo todo en su mera imaginación.

Con su crecimiento y luego de abandonar su rutina en el Planeta Plant, Sugoki buscó muchas alternativas para perder el tiempo, desde juegos o libros hasta otro tipo de actividades más físicas, pero nada le apasionaba más que ponerse manos a la obra a desarrollar e inventar nuevos conceptos o herramientas. El simple hecho de crear un mapa conceptual en su cabeza ya le generaba una felicidad muy grande, pero esta se potenciaba si tenía los instrumentos para llevarla a cabo, pudiendo pasar días sin dormir hasta ver su obra concluirse.

Bamber

El metalman era alguien que amaba ser espectador, es decir, le fascinaba sentarse a observar la sociedad y su desarrollo, así como también podía pasar horas contemplando un gran paisaje, algo que no era muy común en su planeta natal pero que pudo realizar de forma más asidua con sus grandes aventuras.

Se podría decir que también era bastante curioso, pero en el sentido chismoso de la palabra. El hecho de mantenerse siempre observando le hacían ser un gran escuchador y, por lo tanto, ser en muchas ocasiones el primero que se enteraba de algunas situaciones. Esto último, acompañado de tener una gran imaginación, destacando por crear numerosos escenarios hipotéticos en su cabeza, generaban que Bamber pudiese pasar un tiempo considerable deleitándose con la vida de los demás.

Con Sugoki descubrió un nuevo pasatiempo, y se trataba de acompañar a su amigo en cada uno de sus inventos, aportando sugerencias en algunos casos o incluso ofreciéndose como sujeto de prueba en otros, fascinándole de lo que era capaz su compañero y siendo el primero en la fila cuando este lo necesitaba.

Finalmente, las actividades físicas no eran algo que le desagradaran, de hecho era muy bueno en Ringcube, el deporte predilecto de los metalman, aunque no lo practicaba en público por miedo a lo que dijeran los demás. Luego de su huida de Kalces fue un embajador de dicho deporte por el universo, promoviendo a muchas especies a que lo practicasen e incluso desarrollando variables del mismo que solo habían existido en su cabeza hasta ese entonces.

Lenguaje corporal

Sugoki

Sugoki es alguien que no suele expresarse de gran forma con palabras, por lo que en muchas ocasiones es su cuerpo el que brinda más información de su estado de ánimo o de lo que pasa por su cabeza, incluso por encima de lo que sale de su boca.

La postura del tsufurujin nunca fue la mejor, debido a que pasó gran parte de su vida encorvado, ya sea leyendo o jugando, pero además de ello tuvo una infancia marcada por inseguridades y miedos, por lo que era habitual que esto se reflejase en su cuerpo, con sus hombros levemente inclinados hacia adelante, como si estuviese adoptando una postura de protección.

Su cuerpo solía estar tenso en gran medida, generando que existiese cierte rigidez en sus movimientos, como si se estuviese preparando para reaccionar, pero sin permitirse aparentar estar nervioso a simple vista. Uno de los aspectos más destacables de su forma de interactuar con el entorno es que el joven siempre debía estar con sus manos ocupadas, ya sea escribiendo o jugando en su infancia o con alguna herramienta en etapa adulta, incluso el hecho de tronar sus propios dedos era algo frecuente debido a que necesitaba alguna manera de descargar su ansiedad.

En cuanto a sus expresiones faciales, lo normal es verlo con el ceño fruncido, muestra de su concentración, incluso aunque se encuentre en reposo. Cualquiera que lo observase diría que el joven siempre da la impresión de estar procesando algo, observando detalles o imaginando alguna nueva creación, pero lo cierto es que su rostro realmente se ha acostumbrado a dicha expresión.

Suele evitar el contacto visual directo, sobre todo si se encuentra conversando o discutiendo con el sujeto en cuestión, prefiriendo observar hacia arriba o encontrar un punto fijo en el que se puede concentrar y logra expresarse sin perder el hilo de la charla o sin ponerse nervioso. Por su parte, cuando se encuentra feliz no es alguien que lo demuestre abiertamente, ya que no es normal que emita carcajadas o recurra al contacto físico, al contrario, lo habitual es que esboce una leve sonrisa, que por más pequeña que sea no deja de ser sincera.

Bamber

Al igual que su compañero, Bamber es alguien que expresa más con su cuerpo y sus gestos que con sus palabras. Su postura es de hombros caídos, como si tratase de reducir su tamaño o como muestra de sentirse inferior al resto, su cabeza suele estar ligeramente hacia abajo, evitando el contacto visual directo y prefiriendo mirar el suelo que al rostro del ser con el que se encuentre.

Cuando esta rodeado de sus compañeros metalman, situación en la que se encuentra nervioso y tenso, tiende a apretar sus manos contra sí mismo, ya sea cruzándolos o escondiendo sus manos detrás de su espalda. Su caminar es lento y medido, como si temiera llamar mucho la atención, procurando no arrastrar los pies y demostrando que sus pasos no son firmes ni decididos, al contrario.

En reposo su rostro tiende a mostrar una expresión neutra pero con leves atisbos de tristeza, casi melancólica, cosa que acompaña con su ojo que presenta un brillo apagado a través de su cristal, siempre observando y analizando, por lo que es raro que refleje emociones abiertamente. Cuando se encuentra en una situación incómoda o se siente rechazada suele ocultar ligeramente su cabeza en su torso, dejando ver únicamente su ojo y el tubo superior. Por el contrario, cuando algo despierta su curiosidad tiende a levantar su cabeza y dejar ver la misma en su totalidad, al mismo tiempo que su ojo se nota un poco más abierto y elevado de lo normal.

Tiene el hábito de jugar con sus garras retráctiles, tocando sus puntas entre ellas, o sacando y guardando las mismas de forma intercalada, todo como forma de desviar su atención de su al rededor. Cuando quiere escuchar al resto hablar, o se queda inmerso en aquello que lo rodea, mantiene sus brazos quietos a los lados, desplazándose de forma bastante rígida si es necesario.

Cuando interactúa con Sugoki su postura se muestra más relajada, bajando la guardia e incluso inclinándose ligeramente hacia el joven si es necesario, en señal de que está interesado en lo que su amigo comenta.

Lenguaje verbal

Sugoki

Para comenzar a hablar del lenguaje verbal del inventor podemos empezar con que posee un tono de voz moderado, ni muy grave ni muy agudo. No es alguien que alce la voz de forma recurrente, ni siquiera cuando está molesto o emocionado, y su forma de expresarse suele ser bastante pausada y calculada, tomándose el tiempo necesario para elegir sus palabras, no es de aquellos que les gusta hablar en todo momento. De hecho, cuando la conversación en la que se encuentra no le resulta interesante se suele notar por su voz, mostrándose bastante monótona y recurriendo a respuestas lo más cortas posibles.

Por otro lado, cuando el tema es algo que le llama la atención, como puede ser a la hora de explicar sus creaciones o imaginar sobre futuros inventos, su tono se vuelve más rápido, como si de un niño emocionado se tratase, lo que suele causar que se trabe al expresarse y se ponga nervioso por ello.

Suele emplear un lenguaje técnico y preciso, sobre todo cuando se refiere a temas científicos o más sofisticados. Le fascina aprender términos particulares y tiene una buena memoria para recordar un sinfín de sinónimos, además de poder explicar fórmulas o analogías relacionadas a su rubro con gran detalle. Tiende a explicar demasiado, ya sea porque quiere detallar lo más posible sus inventos como incluso cuando habla de sí mismo, asumiendo que el resto no sabe tanto como él pero desde un lado inocente y para nada engreído.

Detesta los errores verbales o imperfecciones al hablar, por lo que no le agrada utilizar muletillas ni expresiones del estilo, aunque puede que se le escapen en alguna ocasión, siendo el primero en corregirse en dicho caso. Evita expresiones demasiado afectivas o incluso no es de dar muchos elogios. A pesar de ser alguien que se preocupa por el bienestar de sus seres queridos, no suele expresarlo con palabras a no ser algún caso extremo, en su lugar demuestra dicha preocupación con hechos o acciones.

Sugoki es alguien que le cuesta mucho decir "no" ante cualquier sugerencia o solicitud, siendo que es alguien que es generoso en extremo, llegando a ser ingenuo en algunas ocasiones, motivo por el que a veces prefiere evitar conversaciones cuando intuye que van camino a alguna pregunta del estilo. En momentos de estrés o miedo recurre a frases para sí mismo que le ayudan a mantener la concentración en su objetivo, bajando su tono de voz al punto de que podría considerarse un susurro.

Bamber

Lo cierto es que los metalmanes no tienen un vocabulario muy amplio ni nada del estilo, al contrario, suelen expresarse con un número bastante limitado de sonidos, los cuales deben ir acompañados de alguna acción si quieren que alguien ajeno a su especie los entiende de forma óptima.

Su tono de voz destaca por ser bastante bajo y rígido, incluso apagado, con un volumen que suele estar por debajo del resto, razón por la que es normal que no se le llegue escuchar en muchas ocasiones y sea necesario que repita su comentario para que sea recibido y comprendido correctamente. Se caracteriza por hablar despacio, con calma y sin desbordarse, debido a que no es muy tenido en cuenta y prefiere ordenar su pensamiento y la forma en la que lo expresa para que, una vez es escuchado, se lo valore como corresponde.

Cuando se encuentra nervioso o inseguro su voz tiembla o tiene pausas antes de comenzar a hablar, casi como si estuviese tartamudeando. Por otro lado, cuando está en plena conversación y es interrumpido o solapado por otro prefiere bajar el tono de voz o incluso callarse completamente, permitiendo que el resto se exprese aunque eso signifique que se deba guardar lo que quería comentar.

Finalmente, Bamber utiliza de forma muy asidua el silencio, siendo un recurso más en su vocabulario. Se toma algunas pausas cuando quiere establecer su próximo comentario o incluso prefiere callar en una discusión antes que contradecir al otro, además de mantener la calma y no responder de forma inmediata.

Sugoki & Bamber

La relación de Sugoki y Bamber es posiblemente el mayor aspecto a destacar a la hora de hablar de este dúo, tanto como conjunto como por separado, siendo que sus personalidades y hábitos han cambiado notablemente desde el día que se conocieron.

Sugoki estuvo años buscando una motivación luego de pasar a estar completamente solo con el genocidio por parte de los saiyajines en Plant, por lo que encontró en Bamber alguien con quien podía tener una compañía, aunque hablar y socializar en general no fuese de su agrado. En el metalman vio alguien con grandes ideas que nunca pudo aprovechar, cosa que le fascinó completamente y de hecho le encantaba trabajar en nuevos proyectos con su amigo a su lado.

Pasó a ser alguien mucho más imaginativo, dejando de estar encerrado en las ideas básicas de su raza para ampliar su mente y buscar alternativas que si no fuera por él jamás habrían ocurrido. El tiempo comenzó a pasar mucho más rápido, y después de un buen tiempo por fin se le pudo dibujar al castaño una sonrisa en su rostro.

