
Deneb | |
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Creador | DenCosmic |
Género | Masculino |
Edad | 38 años |
Raza | Sphinix |
Series en la que aparece | DBF: Multiverse |
Medallero | |
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Deneb (デネブ, en japonés) es un personaje creado por el usuario DenCosmic para ser utilizado en torneos y concursos, pero que también tendrá sus propias historias para ampliar su desarrollo. Pertenece a la raza de los Sphinix, desempeñándose como héroe en el Universo 8.
Etimología
La palabra Deneb proviene del nombre propio de la estrella Alfa Cygni, una de las estrellas más brillantes en el cielo nocturno en la Tierra. Esto se debe a que su creador tiene como nick 'Cosmic', es decir "Cósmico", lo cual está directamente relacionado con lo estelar. Además, esta es la más brillante de la constelación del Cisne, el cual representa al personaje de la mitología griega, Orfeo, quien destaca por ser alguien inteligente, utilizando la música para "calmar a las fieras", cosa que se podría comparar con la telekinesis de Deneb para bloquear o meterse en la mente de sus rivales.
En general, los nombres de Altais y Aquilae, es decir, todos los miembros de la familia de Deneb, tienen los orígenes de su nombre en la misma constelación.
Creación y Concepto
El concepto de Deneb fue variando mucho a lo largo del tiempo. En principio se tuvo la idea de simplemente ser un héroe, sin pensar en mucho más, y cuando la fecha del Torneo del Poder se acercaba se decidió por darle a este personaje la raza de Bills y Champa, creando finalmente el artículo pero sin darle mucha relevancia, básicamente siendo el sacrificio del equipo que compartía con Nebula y Sugoki.
Siempre me gustó la idea de proyectar nuevos conceptos en ideas que no fueron aprovechadas por Toriyama en la serie original, por lo que profundizar en una raza muy importante, como lo es aquella a la que pertenecen los dos Dioses de la Destrucción más importantes de Dragon Ball Super, me pareció algo que podía ser adecuado.
Pasó por varios conceptos y aspectos que lo hicieron personajes muy diferentes desde su comienzo hasta la actualidad, incluso variando el universo o a la cronología que pertenecería, pero algo que siempre prevalecería sería la bondad del personaje y su heroísmo, algo que no he explorado con otros personajes y quise hacerlo con este.
En conclusión, se trata de un personaje que ha pasado por todo tipo de cambios, pero que finalmente para la 3era edición del Teamkaichi logra asentarse y afianzarse con su historia terminada y buscando el logro que su compañero de equipo, Sugoki, logró en la edición anterior.
Luego de muchos años siendo un simple personaje secundario en la cabeza de su autor, se utilizaron diversas ideas destinadas a otras historias o personajes que finalmente serían englobadas y acopladas en Deneb, tales como algunas tramas de la inconclusa Cosmic Legends como la que iba a ser la historia del homónimo del autor, Cosmic (WW). De esta forma se intentó completar un personaje que pasaría a tomar un rol más protagónico tanto en las historias del universo de su creador como en los diversos torneos, dejando de ser un personaje irrelevante para ser la primera o segunda espada de sus equipos.
Diseño
Al ser un sphinix, misma raza a la que pertenecen personajes canónicos como Bills y Champa, su diseño estaba limitado por las características que representan a esta especie, con algunas diferencias mínimas. Siempre se estipuló que se trataría de un sphinix joven, el cual no presentaría ninguno de los extremos que representan los Dioses de la Destrucción antes mencionados, puesto que no es tan gordo como lo es el Hakaishin del Universo 6 ni tan delgado como lo es el del Universo 7.
Su diseño original consistía en un gato de largas orejas y ojos amarillos, con unas ropas bastante simples pero representativas de alguien humilde. Lo que se decidió mantener en su etapa de joven siendo la base de su personalidad.
Posteriormente se crearon nuevas imágenes, teniendo como base un nuevo atuendo que mantuviera el aspecto simple que siempre quiso representar. Su imagen de adulto estuvo a cargo de Saail Gox el cual estipuló el diseño que se mantendría a posteriori en imágenes como la de su adolescencia, marcando su estilo y colores, representando de gran manera a lo que este personaje hace alusión.
Raza
Los sphinix son una raza que se caracterizó por ser problemática fuese a donde fuese. En el Universo 7 fue tal el descontrol que causaron debido a su poder y su hambre de conquista que terminaron por ser erradicados por el Hakaishin de turno, mientras que en el Universo 6 hubieran ido por el mismo camino de no ser por la proclamación de Bills y Champa como Dioses de la Destrucción.
Son una especie muy poderosa y preparada para la batalla en casi todos los sentidos, o eso eran antes de los últimos enfrentamientos masivos que diezmaron a la población y sus recursos. De todas formas el orden jerárquico de realeza y pueblo se mantuvo, con un mayor acercamiento y sin un resentimiento de los necesitados, siendo que los nuevos reyes, al ser de origen humilde entenderían esta situación y buscarían dejar el sistema que se acercaba más al feudalismo para convertirse en uno más equitativo.
Con esto vinieron evoluciones muy variadas, pero la principal fue que se dejó de ser una potencia en cuanto a fuerza bruta, sobre todo cuando fueron trasladados al Universo 8, lugar donde fueron acorralados por especies fuertes e imperios importantes como el de los Mirajines, aprendiendo lo que es estar bajo la sombra de alguien más y sabiendo que el progreso ya no podría ser tan abrupto como lo era antes sino que debían recorrerlo paso a paso.
Apariencia
Fisiología
Su fisiología es bastante similar a la de un gato terrestre humanizado en casi todo sentido. Esta especie se caracteriza por ser guerrera, por lo que tanto machos como hembras poseen una complexión y genética preparada para el combate. Es cierto que los machos tienen una piel algo más gruesa y resistente y una musculatura mayor, pero por la misma razón tienen un cuerpo más pesado y por lo tanto menos ágil.
Deneb es un Sphinix ligeramente por encima al promedio, por lo que su fuerza y resistencia natas son mejores que las de otro de su raza en las mismas condiciones. Su sistema respiratorio es tan funcional que los ahogos y faltas de oxígeno son inexistentes en el Planeta Arukoru. Por otro lado, sus patas y extremidades en general poseen una textura y ligereza que facilitan el desplazamiento veloz y disminuyen el ruido, pudiendo escabullirse con menor preocupación a ser descubiertos.
El color de su piel es probablemente lo más característico de él y de su especie, siendo un morado bastante distinguible pero que se ha preservado a lo largo de la historia de los sphinix. Por muchos años fue creencia el hecho de que lo oscuro del tono de piel era significado de mayor fuerza pero la mezcla de sangre de diversos sectores de la sociedad han generado que el tono violeta ahora sea mucho más uniforme, manteniéndose en un color ligeramente oscuro para toda la especie.
Etapas y vestimentas
Personalidad
Infancia
Deneb se crio como un chico bastante independiente, nieto de un ex emperador que aún se mantenía trabajando en conjunto a el nuevo rey, el padre del joven sphinix. Por lo tanto estos dos no tenían tanto tiempo para dedicarle al infante, el cual terminó por mantenerse bastante solo, buscando amigos pero no siendo el mejor en este sentido.
Se caracterizaba por ser alguien tranquilo, que no tenía problemas a pesar de que no eran pocas las veces en las que era molestado por otros niños, los cuales se burlaban de él sin obtener respuesta, después de todo, una de las únicas enseñanzas que recibió de su padre fue hacer caso omiso a estos comentarios. A pesar de esto solía perder la compostura en alguna que otra ocasión, ya que era alguien bastante impulsivo cuando se hacían comentarios hirientes, sobre todo aquellos referentes a su familia, pero estos episodios eran más bien escasos.
También era notoria su personalidad introvertida, ya que solía perderse en sus propios pensamientos e ideas, y prefería mantenerse alejado de las masas con miedo a ser señalado por el resto. Esto causó que su timidez fuese aumentando con el pasar de los años, prefiriendo las actividades en solitario o en grupos pequeños que aquellas que lo ponían en frente a una multitud.
Juventud
Ya en su adolescencia se mostró un poco mejor en el tema de su timidez, debido a que su gran potencial que todos podían ver lo hicieron ser un poco más respetado, siendo pocas las veces en las que era señalado como tanto temía en su infancia. Su bondad era su atributo predominante, y la razón por la que los sphinix mayores lo amaban, no solo era el hijo del rey sino que actuaba como si no lo fuese, siendo humilde y dedicado en cada una de sus tareas.
Debido a esto sus amistades crecieron, muchas a causa de su personalidad amable y otras por conveniencia, no siendo pocos los que aprovechaban su posición en la familia real y su notoria inocencia para colocarse en un escalón más arriba del resto. Para su fortuna, su abuelo Altais comenzó a estar más presente, dejando de lado su trabajo, apoyándolo en todo momento y dándole sugerencias sobre con quien le era recomendable juntare y con quien no.
Se caracterizó por ser muy idealista, creyendo que los valores y principios eran muy importantes para la sociedad, por lo que se mostraba bastante optimista a pesar de los momentos malos que supieron vivir en Arukoru.
También se muestra por ser alguien bastante intuitivo, dando a sus acciones un contexto claramente emocional, dejando de lado lo racional en muchas medidas, con un pensamiento más que nada lateral y muy flexible. Además destaca por su cautela y el hecho de ser muy reservado, ya que aunque suele tomar confianza de los demás de una manera muy rápida, esto no hace que se abra hacía él sino que suele permanecer bastante tímido hasta forjar un buen vínculo.
A pesar de ser alguien bastante reservado, en su interior posee una llama de pasión que lo caracteriza como un ser bastante emocional, que le cuesta expresar sus sentimientos en base a su timidez pero que siempre es tan empático como puede y siempre valora las emociones del otro y en la mayoría de los casos, tiende a guiarse más por sus principios que por la misma lógica.
En su forma de comunicarse con los demás y en el como se muestra al mundo tiene en cuenta un conjunto de aspectos y principios que se basan en la moralidad, la virtud, la justicia o el honor, lo que se le ha reconocido como alguien muy bondadoso y que siempre busca llegar a las mejores decisiones en base a ser lo más imparcial que pueda, pero que sus sentimientos y emociones a veces se lo impiden y no puede ser tan justo como le gustaría.
Como se mencionó, es cierto que es bastante tímido, y al principio le cuesta el comunicarse, pero eso ha causado que tenga un gran talento para la autoexpresión, sobre todo en cuanto a las expresiones faciales, la gesticulación y su lenguaje corporal, siendo bastante obvio saber su sentido del humor, o incluso en lo que está pensando simplemente viendo su postura.
Adultez
Con el correr de los años ha mejorado su forma de expresarse hacia los otros, pero aún siendo ya un adulto, la manera en la que lo intenta siempre lo hace irse por las ramas, y a pesar de que suele comprender al resto con facilidad, cuando se trata de hablar de si mismo suele hacerlo de forma muy profunda e incluso con metáforas, lo que lo hacen bastante inentendible para muchos, causando que pocas veces pueda mantener una conversación fluida que se sienta cómoda para ambas partes.
A la hora de plantear sus objetivos, suele centrarse en la pureza de sus intenciones en vez de en la recompensa, evaluando profundamente la razón de lo que hará, pero sabiendo que a pesar de esto se terminará guiando por su intuición. En general se frustra cuando tiene que tomar una decisión, ya que sabe que hacer otras acciones podrían darle un mayor beneficio, pero sino entran en sus principios, suele negarse.
Siempre busca ayudar a una buena causa, y siempre intenta hacerlo de la mejor manera posible, al menos en lo que a él respecta, destacando por su bondad y honestidad. Destina la gran mayoría de su energía diaria a aquellos que lo rodean, lo que genera que pocas sean las oportunidades en las que se centra en él, originando múltiples problemas de personalidad y pertenencia, que casi nunca son solucionados con facilidad.
Luego de vivir muchas aventuras en las que él y su familia estuvieron en serio peligro, Deneb se comenzó a preocupar por el resto en mucha mayor medida, procurando que lo que le pasó a él y a su especie no le ocurriese a nadie más. De esta forma se convirtió en una especie de salvador para el planeta Arukoru y para muchos otros, pero esto no permitió que su personalidad cambiase, puesto que no estaba dispuesto a que su posición le impidiese ayudar a los necesitados.
Deneb está orgulloso de ser como es, a pesar de todos los problemas que le causa el ser tan poco racional a la hora de tomar decisiones, además de que agradece a aquellos pocos que le han ayudado en sus cuestiones individuales, y se lamenta de ser tan poco comprendido.
Ideología
La ideología de Deneb es bastante sencilla, no es como si se tratase de un ser que ahonde mucho en sus pensamientos, al contrario, prefiere dejarse llevar en sus ideales y valores, siendo bastante pulcro y dejando ver el sujeto que es a simple vista.
Sus ideales fundamentales y los que le acompañan día a día, en batalla o en su cotidianeidad, son los de justicia y verdad. Desde pequeño vio muchas injusticias en su planeta, y aún más en su juventud y adultez, lo que fue forjando un deseo por el bien común y la necesidad de luchar por los problemas ajenos, aunque estos no interfiriesen en sus objetivos principales.
Por otro lado, Deneb es un guerrero que aboga por la verdad y la sinceridad, creyendo que todo sería más fácil y mejor si todos fuesen sinceros, tanto consigo mismos como con el exterior, por lo que él, apoyado en estos ideales, nunca se jactó de mentir, mostrándose como un libro abierto ante todos.
El optimismo es su carta de presentación, ya que siempre busca confrontar sus desafíos y obstáculos de la forma más esperanzadora posible, y a pesar de que en muchas ocasiones buscar que todo salga bien puede ser un problema, él no se va a rendir si alguien puede salir perjudicado con esto.
Su personalidad idealista le generan la necesidad de hacer una diferencia en el mundo y en las personas que le rodean, y esto va mucho más de ser reconocido como un salvador o respetado por el resto, el sphinix lucha día y noche porque estos valores de justicia sean la regla general del universo, sabiendo que si sus metas son conseguidas podría haber una diferencia, por más mínima que sea, y su persistencia y constancia no van a permitir que aspectos externos impidan que esta diferencia sea realidad.
En combate
Al igual que en su día a día, Deneb lucha de manera justa y directa. Detesta las trampas por lo que sus combates siempre destacan por un intercambio puro y duro, manejando sus propias estrategias pero nunca utilizando situaciones que no serían bien vistas por su moral. Respeta a casi todos los guerreros que cumplan con sus ideales, por lo que si su oponente solo quiere un buen combate lo tendrá asegurado con el sphinix.
Detesta ver sufrir a sus oponentes, a menos que crea que se lo merecen por sus acciones, por lo que a pesar de que otros lo induzcan a realizar algunas acciones poco éticas, él prefiere acabar con su rival sin que este tenga que pasar por momentos de dolor o angustia extrema.
A la hora de la batalla en sí, suele ser rápido y conciso, si se trata de ganar, Deneb lo hará lo más veloz que pueda. Aunque si el combate es solo por diversión o entrenamiento, el joven puede estar horas aprovechándolo y disfrutando de un buen rival, porque después de todo, luchar es una de sus pasiones y no es frecuente que encuentre un buen combate para emplear todos su potencial.
Su determinación y valor moral en la vida se ve reflejada en el campo de batalla, siendo firme en cuanto a sus valores y principios y no teniendo problema en negarse a un duelo o una situación si esta conlleva hacer acciones injustas. Y aunque la realidad de la guerra y las batallas incesantes pueda ser desilusionadora, mantiene su esperanza y optimismo para hacer una forma de hacer el bien, incluso en momentos de caos y destrucción.
Gustos y aficiones
El sphinix es un ser bastante simple, no es muy fanático de nada en especial, al contrario, muchas veces intenta contagiarse de los gustos de los demás y evaluar si es algo que le gusta o no para acercarse a esas personas.
Una de las principales aficiones que tuvo desde pequeño eran las artes marciales. Su familia le inculcó que debía ser un fuerte guerrero para heredar el trono, lo que por momentos le hizo odiar el entrenamiento y tuvo momento de altibajos en su fatiga y ansias de volverse fuerte, pero al dejar de ver el combate como una obligación y más como un entretenimiento y una forma de demostrar su valía pasó a interesarse mucho más.
Es bastante calmo y tranquilo, cosa que aprendió con su abuelo luego de muchos años de meditación, al punto que le agarró gusto a este ritual, el cual se convirtió en parte de la rutina del joven todas las mañanas, meditando al mismo tiempo que el cielo se ilumina con el amanecer de Arukoru.
Es muy aventurero y curioso, algo que se desarrolló con el pasar de los años, fascinándole ver otros planetas, sus especies y sus modos de vida, pero por sobre todas las cosas le encanta ver sus estilos de combate y aprender de ellos, como fue el caso de los Kuronojines o los Gardenianos. De hecho, otra de sus aficiones como lo es la lectura se centra en los libro de aventura pero también en los de autoayuda y superación, aprendiendo mucho de ellos y acoplando hábitos saludables tanto física como mentalmente para su vida.
Finalmente, también se ha caracterizado por ser amante de la comida y sobre todo de las texturas que las mismas genera, por encima de los sabores. Por ello no son pocas las veces que realiza mezclas culinarias poco usuales con el fin de experimentar nuevas combinaciones, o en sus viajes por la galaxia en los que intenta probar los platos típicos de cada planeta que visita.
Miedos
Deneb es un guerrero valiente pero de todas formas tiene numerosos aspectos que lo atemorizan. El principal de ellos es el miedo a perder a sus seres queridos, ya que su familia son los pocos en los que confía, por lo que el simple hecho de perderlos le aterra y daría todo de sí para evitar que esto suceda.
Esto último genera que en muchos casos se vea hasta paranoico, imaginando casos hipotéticos que solo perjudican y desvían su pensamiento en momentos más importantes, además de dificultar la independencia del joven a medida que fue creciendo.
Otro de sus miedos es el miedo al rechazo, siendo que el ser tan introvertido le ha impedido generar amistades muy cercanas, por lo que el temor a ser rechazado en un grupo o por alguien en particular es algo que no le gusta para nada. Debido a esto suele caer en el "bienquedismo", mostrando siempre su mejor cara y evitando hacer comentarios ofensivos con tal de no caer en el rechazo de otros.
Finalmente, y ya saliendo del apartado social, otro de los miedos del Sphinix, en su etapa infantil, era el miedo a los espacios cerrados, padeciendo de claustrofobia. Para su fortuna, sus aventuras tales como en el Laberinto de la Demencia y su desarrollo en la maestría del Teosi-ken le permitieron afrontar este miedo, inmiscuyéndose en el espacio más cerrado que puede haber, dentro de si mismo, superando este temor después de tanto tiempo.
Lenguaje verbal
El sphinix se caracteriza por tener un lenguaje bastante profundo y reflexivo, puesto que sus horas inmerso en sus propios pensamientos le hacen desarrollar sus ideas de forma bastante elaborada. Debido a esto suele utilizar palabras poco usuales o con simbolismos que hacen que no cualquiera entienda sus expresiones fácilmente, y ya que es alguien algo tímido, no le encanta repetir sus diálogos.
Es bastante empático y comprensivo, e intenta demostrar un interés genuino en las cosas que le importan. Cuando está hablando de cuestiones importantes con otro se muestra abierto a escuchar, y a pesar de que no es común que mire a su compañero a los ojos siempre se encuentra escuchando.
A la hora de dialogar suele mantener la calma, por lo que es normal que hable de forma calmada y algo lenta, salvo cuando se encuentra en alguno de sus episodios de rabia o impulsividad en los que le cuesta concatenar dos oraciones consecutivas.
Es bastante inocente por lo que a veces puede meter la pata cuando está conversando o escuchando a otro, expresándose sin filtro y luego pensando en que hizo mal para que la otra persona se molestase, pero para su fortuna la mayoría reconoce su bondad y entiende que estos errores son por simple desconocimiento e ingenuidad.
Lenguaje corporal
Sus expresiones faciales son muy variadas, mostrándose como alguien que en ocasiones se expresa más con el rostro que con las palabras, por lo que en todo sentido es un libro abierto al resto. Fruncir el seño cuando esta enojado o preocupado, sonreír cálidamente cuando está feliz y cómodo, entre otras, son formas de expresarse que nunca intenta ocultar al resto.
Su postura es bastante reservada, no busca intimidar al resto ni mostrarse superior, al contrario, siempre intenta demostrar que está a la misma altura que los demás para que no lo vean como alguna clase de rey ni nada del estilo. Es normal que sitúe sus manos detrás de su espalda en señal de respeto o que se encorve bastante cuando se encuentra incómodo, intentando pasar desapercibido.
Mantiene movimientos sutiles con sus manos y cuerpo en general, siendo bastante calmo en este sentido y pocas veces reacciona abruptamente ante una sorpresa. Por otro lado, el contacto visual es su mayor flaqueza, puesto que no es de mirar a los ojos a la persona con la que se encuentra hablado y cuando es su turno de expresarse busca mirar un punto fijo en el cielo o algo que le de tranquilidad para manifestarse adecuadamente.
Relaciones
Aquilae

