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SistemaestrellasSobresaliente2

Kynos
KynosAlterna
Información
Sexo Femenino
Usuario que representa Gond SS
Saail Gox
Edad 30
(Aproximadamente)
Raza Metamoran
Series donde aparece El Peso de la Vida
Continental Wikia
Región Suroeste
Medallero
Medalla GFA 2019[1]2 FEL - Medalla Bronce[2]PLO3[3]

Kynos es un personaje creado en conjunto por los usuarios Gond SS y Saail Gox con el objetivo de presentar una creación fresca con elementos pocos utilizados y conocidos. En este caso se representa a un personaje femenino, perteneciente a la extraña raza metamorana.

Hace su primera aparición en el One Shot: Period, donde se relata parte de su vida y su cacería por encontrar a la "presa definitiva", el yardratiano. Se reinventa en el One Shot Campanas de Caza, donde se vuelve a relatar el mismo hecho pero desde otro punto de vista.

Se profundiza aun más en su historia en la serie El Peso de la Vida. Luego participaría en Guerra a la Muerte, tratándose este de un One Shot alternativo donde sobrevive a los sucesos y trata de no matar a Klepsei, conociendo a su vez a su primer amigo, el namekiano Persa. Por otro lado, hizo cameo en Árboles para Klepsei, donde extrañamente sí le tiene cierto aprecio a la festividad navideña.

Otra aparición de menor importancia sucedió durante la cuarta edición del Ultimate Battle Fanon, haciendo de comentarista en algunos combates.

Concepto y creación

Kynos nacería como una vaga idea de los autores de crear un dúo de personajes complementarios, siendo la primera de ambos en tener un concepto más o menos claro. En inicio la idea sería algo como "dos personajes de diferentes bandos en una guerra, el que pierde queda con la categoría de villano, el que gana con la de héroe." Esto debido a la conocida frase de que aquellos que ganan son los que escriben la historia. Pero la idea se fue ampliando y deformando un poco más cada vez.

Se pensó en Kynos como una especie de cazadora que iría en contra de las reglas de su raza y sería expulsada por eso. Para posteriormente pasar a vivir en un entorno salvaje y cerrar su historia con un enfrentamiento con Klepsei que sería cuestión de casualidad.

Primer Remake

En el primer remake de su historia, se pensaron varios detalles más interesantes para añadir. Ya que en su primer diseño, uno de sus ojos era diferente, se planteó la idea de usar este rasgo como un estigma que fuese de mucha importancia para la historia, como una maldición o un signo de mala fortuna. Se pensó también la forma en la que esto afectaría al personaje para profundizar en su personalidad.

Y hablando de esta, la nueva versión de Kynos tomaba mucha inspiración de Kraven el cazador, especialmente el mostrado en el cómic Kraven's Last Hunt. De ahí se sacaría la idea de una personalidad psicótica y delirante, con una ideología retorcida, especialmente tratándose de temas como la muerte y forma de ver a los otros.

En este remake, el lazo entre Kynos y Klepsei es un poco más marcado, ya que existe un paralelismo entre la forma de ser de ambos y sus objetivos, que culmina en su encuentro al final de la historia.

Segundo Remake

Ya en este punto, la intención sería terminar de pulir y mejorar detalles del desarrollo del personaje. Cuestiones como su personalidad y cambio de paradigma hacia lo que se convertiría en un futuro. La nueva Kynos estaría un poco más humanizada, contando con un dilema importante: vivir una vida pacífica o sucumbir a sus peores instintos. Y la opción elegida iba a ser la segunda, así que hacía falta un pequeño arco donde se afrontara definitivamente esta problemática.

Etimología

Su nombre deriva del tractocamión perteneciente a la infantería de marina española, denominado Kynos Aljaba. El motivo por el cual fue nombrada en honor al vehículo militar, es debido a que ambos pueden transportar y/o equiparse con cualquier objeto.