Dormía pensando en que podían hacer juntos, ya sea un nuevo invento, probar algo que estaba pensando hace tiempo o simplemente una nueva aventura, ya que al no estar sólo podía aventurarse mucho más sin la preocupación de que fuese un desierto más sin nada a lo que sacarle provecho.

Mientras tanto, Bamber también vio un cambio radical en su vida, dejando de ser aquel sujeto solitario que no emitía un simple sonido, para convertirse en un ser que intentaba expresarse cada vez mejor para que su amigo recibiera su información y poder hacer algo nuevo. De hecho se alegraba día a día de ver como el tsufuru hacía todo el esfuerzo para comprenderlo, no había idea en su cabeza que quedase en el aire, todo lo contrario, trabajaban juntos sin cesar.

A fin de cuentas, el robot triste y miedoso se hizo más fuerte, y no solo hablando de las mejoras que recibió su cuerpo, sino de como su mentalidad y las palabras de su compañero le hicieron darse cuenta que la fortaleza mental era mucho más importante que un cuerpo grande y fornido, cosa que también hizo que se alegrara. Por primera vez estaba feliz de haber nacido así, con un cuerpo débil que le permitiera dejar salir a flote las grandes cosas que ocultaba su cabeza.

Este dúo se convirtió en la dupla perfecta poco a poco, paso a paso, y se creó un lazo de amistad que hizo que la sonrisa del uno dependiese de la felicidad del otro, cosa que podía ser difícil si se perdían el uno al otro, pero los hacía más fuertes que nunca cuando estaban unidos. La fortaleza mental triunfó en cada encuentro y aventura que tuvieron, y la fortaleza física solo fue un agregado que vino de la mano, pero lo que les dibujaba una sonrisa luego de tantos inconvenientes y problemas que pasaron el uno o el otro fue el encontrar a alguien que siempre estuviese ahí, como siempre lo desearon.

Relaciones


La relación de Sugoki con su padre, Berirazu, siempre fue muy simple y normal para ser una relación padre-hijo. El niño lo acompañaba frecuentemente a su trabajo, siendo incluso conocido globalmente como el hijo de aquel famoso científico del Planeta Plant. Jutnos pasaban mucho tiempo, hacían actividades juntos, Sugoki aprendía un montón junto a su padre, lo que le encantaba a ambos, pero lamentablemente el vínculo no duró mucho.

La muerte del adulto causó varios traumas en el pequeño, siendo que lo vio con sus propios ojos, por lo que esa imagen no se borró nunca de la mente de Sugoki. El comenzar a vivir solo le dejó mucho tiempo para pensar y recordar,y cno eran pocas las lágrimas que caían de sus ojos cuando recordaba esos momentos felices al lado de su progenitor. Para su fortuna, en Bamber encontraría alguien con quien distraerse y apoyarse mutuamente, algo que no tenía desde la partida de Berirazu.

Ya en su juventu las lágrimas que siempre acompañaban sus memorias se reemplzaron por sonrisas y el deseo de que su padre estuviese orgulloso de él, sabiendo que lo había superado en muchos ambitos pero que no hubiera sido nada si no fuese por quien estuvo a su lado en sus primeros años de vida.



Los owaries fueron la raza que ayudaron a Sugoki luego de sus diversos viajes interplanetarios. Fueron los que le otorgaron un lugar que pudo llamar hogar después de haber abandonado Plant hace ya muchos años, mientras que el tsufuru les brindó una gran protección y avance tecnológico como agradecimiento.

El chico terminaría encariñándose por los pequeños seres, cuidando de su planeta como si fuese el suyo, pero luego de diversas invasiones sabía que lo mejor era abandonarlos, ya que de lo contrario más y más ataques llegarían y terminaría igual que en sus últimos planetas visitados.



Lo cierto es que Sugoki nunca pudo presenciar en persona a aquel ser que le hizo la vida imposible, pero aun así le tenía un odio tan grande que cada vez que escuchaba su nombre una mirada de odio aparecía en su rostro. Por el otro lado, el tirano conocía al tsufuru y sus hazañas, y de hecho, intentó enviar algunos soldados con el fin de reclutarlo para su ejército, pero nunca fue posible.

Las grandes victorias de Sugoki frente a los escuadrones pusieron su nombre como uno de los más buscados en la Organización Interplanearia de Comercio, tanto que incluso el mismo Freezer quiso tomar cartas en el asunto, pero no tuvo la necesidad de hacerle frente ya que sabemos cómo terminó



La relación con los saiyajines nunca fue buena, en principio porque al ser de la raza tsufuru existía una importante rivalidad con sus vecinos, pero que luego de la Guerra entre dichas razas este problema se incrementaría, pasando a ser una enemistad directamente. Por su parte, Sugoki se mantuvo con un gran recelo y odio hacia dicha raza por lo que le hicieron a su padre y amigos, teniendo como objetivo vengarse algún día.

Al suceder la muerte de Bamber a causa de seres de dicha raza saiyajin el odio aumentaría mucho más, pasando a no solo ser un pensamiento sino a manifestarlo en planes que tenían como único objeto el matar a saiyajines, cosa que para su fortuna podría lograr en honor a su difunto amigo.



El planeta Plant era el hábitat de los tsufurujines, una especie bastante pacífica y poco bélica, que había destinado su desarrollo y evolución en la creación de grandes infraestructuras, objetos de gran utilidad, y en general, en el desarrollo de una tecnología relativamente avanzada para la época y para los planetas aledaños.

En el año 551 llegó una nueva especie al planeta Plant, una raza conocida como saiyajines que habían arribado a dicho mundo luego de haber destruido su anterior hogar, el planeta Sadala. Los tsufuru no eran seres que confiaran mucho en ellos, pero sabiendo la situación de vulnerabilidad que tenían y viendo que muchos de los sobrevivientes eran simples niños o jóvenes, les permitieron asentarse en dicho lugar, al menos de forma momentánea.

De esa forma comenzó una nueva época en Plant, donde se estipularon diversas zonas que serían habitadas por los saiyajines, regiones que tuvieron que ser ampliadas con el paso del tiempo debido al crecimiento exponencial de su población, así como la ambición que los caracterizaba, siendo imposible que se quedasen limitados y aún menos por unos seres que eran inferiores en fuerza y poder.

Así pasó un tiempo en el cual hubieron leves disputas por territorio o recursos que los tsufuru perdieron en su gran mayoría, muchas de ellas por el simple hecho de que no estaban capacitados para combatir en un enfrentamiento frente a tales guerreros, terminando por ceder sin derramar una gota de sangre y acordando consensos entre líderes de ambas especies que poco tiempo después volverían a ser discutidos por los saiyajines.

Llegado el año 723 comenzaría la llamada guerra saiyano-tsufuriana, un enfrentamiento bélico que se daría en prácticamente todo el planeta, entre ambas especies, los saiyajines destacando por su fuerza bruta y los tsufurujines mejor preparados en cuanto a tecnología y armamento, habiendo aprovechado todo los años anteriores para prepararse en este sentido, sabiendo cual podría ser el resultado de aquella convivencia.

Los tsufuru destacaban no solo por sus armas o edificios, sino porque también poseían un gran conjunto de conexiones y guaridas subterráneas, desde hogares de máxima protección hasta los mejores laboratorios posibles. En uno de ellos trabajaba el talentoso científico Berirazu Panpapparu, un hombre que había destinado toda su vida al desarrollo de armas y dispositivos con el fin de proteger a los suyos.

El papel de Berirazu en la guerra fue de gran relevancia, pero a su vez, mantenía una muy importante responsabilidad en su hogar, ya que su esposa, una joven tsufuru ama de casa estaba embarazada, por lo que tampoco podía descuidar de ella.

A inicios del año 725 nacería Sugoki Panpapparu, un pequeño tsufurujin que había heredado tanto el color de cabello como los ojos de su padre, al punto que desde muy pequeño ya todos lo comparaban y afirmaban que era igual al reconocido científico. Para fortuna de la familia, el labor de Berirazu le permitían tener un buen estatus económico, y su conocimiento en cuanto a la defensa del planeta le permitieron mantener a salvo a su pareja y a su hijo mientras él mantenía su papel en el laboratorio.

Con el paso del tiempo, la guerra comenzó a tornarse complicada para los autóctonos de Plant, ya que los saiyajines los superaban en número y no faltaba mucho para que descubrieran sus escondites subterráneos. De hecho, solo dos años después del nacimiento del pequeño Sugoki, un satélite natural pasaría por los cielos del globo, causando que todo aquel saiyajin que lo observase con sus propios ojos sufriese una transformación, convirtiéndose en grandes monos gigantes, destruyendo todo y alzándose con la victoria de forma bastante rápida en cada uno de los frentes.

Las destrucciones dejaron a la vista muchos de los laboratorios secretos o las guaridas que poseían en sus ciudades, por lo que los altos mandos tsufurujines no tuvieron más opción de firmar la paz a cambio de ceder prácticamente todo territorio habitable y otorgar a sus vecinos todo tipo de maquinaria, infraestructura e incluso muchos de los científicos, incluido Berirazu y su familia, que pasarían a ser subordinados del nuevo imperio naciente.

En aquel ataque Ozaru que les dio la victoria perecieron la gran parte de tsufurus, incluida la madre de Sugoki, que pudo proteger a su hijo gracias a un escudo individual que había proveído Berirazu para casos extremos, salvándole la vida al bebé de tan solo cuatro años pero sin posibilidad de preservar la suya. Todo esto causó un giro de ciento ochenta grados en la vida del científico, pasando de ser el líder del desarrollo tecnológico de Plant a ser un subordinado de aquellos simios que mataron a su pareja, mientras debía hacerse cargo de su pequeño primogénito.

Para fortuna de ambos, los saiyajines entendieron la importancia de tener un buen armamento y grandes edificaciones, otorgando grandes beneficios a los inventores y colaboradores que les servían, pero manteniendo una gran exigencia en cuanto a calidad y tiempo se refería. Viéndose forzado a trabajar prácticamente todo el día, el científico tomaría la decisión de comenzar a llevar a su hijo a su trabajo, de esa forma, podía estar atento a Sugoki mientras creaba y experimentaba.

En este período, el pequeño comenzó a interesarse más y más en el labor de su padre, viendo como tanto él como su equipo realizaban experimentos, pruebas o cálculos teóricos que le resultaban muy llamativos a pesar de su corta edad. Poco a poco comenzó a involucrarse en el ambiente, ofreciéndose como voluntario siempre que fuese necesario y participando de algunos eventos o trabajos que lo hacían entender cada vez más del campo en cuestión.