La relación con su padre fue siempre bastante complicada, muy relevante en su vida pero no podríamos decir que fue una buena conexión. El hecho de que Deneb naciera fue solo un capricho del rey para que tuviese un digno sucesor, lo que lo llevó a obsesionarse con el entrenamiento y la frialdad con su hijo, a pesar de que este fuese muy pequeño.
Cuando este fue creciendo, comenzó a darse cuenta que el comportamiento de su padre no era el mejor ni mucho menos, sino que muchas veces "se pasaba de la raya", estresando tanto al joven como a su padre, y abuelo de Deneb, Altais. Todo explotó cuando un día, agresivo como siempre, Aquilae llegó a golpear a Deneb e insultar a su abuelo, lo que los llevó a ambos a la decisión de partir, esperando que así pudiese entender que había hecho las cosas mal.
A pesar de esto, Deneb nunca dejó de quererlo y extrañarlo, después de todo, entrenó como sino hubiese un mañana solo con el fin de rescatarlo, algo que Aquilae tomaría muy en cuenta y en su reencuentro se lo haría saber, teniendo una mejor relación e incluso existiendo un respeto mutuo que se mantendría hasta la muerte de ambos.
Altais

Posiblemente la mejor relación de Deneb fue con su abuelo, alguien que no era especialmente amable, ni bondadoso o algo por el estilo, pero que quiso a su nieto desde el momento en el que nació. Por ello, el pequeño también le tomó un gran cariño, y todo se acrecentó cuando Aquilae comenzó a tener más trabajo y ambos pasaron mayor tiempo juntos.
Su relación llegó a su clímax cuando partieron de Arukoru, ya que en el hogar de los Kuronojines entrenaron constantemente y afianzarlos vínculos, lo que provocaría que la inminente desaparición de Altais fuese un golpe devastador en Deneb. Para su fortuna se reencontrarían, volviendo a tener esa bonita conexión que les caracterizó.
El respeto que el joven le tenía a su abuela era tal que no dudaba en aceptar las sugerencias de este, mientras que el anciano veía en su nieto un guerrero con potencial pero no quería que se repitiese lo mismo que con su hijo Aquilae, por lo que entendió que el camino hacia el liderazgo no debía ser una obligación sino una elección.
Kuronojines

Fueron los primeros seres ajenos a los sphinix con los que Deneb tuvo contacto. Fueron indispensables para que un pequeño guerrero comenzara su progreso y su aprendizaje, además de que sirvieron como distracción, con su energía y alegría desbordantes, antes los malos momentos que estaban pasando.
Fueron los causantes de que Deneb aprendiese la clonación, un enorme paso no solo en su posterior perfección del control del ki sino también en el hecho de que siguiese un régimen y se preocupase por mejorar, algo que mantendría el resto de su vida, destacando por ser alguien ordenado y metódico en este sentido.
Mirajines

La especie enemiga de los sphinix. Aquilae y Altais, su padre y su abuelo respectivamente, le enseñaron desde pequeño que debía odiarlos con todo su ser, pero la bondad y honestidad del pequeño Deneb le impedían hacer esto, algo que le causó numerosas discusiones y regaños.
Con el pasar de los años Deneb vería en carne propia la frialdad y desidia de esta especie, la cual no tuvo problema en destruir Arukoru y raptar a sus seres más queridos, momentos en los que entendió que tal vez su familia no estaba tan equivocada después de todo. Los Mirajines fueron los causantes de los peores momentos del joven sphinix, el cual daría todo por frustrar sus planes de expansión, luchando a capa y espada por las injusticias que estos habían causado en la galaxia.
Thamaran

