Capítulo XXV: Los hijos de la luna. (Dragon Ball, el regreso).
Al otro día, seguía lloviendo…
Picoro.- ¿A dónde vas?
Mary.- Quiero ir al baño. (Estaba en la entrada de la cueva).
Picoro.- No puedes salir con esta lluvia. Tendrás que usar ese rincón.
Mary.- Dese la vuelta.
Picoro.- Cerré los ojos.
Mary.- Va a mirar.
Picoro.- ¡Noo!
Mary.- ¡No me grite! (Le grita y se va).
En seguida, la chica egresa de la cueva y se introduce en la selva.
Picoro.- ¡Tú tampoco! Espera, no te vayas. (Le dice a Mary). Me recuerda cuando Gohan era pequeño. Pero esta vez va a hacer más difícil, porque se trata de una niña. (Pensó).
Luego…
Mary.- Éste es un buen lugar. (Pensó).
Sin embargo, en ese preciso momento, aparecen varios indígenas, que la sorprenden por la espalda; en seguida, la chica corre a través de la selva, pero tropieza y la atrapan.
En la nave de Pilaf…
Mai.- Magnificencia, el radar nos indica que la esfera está aquí.
Pilaf.- Esta isla será nuestra base secreta. Bajemos.
Pilaf y sus cómplices, bajaron cerca del lugar, donde había una tribu preparándose para a hacer sacrificios.
Perro Shou.- Tengo miedo.
Pilaf.- Cállate perro pulgoso.
Mai.- Majestad, esa chica tiene la esfera.
Pilaf.- Pues, vayan a quitársela.
Perro Shou.- Guau… ¿Nosotros? (Con miedo).
Pilaf.- Perro tonto. (Le da un coscorrón en la cabeza).
Mai.- Señor…señor.
Pilaf.- ¿Qué? (Detrás de ellos habían dos indígenas apuntándolos con lanzas). Ho..la.
En ese preciso momento, Picoro andaba buscando a la pequeña…
Picoro.- Se la tragó la tierra.
Mientras, en la aldea de la tribu, estaban preparando a la pequeña niña como su primera ofrenda, para la Diosa Luna.
Mary.- ¡Suéltenme! ¡Señor Picoro, auxilioooo…! (De inmediato, un Guardia Indígena, le amarra la boca con un género).
Hechicero Indígena.- Nosotros como hijos de la luna. Realizaremos el ritual, en las grandes alturas, para ver nuevamente a nuestra Diosa, la Luna. (Apunta a la montaña más grande).
(La gente de la Tribu se contenta).
Mai.- Majestad, nos van a arrojar desde ese alto risco y nuestros gritos se escucharan hasta el infinito, por el eco de las montañas.
Perro Shou.- ¡Tenemos que escapar!
Pilaf.- Pero antes deben conseguirme la esfera.
Perro Shou.- ¿Cómo lo haremos?
Pilaf.- Eee…no lo sé.
(Mai y el Perro Shou se desmayan).
El Hechicero Indígena, sus dos subordinados y los que iban a hacer sacrificados: la niña sin memoria, Pilaf, Mai y el Perro Shou, caminaban por un sendero estrecho, pedregoso y flanqueado, debido a los enormes precipicios de roca casi verticales.
Mai.- Estoy muy cansada.
Pilaf.- Gran Hechicero, podemos llegar a un acuerdo. Sabe tengo mucho dinero. Si me deja ir, le puedo dar dos millones de dólares.
Mai.- Señor, ¿y nosotros?
Pilaf.- Daría el doble por deshacerme del personal incompetente.
Perro Shou.- Guau… pero Amo. (Se puso triste).
Mai.- No importa, igual lo queremos.
Guardia Indígena.- Hablan demasiado. (A los tres parlanchines, les amarró la boca, para que dejaran de hablar).
Cuando llegaron a la cima de la montaña, el Hechicero Indígena, empezó a hablar al cielo…
Hechicero Indígena.- Diosa Luna, ¿A dónde has ido?
Mary.- No moriré. (Se quita la amarra de la boca, le da una patada a uno de los guardias indígenas, a otro le hace una zancadilla y al Hechicero Indígena lo empuja lejos, con el estómago). Están libres. (Les dice a Pilaf, a Mai y al Perro Shou).
(Sin embargo, el Hechicero Indígena detuvo a la niña).
Pilaf.- Gracias. Eres una gordita muy valiente. Vámonos.
Guardia indígena.- Señor, no se preocupe. No podrán ir muy lejos, los alcanzaremos. (Incorporándose).
Hechicero indígena.- No será necesario. Con ella es suficiente.
El Hechicero Indígena, comienza con la ceremonia, arriba de la montaña…
Hechicero Indígena.- Esta noche te ofrecemos a esta doncella. (Lanzó a Mary).
Mary.- Aaah!! (Gritaba cuando iba cayendo).
En ese momento, Picoro otra vez salva a Mary.
Hechicero Indígena.- El sacrificio no se llevó a cabo, nunca volveremos a ver, de nuevo, el corazón de la noche. (Gritó cayéndose de rodillas al suelo).
Picoro.- ¿A qué se referían con el corazón de la noche?
Mary.- A la luna.
Picoro.- Son unos idiotas, la luna ya no existe. (Pensó).
En cambio, Pilaf con Mai, y el Perro Shou, cuando se encontraron a una gran distancia…
Mai.- Su eminencia olvidamos algo…
Pilaf.- ¿Qué?
Perro Shou.- ¡Oh no!
Pilaf.- Inútiles.
Mai y Perro Shou.- Lo sentimos, su Majestad.
Perro Shou.- Amo… (Asustado por los ruidos extraños de animales salvajes de la selva).
Pilaf.- ¿Qué quieres?
También, oye los sonidos y se asusta mucho.
Mai.- Vámonos de aquí. Es muy peligroso.
Pilaf.- Tienes razón. ¿Dónde dejaron la nave?
Mai y Perro Shou.- No lo sabemos, Amo.
Se ve la selva y se escuchan el grito del extraterrestre Pilaf como la pregunta quejosa del sirviente Perro Shou.
Pilaf.- Idiotas.
Perro Shou.- ¿Por qué siempre a nosotros tiene que pasarnos todo lo malo? Guau…