Todo fue bastante tranquilo hasta que llegado un día, un grupo de saiyajines uniformados se haría presente en el recinto, indicando que los horizontes de la raza saiyajin se habían ampliado, es decir, que estaban en busca de colonizar nuevos planetas y que, por lo tanto, necesitaban de mejor maquinaria para ello. Esto significó una mayor exigencia para el grupo de científicos, así como restricciones más severas, lo que no le agradó a ninguno de ellos pero que no tuvieron más opción que aceptar.

Una de las condiciones que habían estipulado era que los niños no podían asistir más al laboratorio, entendiendo que se trataban de una distracción para sus trabajadores. Esto, sumado a que Berirazu había perdido a su pareja, causaron que Sugoki comenzara a pasar mucho tiempo solo en su hogar, con la fortuna de que el científico lograría crear dispositivos tales como cámaras, intercomunicadores y demás con el fin de poder observar e interactuar con su hijo siempre que pudiese.

De hecho, desde ese momento se comenzó con un plan secreto por parte de los tsufurujines, el cual consistía en la creación de naves de pequeño tamaño, capaces de esconder en diversos sectores sin ser descubiertos, y con las cuales podrían escapar en busca de un futuro mejor con sus familias.

Para mala fortuna de los esperanzados inventores, serían descubiertos por los inspectores, siendo detenidos en su mayoría y perdiendo todo tipo de esperanza de librarse de aquel confinamiento y esclavitud. Berirazu pudo escapar de forma momentánea, lo suficiente para grabar un video que sería transmitido de forma directa en la pantalla de su hogar, donde se encontraba Sugoki.

En dicho video se veía como el tsufuru huía de un par de soldados corriendo por un túnel subterráneo, mientras le gritaba a la cámara, dirigiéndose a su hijo, que debía escapar con la nave de emergencia que tenían en el hogar. Cuando terminó la indicación se despidió de la mejor forma que pudo, deseándole lo mejor a su hijo y aconsejándole que estuviese donde estuviese, buscase alguien en quien confiar. Posteriormente el video mostraría al hombre caer con los ojos en blanco fruto de un disparo por la espalda, mientras la transmisión era detenida.

En su casa, Sugoki quedó atónito al ver lo que se emitía en su pantalla, cayendo lágrimas por su rostro mientras confiaba en que su padre lograse huir definitivamente. Cuando vio al mismo caer fallecido quedó devastado y completamente en blanco, hasta que unos ruidos desde el exterior lo pondrían alerta y le harían darse cuenta que debía irse de allí cuanto antes.

Ni bien encontró la pequeña nave de emergencia la colocó en la venta de su hogar, y con una mirada de tristeza y melancolía presionó una serie de botones que le harían salir disparado hacia el cielo, evitando cualquier tipo de interferencia saiyajin.

Así pasaría más de un día dentro de esa nave, la cual no tenía un destino fijo, sino que aterrizaría en el primer planeta u objeto con el que se topase. Cuando el vehículo comenzó a tener turbulencias y se visualizaba un leve paisaje a la distancia, el niño sabía que habría llegado, sufriendo heridas a la hora de impactar en el suelo, pero logrando sobrevivir al fin y al cabo.


Una vez llegó al planeta en cuestión notó que la zona en la que aterrizó era notablemente desértica, pero, para su fortuna, logró divisar una serie de edificios bastante a lo lejos. Con los recursos que había guardado en la nave se dispuso a dirigirse a aquel lugar, observando que la atmósfera de dicho lugar era bastante densa y pesada, y en el suelo se veían marcas como si de huellas se tratasen pero con una forma cuadrada y de gran tamaño.

Desconcertado por todo esto avanzó por al rededor de unas horas, hasta alcanzar la región visualizada, que consistía en una especie de ciudad con grandes edificios metálicos de forma prismática, además de algunas calles o instituciones en general, todas ellas de color gris y sin detalle alguno en su infraestructura.

Adentrándose en la ciudad observó a los habitantes de la misma, que eran una especie de robot gigantes, con un tubo sobresaliendo su cabeza y más de estos a lo largo de su cuerpo, del que largaban un humo que generaba que la zona entera estuviese bajo una nube de humareda negra. Su presencia llamó la atención de algunos, por lo que se vio forzado a esconderse, aprovechando su pequeño tamaño con el que pudo escabullirse con facilidad.

De esta forma se tomó el resto del día para observar a aquellos seres, los cuales tenían el nombre de metalman, raza autóctona de aquel planeta, el cual posteriormente identificaría como el Planeta Kalces. A las afueras de aquella urbe existía una clase de basurero, en el cual se veían naves destruidas, residuos de todo tipo e incluso algunos restos que parecían haber pertenecido a alguno de dichos robot. El tsufuru se benefició de esto, utilizando dicho espacio como refugio y también como el único lugar en el que podría encontrar recursos para sobrevivir.

Por un período de tiempo en el que se dedicó a observar y sobrevivir en base a carroña y a escarbar hasta el fondo de los montones de basura, también se tomó la consideración de observar a detalle a sus nuevos compañeros. Un metalman era un ser de aspecto robótico y gran tamaño, superando con creces los dos metros de altura y en algunas ocasiones siendo imponente en este sentido. Su cuerpo se compone de diversos materiales que asemejan a un metal o acero, poseyendo garras retráctiles y una placa, o más, en su pecho que dejan entrever su lava interior, un líquido espeso que emite un potente calor y que les permite defenderse de otros seres o utilizarlo para su propio bien.

Viéndolos con más detalle notó que eran una especie muy poco sociable, de hecho podría decirse que eran bastante cerrados, puesto que formaban grupos los cuales no permitían que ingresen nuevos integrantes salvo algunas excepciones, y se mostraban bastante reacios a interactuar con otros sujetos que no perteneciesen a su agrupación. Su vida consistía en trabajar casi todo el día, teniendo tareas grupales que demostraban un alto nivel organizativo, especializándose en desplazar materiales en gran cantidad, utilizar su lava para derretirlos u organizarlos y encontrarles una nueva vida útil, después de todo, el Planeta Kalces era conocido como el basurero del universo.

Esto hacia que muchas otras especies utilizasen aquel planeta para dejar todo tipo de basura, residuos o incluso cosas más perturbadoras, que a fin de cuentas favorecían a los metalman, que podían alimentarse de aquellos desperdicios y eran recompensados de forma económica a cambio de almacenarlos y destruirlos.

Poco a poco, Sugoki se adentró en la ciudad principal de aquella raza, siendo perseguido en diversas ocasiones al considerarlo un invasor, pero el gran tamaño y la lentitud que caracterizaba a los oriundos de Kalces les hacia imposible capturarlo. Por esta razón le pusieron esta tarea al único metalman que podía cumplirla, uno de aspecto bastante más pequeño y, por esto mismo, más ágil y ligero, al débil y frágil Bamber.

Bamber era un metalman pequeño en comparación al resto, ni siquiera alcanzaba los dos metros de altura en ese entonces, y tampoco destacaba por su fuerza ni resistencia, por lo que las tareas que caracterizaban a esta especie, como cargar montones o trasladarlos le eran un gran desafío. Debido a esto fue dejado de lado desde muy temprana edad, sin poder pertenecer a ningún grupo de compañeros, y debido a esto, siendo marginado tanto laboral como socialmente.

Así comenzó un gran intercambio de idas y venidas, en las cuales Sugoki escapaba del joven Bamber, que poco podía hacer cuando el tsufuru escapa de la urbe, o si se escondía en zonas pequeñas. Esto formó una especie de rivalidad, la cual tuvo un punto de inflexión un día en el que el metalman yacía descansando en un callejón. Cuando el robot fue a levantarse se tomó un segundo para escuchar el sonido ambiente, notando que se sentía una especie de respiración.

El Metalman no logró encontrarlo luego de buscarlo varias jornadas, pero una noche avistó al tsufuru durmiendo en un callejón, al cual se acercó lentamente. Debido al ruido que generaba, Sugoki se despertó y se llevó un gran susto, pero Bamber, viendo lo inofensivo que era, intentó calmarlo, algo que el niño entendió, tal vez por su buen manejo con las máquinas.

Viendo que no sería nada peligroso Bamber lo ayudó y le brindó refugio así como le conseguía comida, algo que el joven agradeció y de a poco fueron convirtiéndose en grandes amigos.


Meses pasaron y el par de amigos fue afianzando su relación cada vez más, pero todo cambió un día, un día en el que una nave llegó al Planeta Kalces. La llegada de la nave provocó que todos los habitantes se reunieran a su al rededor, incluidos Bamber y Sugoki, y los que descenderían de la misma serían un grupo de 4 seres humanoides, con una armadura... El tsufurujin reaccionó al instante, eran saiyajines.

Los saiyajines exclamaron que venían por órdenes de la Organización Interplanetaria de Comercio y que les dieran todos sus recursos ya que en los próximos días el planeta sería erradicado. Esto sorprendió a todos, sobre todo a Sugoki que se escondió y comenzó a sollozar mientras su amigo lo intentaba consolar.

Viendo que los Metalman se negaban a otorgar sus recursos tan fácilmente los saiyajines se retiraron, pero volverían un par de días después, esta vez con 3 naves aún más grandes, las cuales comenzarían a disparar sin piedad a las ciudades más importantes. Bamber y Sugoki se habían alejado lo más posible de las urbes, por lo que no resultaron dañados, pero los líderes del planeta no vieron otra opción que entregarse ya que por el contrario serían aniquilados con facilidad.

Los saiyajines confiscaron todo lo que pudieron y también aprovecharon por encarcelar a todo Metalman o habitante del planeta, por órdenes del Emperador del universo, por lo que el par de amigos solo pudo esconderse mientras el resto era maltratado gravemente.

Llegó un momento donde prácticamente nadie además del pequeño tsufurujin y el débil Metalman se encontraban en el planeta, por lo que el escuadrón de los 4 saiyajines descendió para confirmar de que ya era hora de erradicarlo, pero sabiendo que era su última oportunidad, Sugoki saltó al frente reclamando por su planeta, su raza e incluso por su padre.

Esto último causó las risas en el escuadrón, quienes sorprendidos por ver un tsufuru allí se decidieron a llevarlo a la nave, pero serían interceptados por Bamber, quien golpearía a uno de ellos derribándole rápidamente. Al ver que el Metalman sería mayor amenaza que el niño, dejarían a uno de los saiyajin a cargo de este y los otros 3 se centrarían en Bamber, quien a duras penas podía resistir las embestidas.

La batalla continuó por un largo período en el cual los saiyajines se notaban superiores pero poco podían hacer frente a la resistencia del Metalman, pero todo cambió cuando el cuarto saiyajin amenazó con quitarle la vida a su mejor amigo si continuaba. Esto en vez de calmarlo, lo único que hizo fue enfadarlo aún más, y en una embestida veloz golpeó con su puño al soldado, el cual salió disparado soltando a Sugoki y golpeando su cabeza contra el piso, muriendo en el acto.