El joven gardeniano fue de las pocas relaciones cercanas que mantuvo el sphinix fuera de su planeta natal. Lo conoció en una de sus clásicas aventuras y desde ese momento vio que tenía más similitudes con el guardián del Planeta Root que las que creía, desde valores y principios hasta alguna que otra anécdota que llegaron a intercambiar.
Desde ese momento forjaron una amistad que duraría mucho tiempo, siendo apoyados mutuamente cuando el otro lo necesitaba y aprendiendo el uno del otro incluso en los momentos más difíciles.
Los sphinix eran una raza que se encontraba tanto en el universo 6 como en el 7, hace millones de años. En este último fueron causantes de muchos problemas para los Kaioshin, debido a su poder y arrogancia, así como sus ansias por conquistar, por lo que dialogaron con el Hakaishin de turno, quien no dudaría en eliminarlos.
Pero por otro lado, en el universo 6 no tenían este afán de conquista, por lo que se mantuvieron tranquilos en su planeta, sin causar ningún tipo de problemas, aunque, eso sí, demostrando en muchas oportunidades el gran poder y potencial que en ellos albergaba.
Lo ocurrido en el Universo 7 alertaría al mismísimo Dai Shinkan, quien se vería interesado en sus homólogos del 6, por lo que los seguiría de cerca. Esto concluyó en que un día, el ángel se acercaría al planeta y solicitaría al Rey Tabsen a uno de los jóvenes sphinix, llamado Champa. El pequeño sería entrenado arduamente y años más tarde sería nombrado como el Dios de la Destrucción del Universo 6. Esto hizo que el hermano de Champa, llamado Bills, se molestase por esa elección e intentara llamar la atención de ángel de muchas maneras, pero sería totalmente ignorado.
A pesar de esto, años más tarde, mientras Champa cumplía con su labor, el Dios de la Destrucción del Universo 7 dejaría su cargo, por lo que Dai Shinkan sabría rápidamente a quien acudir, yendo nuevamente con el Rey de los sphinix, esta vez para llevarse consigo a Bills.
El anuncio de Bills como el nuevo Hakaishin del Universo 7 causaría una fiesta muy grande en el planeta, a la cual estarían invitados todos los habitantes y tendría lujos que pocos habrían visto alguna vez. Cuando Bills se agotó de degustar todo tipo de alimentos y recibir toneladas de regalos, exclamaría que la fiesta había acabado, algo que tomó por sorpresa al Rey Tabsen, quien haría honor a su reconocido ego, haciéndole frente al recién nombrado Dios, diciendo que la fiesta se terminaría cuando él decidiese.
Los sphinix que se encontraban en las inmediaciones comenzaron a estar alerta y poco a poco alejarse, formando una ronda, mientras en el centro de esta, Bills y Tabsen se miraban fijamente. La tensión que se vivía era extrema, pero todo explotó cuando se pudo ver que el resto de habitantes también se habían dividido en 2 bandos, aquellos que defendían al Hakaishin y aquellos que defendían, o se veían obligados a defender a la realeza.
Esto desató una batalla campal, un todos contra todos, mientras Bills y Tabsen prácticamente chocaban frente con frente mientras apretaban los dientes. Algunos pocos se llevaron consigo a los más pequeños para así protegerlos, mientras el resto batallaba sin piedad alguna. Esto duró un buen tiempo hasta que un ser de piel pálida, cabello blanco y ropa ostentosa aparecería, presentándose como Wiss, el ángel del universo 7. Debido a la llegada del ángel, Bills se vio obligado a detener esto, cosa que vio casi imposible, por lo que simplemente huyó del planeta dejando a todos los habitantes con una gran tensión y en pleno enfrentamiento.
Todo lo ocurrido causó que el Rey Tabsen se quedara con una gran impotencia, así como envidia hacia los hermanos Hakaishin, por lo que una necesidad de poder se apoderó de él. El imperio de los sphinix comenzó a conquistar algunos planetas vecinos, pero esto alertó a Vados, ángel del Universo 6, quien sabiendo lo que ocurrió en su Universo gemelo no tardaría en notificarlo.
Dai Shinkan ordenaría a Champa la destrucción del planeta Arukoru, por lo que el Dios de la Destrucción no tardaría en responder e iría a su antiguo hogar para acabar con la raza que lo vio nacer y crecer. Al acercarse y presenciar como se encontraba su planeta, la nostalgia y compasión le jugarían en contra, y terminaría por tomar una decisión bastante riesgosa.
El Dios de la Destrucción del Universo 6 entabló conversaciones con su similar del universo 8, Liquir, otro Hakaishin joven en su puesto. El trato era que el planeta Arukoru fuese transportado a su universo, pero una vez se hayan erradicado a los más peligrosos y ambiciosos de la raza.
Esto fue aceptado, ya que una raza de tal poder haría que el nivel promedio del Universo 8 aumentara bastante, y a pesar que dicho nivel disminuyera en el 6, Champa podría estar seguro que los habitantes de su antiguo hogar no serían eliminados tan fácil.
Entonces se llevó a cabo, el sphinix enfrentó al rey Tabsen en un intenso combate, así como a los más poderosos y quienes estaban en busca del poder y la conquista, derrotando y eliminando a cada uno de ellos. Por otro lado, exigió a su ángel, Vados, que transportara el planeta a la zona indicada del universo en cuestión.
Los sphinix podrían vivir tranquilamente, pero Dai Shinkan se daría cuenta de lo ocurrido, castigando severamente a Champa, quien tuvo que actuar de niñero de Zeno-Sama por un buen tiempo...
Al comienzo, los sphinix tuvieron que acostumbrarse al cambio repentino, y pareció que lo hacían bastante bien, no es que tuvieran muchas dificultades, además de que frecuentemente Liquir los veía a la lejanía, aún temía que se convirtieran en lo mismo que en los otros universos en los que estuvieron.
Pero al haber sido transportados tan solo los jóvenes y los menos peligrosos de dicha raza, el planeta Arukoru pasó por un período de tranquilidad que trascendió por miles y millones de años. En este tiempo, Liquir tuvo que intervenir y derrocar a un ser de dicha raza que se proclamó como emperador, con un régimen muy autoritario, y de hecho estuvo a punto de erradicar a la especie por completo, pero su poder era muy alto y esto hacía que se situase en los universos más altos en cuanto a nivel de poder.
Y así los sphinix se asentaron en el universo 8, teniendo ya una estabilidad en su planeta hogar y conociendo poco a poco las zonas circundantes, lo que provocó que con el correr del tiempo formaran sus propias rivalidades, precisamente una muy importante con los Mirajines, una raza de gran poder tanto en cuanto al ki como al control que tenían sobre la galaxia en la que se encontraban, siendo seres que destacaban por sus grandes habilidades ilusorias.
Tuvieron grandes batallas entre los Sphinix y los Mirajines, disputas por territorios, discusiones por quien debía gobernar, entre muchas otras, lo que fue acrecentando la rivalidad, convirtiéndose prácticamente en enemigos mortales, algo que no cambiaría ni con el paso de miles de años.
Luego de tanto tiempo, corría el año 730, el planeta Arukoru pasaba una época que variaba entre extrema tranquilidad y algún episodio aislado de enfrentamiento con los Mirajines, los cuales se habían expandido más a lo largo de la galaxia. El planeta se encontraba dividido en 3 zonas, siendo una de ellas la gran capital, la cual estaba comandada por el líder de los sphinix, el gran guerrero llamado Aquilae, hijo del antiguo líder Altais.
Aquilae destacaba por ser un gran líder, tanto en el tema de la organización y perseverancia de la raza como en cuanto a su aptitud física, siendo un gran guerrero, pero que debido a ya tener una edad importante estaba comenzando su declive. Por esta razón, el líder había decidido tener un hijo que actuase como su sucesor, por lo que se uniría con una joven para que luego de un buen tiempo un pequeño sphinix naciera.
Dicho niño sería llamado Deneb, y sería cuidado de la mejor manera posible por la familia, quienes aprovecharon esto para establecer un período de tranquilidad en donde intentarían evitar cualquier conflicto, incluso con los Mirajines, al menos hasta que el pequeño creciera. Deneb nunca conoció a su madre, falleció al poco tiempo de que él naciese, pero no importaba mucho en esa raza, veían la reproducción como un acto natural y lo afectivo era muy poco usual.
En su infancia llamó la atención por su gran inteligencia pero más que nada por su bondad y honestidad, ya que a pesar de que a Aquilae y Altais se les consideraba héroes del planeta, se sabía que no eran seres especialmente bondadosos, sino que por el contrario hacían todo tipo de artimañas para obtener lo que querían.
Dichos líderes criaron a Deneb para que se convirtiese en un gran guerrero, explicando las bases del combate cuerpo a cuerpo, el como manejar la energía que era conocida universalmente como "ki" o que decisiones tomar en batalla, pero con todo esto también vino un adoctrinamiento que le intentaba inculcar el odio hacía los Mirajines, para que desde joven supiera que eran sus principales enemigos.
Con el paso del tiempo, Deneb fue creciendo tanto física como mentalmente, pasando a ser un joven bastante independiente para su corta edad pero que no había perdido ni una pizca de inocencia. Admiraba mucho a su padre pero mantenía una relación más cercana con su abuelo, debido a que Aquilae tuvo que tomar las riendas de Arukoru, por lo que fue Altais quien comenzó a pasar más tiempo con su nieto y enseñarle muchas cosas.
Cuando ya era un adolescente comenzó a ser mucho más reconocido en el planeta, incluso muchos sphinix, los más pequeños sobre todo, lo veían como un ídolo y su ejemplo a seguir, mientras que algunas familias que repudiaban a su padre lo veían como un buen sucesor, ya que a pesar de estar muy ocupado entrenando siempre se tomaba un tiempo para recorrer el planeta y conocer al resto de la población.
Nunca le gustó entrenar, lo veía más como una obligación debido a todo lo que su padre y abuelo le habían impuesto cuando era más pequeño, pero a pesar de esto no dejó de hacerlo, sabía que debería tomar el cargo de Aquilae en algún momento y para ello debía hacerse más fuerte, aunque no le llamase mucho la atención esto.
Mientras tanto, Aquilae pasaba por un período de enorme frustración, ya que los Mirajines se hacían cada vez más fuertes mientras que el espíritu de guerra de los Sphinixs era cada vez menor, lo que le preocupaba mucho, además de que sabía que pronto podrían atacarlos sin compasión, y no estaban en condiciones de soportar una invasión de tal magnitud.
Dicha frustración provocó que el guerrero se tornara bastante agresivo, más que nada cuando estaba junto a su padre y su hijo. No les dirigía la palabra, y si lo hacía, era para quejarse de algún acontecimiento, e incluso a veces los ignoraba completamente. Deneb y Altais se dieron cuenta de esto y lo hablaron en varias oportunidades, sabiendo que debían hacer algo al respecto porque de lo contrario podría terminar en algo mucho peor.
Y así fue... Luego de unas semanas de intenso trabajo, Aquilae llegó a su hogar totalmente enfadado al no poder encontrar ni un solo ser de su raza con un nivel de poder aceptable, más allá de sus familiares y sus dos asistentes. Altais lo intentó calmar diciendo que tal vez no fuese necesario luchar esta vez, aunque él sabía que no iba a ser tan fácil, pero su hijo reaccionó al comentario de forma muy agresiva, gritándole al ya anciano que era todo su culpa por haber descuidado el entrenamiento de los Sphinixs en su mandato.
El ambiente se tornó muy tenso, pero pasó a mayores cuando Deneb interrumpió la discusión para decirle a su padre, casi de forma amenazante, que no volviera a dirigirse de esa manera a su abuelo. Obviamente el líder de la raza, con su característico orgullo, no se dejaría refutar así, por lo que mandaría a callar a su hijo, quien no lo hizo y por esta razón recibió un golpe por parte del rey que lo dejó inconsciente. Acto seguido se marchó, ignorando todo lo que el sphinix anciano le decía, muy enojado con él.
Una vez Deneb despertó luego de haberse desmayado, Altais le comentó que es lo que había sucedido, y ambos entendieron que la situación en la que vivían no era para nada sana, y que vivir de esa manera no los beneficiaría en ningún sentido, por lo que tomarían una decisión muy importante: Irse del planeta Arukoru.
Unos días después, y luego de preparar todo muy detalladamente, partirían con una de las únicas dos naves que tenía esa raza, las cuales las habían obtenido al vencer a los Mirajines en un enfrentamiento y las conservaban como representación de aquella victoria. Aprovecharon que Aquilae se encontraba trabajando para partir sin un destino en específico, y tan solo dejando una carta que decía "Volveremos".
2 días y medio de viaje tuvieron los sphinix hasta aterrizar de forma automática en el primer planeta habitado que encontraron. Para su fortuna, este planeta era el planeta Willmut, hogar de los Kuronojines, es decir que no había sido conquistado por los Mirajines, al menos por el momento.
Al llegar fueron rodeados de una gran cantidad de seres de baja estatura, de color anaranjado y que tenían una gran energía ya que no paraban de correr o saltar de un lado a otro mientras emitían sonidos indescifrables para los recién llegados. Estos últimos se hicieron paso entre la multitud para caminar lentamente mientras observaban la zona, encontrándose un planeta con mucha tranquilidad y vegetación, así como incluso un río de gran caudal, habían llegado al lugar indicado.
Luego de un rato investigando, y siendo perseguidos a todos lados por los inofensivos Kuronojines, se establecieron bajo una cueva, la cual mantenía el clima frío al que estaban más acostumbrados luego de su vida en Arukoru. Descansaron allí, sabían que tendrían que ponerse a entrenar cuanto antes, pero debían estar en sus máximas condiciones para obtener mejores resultados.
Deneb despertó antes que su abuelo y decidió recorrer el planeta, conociendo un poco más de cerca a la raza que allí habitaba y sorprendiéndose mucho cuando al verlos dormir vio como iban desapareciendo de a poco hasta que quedó un grupo muy reducido en comparación a la gran cantidad que habían avistado.
Debido a las características de su raza, que los hacía dormir muy poco y aún así poseer grandes cantidades de energía, el sphinix logró ver tan solo minutos después como se despertaban y al hacerlo comenzaban a multiplicarse al mismo estilo de la mitosis de una célula, volviendo a ser la multitud que habían conocido.
A Deneb le descolocó esto, pero entendió que seguramente esa fuese su habilidad, la clonación, por lo que luego de un rato viéndolos de cerca regresó a la cueva donde su abuelo lo esperaba para entrenar.
Días pasaron, semanas, meses incluso, donde Altais se dedicó al ciento por ciento a entrenar a su nieto, quien se volvió bastante fuerte, y que aprovechó la pubertad para aumentar tanto en la habilidad como en masa muscular, demostrando un cuerpo bastante tonificado.
Por otro lado, Deneb comenzó a recorrer el planeta en solitario, debido a que su abuelo necesitaba descansar luego de cada sesión de entrenamiento, lo que causó que su relación con los Kuronojines progresara rápidamente, incluso llegaron a jugar juntos, pero el sphinix siempre terminaba agotado. No les seguía el ritmo a aquellos seres que denotaban energía, pero gracias a esto logró una gran resistencia.
Todo el tiempo que pasaba con los Kuronojines generó un gran interés en su gran habilidad de la clonación, por lo que luego de observarlos fría y detenidamente por un buen período intentó imitar su habilidad, fracasando una y otra vez. Al no saber porqué fallaba decidió preguntárselo a su abuelo, quien no le atraía mucho la habilidad de los habitantes de ese planeta, pero su experiencia y sabiduría le harían entender como funcionaba, ayudando a Deneb en su búsqueda de lograrlo.
La cuestión era que los Kuronojines poseían un flujo del ki que no paraba en ningún momento del día, salvo el pequeño lapso que dormían, y se distribuía uniformemente a todas las partes del cuerpo, cosa que era muy difícil de conseguir en un guerrero, quien siempre tiende a reforzar alguna zona, ya sea para atacar o defender.
Deneb lo comprendió con facilidad, inició con sesiones de meditación o entrenamientos que destacaban por la paz que demostraban, sin ataques de ki o golpes fuertes, pareciendo coreografías que reflejaban una clara armonía, lo que causó que con el tiempo lograra duplicarse, obteniendo un solo clon y siendo este muy débil.
Cuando todo parecía muy tranquilo en el Planeta Willmut, una gran nave, rústica y de color verde, aterrizó repentinamente, lo que alertó a los sphinix que allí habitaban, levantándose y yendo rápidamente a la zona, donde ya todos los Kuronojines saltaban a su al rededor, tal como fue en su llegada hace poco más de 2 años.
Deneb no entendía mucho que estaba ocurriendo, pero el rostro de Altais dejaba claro que se encontraba muy preocupado. El joven le preguntó si sabía de quienes eran esa nave, aunque viendo la preocupación de su abuelo lo intuyó, pero lo confirmó cuando la puerta de la nave se abrió de par en par, dejando ver un ser de mediana altura, con aspecto de réptil o dragón, con un color verde aguamarina brillante que resaltaba en su numeroso conjunto de escamas.
Eran los Mirajines, que estaban llegando al planeta a conquistarlo como ya habían hecho con una gran cantidad de planetas. Ambos sphinix se preocuparon y se escondieron detrás de unos escombros, mientras observaban como aquel ser, miembro de la raza que tanto detestaban, descendía con una sonrisa y comenzaba a caminar entre los pequeños Kuronojines.
Ninguno sabía mucho que hacer, por lo que se mantuvieron ocultos, pero fueron sorprendidos por un grito del mirajin que les ordenó salir de su escondite, los había descubierto. Se mofó de ellos al haber huido de su planeta, haciendo un comentario sobre lo mal que se encontraba Arukoru, por lo que Altais respondió lanzándose al ataque.
El invasor esquivó el ataque pero fue interceptado por Deneb, que lo golpeó en el rostro, tomándolo por sorpresa y haciéndole caer al piso. Se levanto rápidamente y quiso responder con un ataque de ki, pero fue esquivado por el joven, quien hizo gala de su gran poder y atacó con un gran rayo de ki.
El combate continuó en un dos versus uno, en el cual los sphinix poseían la ventaja notoriamente, pero de un momento al otro, los dos seres de piel violeta comenzaron a marearse. Continuaron batallando pero parecía que estuviesen en un sueño, puesto que lo que ellos veían era totalmente irreal, y posteriormente cayeron inconscientes.
Despertaron unas horas después, atados, amordazados y en la nave del mirajin que había invadido al Planeta Willmut, el cual se encontraba sonriendo mientras los observaba, y otros 3 de su misma raza comentaban acerca de lo ocurrido, bastante alegres. Intentaron zafarse de su aprisionamiento pero aquel método de captura parecía ser más que una simple cuerda, como si de magia se tratase, siendo imposible que hiciesen algo.
Uno de ellos hizo un comentario haciendo alusión a que estaban a tan solo unos minutos de llegar a Arukoru, lo que sorprendió a Deneb y Altais, pero no podían hacer mucho, se encontraban totalmente inmovilizados. Les extrañó que hubiesen tardado tan poco tiempo en llegar pero la noción de dicho tiempo la habían perdido en sus ratos de inconsciencia y después de todo, la tecnología y las naves de la especie invasora era mucho mejor que la suya.
La nave aterrizó en una zona muy cercana a la capital, pero ni bien descendió uno de los mirajines, el rey Aquilae los estaba esperando con una mirada desafiante. Sabiendo a quien se enfrentaban, los otros tres también lo acompañaron, con un rostro que denotaba soberbia y orgullo.
Aquilae les ordenó salir de ese planeta en ese instante, pero sus enemigos hicieron caso omiso, y de hecho le dirían que en poco tiempo ese planeta sería de su propiedad, como ya lo eran la mayoría de planetas en esa galaxia.
El sphinix se lanzó al ataque y logró impactar varios golpes, los cuales llevaban una gran potencia pero sobre todo una ira sobrecargada debido a todo el estrés que había pasado en los últimos años. Gracias a esto logró tener a sus cuatro oponentes contra las cuerdas, y todo esto sin encontrarse muy dañado, pero todo sería en vano cuando uno de ellos abriría la compuerta de la nave, mostrando a Deneb y Altais secuestrados.
Aquilae se alegraría momentáneamente al ver nuevamente a su padre y su hijo luego de al rededor de 2 años, pero la furia se apoderaría de él al ver en la situación que se encontraba. Sería tanta la rabia que de un solo golpe a la altura del abdomen asesinaría a uno de sus rivales, mientras el resto lo miraba con temor.
Lo que no se percató es que uno de ellos había escapado y se encontraba a escasos centímetros de los sphinix, y los apoyaba su mano derecha en la cabeza de Deneb, quien observaba todo con los ojos llorosos pero sin la posibilidad de hacer nada.
El rey se quiso acercar pero el mirajin le diría que si daba un paso más, su hijo moriría. Obviamente Aquilae decidió quedarse en la posición que estaba e intentaría negociar con ellos, ofreciendo riquezas, zonas, entre otras cosas que rechazaron sin dudarlo, querían el planeta... o su cabeza.
Lo pensó por unos segundos, y posteriormente tomó la importante decisión de entregarse a sus más grandes enemigos, a cambio de que dejaran a su familia en paz. Los mirajines se miraron sorprendidos por esto, pensando que sería más difícil de convencer, y ataron al sphinix, subiéndolo a la nave, mientras que a los otros 2 los dejaban en el piso, sin posibilidad de moverse mucho.
La nave partiría, con 3 de los mirajines y Aquilae, secuestrado por dicha raza, mientras que Deneb y Altais serían encontrados por unos hombres que pasaban por ahí, que anonadados al ver a dos miembros de la familia real en dichas condiciones, los desataron y ayudaron a recomponerse.
Los días posteriores fueron muy difíciles en Arukoru... Altais tomó el mando como rey, a pedido del mismo Deneb, quien decidió seguir entrenando por su cuenta, con el único objetivo de rescatar a su padre y terminar con la tiranía de aquella raza enemiga. Ambos dudaron de si Aquilae se encontraría vivo, pero el abuelo, conociendo la manera en la que esa especie se manejaba, sabría que posiblemente lo dejaran con vida para utilizar como moneda de cambio en alguna negociación futura, pero estaba seguro que debían prepararse de la mejor manera posible antes de que esto ocurriese.
Y así fue como el joven sphinix tomó la importante decisión de partir en un viaje de entrenamiento, pero con la fortuna de que podría contactarse con su abuelo gracias al sistema de comunicación que la nave con la que partiría poseía. Varios sphinix lo apoyaron y le pidieron que se cuidara, la mayoría lo alentó y tenía en él las últimas esperanzas, mientras que su abuelo le diría que entrene tanto como pudiese, y que si sabía alguna novedad se lo diría, ya que tenía a toda la raza alerta ante cualquier ataque de los mirajines.
Subió a la nave y partió de una vez por todas, y luego de varios días de un viaje agotador aterrizó de forma abrupta en un planeta que parecía bastante inhóspito. Intentó divisar el entorno y no encontró absolutamente nada, pero para su mala fortuna la nave debía tener un lapso de un par de días entre viaje y viaje porque de lo contrario se sobrecargaría.
El guerrero aprovechó esto para entrenar de forma solitaria, sobre todo lo relacionado con el flujo y control del ki, el cual le había hecho progresar mucho, demostrando técnicas bastante convencionales en cuanto a lo conceptual pero que poseían una potencia que podría intimidar a muchos, y lo mejor de todo, es que no producía el mismo agotamiento que causaba antes de su entrenamiento.
Luego de aquellos dos días volvió a partir, aterrizando en un nuevo planeta, el cual parecía haber tenido una sociedad hace no mucho pero que en ese momento estaba devastado, lo que le extrañó y en parte molestó, ya que no podía aprovechar ese tiempo para entrenar como le hubiese gustado, o aprender nuevas técnicas.
Esta historia se repitió en un par de oportunidades más, encontrándose con planetas totalmente destruidos pero con signos de que una especie lo había habitado y no hace mucho, pero la gota que colmó el vaso fue cuando aterrizó en un nuevo cuerpo celeste, el cual en esta oportunidad si estaba habitado.
Deneb se adentró en lo que parecía la zona metropolitana del planeta, encontrando una especie de montaña, divisando un gran castillo en la cima. Allí fue cuando el sphinix logró atar cabos de una vez por todas, al recordar que su padre, hace varios años, le había dicho que los mirajines solían colocar sus zonas de vigilancia en el punto más alto, para así estar alerta de toda llegada y además poder esparcir sus espejismo hacia todo el planeta.
Recordar esto lo enfureció bastante, ya que se dio cuenta que aquellos planetas en los que había estado habían sido devastados por sus enemigos, los mismos que habían secuestrado a su padre, y aunque intentó calmarse, sus instintos fueron más fuertes y voló a toda velocidad hacia la cima de la montaña, donde para su sorpresa no había mucha seguridad y logró entrar sin ninguna dificultad.
Fue sorprendido por un grito desconocido, proveniente de detrás suyo, y al girar se encontraría con un intimidante mirajin, más alto que el promedio y con un tono de piel verde bastante oscuro. Deneb le pidió explicaciones por todo lo que estaba ocurriendo pero el mirajin se negó a responder, simplemente diciendo que era el rey de ese planeta y no debía contestar nada a un plebeyo.
A continuación expresó su sorpresa de encontrar a un sphinix allí, y más luego de que hace unas semanas había sido capturado el rey de dicha raza, pero luego de colocarse en posición de batalla, seriamente, decidió que se encargaría de extinguir dicha especie de una vez por todas.
El joven guerrero se mostró serio, y un poco molesto al recordar el secuestro de su padre, su instinto superó a su razonamiento una vez más y atacó sin piedad alguna, rasguñando con sus largas uñas el hombro de su oponente que no logró seguir su velocidad. Al ver como había reaccionado el mirajin, entendió que posiblemente no fuese de los más fuertes de su raza, por lo que aprovechó ese momento para entrenar en cierto sentido.
Sin perder un segundo se alejó un par de metros y luego de un suspiro comenzó a utilizar la técnica de los Kuronojines, la clonación, dividiendo su cuerpo en 2 seres idénticos, su "yo" original y un clon que a decir verdad no destacaba por su fortaleza ni resistencia, pero era de ayuda.
El autoproclamado rey se sorprendió por esto pero no dudó en lanzar una onda de ki, la cual sería esquivada con mucha facilidad. Deneb respondió atacando tanto por derecha como por izquierda, pero utilizando su cuerpo original para proteger al clon, ya que cualquier golpe por más débil que fuese lo eliminaría.
Luego de unos minutos de intensa batalla, el mirajin se encontraba agotado mientras que el sphinix parecía que aún no había comenzado, por lo que al ver que seguir con esto no serviría de nada impactó un golpe en la nuca de su oponente, dejándole inconsciente.
Luego de esto, investigó la zona, sobre todo la del castillo, encontrando una celda donde un señor mayor, posiblemente perteneciente a la raza oriunda de aquel planeta, el cual se asustó al ver a Deneb, pero que luego de ver que no parecía querer hacerle daño, le pidió que lo sacase de allí.
El guerrero golpeó las barras que lo encerraban, destruyéndolas sin esfuerzo, y el ser que allí se encontraba salió casi arrastrándose, y agradeciéndole por aquello. Deneb le pidió explicaciones de lo que había ocurrido y aquel sujeto le explicó que el mirajin había llegado hace unos días al planeta, reclamando la propiedad del mismo. Claramente los habitantes de allí se negaron a entregarse, pero fueron duramente masacrados por el invasor al no ser una raza guerrera, todos excepto él, el rey del planeta hasta ese entonces.
El mirajin lo había encarcelado y mantenido allí, dándole algún alimento de vez en cuando para que no muera, y sobornándole para conocer todos los recursos de allí. Deneb le dijo que lo había derrotado, cosa que sorprendió al sujeto, quien le agradeció varias veces, pero aún así no se quería acercar, sabía que los sphinixs también eran una raza a la cual debían temer.
Posteriormente, el joven le diría que se marcharía, pero antes de esto le preguntaría si conocía alguna zona donde pudiese entrenar. El sujeto lo pensó por unos segundos y una sonrisa maliciosa se reveló por un instante, pero enseguida la oculto, para posteriormente indicarle unas coordenadas donde podría dirigirse si quería un buen reto. Agradeció la información y luego de cargar con el cuerpo del inconsciente mirajin, partiría con su nave, esta vez con un destino en especifico.
Mientras tanto, en el planeta que acababa de dejar, el sujeto que hasta hace instantes había sido salvado por Deneb sonreía de una forma bastante malintencionada, pero pensando que había hecho lo correcto... "Los sphinixs tampoco son una raza en la cual hay que confiar", pensó...
Destino: Planeta Dédalo.
La nave del sphinix aterrizó junto con varias naves más, algo que le sorprendió, pero al bajar del vehículo vio como todos se dirigían a un mismo lugar, una puerta gigante, en la que se encontraba un gran oni de color rojo y un cuerno en su cabeza.
Obviamente Deneb decidió ir hacía allí, no sin antes dejar al mirajin que había derrotado totalmente inmovilizado, atado junto a una roca de la zona. Mientras se acercaba pudo observar como los que iban en la misma dirección lo hacían junto a un cargamento bastante grande, una gran caja la cual no paraba de moverse e incluso se escuchaba algo que provenía de allí, como si fuesen gritos.
El joven se paró en la fila, y el resto que allí estaban lo miraron bastante extrañados, pero el de piel violácea no entendía el porqué. Los recién llegados eran recibidos por el oni, el cual les pedía una identificación y posteriormente tomaba esas grandes cajas que no paraban de moverse y las ingresaba a través de la puerta, mientras que los seres que la transportaban se daban la media vuelta y se marchaban.
Cuando fue el turno de Deneb, el oni le pidió su respectiva identificación, lo que puso nervioso al joven que explicó que no tenía una. El ser intimidante de color rojo le dijo que de no tener una identificación debía marcharse de allí, y más sino poseía una carga de dejar, pero fue interrumpido por el guerrero, que explicó que no quería dejar ninguna carga sino que quería ingresar allí.
El oni no comprendió, pero pensó que no había problema en dejarlo ingresar si eso es lo que quería, y casi riendo sarcásticamente le dijo que ingresara por la puerta.
La puerta se abrió, y dando pasos pequeños y con la punta de sus pies, ingresó despacio, pero ni bien atravesó la línea que marcaba la entrada, la puerta se cerró de golpe. Quiso darse la vuelta e intentar abrir pero era imposible,.. La entrada había desaparecido.
El ambiente en el que se encontraba no era el más agradable, parecía ser un bosque pero los árboles no poseían ni una sola hoja, el piso estaba formado por una especie de granito pero cada dos pasos había un pequeño pozo y el cielo mostraba una noche tenebrosa, con un silencio estremecedor, o así sería sino fuese por los gritos que no cesaban.
Avanzó unos cuantos pasos hasta que escuchó un impacto detrás suyo, era una de las cajas que había observado afuera de dicha zona. La caja fue abierta por un oni de color violeta que se encontraba allí, dejando ver una gran cantidad de seres de baja estatura de color verde, con una textura como si fuesen caracoles.
Deneb aprovechó la presencia de aquel oni y le preguntó donde podía dirigirse si quería entrenar, pero aquel ser de más de tres metros de altura se río levemente e ignoró la pregunta. El sphinix se adentró en aquel bosque, caminando por unos cuantos minutos sin cesar, hasta que se notó que se encontraba en el mismo lugar donde había comenzado, dándose cuenta que había estado caminando en círculos.
Esto lo confundió pero a su vez le hizo estar más atento del entorno, algo que no era fácil, los árboles eran todos idénticos y no había nada que marcase que estaba avanzando, lo que causó desconcierto e incluso algo de temor en el joven.
Para su fortuna, encontró un sujeto de aspecto parecido al de un anciano, con una piel amarillenta y una barba blanca, que estaba vestido únicamente por una capa marrón, bastante deteriorada. Deneb aprovechó para preguntarle si sabía a donde se podía dirigir, pero el sujeto lo miró extrañado.
El anciano le preguntó a que se debía su buen humor, y este le respondió que era porque había comenzado su viaje de entrenamiento, y este planeta era su primera gran parada para lograr su objetivo. EL sujeto de barba lo miró sin entender mucho, tal vez estaba jugando con él, por lo que le preguntó si sabía donde estaba, obteniendo una respuesta negativa.
"Este es el Laberinto de la Demencia, un campo de concentración donde mandan a todos los que no somos útiles ni como esclavos" |
— Dijo el anciano, sin dar crédito a que el sphinix no supiera esto de antemano.
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El joven no comprendió mucho, o mejor dicho, no parecía querer comprender y no podía creer que había sido engañado de tal manera, encontrándose encerrado. Pidió la manera de salir, pero claramente aquel sujeto no sabía, de hecho, nadie sabía como salir, y la única pista que tenían era el llamado "Primer bastión", una estructura de piedra que se encontraba a pocos metros con un cartel que indicaba aquel nombre.
Agradeció por ello y le dijo que si tenía novedades intentaría avisarle, pero mientras se marchaba, el anciano lo miraba con un rostro que mostraba algo de preocupación y tristeza, sabía que sería uno más de los tantos que no sobrevivían.
Llegó a aquella zona, en la cual se encontraba una especie de cueva gigante de roca, con una puerta de madera y el cartel del mencionado "Primer bastión". Le sorprendió la presencia de bastantes seres al rededor de la zona, todos con las mismas pintas del sujeto que vio hace minutos, tristes y desolados, con ropa en muy mal estado.
Intentó ignorar las miradas de todos los que se posaban en él y avanzó hasta la puerta de la cueva, pero no había nadie allí por lo que decidió abrirla. Una vez se adentró, una lanza cayó desde el techo, pero la logró esquivar justo a tiempo. El interior de la cueva se conformaba de una laguna que poseía un puente de roca por encima de esta, la cual Deneb quiso atravesar, pero no fue tan fácil ya que se encontraba con miles de trampas que tuvo que esquivar, recibiendo un par de golpes e incluyo cayendo al agua en una oportunidad.
Una vez superó la laguna una nueva puerta se apareció delante de él, pero esta vez mucho más pesada que la otra, posiblemente hecha de algún material como el plomo. Intentó empujarla pero era casi imposible, era un verdadero reto, por lo que aumentó su ki y centró su energía en sus brazos, pero el llevar tanta energía a estos dejaría un apoyo inestable en el tronco inferior, resbalándose.
Aquí fue cuando nuevamente se dio cuenta lo importante que era el flujo del ki y su control, y utilizando el mismo principio que aprendió con su abuelo al usar la clonación, distribuyó uniformemente el ki en su cuerpo, y creando un apoyo firme, empujó la puerta, que luego de unos segundos terminó por ceder.
Detrás de la puerta se encontró con una especie de ring, formado por una plataforma de roca y 4 paredes del duro material que conformaba la puerta que acababa de atravesar. En el medio del mismo se divisaba un ser musculoso, de aspecto felino, con una capa blanca, que dormía plácidamente.
El sphinix intentó pasar por al lado de él para así abrir la puerta que se encontraba detrás suya, pero cuando tocó el ring un chirrido comenzó a sonar, despertando al león humanoide. Este último dio un gran bostezo que asustó al recién llegado, y luego se sorprendió al ver al guerrero de piel violeta parado allí.
"Hace lustros no tenía visitas, menos mal te apareciste, porque ya comenzaba a tener hambre, me mintieron cuando me dijeron que dormir quita las ganas de comer." |
— El león se relamió y observó de arriba a abajo a Deneb
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Deneb le dijo que tan solo quería pasar para salir de una vez de allí, pero el felino se río y le dijo que si quería atravesar esa puerta primero debía vencerlo en un combate uno contra uno.
El joven le preguntó la razón de esto y aquel ser de frondosa melena le explicó que el Laberinto de la Demencia poseía 4 bastiones, los cuales debía vencer si quería salir de allí.
Cuando quiso hacer otra pregunta fue callado por su similar, diciendo que no respondería más preguntas y se colocó en posición de pelea, cosa que imitó enseguida aunque algo insatisfecho por la información que había recibido. El sphinix esperó una cuenta regresiva o algo por el estilo, pero fue brutalmente sorprendido por un golpe del león en su rostro, que hizo que se golpease contra una de las paredes.
Allí entendió que esto ya no era un juego y debía tomárselo en serio, porque de lo contrario nunca podría salvar a su padre. Explotó su aura, aumentando su ki, algo que sorprendió y mucho a su rival, y posteriormente comenzó a lanzar ondas de ki mientras se acercaba.
Su oponente las esquivó sin dificultad pero sirvieron como distracción para que pudiese impactar con su rodilla a las costillas del gran guerrero, que se vio totalmente superado en velocidad. El joven continuó con una arremetida de golpes, aprovechando que su adversario aún estaba recalculando lo ocurrido, por lo que logró un daño importante antes de dar unos pasos atrás y respirar.
El guerrero de aspecto de león se dio medio vuelta y observó a su oponente, con una mirada que denotaba bastante rabia pero también desconcierto, por lo que también aumentó su ki, lanzándose al ataque.
Ambos mantuvieron un combate bastante intenso, conectando muchos golpes y recibiendo otros. Deneb se mantenía veloz y haciendo gala de su control de ki, utilizando diversas técnicas para sacar más rédito del combate cuerpo a cuerpo, mientras que el rival a batir conservaba la compostura y buscaba la manera de poder utilizar su fuerza física en el momento adecuado.
Para fortuna del joven, llegó el momento que su rival mostró síntomas de cansancio, por lo que no perdió un segundo más y comenzó a cargar una gran bola de ki, que una vez completó, fue lanzada a una gran velocidad, formando un haz de luz que impactó en el pecho del felino, quien perdió el conocimiento instantáneamente.
Una vez su contrario cayó desmayado, la puerta se abrió de par en par, y el guerrero no perdió un segundo para continuar su aventura. Fueron varios días en los cuales no paró de perderse y buscar la manera de salir de allí, y a diferencia del primer segmento, en este no había absolutamente nadie, y el clima era un poco mejor de hecho.
Se podía divisar un terreno totalmente llano en el centro, de una gran extensión y rodeado por una especie de cordillera. Bien a la derecha, en donde la llanura y las montañas tenían su encuentro, se podía ver un pequeño montículo con una bandera en la cima.
Una vez llegó a dicha zona se encontró con una campana junto a la bandera roja que pudo ver desde lejos, la cual procedió a hacer sonar y luego de unos segundos una especie de insecto humanoide emergió del montículo, dejando ver un cartel que decía "Segundo bastión".
"Me sorprende encontrar un candidato luego de tantos años pero en fin, me gusta hacer las cosas rápido por lo que te explico que mi desafío consiste en una carrera de velocidad, entre la cordillera que puedes observar" |
— Comentó el guerrero de aspecto de insecto
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Posteriormente explicó que estaba prohibido volar e indicó cual sería el trayecto, y debido a la gran extensión del terreno Deneb entendió que no solo sería una prueba de velocidad sino también de resistencia.
Ambos comenzaron la carrera, el insecto sorprendió con saltos extremadamente largos, gracias a sus siempre fuertes patas delanteras, mientras que el sphinix hacía lo posible para mantener una velocidad constante en su trote.
El joven observaba como su oponente se iba alejando cada vez más, pero cuando llegaron a la parte de la colina de la montaña se centró en concentrar su ki, tal como había hecho en la prueba anterior, lo que generó que pudiera mantener la calma y sus pasos fuesen más veloces y constantes.
En tan solo unos minutos se encontraba a unos pocos metros pero ya llegaba la ronda final, y viendo que no lo alcanzaría si seguía así, decidió utilizar una estrategia que había pensado mientras se mantenía corriendo. Desde sus pies comenzaron a formarse bolas de ki que una vez tocaban el piso generaban que el sphinix recorriese una gran distancia.