Si se busca más a profundidad dicho significado se daría a conocer que Kynos viene de la deformación de "kyon", que se traduce como "perro" en griego. Y aunque no se trate de su verdadero apellido, Aljaba se refiere a una caja portátil para flechas, también conocida como carcaj. Tratándose de un juego de palabras que describe a la perfección el trabajo de la metamorana como cazadora.

Diseño

Original

Kynosdiseñooriginal

El primer diseño fue hecho con cierta aleatoriedad, fijándose más que nada en el detalle crucial de que debería portar el conjunto clásico metamorano, con ligeras alteraciones como la pechera de abajo. Los rasgos faciales y el cabello no se tomaron tanto en consideración, solo se pensó en algo rudo, con cabello rojizo como la mejor opción. El diseño sería bien recibido en un inicio, pero no pasaría demasiado tiempo hasta que el dibujante cambiara de estilo y tuviera que pensar en modificaciones.

Primer y Segundo Remake

Kynosdiseño2

Aquí ya se podía observar una serie de cambios significativos con respecto a la versión original, que irían en evolución hasta su versión más actual. Se puede apreciar el estilizado en el cabello y el cambio de color en toda la paleta; el estilo del traje metamorano había pasado a verse más personalizado, y la marca en el rostro se había simplificado.

Para el Segundo Remake, ya se establecieron la mayoría de bases esenciales del diseño, incluyendo por el camino la famosa Campana de la Muerte que acompañaría a Kynos de ahí en adelante. El diseño seguía siendo igual que al anterior en apariencia, a excepción de detalles como más estilizado en el pelo, las botas y el tono del pantalón.

Tercer Remake

Kynosarteconceptual

Y este es el diseño que acompañaría a Kynos por un largo tiempo, siendo el resultado de haber pasado por todos los cambios anteriores. Y aunque en esencia, sigue siendo el mismo traje y peinado, el estilo cambia radicalmente a algo mucho más definido. Los rasgos de Kynos serían dibujados a partir de ahora como unos más cuadrados y duros, con ojos pequeños y el cabello mucho más alborotado y voluminoso que antes. La ropa seguiría igual, con un mayor nivel de detalle en las pieles de cuello y hombros, y la contextura física de la metamorana se vería alterada hacia algo más robusto.

La marca en su ojo también sería mejorada de su versión anterior, como se puede observar en una de las imágenes de medio cuerpo de los "Aspectos."

Cuarto Remake

Kynosdiseñonuevo

El diseño ya estaba bien definido, el anterior había quedado como la versión "por excelencia", con la que el dibujante había quedado ya satisfecho. Pero con una evolución reciente en su estilo de dibujo, tuvo ganas de probar haciendo pequeñas modificaciones para obtener un resultado más detallado y remarcar algunas características como la mandíbula del personaje, dándole un aspecto más tosco, y las ondas en el cabello.

Comparativa

Kynosdiseñocomparacion

La diferencia entre ambos diseños se basa en un cambio lógico en los pequeños detalles. Comenzando por el cabello, el cual se denota más desprolijo en la nueva versión, ya que claramente una cazadora buscarecompensas que a la vez es perseguida por otros de su mismo oficio no va a contar con un aspecto arreglado. Esto último nos da pie a su rostro algo demacrado, en especial sus ojos que se encuentran rodeados por grandes ojeras, siendo algo típico de alguien que se encuentra alerta la mayor parte de su tiempo.

Finalmente, sus facciones y resto del cuerpo, dejando de verse delicado para pasar a algo mucho más marcado y áspero, dato que se combina bien con lo que representa ser un cazador buscado que vive en la lucha constante contra animales salvajes y personas peligrosas.