Los otros 3 saiyajines se asustaron debido a esto y vieron que no tenían mucha oportunidad sino se tomaban esto en serio por lo que utilizando sus lunas artificiales se convirtieron en Ozharu y ampliaron su ventaja. El combate se desarrolló con un Bamber intentando proteger a Sugoki, mientras los 3 monos gigantes lo golpeaban fuertemente.

Pero todo finalizó en un intercambio potente, uno de los saiyajines ya había caído inconsciente debido al gasto masivo de ki, mientras los otros 2 lanzaron un Chou Makouhou combinado, el cual dejó muy aturdido al Metalman. Posteriormente conectaron una serie de golpes que le hicieron caer, pero un ligero golpe en el pie de uno de los Ozharu provocaría que este cayera encima de Bamber.

Todo esto ocurría mientras Sugoki, un poco más alejado, gritaba mientras lágrimas caían de su rostro, sabiendo que nada podía hacer. Observó como los 2 saiyajines caían inconscientes, pero no llegaba a ver a su amigo, por lo que se acercó cautelosamente, encontrándose con lo peor...

Bamber había muerto, se encontraba totalmente devastado, su pecho abollado, uno de sus brazos desprendidos y una mirada perdida, todo se había terminado.

Sugoki optó por arrastrar el cuerpo de su amigo a un lugar seguro, sabiendo que sería peligroso estar allí cuando los saiyajines despertaran, pero que a su vez debía diseñar un plan para irse lo más rápido posible ya que el planeta sería destruido.

Observando la gran nave en la que los saiyajines habían llegado, se dio cuenta que tenía todo lo que necesitaba allí mismo, pero sabiendo que no podía utilizar esa misma nave ya que sería descubierto por la OIC, por lo que rápidamente entró a la nave y se llevó todo lo que necesitaría para irse de allí.

Casi un día fue lo que necesitó el prodigio tsufurujin en construir una pseudo-nave, al menos lo suficientemente adecuada para huir, y cuando estaba a punto de partir tomó la decisión de llevarse consigo el cuerpo de su amigo fallecido, no podía abandonarlo allí.

Aterrizó en un planeta cercano solo de forma temporal, con el objetivo de mejorar su nave y poder utilizarla manual y frecuentemente. En este período también comenzó a cuidar y reparar el cadáver de Bamber, el cual pasó a verse mucho mejor que antes, y Sugoki lo llevaba consigo siempre que se desplazaba hacia un nuevo destino.

Fue interceptado un par de veces por soldados de Freezer, pero lejos de meterse en problemas tan solo huía hacia otro planeta, hasta que un día logró terminar definitivamente su nave para así poder buscar un destino lo más lejos posible donde podría descansar en paz.


Luego de un buen tiempo viajando llegó a un planeta por demás interesante... Planeta Owari, Galaxia HRBS, hogar de los Owaries. Sugoki se adentró en un planeta que denotaba tener una importante cantidad de población y una infraestructura considerable, lo cual le extrañó ya que no había sido conquistado por la OIC.

Al llegar fue recibido por los Owaries, quienes eran unos seres pequeños e inofensivos, pero que se mantuvieron alerta al ver llegar una nave desconocida. Sugoki intentó comunicarse y los habitantes del planeta entendieron que llegaba en busca de paz, por lo que le ofrecieron quedarse, siempre y cuando no causara problemas.

Una vez establecido en un humilde hogar, o al menos a lo que él llamaba hogar, ya que era una habitación sin más, pasó el tiempo y el tsufuru como agradecimiento a la raza que lo refugió comenzó a preparar nuevas instalaciones y mejoras para la ciudad en la que prácticamente todos los Owaries vivían. La pequeña ciudad se transformó en una metrópolis con alta tecnología, pero debido a esto también fabricó sistemas para mantenerla oculta así como métodos de protección en caso de una llegada invasora.

A su vez, en su casa, poco a poco le tomó más cariño al cuerpo de Bamber, por lo que no pasó mucho tiempo para que empezara a refaccionarlo, además, sabiendo que sus capacidades de combate no eran las mejores, vio en el cuerpo de su mejor amigo una oportunidad para poder luchar por si mismo, razón por la que fue mejorándola en el sentido de la batalla, agregando capas de metal que le ayudaban a protegerse, cañones, taladros, y un sinfín de herramientas, así como un método que le permitiera ingresar y manejarlo desde adentro.

Como era previsible, llegó el día en el que una nave de Freezer aterrizó en el Planeta Owari, ya que a pesar de todos los métodos de camuflaje intentados por el joven, era muy complicado ocultar un planeta y más difícil aún uno con la infraestructura que ahora tenía el mismo. En dicha nave se encontraban 4 soldados de la armada de Freezer, los cuales bajaron y comenzaron a acercarse a la ciudad central, sabiendo que tenían mucho para obtener de allí.

Una alarma sonó en la casa de Sugoki ni bien la nave entró en la atmósfera, algo que alertó al chico, quien ordenó evacuar a los habitantes de la ciudad mientras se subía en el cuerpo de Bamber para enfrentar al escuadrón. En las puertas de la ciudad tsufurujin y soldados de Freezer cruzaron miradas, y estos últimos ordenaron que les dejara seguir su camino o sufriría las consecuencias.

Sugoki estaba muy enfadado de saber que otra vez la OIC podía arruinarle todo una vez más, por lo que lo negó rotundamente, algo que enfadó a los soldados, que atacaron sin dudarlo. Las balas de ki eran una caricia para el duro y resistente cuerpo de Bamber, el cual sacó dos cañones desde su espalda y disparó sin dudar, la rabia de Sugoki le había hecho perder el control, siendo que uno de los disparos daría en el pecho de un soldado, atravesándole al instante.

El tsufuru se aterró por unos momentos al pensar que había matado a alguien, pero los recuerdos de los saiyajines matando al Metalman se le vinieron a la cabeza, lo que le provocó un ataque de rabia y atacó con un golpe de su brazo izquierdo, seguido de otro con el derecho que le causarían la muerte a otro soldado.

Rápidamente los otros 2 trataron de escapar aterrados, pero Sugoki se dio media vuelta y sacando un taladro desde su brazo derecho golpeó a uno y rompió su armadura, para luego con una Onda de ki desde su cabeza, matarlo. Pero cuando quiso ir por el otro, vio la nave salir de la atmósfera, se le había escapado, y no sabía si eso le tranquilizaba o le enfadaba aún más.

Días pasaron y Sugoki se dedicó a calmarse debido a lo ocurrido, el rencor lo había consumido, y la mejor manera para hacerlo era seguir planificando. Sabiendo que tendría que escapar de ese planeta ya que sería perseguido por la OIC, dedicó todo su tiempo a mejorar la protección y el camuflaje del planeta, dejándolo totalmente impenetrable, para posteriormente despedirse entre agradecimientos.

Vagó por varios planetas, intentando huir del emperador Freezer, período en el que se enteró de que la raza saiyajin había sido erradicada, algo que por muy feo que fuera, le alegraba un poco. Y así pasaron unos años, un tiempo en el cual Sugoki no vivió tranquilo pero al menos no fue encontrado, hasta que...

Se encontraba en un planeta casi inhabitado, descansando ya que pensaba partir en poco tiempo a un nuevo destino, cuando vio llegar una nave, una nave que claramente era de la OIC pero era mucho más grande que las que había visto antes. Sabiendo que no tenía escapatoria se preparó para el combate, y de la nave bajaron 5 seres que portaban la característica armadura pero que se notaban más fuertes que los que había visto anteriormente. Estos se acercaron y comenzaron a realizar unas poses extrañas dirigiéndose el joven, autoproclamándose como el escuadrón más fuerte de la armada de Freezer... "Las Fuerzas Especiales Ginyu".

Estos mencionaron que lo habían estado buscando por mucho tiempo, ya que se les había asignado la tarea de asesinar al tsufurujin que montaba un metalman y que había vencido 2 escuadrones completos del ejército, y luego de felicitarlo por esto se prepararían para la batalla.

Sugoki se alejó y lanzó un líquido verde al piso, su saliva de ácido, pero Burter tomó la iniciativa corriendo velozmente hasta su espalda y golpeándole ligeramente. El golpe no surtiría mucho efecto, pero lo aturdiría un poco, lo suficiente para que Jeice y Recoome comenzaran a atacar simultáneamente.

El tsufurujin no sabía cómo responder a tales embestidas por lo que realizó un Survival Turn para sacárselos de encima. Ginyu dio un paso adelante y lanzó un ataque de ki con ambas manos, el cual iba a ser repelido con facilidad, pero Guldo detendría el tiempo y causaría que se llevara el golpe de lleno.

Luego de varias horas de batalla continua, donde la ventaja iba de un lado para el otro el combate quedó en un 1 vs 1, ya que Guldo, Jeice, Burter y Recoome habían caído agotados o derrotados, mientras Ginyu y Sugoki se mantenían de pie. Un par de ataques contundentes dejarían al chico en clara desventaja, y cuando quiso responder, el sistema operativo de Bamber no respondería, viendo que algún golpe lo habría dañado. Esto último lo asustó y seguido de eso se llevaría varios golpes más por parte del líder del escuadrón, quien disfrutaba bastante el curso del combate.

Viendo que no tenía alternativa, se dispuso a dejar su vida con el fin de llevarse consigo la vida de los soldados más fuertes del emperador del universo, por lo que estaría listo para su ataque final, el Final Blast. Realizó un par de comandos y un botón salió del interior de la armadura, pero que al presionarlo nada ocurriría, el cuerpo estaba totalmente dañado.

Sin nada que hacer vería como la armadura se iba destrozando poco a poco, mientras el resto de los miembros del escuadrón volvían a la batalla y la daban por finalizada cuando con un ataque en conjunto destrozarían la parte inferior de Bamber...


Lo último que Sugoki vio fue una luz, la luz del ataque que erradicaría el planeta, y lo mataría instantáneamente... Aunque el cuerpo de Bamber seguiría rondando por ahí...

FIN


Sugoki recordó todo lo que vivió, como su padre dio su vida para protegerlo, todo lo que tuvo que pasar en soledad y el como tuvo que hacer frente a las adversidades, y sobretodo su encuentro con su amigo, Bamber, hasta llegar a su muerte.

Aunque cuando se dio cuenta, el seguía razonando y recordando a pesar de que él mismo sabía que su cuerpo había sido calcinado y desintegrado poco a poco, pero por alguna extraña razón estaba consciente, aunque no parecía poder sentir nada.

Se mantuvo con los ojos cerrados hasta que sintió como que aterrizaba, abriéndolos y encontrándose con un demonio de gran tamaño, piel roja, barba negra y un traje de color violeta, sentado en una especie de escritorio, y con un semblante serio.