Con tan solo cinco o seis de estas bolas de ki fue suficiente para tomar la delantera y en un último esfuerzo, lograría llegar a la meta. Su rival no parecía muy molesto, por el contrario, quiso terminar con todo rápidamente por lo que levantó la bandera roja de la cima del montículo y una puerta apareció, la cual sería abierta y atravesada por Deneb, superando el segundo bastión.
Se llevó una grata sorpresa al pasar por la puerta, encontrándose con una especie de bosque, con una vegetación frondosa e incluso una brisa, que daba lugar a un clima bastante agradable, y más si lo comparamos al infierno que parecía el laberinto en primera instancia.
Se dedicó a caminar de un lado a otro, en parte buscando la siguiente prueba pero en otra parte descansando de todo lo ocurrido, incluso se dio el lujo de tomarse una pausa de tranquilidad y descanso, para continuar con más energía en la búsqueda de su objetivo.
Luego de un tiempo de investigación, y casi de casualidad, encontró una pequeña casa que parecía casi escondida entre los árboles, muy rústica pero con un ambiente algo alegre que contrastaba con el infierno que era el Laberinto. Deneb supuso que debía entrar, y lo confirmó al ver a su lado un cartel de madera que decía "Tercer bastión".
Sin dudarlo mucho y buscando perder el menor tiempo posible se adentró en la pequeña casa, pero no encontró nada, era un monoambiente totalmente vacío. Dio unos pasos hacia su derecha y sintió como una brisa pasaba detrás suyo. Giró rápidamente, sin embargo, no había nada, pero si logró escuchar una risa que provenía de su izquierda. Volvió a girarse en esta dirección, pero nuevamente nada había allí.
Esto se repitió en varias oportunidades hasta que Deneb cerró ambos ojos para centrarse en la presencia del ser que lo estaba molestando, logrando sentir donde se encontraba, siendo necesario tan solo levantar la vista para verlo colgado del techo. Era una especie de duende verde, pequeño y con una risa burlona que ya estaba comenzando a irritar al guerrero.
El duende lo observó con una sonrisa y le dijo que él era el tercer bastión a vencer, algo que sorprendió al sphinix, pero tan solo se dignó a preguntar cuál era la prueba. El pequeño ser salió de la casa y le exclamó que lo siguiera, cosa que hizo sin pensarlo dos veces.
Cuando ambos se encontraban fuera del aposento, se miraron seriamente, hasta que una risa del duende rompió el hielo, para posteriormente explicar de que trataría dicha prueba.
"Al ver que has superado los dos primeros bastiones puedo dar por hecho que tienes una gran capacidad física y un buen control de tu cuerpo, pero en un combate real son los instintos los que triunfan... Tu objetivo será atraparme dentro de todo este bosque, y yo intentaré esconderme de ti. Para tu mala fortuna, puedo esconder mi ki bastante bien, por lo que no será una tare tan fácil." |
— Dijo el duende para posteriormente saltar a la copa de un árbol y marcharse saltando
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Deneb pensó unos segundos que hacer y cuando quiso acordar su oponente se había marchado sin dejar rastro alguno, lo que lo dejó perplejo pero sabiendo que tenía que actuar cuanto antes si quería pasar esta prueba.
Copió los movimientos del ser de piel verdosa, saltando a la copa de un árbol y posteriormente adentrándose en el bosque, pero no encontró rastro ninguno, todo se encontraba sin un mínimo movimiento o huella.
No supo que hacer y comenzó a ponerse nervioso, lo que no facilitó nada ya que sus sentidos se veían perjudicados y no podían actuar de una forma óptima. Fueron unas horas complicadas, ya que el guerrero intentaba buscar a su rival mediante lo que tenía al alcance, como su velocidad o fuerza, con la cual podía derribar algunos árboles, pero nada era suficiente y no había avanzado en lo más mínimo.
Pasó una noche entera, noche en la que aprovechó para dormir un buen rato y aún así no lograba encontrar a su adversario, por lo que descansó unos minutos para poder utilizar su estrategia de la mejor manera posible. Una vez estaba al 100% aumentó su ki ligeramente y se concentró, creando dos clones idénticos, con los cuales partió en búsqueda.
Fueron horas de intensa búsqueda hasta que uno de los clones encontró al duende durmiendo dentro de un árbol. Sin hacer mucho ruido notificó al resto y Deneb deshizo los clones, para posteriormente tomar a su adversario del talón y levantarle cual cazador a su presa.
El duende se despertó y se llevó un gran susto pero no tuvo otra opción más que aceptar su derrota y acompañar al sphinix nuevamente a la casa, donde una nueva compuerta se abriría desde el piso y una escalera lo guiaría a la última zona del Laberinto de la Demencia.
No había vegetación ninguna, se encontraba en plena noche y con un suelo formado de alguna especie de roca de color violeta, muy agrietada e incluso con un acantilado. Pero lo que más sorprendía eran unas especies de géiseres que expulsaban un humo de color rosado.
Deneb investigó la región, teniendo cuidado con no tropezarse con las grietas, pero esto causó que se distrajera con esto, cayendo en uno de los géiseres. Para su desconcierto, sería expulsado por la presión del géiser, pero con una gran confusión hasta el punto de no recordar que había ocurrido.
Decidió ignorar esto y continuó con su aventura, siendo el único camino que parecía tener sentido era aquel que necesitaba atravesar el acantilado. Obviamente esto no fue difícil para el guerrero, que tan solo tuvo que levitar hasta llegar hasta el otro extremo.
Posteriormente continuó caminando por la zona en el mismo sentido, atravesando varios acantilados y algunas elevaciones de rocas, pero esto se mantuvo por un buen tiempo, hasta que al fin pudo divisar algo destacable, una gran montaña a lo lejos.
Para su desgracia, no fue fácil llegar hasta allí, ya que, intercalando caminar con volar, y tomando un descanso de vez en cuando le tomaría 2 días y medio llegar hasta allí. Una vez en la base de la montaña logró realizar el duro desafío de escalarla, ya que se negó a volar, queriendo reservar su ki para el reto del último bastión.
Una vez en la cima, tan solo encontraría un simple cartel de madera con la inscripción de "último bastión", pero nada había a su al rededor. Deneb pasó por un momento de frustración y preocupación, comenzó a examinar toda la montaña, pero no veía signo alguno de nada, hasta que cegado por la furia golpeó el cartel, lo que permitió que el piso se abriese en un hueco gigante por el cual caería en caída libre.
No podía observar nada, estaba todo oscuro, y podía intuir que posiblemente el agujero fuese tan alto como la montaña misma, por lo que cerró sus ojos y concentrando sus sentidos, fue capaz de aterrizar con ambos pies en el momento exacto, su control del ki y de su cuerpo era casi perfecto.
Todo se mantenía oscuro, hasta que una luz rosada se encendió delante suyo...
"Buenas, Deneb, me presento como el último bastión. Te felicito por haber llegad hasta aquí, hace siglos no teníamos un aspirante tan dedicado y mucho menos alguien que superase las pruebas tan rápido." |
— Comentó una voz que provenía de la luz rosada
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El sphinix se sorprendió y lanzó varias preguntas, pero todas fueron ignoradas, hasta que suspiró y preguntó cual era el desafío de este último bastión. La voz volvió a hacerse presente, explicando que este último desafío sería mucho más duro que los anteriores, pero que tenía gran relación con lo que había tenido que hacer en estos retos.
Aprovechando que al fin alguien respondía sus dudas con claridad, le pidió que le explicase de que trataba este Laberinto.
"Bueno, es una larga historia, pero la podemos resumir en que este Universo se ha caracterizado por querer mantener un nivel de poder muy alto, algo que el Kaioshin y Hakaishin de turno suelen regular todo el tiempo. El Laberinto de la Demencia es un planeta ubicado a las afueras del universo y el cual tiene una entrada en el Planeta Dédalo, siendo un lugar que ha servido de desafío para aquellos seres débiles que son enviados, con el objetivo de que se vuelvan más fuertes y mantener la elite del universo.
Con el correr del tiempo se ha malinterpretado esto y se cree que funciona como un campo de concentración, pero lo cierto es que, aunque no destaca por su hospitalidad, es un conjunto de retos con el fin de crear un guerrero apto " |
— Aquella voz explicó con tranquilidad
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El joven estuvo uno segundos para entender lo que había planteado, y una vez lo comprendió, le explicó su situación, siendo que había llegado a ese planeta buscando entrenar y hacerse más fuerte, por lo que esa noticia le alegraba. A continuación la luz rosada se apagó pero instantáneamente se encendieron numerosas luces colocadas en las paredes que daban visibilidad de la zona.
Allí, Deneb se encontró con un ser de piel rosada un traje bastante rústico o antiguo, pareciendo un monje o algo por el estilo. Dicho sujeto se acercó lentamente mientras le explicaba que la última etapa antes de salir era un entrenamiento puro y duro, uno como nunca había tenido.
Y así fue, el ser se identificó como un Majin, un ser mágico de una raza primordial en los 8 universos, el cual posee un control del ki perfecto, dominándolo de todas la maneras posibles, e incluso pudiendo darle forma o manipularlo de maneras que no se podrían ni esperar.
Continuó admitiendo que había seguido de cerca el progreso de Deneb, y que en su opinión tenía un control del ki muy bueno, pero con un gran margen de mejora, por lo que su entrenamiento finalizaría una vez dominase su ki, cuerpo y espíritu al ciento por ciento.
Y así Deneb fue entrenado de manera incesante, aprendiendo una nueva habilidad, aquella que intensifica al máximo el control del ki, estamos hablando del Teosi-ken. En principio no era un objetivo primordial el aprender dicha técnica, pero el excelso control de la energía vital y el progreso exponencial al que solía estar acostumbrado el sphinix fueron más que suficientes para lograr tener un avance en esto.
La técnica consistía en un potenciador, pero no en uno que mejorara la fuerza o aumentara el poder del usuario, sino uno que se centraba en acrecentar el flujo de ki de quien la utilizase, así como el dominio que tuviese de este. Esto lo beneficiaba ya que no es que tuviese mayor cantidad de energía sino que la manera en la que la usaba era mucho más eficiente, así como también le permitía tener el control perfecto, para poder distribuirlo a aquellas partes del cuerpo donde precisase reforzar, sin perder estabilidad en otras.
La gran desventaja de esta técnica era la gran concentración que se necesitaba para poder utilizarla, teniendo que estar aproximadamente unos 30 segundos en total calma y armonía tanto consigo mismo, así como con el ambiente.
Luego de días y días de entrenamiento sin descanso, el Majin aprobó a Deneb, admitiendo que había superado el último bastión, y como conmemoración de ello, tuvieron un combate amistoso en donde dieron su máximo pero el joven guerrero aún no era suficientemente fuerte para derrotar a aquel ser de millones de años de experiencia.
Posteriormente se despidieron y una puerta apareció delante de ellos, la cual fue atravesada por Deneb, apareciendo en alguna zona del Planeta Dédalo, lugar donde se encontraba la puerta de ingreso. Se tomó unos minutos para descansar y partió en busca de su nave, y una vez la encontró no tardó un segundo en salir hacia Arukoru.
Aprovechó los días de viaje para entrenar como sino hubiese un mañana, pero sentía que algo estaba mal, lo sentía raro. Luego de ese tiempo, le extrañó el aterrizar en un planeta bastante destruido en comparación a como había estado cuando se marchó de allí, pero claramente era su planeta de origen.
Exploró por un buen rato hasta encontrar el castillo principal, donde solía vivir junto a su padre y abuelo. Pero lo que encontró fue un conjunto de escombros de gran tamaño.
Intuyendo lo que ocurrió, las emociones salieron a flor de piel, pero se contuvo y salió en dirección a una de las aldeas circundantes. Allí encontraría a algunos sphinix, que se alegraron de su llegada, pero que se mostraba la preocupación en su rostro. El joven preguntó qué había ocurrido, y la respuesta fue clara y concisa.
Los mirajines nos atacaron hace unos meses, se llevaron al rey Altais y destruyeron el castilo. |
— Comentó una de las aldeanas
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Esto provocó la ira del joven, pero fue interrumpida por un sentimiento de confusión, había dicho que atacaron el planeta hace meses pero no había pasado tanto tiempo de su partida. Preguntó nuevamente por esto y una de las aldeanas, sin entender mucho le explicó que ya hace 3 años se había marchado de allí.
Quedó incrédulo. No podía ser que hubiese pasado tanto tiempo. Intentó reflexionar acerca de esto pero decidió que lo mejor era actuar cuanto antes, tomando nuevamente su nave y partiendo hacia la dirección que todos conocían como la base de los mirajines, pero a la que nunca habían ido debido a su inferioridad tanto numérica como en poder.
Los días que pasó dentro de la nave fueron cruciales para que entendiese que lo más probable era que había perdido la noción del tiempo en el Laberinto de la Demencia, o incluso posiblemente el tiempo transcurriese más lento allí. A fin de cuentas, lo importante era que debía rescatar tanto a su abuelo como a su padre ni bien llegase, aunque eso le costase la vida.
Días después, mientras dormía, la nave fue atacada mientras buscaba aterrizar en un planeta, lo que despertó al guerrero que salió del vehículo velozmente. Varios cañones disparaban sin piedad, pero para su fortuna, no eran tan potentes y sus ataques eran fáciles de esquivar, por lo que pudo descender hasta el suelo tranquilamente.
Allí, 5 mirajines lo esperaban a las puertas de un túnel subterráneo, después de todo, su planeta solía tener las sociedades bajo tierra. Dichos seres no esperaron que el invasor se pusiese en posición de combate, sino que atacaron con golpes y patadas, pero serían esquivados sin mucha dificultad.
Deneb quiso acabar rápidamente, ya que no eran muy fuertes, y con un giro de 360° derribaría a cada uno de ellos para posteriormente salir volando adentrándose en el túnel. Allí disminuiría su ki, con tal de pasar desapercibido, cosa que lograría, pasando por encima de un guardia que ni se inmutó.
Llegaría a una nueva entrada, donde se encontraba una larga escalera hacía abajo, la cual atravesaría rápidamente, hasta encontrar una nueva puerta, esta vez abierta. Se asomó ligeramente, divisando un salón totalmente vacío, a excepción por dos tronos, estando uno de ellos ocupado y el otro vacío.
Dando la cara por su raza dio un paso al frente, mientras que el ser que estaba sentado en el trono se sorprendió y no demoró ni un segundo en levantarse. Lo miró de arriba a abajo y preguntó cómo había hecho para llegar aquí y a que venía. Deneb dudó en responder pero tan solo dijo que no tuvo mucha dificultad en llegar hasta allí, y que venía a defender a su raza así como a rescatar a su padre y abuelo.
La tensión se palpaba, y aquel sujeto, mientras decía que no sabía de que estaba hablando, se identificó como el rey mirajin, lo que le causó cierto estrés e ira al sphinix, que siguiendo sus instintos se lanzó al ataque.
Como todo mirajin de la élite, el combate cuerpo a cuerpo no era su fuerte, sin embargo si que podía defenderse muy bien utilizando sus características ilusiones. El rey golpeó con 2 dedos la frente de su oponente, quien comenzó a tener ciertas alucinaciones, pero respirando profundamente supo reponerse y atacar con mucha precisión, dejando en el suelo a su rival.
Quiso rematarlo con un ataque de ki pero un recuerdo vino a su cabeza, pero era raro, él no había vivido eso. Se trataba de su padre y su abuelo encerrados en una celda, sufriendo y sollozando, para luego desvanecerse y ver como varios mirajines reían observando esto con una clara mirada de soberbia.
La rabia se apoderó del joven, pero no podía hacer nada, se encontraba encerrado en la ilusión y los sentimientos de enojo y desesperación no ayudaban, ya que para salir de ella debía mantener la calma. De hecho, algunas lágrimas le caían de sus ojos cerrados, mientras el rey mirajin lo golpeaba sin piedad.
Un golpe en la cabeza lo dejaría inconsciente, mientras su oponente reía con soberbia, pero al cabo de unos segundos una ligera aura azul apareció sobre el sphinix que se encontraba herido y tendido en el suelo. Levemente comenzó a levitar mientras abría sus ojos de a poco, mostrando unos ojos totalmente azules.
El mirajin se dio la vuelta cuando lo escuchó, asombrándose al ver a su oponente recién derrotado levantándose. Lanzó un golpe al abdomen pero fue esquivado con delicadeza, para luego dar media vuelta y despertarse completamente. El guerrero no entendía que había ocurrido pero solo sabía que estaba utilizando el Teosi-ken en su máxima expresión, habiendo salido de la ilusión.
Posteriormente avanzó a una gran velocidad hasta quedar frente a frente con el rey de la raza enemiga, golpeando con su pierna la rodilla de este, quien no pudo reaccionar y se desestabilizó. Aprovechando esto dio un codazo en su rostro y luego de apartarse unos metros cargó dos rayos de ki que se unirían e impactarían de lleno, derrotando al rey mirajin en un santiamén.
Sin perder tiempo fue en busca de su padre y su abuelo, y le facilitó aquella ilusión que vivió porque reconoció el lugar donde estaban, llegando allí en unos minutos. Increíblemente no había prácticamente nadie en el castillo, ya que la mayoría se había dispersado en diversas expediciones, y cuando encontró las celdas los vio a ambos, devastados y agotados en el piso.
Los sacó de allí, preocupándose porque respiraran, algo que confirmó, pero no pudo hacer que recuperaran el conocimiento. En parte alegre por haberlos encontrado y triste por verlos en esa situación afrontó todo y los llevó a la nave, donde tendría algunos recursos para que se alimentasen.
Les dio dichas provisiones y al cabo de unos minutos, ya en camino a Arukoru, lograrían despertar. Deneb se alegró enormemente del verlos, teniendo un momento emotivo, mientras que Aquilae y Altais se disculpaban por haber sido un estorbo y no poder ayudarle, algo que su hijo y nieto respectivamente negó, diciendo que la situación fue muy importante para su evolución.
Llegarían al Planeta Arukoru, donde serían recibidos por los sphinix, que se alegraron de verlos. Los meses posteriores fueron duros, juntos reconstruyeron el castillo como pudieron, mientras Aquilae retomaba su cargo de rey, por su parte Deneb se encargó de interactuar con los más jóvenes de la raza, entrenándolos en el arte de controlar el ki.
Su abuelo observaba todo con una sonrisa, viendo como su nieto había crecido, pero sabían que no terminaría todo aquí... Pasaron años, años donde fueron atacados en varias oportunidades pero ahora la fuerza de los sphinix era mucho mayor, tanto por parte de Deneb que no paraba de progresar como por el resto de sphinix que también habían tenido una mejora luego de su entrenamiento con su nuevo maestro.
Tanto mejoraron que lograron recuperar el control de 2 satélites naturales que poseían anteriormente y los mirajines les habían arrebatado. Hablando de dicha raza, decidieron no meterse en más problemas, dejando de atacar a Arukoru y la raza que lo habitaba, y decidiendo mantener su imperio por otras zonas.
Fue a partir de ese entonces en el que Deneb comenzó a jactarse de una fama que trascendía fronteras y planetas. Poco a poco pasó a ser reconocido como alguien que velaba por la justicia y que defendía a los más necesitados, enfrentándose en otras numerosas ocasiones al imperio de los mirajines que cada vez se venía más abajo.
De esta forma no fueron pocas las naves que llegaron a Arukoru buscando la ayuda de aquel salvador, causando que se encontrase en varias situaciones prometedoras para su raza o incluso para él, pero su fuerza y decisión supieron sacar adelante estos combates para poder salir vencedor y llevar la paz a todos los rincones de la galaxia.
Uno de esos días, llegó una nave bastante peculiar, pequeña pero colorida, la cual fue recibida por asistentes de la familia real. De dicha nave descendió una joven de aspecto humanoide y cabello verde, solicitando la ayuda de Deneb para preservar su planeta. Rápidamente los asistentes se comunicaron con el guerrero que no dudó en contactar a la recién llegada que le explicaría lo sucedido.
Su planeta de origen, el Planeta Root era un lugar muy importante para el universo, puesto que sus características vegetación y aspectos secundarios generaban que fuese una fuente de energía renovable de un alcance inimaginable, logrando mantener ecosistemas diversos más allá de su entorno y brindando lo mejor para las especies que lo habitaban.
Hace poco tiempo había llegado una raza desconocida a su planeta, pidiendo ayuda, solicitando que les permitiesen establecerse en Root debido a la destrucción de su anterior planeta. Los Gardenianos, habitantes del planeta verde, aceptaron sin dudarlo, haciéndoles un lugar en su hogar y ayudándoles en todo lo que necesitaban.
Pero en poco tiempo vieron como aquel escaso número de seres había procreado y se habían esparcido por todo su planeta, como si de una plaga se tratase. Debido a esto habían sido desplazados de su propio hogar y ahora estos seres estaban absorbiendo toda la energía, la cual no solo los alimentaba a ellos sino que ayudaba a muchas otras especies.
Al escuchar esto Deneb no dudó en emprender viaje hacia el Planeta Root, cosa que sería agradecida de sobre manera por la joven. Fueron varios días de viaje hasta que aterrizaron en aquel lugar. La chica explicaría que en aquellas zonas que se observaban desérticas solían haber selvas y lagos por doquier, los cuales habían sido consumidos en su totalidad y no tenían nada que hacer.
Ambos se dirigieron hasta el hogar de la joven, la cual presentaría al sphinix ante su gente, la cual aguardaba con temor dentro de un pequeño establecimiento.
De entre tantos gardenianos, solo uno se levantó para darle la bienvenida al supuesto salvador, tratándose de un chico de gran tamaño, cabello corto y verde y un porte que demostraba que era un guerrero. Este se presentó como Thamaran, el guardián del planeta Root, quien ya había intentado enfrentar a los invasores pero que la energía absorbida los había hecho tan fuertes que lo superaron en muy poco tiempo.
Deneb agradeció la información y decidió enfrentar frente a frente a aquella especie, saliendo de aquel lugar y partiendo en dirección a la que parecía ser su guarida. Thamaran no le permitió ir solo y salió detrás del sphinix, diciendo que daría todo por proteger a los suyos. La actitud del gardeniano comenzó a agradarle al guerrero gatuno, con el que inició una buena relación mientras iban a su destino. Entablaron conversaciones e intercambiaron anécdotas que les hicieron notar que no eran muy diferentes a decir verdad.
Al llegar al lugar en cuestión observaron como aquellos seres de aspecto similar a un demonio con un tono de piel rojizo se acumulaban en la entrada, mirando con cautela pero con ganas de atacar. Deneb fue el primero que se manifestó, diciéndole a aquella aglomeración que iba de parte de los habitantes de ese planeta, solicitando que se fueran de una vez por todas.
Thamaran acotó lo suyo pero la respuesta de dichos seres fue simplemente reír y rodear a los dos guerreros. Comenzando una danza con la que parecían absorber el ki del par de guardianes. Estos últimos lo notaron al ver que se estaban debilitando y volaron velozmente huyendo de la situación.
Una vez se habían alejado de la cuestión, decidieron que la próxima vez debían atacar sin dudarlo, pero que antes tenían que aprender más el uno del otro para que sus ataques sean efectivos. Así fue como estuvieron toda la noche aprendiendo técnicas y estilos mutuamente, Thamaran le enseñó las habilidades de absorción de energía tales como la Photosintesis o la acumulación de la misma para lanzarla con el Solar Beam, mientras que Deneb hizo lo propio con algunas de sus técnicas ilusorias, ayudando a su compañero a salir de estos espejismo si se encontraba en una situación así.
Una vez se encontraron listos fueron una vez más en la dirección de la que habían huido el día anterior, esta vez dispuestos a dar todo para enfrentarlos. Llegaron en tan solo minutos, siendo recibidos por aquella multitud de demonios que no parecía tener descanso. Sin dudarlo se lanzaron al ataque, logrando hacer coreografías de embestidas y rayos de ki muy avanzadas para el poco tiempo que se conocían.
Poco a poco comenzaron a derrotar a los demonios, pero en vez de caer inconscientes o muertos y mantener su cuerpo sin vida en el suelo, el resto que aún estaban vivos se encargaban de tomarlos y fusionarse con ellos, formando seres de mayor tamaño y también un poder mayor.
Cuando ya era menor a la decena la cantidad de invasores creyeron que todo estaba hecho, incluso algunos gardenianos habían salido de sus escondites para ver como Deneb y Thamaran se deshacían de su mayor amenaza, pero mientras combatían veían como dichos demonios habían aumentado su poder de forma exponencial.
Fue este en el momento que Deneb tomó la decisión de hacer uso de su estado del Teosi-ken. Un aura azul lo rodeó, mismo color que tomaron sus ojos y su poder se disparó de forma inimaginable. Su compañero de cabello verde no lo podía creer pero el sphinix no perdió tiempo y utilizó su control de ki para generar extremidades de energía con las que podría vencer a varios demonios más mientras su cuerpo real se encargaba de derrotar a otros.
Tan solo dos eran los demonios que quedaban, pero estos, inmersos por el miedo que aquel guerrero gatuno les generaba, tomaron la decisión de fusionarse nuevamente, formando un demonio más grande y más fuerte, potenciando al máximo las capacidades de esta especie.
Deneb sabía que ahora si se encontraba en problemas pero no perdió tiempo y se volvió a lanzar al ataque, intentando hacer uso de sus capacidades telekinéticas y de manejo de la gravedad, pero esta vez se veía completamente superado, y sumando al hecho de que Thamaran había sido vencido y se encontraba recuperándose con sus compañeros gardenianos, el problema era aún mayor.
Debido a esto la joven gardeniana que había requerido la ayuda del sphinix apareció e intervino, exclamando que aún tenían una salvación, lo que sorprendió a los guerreros pero fue suficiente para que se acercaran a ella para ver de que se trataba. La chica explicó que conocía la leyenda del "Pétalo de la Armonía", una flor legendaria que brindaba habilidades increíbles a los guerreros puros que la consumieran.
El par de combatientes accedieron mientras los gardenianos sobrevivientes formaban un escuadrón para enfrentar al demonio y hacer todo el tiempo posible.
La joven los guío hacia un santuario subterráneo secreto, en el cual se encontraba un jardín repleto de flores, pero solo un pequeño número de ellas brillaba a pesar de encontrarse con poca luz solar. Le peliverde tomó una de ellas y arrancó dos pétalos, dándole uno a cada uno de los guerreros, los cuales lo ingirieron y vieron como su cuerpo también tomaba un brillo peculiar.
Y cuando parecía que el efecto había finalizado el brillo se potenció aún más, apoderándose del cuerpo de cada uno y cegando a la chica que los acompañaba. Cuando esta última pudo abrir los ojos, notó que ahora había un único guerrero a su lado, tratándose de un gato morado con cabello verde y unos ropajes bastante peculiares... Deneb y Thamaran se habían fusionado.
El nuevo ser se encontraba muy confundido pero sabía que debía actuar cuanto antes si no quería que más gardenianos perdiesen la vida, partiendo en dirección al campo de batalla mientras la joven exclamaba que su nombre debía ser Thaneb. Una vez llegaron al lugar todos se sorprendieron de verlo, pero hicieron un paso al costado, permitiendo que la fusión se encargase de todo a partir de ahora.
Sin dudarlo ni un segundo más, el guerrero sphinix-gardeniano se lanzó con una gran embestida, su velocidad era mayor que cualquiera que hubiesen presenciado antes por lo que pudo impactar sin que el demonio pudiese protegerse. Haciendo uso de sus habilidades gardenianas para acumular energía, comenzó a nutrir sus golpes, potenciándolos aún más con la capacidad de manejar su ki de parte del sphinix.
Tomó el control del combate y comenzó a doblegar al invasor, el cual ya no tenía nada para hacer. Este último dio dos pasos hacia atrás y cargó toda su energía para lanzar un último ataque en forma de Bola Gigante de ki, pero una vez la expulsó fue retenida sin dificultad por la fusión, la cual poco a poco absorbió dicha energía para agotar completamente a su enemigo.
Viendo que el demonio ya se encontraba debilitado, avanzó por última vez para conectarle una técnica ilusoria donde le haría ver todo lo que hizo sufrir a los habitantes del Planeta Root, para finalmente acabarlo con un Rayo de ki. Todos los gardenianos y algunas otras razas sobrevivientes celebraron y agradecieron al guerrero lo acontecido, pero este estaba más preocupado por su nuevo cuerpo, ya que se había fusionado al parecer permanentemente.
Antes de hacer cualquier otra acción descendió al suelo, donde, tocando con su palma la superficie del planeta, le devolvería toda la energía que aquellos demonios invasores le habían robado y que había logrado absorber de ese último ataque, viendo como aquel mundo parecía retornar a la vida.
Para su fortuna, en tan solo unos minutos más la fusión se terminaría, por lo que Deneb y Thamaran se darían un último abrazo para que el primero partiese a su hogar, con la promesa de que la próxima vez le enseñaría algo con lo que pudiese defenderse solo en el futuro.
Y así volvería a Arukoru, donde podría vivir tranquilamente su vida llena de paz y armonía... O eso fue así hasta que llegó el momento...
Todo se encontraba tranquilamente en Arukoru cuando un par de seres se acercaron al planeta con tranquilidad, levitando ligeramente mientras se mantenían serios y callados. El rey Aquilae se alertó por esto y salió a ver quienes eran, sorprendiéndose por el aspecto de estos. Viendo que su padre salí, Deneb lo acompañó, yendo rápidamente, y posteriormente tanto Altais como el resto de la raza que vio la situación se fue acercando de a poco.
Todos formaron una ronda al rededor de los dos recién llegados, Aquilae y Deneb. El rey del planeta le preguntó quienes eran y que buscaban, pero tuvo que repetirlo para que le prestaran atención, algo que le irritó bastante.
"Me presento, soy Liquir, el Dios de la Destrucción de este Universo y él es Korn, mi ángel correspondiente. Solo venía a decirles que como Hakaishin he decidido que acabaré con esta raza de una vez por todas, como debí haber hecho hace eones." |
— Dijo con un tono serio
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Ante este comentario todos se alertaron, pero quienes más reaccionaron fueron el rey y su hijo, que se prepararon para el combate, aunque intuían que no sería fácil.
Liquir también venía preparado para esto, extrañaba tener un buen combate, por lo que se alejó y se preparó, alzando sus 3 colas.
El primero en atacar fue Aquilae, quien fue con todo lo que tenía, logrando impactar un duro golpe en la cara del zorro, o eso había parecido, ya que en verdad el golpe no había hecho nada de daño. El Dios respondió con un rodillazo en las costillas y con una de sus colas golpeó la espalda del sphinix, que cayó al suelo. Deneb quiso hacer algo al respecto pero ninguno de sus ataques fue efectivo, siendo bastante inútil, lo que le estresó, pero la experiencia de tantos años le hizo poder mantener la calma.
Aquilae se levantó y volvió a la carga pero solo fueron suficientes 3 golpes para dejarlo fuera de combate y con un gran dolor, claramente la edad ya le estaba pesando. Todo quedaba en manos de Deneb.
El joven guerrero se lanzó con un fuerte impulso, logrando conectar un golpe bastante efectivo, pero a cambio recibiría 2 más, siendo que parecía que el Hakaishin se estaba tomando todo como un juego. Debido a esto, acumuló la rabia e irritación que toda la situación le provocaba y luego de un suspiró sus ojos se tornaron azules, estaba utilizando el Teosi-ken.
Con dicha técnica pudo sorprender a Liquir y dar un par de impactos, e incluso utilizó su técnica Halley Comet logrando un gran resultado. Pero el Hakaishin se hartaría de esto y sacaría 9 colas, cargando una esfera de ki con cada una de ellas, atacando a los sphinix que se encontraban observando.
Una de dichas esferas atravesaría a Altais, quien murió en el acto, sin nada más que hacer. La ira se acumuló en Deneb, quien estuvo a punto de perder el Teosi-ken, pero debido a su gran control del mismo lo supo mantener e incluso acrecentar con la rabia que tenía.
Con un potente grito lanzó dos rayos de ki mientras se acercaba, usándolos como distracción para aparecer detrás de la deidad, pero no fue lo suficientemente veloz, ya que lo esquivó tan solo girando su cuerpo y con una de las colas lo apartó, para que con las otras 8 le propinase un combo de golpes.
El joven quedó incapacitado para seguir luchando, aunque mantenía su técnica activa, pero todo se terminó cuando el Hakaishin decidió marcharse, con un rostro de decepción. Todos pensaron que se había terminado, alegrándose en parte por ello, pero la tristeza era abundante al ver como el ex-rey Altais yacía muerto en el piso de Arukoru.
Todos lloraban o consolaban a los que lo hacían, incluso Deneb y Altais que no sabían que hacer, pero fueron interrumpidos por una luz violeta que iluminó todo el planeta. Deneb se volvió a parar y estuvo a punto de ir hacía el origen de dicho resplandor, pero se quedó conmocionado al ver una gigante esfera de ki violeta que se acercaba lentamente.
El guerrero cargó un ataque de energía y lo lanzó a la esfera, pero este fue absorbido y continuó como si nada hubiese ocurrido. Y así le llegó el final definitivo a los Sphinix del Universo 6, una especie que pasó por grandes aventuras y momentos difíciles pero que tuvo el mismo destino que en su universo gemelo... La destrucción absoluta.
Estilo de Combate
El estilo de combate de Deneb está muy ligado a su personalidad. Caracterizándose por ser un guerrero bastante tranquilo y calmado, siempre demostró que era capaz de pensar fríamente y analizar las situaciones, a pesar de que los momentos de estrés en su infancia supieron anteponerse a este estilo, siendo un inconveniente para el joven en los momentos cumbres.
Para su fortuna, la pubertad vendría acompañada de algo más que solo cambios físicos, una mayor seguridad por sus capacidades en el combate serían cruciales para que tanto estudio y análisis de las artes marciales dieran frutos de una vez por todas, logrando afianzar su estilo como un joven metódico y estratega pero intuitivo en muchos momentos.
Es bueno en el combate cuerpo a cuerpo, al menos mejor que el promedio, pero es más que obvio que siempre destacó por su excelente control de ki y su manejo del mismo, desde el flujo manejado para utilizar sus famosos clones de ki, aprendidos de los Kuronojines, como también para utilizar sus técnicas telekinéticas, potenciándolas de gran manera.
No es orgulloso ni nada soberbio, por lo que no suele humillar a sus oponentes, además, tampoco es de perdonarlos, es posible que lo haga pero si se trata de un combate a vida o muerte, o si se meten con algunos de sus familiares no dudará en dar el máximo de si.
Su estilo de combate actual es bastante directo y diverso, puesto que si se trata de llevarse la victoria, Deneb empleará todo su arsenal para proclamarse vencedor, utilizando todas sus técnicas de larga distancia y alternando con ligeros intervalos de combate cuerpo a cuerpo.
Al ser tan estratega, el sphinix ha diseñado algunas coreografías personales con las que puede poner en jaque a sus rivales con mínimos movimientos, sirviendo tanto como una forma de empezar un combate y ver el nivel de su rival como también una salida sencilla cuando se encuentra entre las cuerdas.
Esto último le ha causado algunos problemas, puesto que en ciertos momentos, sobre todo los de nerviosismo, sus ideas y embates se pueden sentir un poco programados y predecibles, pero su amplio historial de batallas y el gran caudal de estrategias ideadas siempre termina favoreciendo más de lo que perjudica al guerrero gatuno.
Posee una buen adaptabilidad táctica, siendo que es capaz de acoplar sus planes y desarrollarlos de forma eficiente a pesar de que aspectos como el clima o el terreno se lo dificulten. También analiza a sus oponentes, sobre todo a aquellos a los que ya se ha enfrentado, logrando hacer un esquema mental de las debilidades y fortalezas de su rival para atacar en sus puntos débiles y evitar los fuertes.
A pesar de enfrentar situaciones desafiantes y peligrosas, Deneb mantiene una calma mental y una determinación inquebrantable en combate. Es capaz de mantener la concentración, lo que le permite tomar decisiones claras y mantenerse enfocado en sus objetivos. Al ser alguien muy persistente y determinado, no se rendirá hasta lograr la meta que se impuso, dándolo todo tanto mental como físicamente, lo que a veces lo lleva a límites complicados pero de los que suele salir ileso.
Con Teosi-ken
En este estado Deneb cambia ligeramente su estilo de batalla, dejando de ser tan evasivo y a distancia para ahora centrarse total y plenamente en derrotar a su adversario. Su capacidad de manejar su energía a voluntad de tantas formas le brinda un arsenal de técnicas y estrategias aún mayor, lo que en ocasiones le supo ser un problema a la hora de tomar decisiones pero que luego de varios enfrentamientos entendió la forma de aprovecharlo.
Con el Teosi-ken el sphinix deja de situarse a larga distancia para ahora hacerlo a una distancia media, con la que puede atacar de frente si es necesario pero también protegerse y evadir ataques enemigos en los momentos justos.
Es capaz de crear una segunda capa de protección con su propio ki con la que se encuentra aún más seguro, por lo que problemas como el miedo a ser impactado con un ataque rival o el cuidar la espalda en todo momento dejan de ser un inconveniente muy grave, pudiendo centrarse en sus estrategias a pleno.
Al controlar y conocer su energía completamente también posee una mayor conexión con el entorno, pudiendo situar a todos los que se encuentren en el campo de batalla con mucha facilidad, y potenciando los sentidos que hagan falta sea cual sea el enfrentamiento.
Debilidades
No son pocas las debilidades que ha tenido Deneb a lo largo de su vida, tanto en el combate como en su día a día, pero para su fortuna, el estudiar y analizar a sus contrincantes, e incluso a sus propios movimientos, ya sea de forma mental o fortaleciendo sus flaquezas físicas lo ha convertido en un guerrero con las alternativas suficientes para hacerle frente a estas debilidades que supieron jugarle malas pasadas.
Su mayor debilidad no es en el combate en sí, sino que se trata de sus ideales. Debido a tener una idea de justicia y verdad tan acentuadas en su forma de vivir y combatir, por momentos que el rival haga una especie de trampa o juegue sucio ni siquiera entra en consideración para el sphinix, siendo un blanco fácil de los villanos que no les importa la manera en la que cumplen sus planes, siempre y cuando lo consigan.
Por otro lado, también es una desventaja el tener sus herramientas y estrategias de combate tan estudiadas, llegando a hacer patrones de lucha casi inconscientemente, lo que le ha dado problemas contra enemigos a los que ha enfrentado en más de una ocasión. El tener un gran arsenal de técnicas también ha sido algo tortuoso en cierto sentido, limitándose a utilizar sus rutinas más sencillas o las que mejor sabe hacer en momentos cruciales, por lo que podemos decir que no se arriesga mucho, siendo algo positivo cuando gana pero que le ha causado alguna derrota frente a enemigos más impredecibles y que dan incluso su vida por la victoria.
Habilidades
- Control de ki: Posee un control de ki excelso, el cual utiliza para realizar numerosas técnicas.
- Mimetismo: Capacidad de imitar técnicas luego de verlas una vez, Deneb es un maestro en este ámbito, aprendiendo casi al instante técnicas muy elaboradas.
- Sentido de ki: Capacidad de sentir el ki de otros y localizarlos de forma muy precisa.
- Photosintesis: La técnica insignia de los gardenianos, aprendida por Deneb en su aventura en el planeta Root. Con esta habilidad es capaz de potenciar su poder mediante la absorción de energía, la cual puede provenir de ataques enemigos o de entregas aliadas de ki como también de la propia energía que su estrella le brinda, aumentando sus capacidades físicas y causando que sus técnicas también se vieran beneficiadas en su masividad y daño.
Al usar esta habilidad al máximo su cuerpo se rodea de un aura amarilla, la cual brilla incluso en plena oscuridad. Su cuerpo se tonifica, perdiendo el poco porcentaje de grasa que posee e incluso viéndose ligeramente más delgado.

