Dragon Ball Fanon Wiki
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DBS-TWSPrólogo

De aquel gran árbol de vida y esperanza, emergió un fruto divino. Sin embargo, este no era dorado, como el color que a los dioses les correspondía, sino que había sido teñido de negro, y se hallaba en descomposición.

El fruto podrido cayó del reino de los cielos; descendió hasta el abismo. Una vez allí, se partió en dos. Oscuro era el lugar donde había ido a yacer, donde habían ido a yacer, y aún así, un pequeño destello de luz nació en uno de los dos pedazos; aquella fruta aparentemente podrida no lo estaba por completo, y ahora que se había dividido, una efímera muestra de bondad se haría presente para aquellos seres de corazón cohibido por la maldad.


Abrió los ojos, apreciando por primera vez el color. Aunque realmente, no podía considerarse color como tal... Más bien distintos tonos de blanco y una tez medio morada que no llegaba a ser oscura ni muy pálida. Aquel pequeño reflejo en un charco se deformó rápidamente ante el intento de agarrar el mismo, dando a conocer sus curiosas e inocentes intenciones. Como reflejo, pegó un leve grito combinado con un sobresalto.

Sorprendido tras ser consciente de su propia voz, pasó a observarse las manos minuciosamente; eran más pálidas que el resto de su cuerpo, y sus garras lucían medianamente afiladas.

—Veo que estás muy fascinado con ese charco.

El individuo buscó con la mirada al propietario de aquella voz tan distinta si la comparaba con la suya; al poco tiempo, se dio cuenta que se encontraba al lado suyo. Lo observaba a los ojos, y él hizo lo mismo.

—Me llamo Ánima, pero puedes decirme señorita Ánima—. Le dijo; niño o no, le resultaba agradable que la llamaran por su nombre a secas—. Sígueme, te llevaré a tu nuevo hogar.

El muchachito se paró entonces; desconocía el significado detrás de aquella palabra, pero el modo en que lo había dicho lo hacía sonar como algo cálido y reconfortante. La mujer le ofreció la mano, y el pequeño colocó la suya encima; se sorprendió al ver que era mucho más pequeña, pero de inmediato aquella señorita la acogió entre la suya. Entonces caminaron juntos.

—Hm, me pregunto cómo debería llamarte...—Se preguntó Ánima, dándose cuenta que el demonio se veía peculiar. Era pequeño y de rasgos muy finos; bueno... su apariencia en general era ciertamente semejante a la de un Kaio—. Tendré que ser muy cuidadosa con él—. Pensó, al y observó con intriga e impresión la fragilidad de aquel híbrido.

—Señorita Ánima, ¿A dónde vamos?—Indagó, causándole una carcajada a la mayor por lo adorable que sonaba el apodo viniendo de alguien así.

—Este es el reino del Makai—. Sugirió—. Vamos a un sitio del que soy gobernante, digo, hm, me encargo de cuidar—. Dijo, tratando de usar las palabras más simples; no estaba segura de cómo hacerlo, su costumbre era la formalidad—. Vendrás conmigo, y cuidaré de ti a partir de ahora, ¿Okey?—Añadió, mostrándole al pequeño los colmillos a través de una radiante sonrisa, tras la cual el impuro nunca sospecharía se escondían sus verdaderas intenciones.

—Okey—. Respondió, tratando de copiar el gesto que Ánima había hecho con el rostro.

—Tenemos mucho trabajo por hacer—. Murmuró, sin que el demonio impuro pudiera escucharla.

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Foo Fighters - The Pretender

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