"Emm... Sugoki Panpapparu, bienvenido, buen combate allí abajo" dijo el ser desconocido, algo que sorprendió al joven, quien intentó evaluar la situación, pero se le hizo imposible, parecía un cuento de hadas o algo por el estilo, él sabía que había muerto pero un ogro gigante con traje le daba la bienvenida a quiensabedonde.

Preguntó dónde estaba, y qué estaba haciendo allí, lo cual fue respondido de forma tajante: "Bienvenido al Otro Mundo, tú estás muerto", con esto confirmó su teoría, pero antes que pudiera emitir un comentario más, fue interrumpido por el gigante, quien dudó a donde mandarlo, ya que había asesinado a muchos, pero todos del Imperio de Freezer.

Sugoki rápidamente preguntó por aquel equipo que causó su muerte, pero Enma Daiosama lo miró seriamente, explicando que habían sobrevivido, algo que le dolió mucho al tsufuru que se había sacrificado para detenerlos y pensar que no pudo hacerlo fue devastador, pero cuando sus ojos se pusieron llorosos, fue nuevamente interrumpido... "Antes que nada, hay alguien que estuvo esperándote..."

Una puerta se abrió y allí apareció Bamber, con un lenguaje corporal que demostraba felicidad, comenzando a hacer ruidos que recordaban a sollozos. Sugoki quedó paralizado y cuando se dio cuenta de lo que ocurría saltó hacia su amigo, abrazándose entre los dos, y llorando de felicidad.

AHORA SI, FIN.


Bamber desde un principio destacó por ser alguien introvertido, y realmente no tuvo una gran evolución en su personalidad, más que la confianza que ganó gracias al amigo que había conseguido. Incluso esta confianza se había limitado a su relación con Sugoki, ya que se mantuvo como motivo de burlas hasta el día de la invasión, y de hecho, ese día demostraría lo mucho que había cambiado, dando todo de si para defender a lo único que tenía.

Por otra parte, la evolución de Sugoki es algo que pudimos ver a una escala mucho más grande, desde un principio se notó como un prodigio de su raza, además de proceder de un linaje de intelectuales que lo habían catalogado como una verdadera promesa para el progreso tecnológico del Planeta Plant, pero la muerte de su padre y por consiguiente su escapatoria hacia el planeta Metalman fue un punto de inflexión en su vida.

Pasó mucho tiempo sobreviviendo a base de extraños seres y frutos, los cuales, para su fortuna, no eran aprovechados por los residentes de dicho planeta, pero se sintió muy triste, ya que seguía siendo un niño que no estaba teniendo ningún tipo de contacto con alguien hace ya bastante. Por eso su relación con Bamber fue de gran importancia desde un principio, Sugoki ganó confianza, se notaba mucho más feliz, pero todo cambiaría "ese día".

Posterior a la muerte de Bamber, el joven se dedicó a cuidar del cadáver de su amigo, algo que normalmente veríamos como extraño, pero él no lo pensaba así, y su objetivo pasó a ser vengar a los que hicieron eso a su amigo, empezando con la mejora de su cuerpo para posteriormente ser utilizado como armadura.

Otra vez los años de desolación fueron varios, pero para su fortuna logró encontrar un planeta donde sería recibido con amabilidad y gratitud, parecía que todo volvería a estar bien, Sugoki hacia lo que gustaba, podía vivir en una sociedad, aunque realmente se había vuelto demasiado solitario, prefería observar a los Owaries charlar y disfrutar por las cámaras que hacerlo él mismo.

Este fue solo un paso para lo que se convertiría posteriormente, ya que la nueva invasión por parte de los dos escuadrones provocaría en Sugoki un sentimiento de melancolía, pero a su vez mucha rabia que sería descargada sobre ellos, incluso guardando sus cuerpos fallecidos y sonriendo al verlos de vez en cuando.

Se volvió alguien aún más misántropo e insociable, se encerraba en su hogar, el cual irónicamente era el único que no había remodelado, en el centro de una increíble ciudad repleta de edificios construidos y planificados por él, y como agradecimiento para la especie que le había ofrecido dicho lugar, decidió que lo mejor era abandonarlos para que la llegada de Freezer en su busca no les afectara.

Realmente los nuevos años que pasó vagando por el espacio no fueron tan perjudiciales para su salud mental como las anteriores ocasiones, disfrutaba de estar sólo y tranquilo, observando las estrellas, y no perdía un solo segundo para planificar todo lo que haría en cada una de las oportunidades cuando se enfrentara al tirano Freezer, teorizando su aspecto, habilidades, momento en el que llegaría, etc.

Y eso mismo fue lo que lo destacó en toda su vida, ya que siempre fue alguien muy inteligente, y que sabía mantener la cabeza fría la mayoría de las ocasiones, aunque cuando más le hubiera gustado hacerlo no pudo, pero supo aprender de ello.

Incluso cuando se encontraba en desventaja, o cuando su muerte era más que próxima, solo pensó y planteó sus hipótesis de cual era la decisión correcta, tomando la mejor sin duda alguna, aunque para su mala fortuna, le faltaban muchos años de entrenamiento y progreso para alcanzar al Emperador del Universo.


  • Año 551: Los saiyajines llegan al planeta Plant.
  • Año 723: Comienza la guerra Saiyajin-Tsufurujin.
  • Año 725: Nace Sugoki.
  • Año 729: Finaliza la guerra Saiyajin-Tsufurujin, con victoria para los primeros. Los tsufurujines sobrevivientes se refugian de forma subterránea.
  • Año 731: Los saiyajines se alían con Freezer y su ejército.
  • Año 733: Muere Berirazu, Sugoki escapa de Plant.
  • Año 734: Sugoki llega al planeta de los Metalman.
  • Año 735: Sugoki conoce a Bamber, se hacen buenos amigos.
  • Año 737: Bamber muere a manos de un escuadrón de la OIC. El Planeta Vegeta, antiguo planeta Plant, es destruido por Freezer.
  • Año 740: Sugoki llega al planeta de los Owaries.
  • Año 745: Nuevas invasiones, el tsufuru logra hacerles frente. Sugoki huye del planeta Owari.
  • Año 751: Sugoki muere a manos de las Fuerzas Especiales Ginyu.

Habilidades

Sugoki

  • Control de ki: Posee un control de ki básico, no puede ocultárselo a sus enemigos pero puede hacer un leve uso de él.
  • Onda de ki: Con su manejo de esta energía es capaz de crear esferas de ki con las cuales hace daños mínimos pero suelen ser utilizadas como distracción.
  • Kiai: Ráfaga de viento impulsado por la mano de su usuario.
  • Respiración Versátil: Capacidad de respirar en el espacio, aunque no por mucho tiempo.

Bamber

  • Dureza extrema: Bamber posee la capacidad de resistir la gran mayoría de ataques físicos debido a su dura coraza.
  • Resistencia radical: Habilidad de resistir altas o bajas temperaturas casi sin ningún problema.
  • Superfuerza: Fuerza sobrehumana con la que puede levantar objetos que sobrepasen su peso muy fácilmente, aunque esta es inferior a la de otros miembros de su raza.
  • Control de ki: Su control y manejo de ki es respetable, pudiendo manejarlo de forma adecuada según la situación lo corresponda.
  • Onda de ki: Con su manejo de esta energía es capaz de crear esferas de ki con las cuales hace daños mínimos pero suelen ser utilizadas como distracción.
  • Ráfaga de Ki: Puede crear numerosas ondas de ki con las que atosiga a su rival ya sea con daños mínimos o como distracción.

Estilo de combate

El estilo de combate de Sugoki es fácil de explicar, pues el chico no es alguien que acostumbrase a pelear por su cuenta. De hecho intentaba siempre mantenerse alejado de sus enemigos ya que perdería con prácticamente cualquiera que lo enfrentase de esta forma. De hecho no podía descuidarse ni un segundo pues un solo golpe podría dejarlo inconsciente.

Debido a esto, había desarrollado varias estrategias para siempre mantenerse en un radio relativamente lejano y prever cualquier ataque cuerpo a cuerpo con tiempo y así esquivarlo o alejarse aún más. Además, poseía algunos objetos tales como su clásica pistola para mantenerlos al margen, o su inhibidor de ki con el cual podía esconderse sin ser detectado.

Con el tiempo Sugoki logró desarrollar más y más objetos que lo ayudaban a la hora de un combate, por lo que luego de varios años era capaz de hacerle frente a cualquiera, pero claramente no era así por sus habilidades combativas sino por su desarrollo intelectual y manual con el que pudo crear dichos dispositivos.

Por otro lado, Bamber era un caso totalmente opuesto, al menos en el sentido de que podía defenderse muy bien en el apartado físico, con una gran resistencia y fuerza sobrehumana, eso sí, siempre que enfrentase a un miembro de otra raza ajena a la suya, ya que frente a otros metalman se veía totalmente expuesto y sin mucho que hacer a la hora de combatir mano a mano.

Esta era la causa por la que, a diferencia de los otros metalman, Bamber había desarrollado ciertas estrategias sobre qué hacer cuando se encontrase en situaciones donde su rival es más fuerte y grande que él, llegando a conclusiones de que aprovechando su mayor velocidad y menor peso, al ser de un menor tamaño, podía llevar a sus oponentes al cansancio a base de esquivarlo y correr lejos de él, básicamente una idea similar a la del tsufuru pero con el fin de rematar a su contrincante en algún momento del combate con un golpe certero.

A pesar de tener esta hipotética pelea en su cabeza siempre que estaba en problemas, el robot solía ponerse muy nervioso, por lo que le costaba actuar y por lo general terminaba quedando en situaciones o condiciones en las que eran totalmente desfavorables para él, perdiendo numerosas veces debido a esto.

Una vez la historia de estos dos se desarrolló, y Sugoki crease su armadura compuesta por el cuerpo de su amigo, también las estrategias y su estilo de combate cambiaron notoriamente. Ahora el tsufurujin ya no sería atemorizado en un combate cuerpo a cuerpo porque contaba con la protección más resistente del universo, por lo que no tenía miedo a recibir golpes ya que el tener a su enemigo cerca le permitía hacer uso de sus grandes mejoras, las cuales funcionaban mejor cuanto más cerca se encontraba el objetivo.

Como consecuencia y una vez comenzó a ser más conocido por muchos planetas y organizaciones, los rivales de Sugoki comenzaron a mantenerse algo alejados del pequeño, intentando evitar ser impactados por su Dreel o que les absorbieran el ki. Pero esto no era impedimento para utilizar otro tipo de mejoras, tales como la Saliva de ácido, o su Holobyl, con los cuales el ingenioso guerrero ponía a su favor todo el campo de pelea.

Mientras más pequeño fuese la arena de combate, mejor era la situación para el de ojos verdes, pues su Holobyl se apoderaba de todo el aire a su al rededor mientras que la saliva actuaba como determinante para mantener a su oponente lejos del suelo, donde el cuerpo de Bamber era más bien lento. Con todo esto a su favor, la batalla partía con un claro favorito, a pesar de estar recién comenzando.