Técnicas
Uso del ki
Siendo un maestro del ki y su utilización, el sphinix es capaz de realizar cualquier maniobra o técnica básica referida a esta energía.
- Vuelo: Deneb tiene la capacidad de volar gracias al control de su ki.
- Onda de ki: Con su manejo de esta energía es capaz de crear esferas de ki con las cuales hace daños mínimos pero suelen ser utilizadas como distracción.
- Ráfaga de ki: Habilidad con la que el usuario lanza una gran cantidad de ondas.
- Rayo de Dedo: Carga un rayo de ki perforante con el que atraviesa casi cualquier superficie.
- Onda Explosiva: Es una variante de la onda típica de ki que explota al contactar con el objetivo.
- Kiai: Ráfaga de viento impulsado por la mano de su usuario. Deneb la ha llevado a un nivel superior, creando estas ráfagas con movimientos tan pequeños como un paso o el movimiento de sus propias orejas.
- Onda Aérea: Variante del kiai utilizada con ambas manos con la posibilidad de enviar a su oponente a largas distancias.
- Escudo de energía: Es capaz de crear una barrera de ki para protegerse de ataques débiles.
- Punto de presión: Capacidad de golpear al oponente en lugares precisos para paralizarlo momentáneamente.
- Psicoquinesia: Habilidad que permite paralizar a los enemigos, impidiéndoles el movimiento con tan solo mirarlos.
- Transformación en arena: Puede transformar objetos inertes en arena con tan solo tocarlos, incluso puede hacerlo sin tener contacto con ellos, aunque solo con objetos pequeños o frágiles.
Punto Gravitacional

Deneb puede manipular la gravedad ligeramente mediante telekinesis, tanto aumentarla como disminuirla. De esta forma puede causar que un cuerpo posea una gravedad mayor y se vea atraído hacia otro con una mayor atracción, permitiendo inclinar la balanza a su favor en una batalla. Es capaz de aumentar la gravedad tanto de cuerpos masivos como un planeta como de rocas u objetos pequeños, pero claramente esta será más significativa si el objeto opone menos resistencia, es decir, tiene menor gravedad por si mismo.
Es capaz de utilizar esta habilidad en rocas gigantes las cuales puede utilizar para crear literalmente un meteorito, pero solo hace uso de su técnica de esta manera cuando asegura que nadie inocente saldrá herido.
Block Mental

Puede dejar en blanco la mente de su oponente si este lo mira fijamente durante unos pocos segundos. El rival retoma su consciencia rápidamente pero es suficiente tiempo para que no pueda reaccionar ante un segundo ataque del Sphinix. Si el oponente en cuestión estaba planeando algo puede causar que olvide lo imaginado hace segundos.
Deneb suele utilizarlo cuando se encuentra en plena introducción del combate, sobre todo cuando intercambia palabras con su oponente, causando que este se sienta raro al olvidar lo que está diciendo y comience la batalla ya muy confundido.
Thrental