Técnicas

Bamber

Saliva de Lava

Es la capacidad de Bamber de lanzar la lava de su interior a través de su boca. Esta es fácilmente resistida por el usuario ya que su cuerpo está adaptado a utilizarla como fuente de calor y energía en la parte central de su pecho, mientras que para cualquier otro oponente puede ser letal ya que al mínimo contacto es capaz de derretir cualquier objeto sólido. De esta lava depende su energía vital, pero a su vez, para utilizarla debe estar vivo, por lo que con su muerte se terminó la producción interna de esta y por lo tanto no se pudo utilizar más de forma idéntica.

Garrote de Piedra

Al solidificarse dicha lava, la cual toma este estado cuando se enfría, cosa que solo ocurre fuera del cuerpo del metalman, Bamber es capaz de formar una especie de garrote o martillo de roca dura y resistente con la que puede golpear a sus oponentes infringiendo un gran daño físico. Tiene diversas variantes de uso, ya sea tomarla una vez está sólida o aprovechar sus garras y formar varios garrotes más pequeños.

Avalancha ardiente

Esta técnica tiene varias formas de ejecutarse, todas ideadas por Bamber en diferentes situaciones hipotéticas. En caso de estar en un clima frío, el metalman lanza numerosas bolas de lava al cielo, las cuales caen en picada y se van enfriando debido a las bajas temperaturas, actuando como una lluvia de rocas que puede dañar de gravedad o desviar a su oponente a otra zona si así se desea. Por otro lado, si el clima no presenta estas características, Bamber prefiere lanzar pequeñas bolas al suelo de su al rededor y esperar que estas enfríen pacientemente para luego lanzarlas de forma clásica, aunque claro está, su gran mano puede hacerlo eficientemente.

Ciclón robótico

Una de las habilidades básicas de todo metalman, haciendo girar su cuerpo puede formar una especie de tornado con el que repele todo objeto o ser ligero del lugar. Además, cualquier impacto con el usuario que esté utilizando esta técnica puede ser mortal. La gran debilidad que impide su frecuente uso es que lleva un gran agotamiento y queda indefenso ante cierto ataques por la parte superior.

Huracán ardiente

Fusionando las técnicas del ciclón robótico y su saliva de lava, Bamber puede hacer uso de la segunda mientras gira a gran velocidad para esparcir su lava en un rango mucho mayor que el que podría hacer de forma tradicional. Eso sí, luego de esta habilidad el usuario deberá tomarse un buen descanso para recuperar las fuerzas que conllevan utilizarla a gran escala.

Erupción inminente

Creando una gran bola de lava, así como varias rocas volcánicas, Bamber puede imitar la erupción de un gran volcán, canalizando sus fuerzas únicamente en su boca y aprovechando sus grandes piernas para saltar y alcanzar un rango aún mayor de impacto. No es de frecuente uso ya que daña en gran medida a la zona en la que se utiliza, dejándola completamente infértil y con grandes cráteres.

Humareda radioactiva

Haciendo uso de sus tubos de la frente y hombros, que tienen cierta apariencia que asemejan a una chimenea, puede expulsar el humo suficiente para llenar una zona completa de él. Las propiedades de este humo varían dependiendo de las condiciones del usuario cuando realiza la técnica, pero en su máximo poder generan un calor incandescente y una gran densidad que impide que un no-metalman respire unos minutos sin caer inconsciente. Mientras más pequeña y cerrada es la zona en la que se ejecuta mayor es su efecto y más veloz actúa.

Sugoki + Bamber

Vuelo y flotabilidad

Gracias a un arduo desarrollo de trabajar el cuerpo de Bamber, y al no tener esa lava pesada en su interior, el tsufuru pudo adaptarlo de tal forma de distribuir su flotabilidad de forma que el cuerpo se mostrase menos denso en el aire, pudiendo mantenerse unos segundos más en el mismo si salta o cae de algún lugar. Por otro lado también acopló la armadura con propulsores en varias partes del cuerpo tales como debajo de los pies o en los codos, pudiendo impulsarse a base de energía o por el simple impulso que genera la expulsión de aire a gran velocidad. Combinando estas dos características puede mantenerse en el aire y volar como cualquier otro guerrero de alto nivel.

Saliva de ácido

Al haber Bamber dejado de producir la lava de su interior con su muerte, Sugoki decidió que no podía desperdiciar la habilidad de expulsar un líquido de tal magnitud por lo que recreando su densidad y calor formó un ácido con una capacidad de derretir objetos aún mayor, y ligeramente más líquida, por lo que la velocidad de su lanzamiento y desplazamiento una vez caía era aún mayor. Además, se le colocó un fuerte olor que pudiese molestar aunque sea en menor medida a sus enemigos.

Absorción de ki

Las grandes construcciones creadas por los tsufuru donde intentaban canalizar el ki de los saiyajines no serían en vano, pues el gran heredero de la raza lo adaptaría en cada uno de los brazos de Bamber, claramente a una menor escala y por lo tanto una menor efectividad. El usuario debería colocar la palma de la mano del robot en contacto con la piel de su enemigo para poder absorber su ki, el cual se almacena dentro de la armadura para luego utilizarse en un ataque posterior.

Dreel

Utilizando la capacidad de girar todo su cuerpo, Sugoki la adaptaría llevando sus componentes a cada uno de los brazos. Uniendo sus garras en forma puntiaguda y haciendo uso de dicho giro veloz se formaría una especie de taladro con el que se podría atravesar casi cualquier cosa, ya sea un terreno como un enemigo.

Holobyl

Al igual que con la saliva, el gas que Bamber solía utilizar como habilidad innata fue adaptado, utilizando el mismo ácido que para la saliva pero creando un gas con este a base calor. Dicho gas cubre toda la zona en cuestión y posee las mismas habilidades que cualquier gas metalman, una alta temperatura y densidad, pero sumándosele a un olor putrefacto. La única desventaja que posee es que esta técnica y la saliva de ácido deben realizarse con un tiempo de distancia entre ellas pues utilizan el mismo líquido para su realización.

Force Field

Cruzando los brazos, el cuerpo de Bamber genera un campo de energía defensivo con forma de esfera con él como centro. Este puede aguantar varias ráfagas de Ki y desactivarse a voluntad, pero va perdiendo fuerza con el tiempo. Cuando está por acabarse, empieza a parpadear hasta desvanecerse, o alternativamente puede ir reduciendo su tamaño para extender el uso.

Tesla Fountain

Con pequeñas bobinas teslas al rededor del interior de todo su cuerpo puede formar tanto campos electromagnéticos como descargas eléctricas de alta tensión con las que mantiene sus articulaciones alerta y dispuestas a cualquier movimiento en un instante. Además funciona como prevención de roturas de la armadura ya que de quedar abierta en algún punto donde una de estas bobinas se encuentre es una defensa directa ante impactos enemigos que de tocar una zona con estas se vería gravemente dañado.

Pulso electromagnético

Bamber puede expulsar un pulso expansivo que cancela el funcionamiento de la tecnología ajena a él y a Sugoki en un radio a su alrededor. Los dispositivos afectados no podrán reactivarse hasta pasada una hora, y algunos objetos pequeños o previamente sobrecargados pueden incluso llegar a explotar o desbaratarse al ser tocados por el pulso.

Warhead shot

Tanto de sus hombros como de su espalda puede desplegar dos lanzadores de ojivas de tamaño medio con los cuales puede disparar dicho armamento, teniendo gran precisión gracias al análisis del Sistema Operativo interno. Estas ojivas pueden ser simples misiles de impacto como también tener diversas funciones, ya sea explotar al contacto o como simple distracción.

Acidic Missile

Gracias a las ojivas que puede disparar mencionadas anteriormente y a su saliva de ácido, puede fusionarlas y formar estas armas repletas del líquido viscoso y radioactivo, el cual se esparce hacia todos lugares una vez el misil impacta en su objetivo. También puede abrirse con el accionar de un botón, siendo muy impredecible y logrando distribuir este líquido que da grandes ventajas al dúo de amigos en casi cualquier instancia.

Lightning Hook

La armadura de Bamber puede disparar ganchos de agarre desde sus brazos, atados con cables retractiles que le ayudan para anclarse a superficies, ascender rápidamente sin gastar mucha energía, y demás. También puede usarse como arma, siendo que los cables conducen electricidad proporcionada por el propio Bamber, sirviendo para inmovilizar y paralizar a un objetivo.

Static Spin

Con la electricidad generada por su bobina y sus brazos giratorios puede formar una especie de ciclón eléctrico con el que da choques a todo aquel con el que impacte. También se forma un pequeño campo eléctrico repeliendo ataques de ki menores con el simple hecho de colocar su brazo giratorio en el camino de estos.

Inner Glacier

El cuerpo de Bamber en su interior posee paneles que pueden brindarle calor pero también pueden bajar su temperatura de forma abrupta, de esta manera, la armadura gana un plus de dureza y resistencia, así como protección ante ataques de altas temperaturas, pero a cambio pierde la capacidad de generar su Holobyl el cual se mantiene efectivo si está alimentado por una fuente de calor.

Flame Bullets

Gracias a la saliva de ácido Bamber puede lanzar pequeñas "balas" de dicho líquido, pero al pasar de un medio de altas temperaturas a uno templado suelen tener un impacto menor que el que podrían tener en otro medio, por lo tanto, si se utilizan cuando se está en una zona infestada por Holobyl, las balas no pierden nada de su capacidad destructiva y derriten todo lo que se cruzan, aunque van ligeramente más lento por el aire más denso.

Solar Refraction

Desplegando una especie de paneles que actúan como espejo puede reflejar la luz que capta desde una fuente de energía como una estrella, como también hacer lo propio con los ataques de ki, logrando cegar al enemigo momentáneamente si se logra direccionar los rayos de luz hacia los ojos del rival. Además, si se está utilizando el enfriamiento interno Sugoki prefiere activarlo de todos modos para reflejar todo rayo de luz que complicase este procedimiento.

Laser Precis

Utilizando el ojo alargado del cuerpo robótico puede lanzar un láser que funciona con el ki acumulado, el cual tiene la capacidad de viajar a gran velocidad siendo un ataque prácticamente instantáneo. Si el tsufuru así lo quiere puede calentar la zona de lanzamiento dándole al rayo propiedades más destructivas pero necesitando más tiempo para realizarlo.

Doctrina exacta

Gracias a las cámaras que posee implantadas en varias partes de su cuerpo puede grabar y analizar los movimientos de su oponente para entender los patrones que se realizan conjunto a su Sistema Operativo. De esta forma es capaz de prever el próximo ataque con un instante de anticipación, en muchas ocasiones esto no es muy útil pero mientras mayor sea el tiempo de combate o se haya enfrentado al enemigo en otras oportunidades el tiempo de anticipación puede crecer. El nombre es una clara referencia a la Doctrina Egoísta, o Ultra instinto, con la diferencia de que en vez de actuar por el mencionado instinto lo hace por la información exacta y precisa que se recopila.