Puede conectar ambas mentes, sin manipularlas, pero logrando visualizar los pensamientos de su oponente instantáneamente, e incluso transmitirle los suyos si es necesario, todo sin que el rival lo note. Puede servir tanto como forma de leer la mente de otro como también para comunicarse con él con facilidad, pero debe estar en su rango de visión para que esto funcione efectivamente.
Es capaz de llevar la técnica más allá y servir como puente entre otros dos seres. Para esto debe hacer uso de la técnica en uno de sus objetivos y luego en el otro, logrando que estos dos se puedan comunicar telepáticamente pero con la ventaja de que toda información pasa antes por la cabeza del sphinix.
Re-mind
Con esta habilidad el sphinix puede tomar control del cuerpo de su oponente para moverlo a su voluntad, más no puede realizar sonidos, como si de una marioneta se tratase. Como consecuencia pierde la consciencia en su cuerpo real, quedando a merced de otro ataque, recuperándola una vez deshace la técnica. El control del ki o de las habilidades de este nuevo cuerpo queda exento ante las que el sphinix ya conozca con antelación.
Paranoidez
Deneb utiliza sus habilidades telekinéticas para insertar en la cabeza de su oponente pensamientos de miedo y desconfianza, logrando que este dude de incluso sus propios aliados y de esta forma no razone a la hora de atacar. Si el rival ya posee un miedo a algo que se conozca puede potenciarlo implantándole imágenes o situaciones que lo debiliten mentalmente.
Esta técnica es más efectiva cuando el sphinix conoce a su oponente, pudiendo aprovechar sus mayores miedos en los momentos precisos, pero esto no es algo que a Deneb le fascine hacer, prefiriéndolo hacer únicamente con enemigos malvados.
Loud mess

Utilizando sus técnicas de control de mente es capaz de conectarse con su oponente y hablarle por telekinesis, la diferencia en este caso es que Deneb no habla sino que envía un fuerte ruido que sorprende y asusta a su contrincante, pudiendo aprovechar estos segundos para huir o atacar nuevamente. También funciona como forma de bloquear la capacidad de leer las mentes o comunicación telepática de otras razas.
Otro de sus usos es la creación de un patrón de sonido, como si de agujas de un reloj se tratasen para de esta forma controlar los tiempos de su rival, aumentándolo o disminuyéndolo y provocando que realice acciones más precipitadas.
Caída libre
Deneb combina la capacidad de manipular la gravedad con sus habilidades telekinéticas. Cuando su enemigo está en el suelo disminuye la gravedad mínimamente para que este se sienta ligero, la aumenta al instante y con sus técnicas mentales lo mete en una ilusión en la que su rival cree que se encuentra en caída libre.
Para-shooting
De la mano con su técnica caída libre Deneb reitera su rutina pero causando que su oponente sienta la caída libre de cabeza, es decir, invertido. De esta forma este intentará voltearse, siendo un blanco fácil para otra técnica, y en caso de no usarse un nuevo ataque, se verá golpeado de todas formas al golpear el suelo.
Hurricloned

El sphinix se multiplica dos o tres veces y comienza a hacer movimientos sincrónicos a la vez que se mete en la cabeza de su oponente, causando que este entre en una profunda confusión y reciba todos los golpes posibles de los numerosos cuerpos del gato morado. Es utilizada tanto para poder implantar una de sus técnicas ilusorias y dejar a su rival a merced como también como señuelo de aquellos que conocen esta faceta, fingiendo que hará uso de su telekinesis para luego atacar con sus clones.
Instant Mo-Ment
El guerrero gatuno crea un rayo de ki bastante potente desde su mano derecha pero en vez de lanzarlo en una dirección rectilínea directo hacia su oponente esta se mueve a voluntad del sphinix gracias a sus habilidades de manipulación. De esta forma puede aumentar la velocidad de la ráfaga o disminuirla, moverla en distintas direcciones o incluso utilizarla como señuelo para que con un segundo ataque del mismo Deneb o de un compañero sea capaz de vencer.
Stoppicursor
Se trata de una esfera de ki que está acoplada a la energía de Deneb, por lo que aumenta su tamaño a medida que impacta en cualquier superficie o rival, rebotando de forma indefinida hasta que el usuario decida que es momento de volver, recobrando la energía utilizada en ese ataque. Es utilizada en masa para crear distintas bolas de ki que inundan el campo de batalla dañando únicamente a adversarios, pudiendo dividirse o incrementar su tamaño en cualquier momento.
Rainy Sand
Utilizando su habilidad de transformar objetos en arena, es capaz de convertir la superficie sobre la que su rival se posa en este material, combinándolo con sus técnicas telekinéticas para así trasladar dicha arena por encima de su oponente, cubriéndolo de este polvo o utilizando pequeñas cantidades para llenar los ojos de su contrincante y generar una distracción.
El inconveniente de esta técnica es que Deneb solo puede transformar en arena plataformas pequeñas, por lo que si su adversario se encuentra directamente en la superficie terrestre no será capaz de hacer uso de esta habilidad de la forma que fue descrita.
Sand Temple
Si el sphinix ya se encuentra en un terreno de suelo ligero, como puede ser la arena o la tierra puede utilizar su Punto Gravitacional para moldear el entorno de forma de rodear a su oponente con grandes montículos de este material. Esto sería bastante sencillo y poco útil pero Deneb lo ha complejizado combinando la Transformación en Arena y formando un sistema de túneles y obstáculos que ya puede saberse de memoria.
De esta forma, luego de evaluar la cantidad de material necesario es capaz de formar estos sistemas con los que pone el entorno a su favor y confunde aún más a su rival.
Data Flood
Deneb utiliza su capacidad de unir mentes con las de su oponente para enviar una gran cantidad de información junta, causando que el rival no sea capaz de procesarla y pueda sufrir un desmayo. La dificultad a la hora de hacer esta técnica es que si el adversario puede recibirla Deneb se vuelve un blanco fácil por el gasto de energía y concentración que la técnica refiere.
Solar Beam
Canalizando la energía de su estrella es capaz de crear un Rayo de Ki de gran tamaño con el que infringe un daño considerable en sus enemigos. Eso sí, debe perder un buen tiempo recaudando poder, por lo que mientras se encuentra haciendo esto es un blanco fácil para sus rivales. También es una técnica aprendida gracias a los gardenianos
Energy Leaf

Creando una espada de ki en uno de sus brazos rodea toda la extremidad con su ki y le proporciona filo en sus bordes, formando una navaja de energía letal ante enemigos frágiles, aunque en rivales fuertes también puede ser útil para causar daños considerables. También posee la capacidad de lanzarla como si de un tajo de ki se tratara, pudiendo hacerlo numerosas veces si se concentra energía únicamente en la mano, formando ataques de menor tamaño pero igual de dañinos. Es otra de sus habilidades aprendidas en Root.
Teosi-ken

Deneb Meditando para controlar el Teosi-ken
El Teosi-ken se trata de una habilidad ancestral, conocida y utilizada hace millones de años pero que se fue perdiendo con el tiempo, desapareciendo aquellos seres que tanto la frecuentaban y a los que sobrevivieron eran tratados de locos por el poco creíble concepto que desarrolla.
Este no es una técnica ni una transformación, más bien podríamos referirnos al mismo como un estado, el cual altera ligeramente al guerrero que lo utiliza pero mantiene casi todas sus características, siendo posible alternar entre la utilización o no del mismo en simples instantes.
El concepto que engloba es el del manejo de ki y su desarrollo en todo sentido. Desde miles de años en el pasado se ha estudiado la forma y uso del ki, pero al no tratarse de algo científico y exacto nunca fue muy fácil de evaluar. Por esto mismo nacieron ramas de estos grupos que veían el ki como si del mismo ser se tratase, siendo el cuerpo tan solo la capa más superficial del mismo. Debido a esto se comenzó a fomentar la conexión de uno mismo con su interior, de forma de tener un control pleno de todo su ser, cosa que pocos pudieron desarrollar.
Algunos se fueron por el lado de lo físico, la fuerza y el poder bruto mientras que otros se centraron en desenvolver un control perfecto, tomándose horas y días de meditación y procurando la perfección en los ataques más que la potencia de los mismos. Así fue como nació el Teosi-ken, una doctrina que tomó más reconocimiento con el pasar de los años.
Y así se mantuvo por mucho tiempo, hasta que los tiranos portadores de poderes brutales acabaron con los usuarios de este estado, cortando con un legado que pocos preservarían, pasando de ser sabios maestros de la doctrina a ser vistos como locos y vagos que meditaban todo el día.
Deneb aprendería a utilizarlo en su aventura por el Laberinto de la Demencia, el único lugar donde se conocía que existía aún un usuario del Teosi-ken, viendo como el estancamiento en su entrenamiento finalizaba después de tantos años y se convertía en un guerrero con un poder inconmensurable.
Con este estado el usuario es capaz de moldear el ki de su interior a voluntad, pudiendo crear formas con el mismo o atacar de maneras tan variadas que el único límite es la imaginación del guerrero. Habilidades mentales como las del sphinix se ven potenciadas debido al estado de calma y control que genera, mientras que la resistencia y fuerza física incrementan notablemente, pudiendo hacer uso de su ki para proteger o estimular las zonas que necesite.
En cuanto a la apariencia, esta no se ve muy modificada a decir verdad. La complexión física se altera ligeramente, encogiendo mínimamente los músculos, mostrando una silueta más delgada, la expresión se vuelve más seria y calma, siendo difícil que un usuario del Teosi-ken se estrese o sea llevado por la ira, y finalmente sus ojos toman un color azul al igual que su aura y la mayoría de ataques de ki que se realizan.
Photosintesis + Teosi-Ken
Combinando ambas habilidades es capaz de llegar a un estado prácticamente perfecto y de un poder inconmensurable. Utilizando la Photosintesis puede absorber la energía de sus adversarios e incluso la luz solar, con la que es capaz de generar y acumular una gran cantidad de ki dentro de su cuerpo, la cual es distribuida y aprovechada totalmente por el Teosi-Ken.
Al unir ambas técnicas su cuerpo se torna algo más fornido y desprende un aura muy densa de color verdoso, color que también se ve reflejado en los ojos del sphinix.
Teosi-Ken Perfecto

Luego de mucho tiempo de entrenamiento y enfrentamientos con grandes guerreros, Deneb fue capaz de adaptarse al Teosi-Ken, volviéndose un maestro en el mismo y perfeccionándolo al punto del que podía sacar lo mejor de sí en una batalla y al mismo tiempo mantener la calma y el control para hacer uso de este estado.
En esta forma su cuerpo recibe un aumento en su musculatura y tamaño, volviéndose más intimidante para la mayoría de contrincantes. De la misma forma sus ojos se tornan azules tal como lo hacen al usar el Teosi-ken básico pero teniendo un aspecto ligeramente distinto, brillando y manteniendo un aura como si de agua se tratase.
Por otro lado, su apariencia resalta más al obtener un aura de color azul y un resplandor en su contorno del mismo azul bastante brillante, teniendo un aspecto como si de un Dios se tratase.
Con el Teosi-Ken perfecto el sphinix es capaz de llevar al máximo sus técnicas y habilidades, pudiendo controlar su ki y energía vital para que la resistencia no sea un contratiempo y a pesar de esto pueda dar el máximo en cada uno de sus ataques. Sus técnicas se ven potenciadas de forma abrumadora y su calma interna le permiten hacer uso de sus habilidades telekinéticas aún mejor que antes, volviéndose infalible si de ilusiones se trata.
Thaneb

Thaneb no es más que la fusión de Deneb y Thamaran gracias al Pétalo de la Armonía.
En su expedición por el Planeta Root, hogar de los gardenianos y otro gran número de especies, el sphinix y el guardián de ese planeta se encontraron con el problema de una especie invasora, una clase de demonios que estaba absorbiendo la gran energía que aquel cuerpo celeste generaba.
Debido a esto no tuvieron otra opción que enfrentarse a dichos invasores, perdiendo en primera instancia pero logrando reponerse en una segunda oportunidad. Para su mala fortuna los demonios aprovecharon la capacidad de fusionarse para formar un gran demonio capaz de vencer al par de protectores, los cuales tuvieron que huir en busca de una ayuda externa.
Como si del destino se tratase, una joven gardeniana les brindó el secreto de la flor que generaba el Pétalo de la Armonía, algo legendario en el Planeta Root y que se dudaba de su veracidad. Al consumirlo vieron como su poder aumentó en sobremanera para posteriormente fusionarse en un solo guerrero, al que llamaron Thaneb.
Al fusionarse, el nuevo luchador heredó todas las habilidades de ambos guerreros, tanto técnicas como un poder que superaba al de aquel par sumados. Con este nuevo poder lograron vencer al demonio para posteriormente desfusionarse luego de pasado el tiempo del pétalo.
Niveles de Poder
- Nota: Para denotar el nivel de poder de Deneb se ha utilizado la unidad de poder "Kilis", la cual tiene una equivalencia de 1 kili = 50.000 unidades de ki aproximadamente.
Deneb | 2 |
Desde pequeño Deneb se mostró como un prodigio en los combates, disfrutaba teniendo un enfrentamiento contra un buen rival, pero no lo veía más que una simple diversión. A pesar de esto, demostró heredar el poder de la familia real, alcanzando las 2 unidades de kilis ya desde temprana edad, superando una barrera que gran parte de los sphinix nunca alcanzaría sin entrenamiento.
Deneb | 14 |
Ya en su desarrollo, entrando en la llamada preadolescencia, el sphinix comenzaría a resaltar entre los demás, portando un nivel que ya alcanzaba los dos dígitos y que le fue de gran importancia para comenzar a ganarse un nombre. Ya eran pocos los que le hacían frente sabiendo tal nivel, mientras que su padre y abuelo notaron que después de todo y a pesar de su personalidad introvertida podía convertirse en un gran guerrero.
Deneb | 110 |
Fue en este momento en el que comenzó a entrenar de forma más asidua, volviéndose bastante estricto en su rutina de ejercicio y aprendiendo varias habilidades, sobre todo de parte de su abuelo Altais. El alcanzar tal poder le demostró a su padre de lo que estaba hecho, pero este solo vio en Deneb un heredero al trono que debía fortalecer su forma de ser para hacerle frente a otras adversidades.
Deneb | 1.050 |
Una vez pasó por varias aventuras, como sus entrenamientos con su abuelo y sus pasajes por los planetas de los Kuronojines y Mirajines se convirtió en un duro guerrero, con un poder que ya era de temer para la mayoría de seres del universo. Fue así que comenzó a llamar la atención de muchos planetas, naciendo la idea de que tal vez algún día se convertiría en el salvador de los Sphinix.
Deneb | 9.380 |
Luego de su aventura por el Laberinto de la Demencia, los cuatro bastiones no solo forjaron el espíritu del guerrero gatuno sino que propiciaron un aumento en su nivel de poder que escapa de cualquier escala imaginable. Al salir del Planeta Dédalo Deneb era capaz de hacerle frente y vencer a cualquier guerrero en el universo, logrando cumplir sus objetivos sin casi sudar.
Deneb | 21.030 |
En su aventura por el Planeta Root donde conoció a Thamaran, el sphinix aprendió la técnica de la Photosintesis. Con esta habilidad es capaz de absorber no solo la energía proveniente de ataques enemigos sino que puede hacer lo propio con la misma luz, transformándola en energía utilizable para sus ataques. Al usar esta técnica en su máximo esplendor es capaz de liberar una cantidad de energía equiparable a la de una estrella masiva, acumulada en el cuerpo del guerrero morado.
Deneb | 67.000 |
Haciendo uso del Teosi-Ken, Deneb aumenta su nivel por encima de cualquier otro guerrero al que se haya enfrentado. Es capaz de potenciar cada uno de sus ataques, haciendo que todo su poder sea transmitido en sus técnicas sin efectos secundarios como lo puede ser el cansancio. Con este poder el sphinix es prácticamente invencible.
Deneb | 808.000 |
Curiosidades
- La nueva historia del personaje es una fusión de la historia vieja y la historia de Cosmic (WW), otro personaje del autor.
- Pasó de ser el relleno del equipo del 1er Torneo Fanon del Poder a ser uno de los líderes del equipo del 3ero.
- De todas formas se caracterizaría por ser siempre la segunda espada de los equipos, hasta la llegada de la 6ta edición del torneo.
- Tabsen, el nombre del rey de los sphinix deriva de Absenta, una de las bebidas alcohólicas más fuertes.
- El nombre del planeta, "Arukoru" proviene de alcohol en japonés, ya que los nombres de Tabsen, Bills y Champs vienen de bebidas alcohólicas.
- El nombre de Altais, el "abuelo" de Deneb, proviene de una de las estrellas de Draco, una de las constelaciones más cercanas a la cual le da nombre a Deneb.
- El planeta Dédalo, donde se encuentra el Laberinto de la Demencia, claramente hace referencia al Laberinto de Dédalo.
- El planeta Willmut, hogar de los Kuronojines, debe su nombre al científico que fue protagonista de la clonación de la oveja Dolly, haciendo referencia a la habilidad de dicha raza.
- Su creador olvida la parte faltante de oreja derecha en múltiples ocasiones, causando que algunas imágenes carezcan de este detalle y en otras es agregado a último momento.
- Su historia tuvo muchas idas y vueltas, pasando de ser parte del Universo 6, 12 y finalmente, del universo 8.
- Su comida favorita es hecha por el mismo y consiste en una mezcla de gelatinas y vegetales muy extraña, que nadie más se ha animado a probar. Esto se debe a que el sphinix intenta sorprender con las texturas de la comida incluso más que con los sabores.
Batallas
Arco | Rival/es | Resultado |
---|---|---|
Planeta Willmut | Mirajines invasores | Derrota |
Entrenamiento Deneb | Mirajin clase baja | Victoria |
Laberinto de la Demencia | Primer bastión | Victoria |
Laberinto de la Demencia | Segundo bastión | Victoria |
Laberinto de la Demencia | Tercer bastión | Victoria |
Rescate y venganza | Soldados mirajines | Victoria |
Rescate y venganza | Rey mirajin | Victoria |
Expedición Raíz | Demonios invasores | Derrota |
Expedición Raíz | Demonios invasores | Victoria (junto a Thamaran) |
Final definitivo | Liquir | Derrota |
Trayectoria Competitiva
Combate | Rival/es | Resultado |
---|---|---|
1º Torneo Fanon del Poder | ||
4º Ronda Modalidad: Triple Amenaza |
►Farnat◄ y Dark Smoke | Derrota |
2º Torneo Fanon del Poder | ||
8º Ronda Modalidad: 2vs2 Dupla: Riesig (DBF) |
Kynos (CW) y Arctic | Derrota |
3º Torneo Fanon del Poder | ||
4º Ronda Modalidad: Triple Amenaza |
Galak (WW) y Fukai Shijizu | Victoria |
7º Ronda Modalidad: Triple Amenaza |
Tagoku (CW) y Sariel (DB:S) | Derrota |
3º Teamkaichi Budokai | ||
Cuartos de Final Dupla: Neru |
Darkhan (WW) y Ƶhivago/Legión (WW) | Victoria |
Semifinal Dupla: Neru |
Kumori (WW) y Crim (WW) | Victoria |
Final Dupla: Neru |
Ánima (DB:S) y Aerith | Derrota |
Golden Freezer Awards 2021 | ||
Mejor Anti-Héroe | Bara (DBF), Makako (WW), Ánima (DB:S), Isnut (WW), Gond (WW), Nydaq, Pedro Navaja, Edrahil, Hundred, Kano (SB) y Koshu (DBF) | Derrota[5] |
4º Torneo Fanon del Poder | ||
1º Ronda Modalidad: Clásica |
Cycyp | Victoria |
4º Ronda Modalidad: Clásica |
Riesig (DBF) | Victoria |
7º Ronda Modalidad: Ida y Vuelta |
Hazzel (FW) | Victoria |
10º Ronda Modalidad: Clásica |
Ma-Bá (CW) | Victoria |
5º Torneo Fanon del Poder | ||
7º Ronda Modalidad: 2vs2 Dupla: Abrak (DB:S) |
A.A.Sting (SD) y Marein | Victoria |
11º Ronda Modalidad: 3vs3 Equipo: Sadness (WW) y Kókada |
Deig (CW), Yudai (CW) y Aerith | Derrota |
6º Torneo Fanon del Poder | ||
2º Ronda Modalidad: 2vs2 Dupla: Raditz (AW) |
Marein y Yudai (CW) | Victoria |
12º Ronda Modalidad: 2vs2 Dupla: Darkhan (WW) |
Ryoko y Nexialist | Victoria |
14º Ronda Modalidad: Universal |
Ezekiel (DBF) | Victoria |
16º Ronda Modalidad: Triple Amenaza |
Otal (CW) y Darkhan (WW) | Victoria |
Semifinal Modalidad: Universal |
Rhodex (DBF) | Victoria |
Final Modalidad: Triple amenaza |
Aerith y Koshu (DBF) | Derrota
|
League's Federation Cup | ||
Fase de grupos Jornada 1 |
Amón (DB:S) | Victoria |
Fase de grupos Jornada 2 |
Farko | Victoria |
Fase de grupos Jornada 3 |
Maka (School Fanon) | Victoria |
Octavos de final |
Androide 22 | Victoria |
Cuartos de final |
Eclair | Victoria |
Semifinal |
Hundred | Victoria |
Final |
Rokoshi (DBF) | Derrota
|
6º Promotion League One | ||
1º Jornada | Neru | Victoria |
2º Jornada | Kókada (CW) | Victoria |
Galería
Arte conceptual
Torneos
Otras imágenes
![]() | ||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
|
- ↑ Segundo lugar del 3º Teamkaichi Budokai
- ↑ Segundo puesto de la categoría "Mejor Héroe" en los Golden Freezer Awards 2024.
- ↑ Sub-Campeón de la 1º League's Federation Cup
- ↑ Tercer lugar del 6º Torneo Fanon del Poder
- ↑ contra Ánima (DB:S) y Gond (WW).