The Plutonic

Las ojivas que no son muy dañinas por si solas pueden ser de gran peligro si se combinan con las grandes habilidades del desarrollo atómico y químico de Sugoki. Estos misiles son usados como portadores de plutonio, el cual sale al aire libre formando óxidos e hidruros, con los que su tamaño se expande instantáneamente, por ende, explotando de forma masiva. Hay dos maneras de llevar a cabo esta técnica, una es abrir el portador cuando se requiere la explosión y otra es esperar que la ojiva golpee, funcionando como un impacto doble pero requiriendo que el armamento llegue a destino si se quiere que sea efectivo.

Quarks Cannon

Es una de las técnicas definitivas de la combinación de tsufuru y metalman, y la favorita del joven portador de la desarrollada armadura. En la espalda, dentro del cuerpo colocó un cañón desmontable que puede salir a la luz al presionar un botón. Dicho Cañón capta las partículas subatómicas del aire y las compacta con la fuerza nuclear fuerte, centrándose en los quarks subatómicos que forman hadrones que al superar cierta tolerancia toman una fuerza y poder imparable. Por lo que junto con un rayo de energía se lanza este procedimiento en el momento preciso para impactar y causar el mayor daño posible.

Final Blast

Como última opción y ya sabiendo que no existe otra escapatoria, Sugoki le dio al cuerpo de Bamber la capacidad de explotar con una gran canalización de energía dentro suyo, la cual puede ser activada desde el interior o a distancia. Dicha energía se acumula hasta que todos los huecos son abiertos dejándola salir en forma de estallido gigantesco con el que incluso se puede destruir un planeta entero.

Debilidades

Las debilidades de Sugoki son más bien simples, de hecho, cualquier que lo conozca y evalúe en un combate puede identificar cuáles son, pero no por eso es un enemigo fácil de vencer ni mucho menos. Estas se tratan de oponentes que tienen su fuerte en el apartado físico, es decir, guerreros con una gran fuerza y potencia muscular, con la cual el tsufuru no puede competir. Pero esta característica no es la que te puede hacer vencedor frente a este pequeño, sino que también se necesita una velocidad tal para superar las estrategias del castaño, ya sea rapidez mental como física, con la que se pueda estar un paso delante.

En cuanto al manejo del ki, Sugoki tiene buenas defensas ante ataques de energía, ya sean escudos o formas de esquivarlos velozmente, por lo que a menos de tratarse de técnicas masivas o con una precisión absurda, el tsufuru puede defenderse con poca dificultad.

Por su parte, Bamber tiene unas dificultades que se acrecientan si lo comparamos con seres de su misma raza, pero que no son tan claras si se ve con un ajeno a su planeta. Es un metalman pequeño en comparación a otros, y con una fuerza claramente inferior, por lo que siempre se vio superado en este apartado, desarrollando otras estrategias en las que se hizo fuerte, como la velocidad en la que destacaba por su peso menor, pero eso sí, cuando la distancia y la situación lo deja frente a estos sujetos, no puede hacer mucho más que recibir.

Por otro lado, también tiene sus obvias defensas contra ataques de ki, es decir, su coraza, teniendo grandes ventajas cuando el arsenal de su enemigo no varía más allá de rayos de energía. Cuando enfrenta sujetos de menor tamaño y fuerza se desenvuelve bien en espacios cerrados, y cuanto menor sea el tamaño del recinto mejor, pudiendo sacar a relucir sus técnicas caloríficas, por lo que un lugar abierto y grande donde su oponente pueda desplazarse a una velocidad mayor que la suya no es beneficioso para él.

En resumidas cuentas, cuando el oponente es superior físicamente es preferible un espacio grande y abierto, caso contrario si es un rival de menor nivel físico.

A la hora de hablar del dúo como uno solo, con Sugoki portando la armadura de Bamber, las debilidades pasan a un plano totalmente diferente. Ya no es dificultoso un rival grande ya que es mayor el arsenal de técnicas a corta distancia y con el que se puede aprovechar mejor la precisión de las municiones, además de la Doctrina Exacta con la que logra prever los movimientos del rival, y mientras más grande y tosco sea este, más previsible es para el Sistema Operativo.

Hablando precisamente de esto, un oponente que sí le puede dar inconvenientes a estos guerreros es aquel que es impredecible a la hora de combatir. El típico guerrero que combate por simple diversión y que busca experimentar cosas diferentes día a día es un claro ejemplo de contrincante que hace a Sugoki mucho más dubitativo.

Ya hablando de la zona más perjudicial para el dúo, sin duda se trataría de una acuática o con grandes afluentes de agua a su al rededor, ya que con ellos se dificultaría en gran medida el uso de las técnicas de lava o ácido, o el calor en general. A su vez, su movilidad y velocidad en agua es notablemente menor, por lo que se tendría que mantener en el aire buscando impactar y hacer gala de su arsenal, pero sin poder sacar provecho del lugar, cosa que le encanta hacer en cada uno de sus combates.

Mejoras

Mejora Descripción
Giro Se le colocó un sistema de giro a alta velocidad en cada uno de los brazos de Bamber, pudiendo girarlos de forma de utilizarlos como taladros.
Chimeneas Se adaptaron los tubos de los hombros y la cabeza para que pudiesen expulsar otro tipo de gases más allá del que generaban por defecto.
Dureza Se mejoró la dureza del cuerpo de Bamber al agregar algunas capas más de materiales que acoplados de la forma correcta forman una armadura prácticamente indestructible. Se utilizaron otros cuerpos de metalman fallecidos para potenciar este aspecto.
Ganchos De sus brazos se colocaron ganchos a través de cables retráctiles que pueden ser de gran ayuda a la hora de trepar o tomar a un enemigo.
Sistema de eyección Desde la cabeza de Bamber se es capaz de abrir la compuerta y eyectar al usuario de la armadura como última defensa ante una destrucción inminente.
Propulsores Debajo de cada uno de sus pies y bajo sus codos se colocaron propulsores que pueden funcionar tanto como impulso a base de aire como con energía, logrando una alta velocidad tanto en aire como en agua.
Sistema de calor Dos tipos de sistemas que calientan el interior de la armadura fueron colocados, uno para regular la temperatura de Sugoki manteniéndose siempre en las mejores condiciones posibles y otra para calentar el ácido y los gases para así estar a la temperatura perfecta con la que puedan infringir mayores daños.
Sistema de frío A diferencia de con el calor, uno de los sistemas es interior y otro exterior. El primero es para Sugoki, evitando sufrir cambios de temperatura extremos y el otro es para la coraza de Bamber, endureciéndola en base al frío.
Visión escotópica Utilizando diversos métodos tales como la identificación por calor y energía o los niveles de sonido, Sugoki es capaz de identificar a la perfección a sus oponentes a pesar de estar en completa oscuridad.
Cámaras Se colocaron cámaras diminutas en varias partes del cuerpo, tanto frontal como posterior, pudiendo capturar y grabar todo movimiento del enemigo, analizándolo con el sistema operativo y guardando lo obtenido para poder observarlo con detenimiento en otra oportunidad.
Bobinas tesla Puestas en las articulaciones funcionan tanto para crear un campo electromagnético como para dar pequeñas descargas, son una gran defensa en caso de aberturas de la armadura.
Flotabilidad Uno de los primeros cambios que se realizaron, distribuyendo y disminuyendo la densidad del cuerpo con la que puede mantenerse mucho más equilibrado e incluso volar sin dificultad gracias a los propulsores.
Absorción de ki Dos puntos de absorción colocados en la palma de sus manos que capturan ki del rival y lo conducen a una fuente interna y masiva para realizar contragolpes.
Cables internos Una red de cables de todo tipo se sitúa en el interior de la armadura, difiriendo según su tipo. Unos trasmiten la electricidad y los pulsos electromagnéticos, otros se encargan de llevar el ki y la energía acumulada, entre otros.
Lanzador de ojivas En la espalda posee dos portadores de misiles desplegables con los que lanza este armamento, pudiendo variar la forma en la que lo hace.
Láser Un rayo de energía que puede ser disparado desde el ojo de Bamber a gran velocidad.
Cañón de hadrones Un gran cañón generador de energía a base de partículas subatómicas y la fuerza nuclear fuerte con la que forma un ataque imparable capaz de destruir cualquier enemigo.
Sistema de autodestrucción Tanto dentro de la armadura como a distancia, Sugoki puede encender el sistema de autodestrucción con el que el cuerpo de Bamber explota canalizando toda la energía que coexiste dentro del robot, siendo letal para todo aquel que este cerca e incluso destruyendo el planeta en cuestión.

Objetos

Guante multifunción

Se trata de un guante con una gran variedad de funciones. Consiste en un dispositivo metálico pero realizado con fibras flexibles que permiten colocar el accesorio en la mano y ajustar al tamaño correspondiente, el mismo es de color gris y posee terminaciones doradas en cada uno de sus dedos que son utilizadas para diversas opciones. En el dorso de la mano posee un círculo de color gris con el que es capaz de proyectar imágenes o alumbrar el ambiente, además de brindar la posibilidad de calentar o enfriar algún objeto con la punta de los dedos, tomar medidas, entre otras.

Mochila

Es la mochila que utiliza el tsufurujin siempre que necesita salir de su hogar. Esta creada con un metal super resistente, capaz de soportar casi cualquier ataque rival, acompañado de sus asas de fibra que le permiten llevar el objeto a sus espaldas y asegurarlo de forma eficiente. La mochila está fabricada de forma que por dentro posea todo el espacio disponible para llevar el equipamiento necesario, incluso pudiendo agrandar ligeramente su tamaño si así fuese requerido.

Pistola de plasma

Esta pistola es el arma principal de Sugoki cuando está en soledad. Consiste en un almacenamiento de plasma y energía de forma cilíndrica que va conectado a tres propulsores que calientan la sustancia y permiten lanzar la energía en forma de bola o rayo, depende el modo que fuese seleccionado. Fue creada con la forma necesaria para que pudiese acoplarse en la mochila o armadura del tsufuru, además de tener el tamaño justo para la pequeña mano del inventor.

Escudo de energía

El escudo de energía es uno de los inventos más destacados del joven, consiste en un pequeño dispositivo, del tamaño de un imán, que puede ser adherido a casi cualquier superficie, sobre todo si la misma es metálica, y permiten crear un campo de energía capaz de proteger al usuario casi que de cualquier ataque rival. El mismo funciona al presionar tres veces sobre el adhesivo y genera un escudo de gran eficiencia de forma muy veloz.

Láser

Es un dispositivo de muy pequeño tamaño pero que destaca por tener una potencia formidable. Consiste en un cilindro metálico de aproximadamente 8 centímetros de largo que tiene un orificio en una de sus tapas del que puede salir un poderoso rayo láser. El mismo puede utilizarse tanto para atacar a un enemigo de poca fuerza como para sellar algún objeto metálico o incluso como linterna cuando se encuentra en total oscuridad. Tiene la forma y material necesario para acoplarse a cualquier otro invento de Sugoki, siendo normal que lo lleve adherido a su armadura o mochila.

Visor escotópico

Consisten en un par de lentes con el que posee diversas herramientas, desde ver en la oscuridad hasta lograr ver a grandes distancias. Pueden variar su tamaño de forma de ser adaptables para el usuario y permiten ver a distancias muy lejanas, y también muy cercanas si así fuese necesario. Suele llevarlos imantados en su mochila siempre que sale en la noche.

Niveles de poder

Hay que tener en cuenta que Sugoki no era especialmente un buen guerrero, de hecho, era bastante débil, caso contrario al de Bamber, que perfectamente podría vencer a los soldados de rango más bajo en el ejército de Freezer sin ninguna dificultad. Luego de la muerte del Metalman, el tsufuru aprovecharía su cuerpo llegando a un nivel inimaginado, potenciando todas sus características, pero teniendo un nivel bastante similar.

Muchos años pasaron para que el joven consiguiera la capacidad de absorber el ki de otros seres mediante el cuerpo de su amigo, lo que lo haría un guerrero muy fuerte y de temer incluso para los guerreros más fuertes del universo.

Sugoki

Infancia
Sugoki 31
Como se mencionó, Sugoki nunca se consideró un prodigio ni alguien siquiera fuerte en el apartado físico. Entre los niños de su raza era uno más, tal vez ligeramente más débil que el resto, teniendo un poder de tan solo 31 unidades de ki.

Juventud
Sugoki 130
Ha medida que fue evolucionando y se desarrolló más en solitario no tuvo otra alternativa que hacerse valer por si mismo en muchos momentos, teniendo la necesidad y , mejor dicho, como consecuencia, su poder aumentaría, aunque a pesar de esto seguía siendo un sujeto muy débil cuando se hablaba de combate.

Máximo poder
Sugoki 320
Cuando alcanza su máximo poder esta es la mayor escala a la que puede acceder el tsufurujin por si solo. Estas 320 unidades indicadas son las que el joven alcanzó con la muerte de su amigo Bamber tras la invasión de saiyajines, pero como es obvio, poco pudo hacer frente a soldados entrenados y con un poder mucho mayor a la cúspide del pequeño científico.

Bamber

Juventud
Los metalman eran una raza fuerte, teniendo niveles de poder muy altos aunque no le sacaban el mejor de los provechos al no destinarse al combate. Bamber era uno de los más débiles y aún así ostentaba casi 2.000 unidades de ki que le permitían hacerle frente a muchas adversidades que otros no podrían, pero en su planeta quedaba muy al margen.
Bamber 1.987

Máximo poder
Bamber era capaz de sacar todo su potencial cuando su calma y tranquilidad usual era reemplazada por ira, como se vio en la invasión de los saiyajines, donde incluso le hizo frente a más de uno aun estando transformados en Ozaru. Lamentablemente para el metalman no tuvo la oportunidad de hacer gala de este poder puesto que la única vez que lo sacó a la luz fue el día de su muerte.
Bamber 4.000

Instrumental

Sugoki_OST

Apariciones extra

Proyecto Rol Descripción
Protagonista Dragon Ball Fanon es una serie creada por Omega76 que se sitúa en un universo en plena destrucción, siendo que el Supremo Kaiosama, Shin, se encargaría de reclutar diversos personajes que lucharán por la obtención de las esferas del dragón supremas.
Secundario La serie creada por BladeLlamaradaAzul y Mirc MM narra las aventuras de Blade (WW) y Crim (WW) enfrentándose a diversos obstáculos con el fin de regresar la paz en el multiverso. Sugoki sería parte del equipo multiversal, siendo un personaje recurrente en los capítulos de dicha serie.
DBF: Multiverse
Secunario Esta es una serie creada por Kyylla en la que varios personajes de distintos universos se enfrentan en un torneo multiversal. En este evento Sugoki comparte universo con otros personajes de su mismo autor como Deneb y Breech Brief.
DLC El reconocido videojuego desarrollado por Allez Studios anunció en su momento que Sugoki se volvería un personaje jugable a partir del DLC. Lamentablemente dicho DLC no ha sido lanzado, al menos por el momento.
Personaje jugable Este proyecto desarrollado por Trivago Shippuden consiste en un videojuego de lucha que incorpora elementos de rol, simulación social y sandbox basado en la serie World Wikia. En dicho juego Sugoki es parte del Fighter Pass #1.

Trayectoria competitiva

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Combate Rival/es Resultado
1º Torneo Fanon del Poder
7º Ronda
Modalidad: Combate individual
Gondamek (CW) Victoria
Semifinales
Modalidad: Combate individual
Koshu (DBF) Victoria
Final
Modalidad: Fatal de 4
►Farnat◄, NZHN (DBF) y Leezer (WW) Derrota

3° puesto
Golden Freezer Awards 2019
Mejor Héroe Vegeta (R-20) VS El saiyan madafaka VS Androide 21 (Dragon Ball Zombies) VS NZHN (DBF) VS ╠ Klepsei ╣ Derrota[6]

Eliminado
1º Fanon Elite League
1º Jornada NZHN (DBF) Empate
2º Jornada Gondamek (CW) Victoria
3º Jornada Kaibort Victoria
4º Jornada Kaih (DBGS) Victoria
5º Jornada Shouyu (FW) Derrota
6º Jornada Nigma Victoria
7º Jornada Rice (WW) Victoria
9º Jornada ►Farnat◄ Derrota

4to en Zona B
2º Torneo Fanon del Poder
4º Ronda
Modalidad: Combate individual
Vegeta TNU Victoria
6º Ronda
Modalidad: Batalla campal
Kurima (DBF) & Bardock (DBSZ) & Blacklist y Turles (DBZ: SD) & Piccolo TNU & Kakarotto (Trinity Chronicle) Victoria junto a Sveglia (DBF) & Blue (DBF)
10º Ronda
Modalidad: Combate individual
Kyla (WW) Victoria
11º Ronda
Modalidad: Triple amenaza
Koshu (DBF) & Sveglia (DBF) Derrota

Eliminado
2º Teamkaichi Budokai
Cuartos de Final
Dupla: Koshu (DBF)
Hidaki (CW) y Shinfinite Victoria
Semifinal
Dupla: Koshu (DBF)
CellKer (DBDP) y Belulz (KnG) Victoria
Final
Dupla: Koshu (DBF)
►Saairu◄ & ►Stroke◄ Victoria

Campeón
Golden Freezer Awards 2020
Mejor Anti-Héroe Ƶhivago/Legión (WW) VS Zalitai (DBF) VS Rice (WW) VS Allez (DBF) VS Makako (WW) VS Pyrofarer VS Nydaq VS Kaih (DBGS) Victoria[7]

Ganador
1º Copa Fanon Hispana
Ronda Clasificatoria (vuelta)
Dupla: Koshu (DBF)
Shuma (DBF) Victoria
Fase de grupos: 2° jornada
Dupla: Koshu (DBF)
Asparik Derrota

Eliminado
2º Ultimate_Fanon_Battle
1º Ronda K-25 Victoria
3º Ronda Makako (WW) Victoria
Cuartos de Final Antanas Derrota

Eliminado
2º Fanon Elite League
1º Jornada Gondamek (CW) Victoria
2º Jornada Kaih (DBGS) Victoria
3º Jornada Shouyu (FW) Victoria
4º Jornada Hidaki (CW) Victoria
5º Jornada Rice (WW) Victoria
6º Jornada ►Farnat◄ Derrota
7º Jornada Rokoshi (DBF) Victoria
Tercer puesto Rediktum Victoria

3° puesto
3º Fanon Elite League
1º Jornada Kynos (CW)
Derrota
2º Jornada Gond (WW)
Derrota
3º Jornada Nix
Derrota
4º Jornada Gondamek (CW)
Victoria
5º Jornada Rediktum
Victoria
6º Jornada Kaih (DBGS)
Derrota
7º Jornada Ánima (DB:S)
Derrota

5° puesto en Zona B
4º Fanon Elite League
1º Jornada Aerith
Derrota
2º Jornada Misht
Derrota
3º Jornada Nasu
Derrota
4º Jornada Kynos (CW)
Derrota
5º Jornada Nix
Victoria
6º Jornada Blade (WW)
Victoria
7º Jornada ╠ Klepsei ╣
Derrota
Play-off de descenso Allez (DBF)
Derrota

Descendido a la Promotion League One
5º Torneo Fanon del Poder
10º Ronda
Modalidad: Triple amenaza
Normand y Moori (DBF) Victoria

Descartado Pre-Semifinal
5º Promotion League One
1º Jornada Nasu
Victoria
2º Jornada Kókada
Victoria
3º Jornada Neru
Victoria
4º Jornada Setsuna
Victoria
5º Jornada Noah
Derrota
6º Jornada Koshu (DBF)
Derrota
7º Jornada Zerachin Ally
Victoria

Ascenso a Fanon Elite League

Curiosidades

  • La idea de unir los dos artículos de Sugoki y Bamber surgió al pensar que por sí solos no son tan interesantes y lo que les hace especiales es su historia y relación entre ellos.
    • Eso provocó que se tuviera que hacer 1 personaje más para participar en el Primer Torneo Fanon del Poder: Deneb.
  • El apellido de Sugoki, "Panpapparu" deriva de la fruta en japonés, ananá: パイナップル (Painappuru).
  • Ha sido el personaje más característico de su creador a pesar de que pasó por muchos períodos de estancamiento en los que no era siquiera tenido en cuenta por el mismo.
  • Es uno de los personajes con más combates en concursos y torneos en la historia de la comunidad, con más de 60 y contando.
  • Ha alcanzado el podio en todos los grandes torneos de la comunidad: 3° en el 1º Torneo Fanon del Poder, 1° en el 2º Teamkaichi Budokai, 3° en la 2º Fanon Elite League y 1° en los Golden Freezer Awards 2020.
  • Es uno de los pocos personajes con 2 finales alcanzadas del Torneo Fanon del Poder, junto a Blade (WW), NZHN (DBF), Aerith y Nebula (DB:S), por debajo de Koshu (DBF) que es el único en haber alcanzado 3 de ellas.

Galería

Arte conceptual

Misceláneos

Agradecimientos

  • A Leah por la imagen de Sugoki dentro de Bamber.
  • A Lapiz por la imagen de Sugoki adulto.
  • A Allez por las tablas de batallas y participación en torneos.
  • A Kyo y Crim por los encabezados.

Referencias

Este artículo ha ganado los Golden Freezer Awards