Quinto Remake

KynosDiseñoFinal

El último diseño de Kynos es el que se utiliza en el OS Guerra a la Muerte, donde se ve un ligero cambio en el cabello al tenerlo un poco más largo y llegando hasta el final del cuello. Además de resaltar que su "ojo maldito" se ve mucho más remarcado que el normal. En los demás rasgos no cambia demasiado, excepto por el avance de su edad, rondando actualmente los treinta años mientras que en sus anteriores aspectos rondaba los veinte. Esto también conlleva a que físicamente su musculatura se ve más desarrollada que en otras versiones.

Apariencia

Vista General

La metamorana no se diferencia realmente de otras razas humanoides, pero entre los suyos, sus rasgos físicos acaban viéndose muy exóticos y llamativos—especialmente por un detalle—. Su altura se aproxima mucho a los 180cm, con un peso de 78kg, teniendo una contextura bastante musculosa y a simple vista, muy intimidante; impresiona especialmente el tamaño de sus brazos. Su piel es bronceada, quizás un poco quemada a causa de un trato descuidado, con diversas heridas en todo el cuerpo.

El cabello rojizo es muy común entre los suyos, pero el tono de Kynos se diferencia por ser un poco más opaco, tirando a bordó. Lleva un peinado corto, de estilo masculino, con dos mechas al frente rozando los ojos, un montón de mechones del lado derecho; tiene pequeñas patillas. Sus características faciales se podrían describir como muy toscas o duras, teniendo un rostro muy cuadrado, nariz alargada, cejas desprolijas y ojos en exceso rasgados; estos están delineados en negro y no tienen pestañas, incrementando la sensación de mirada penetrante. Se habló antes de un único detalle que sobresale más que todo el resto, y ese se encuentra en su ojo izquierdo, que a diferencia del derecho—rojo con pupila negra—, este es amarillo por completo, sin pupila, y con un significado muy simbólico en su especie.

Fisiología

Los metamoranos poseen una condición especial y predisposición genética que les permite desarrollarse en el arte de la magia, pero debido a una mutación, Kynos no posee esta ventaja. Esta se puede tratar de una alteración a nivel físico que se demuestra a través de su ojo "malo", pero también podría tener su parte neurológica y alteración hormonal; Kynos demuestra tendencia a la psicopatía y psicosis, que se pueden relacionar directamente con el resto de su condición. Podría ser que en realidad la mutación de su ojo va más allá de algo superficial y demuestra algo realmente peligroso, pero no se puede saber a ciencia cierta la verdad.

Aspectos

Canónicos
KynosNiña
Niña
De pequeña, Kynos lucía más pálida, posiblemente por la nula exposición a la luz. Su cabello era un poco más largo, llegando hasta los hombros, con los mechones esparcidos más equitativamente a ambos lados de la cabeza.


Ella siempre iba vestida con ropa poco llamativa: un chaleco negro simple, con bordes café, una camiseta blanca debajo, cinto grueso celeste y pantalones grises holgados. Usualmente iba descalza, con los pies vendados para no lastimarse.

En su ojo izquierdo llevaba un parche negro que nunca se quitaba.

KynosJoven
Joven
En su adolescencia, comenzó a vestir el clásico conjunto de chaleco con cuello y hombreras abultadas, amarillo y negro. Con una tela elástica debajo, oscura. Guantes negros y gruesos, cinto celeste, y pantalones blancos; con zapatos negros de calzado y calentadores.


Su cabello no creció mucho en esos años, pero decidió atarlo en una pequeña cola de caballo y dejar unos mechones rebeldes en el frente, cubriéndole un poco el parche que aún portaba.

KynostorsoV2
Adulta
Luego del exilio, confeccionó su propia vestimenta con los conocimientos que tenía gracias a experiencia previa en su trabajo. Este es una simulación del conjunto metamoran clásico, pero con un aire mucho más "salvaje", las hombreras y cuello están hechos con pelo de animal, mientras que la parte negra es cuero, debajo, una tela morada que cubre medio torso, estando envuelto la otra mitad en vendas. Cinto café oscuro, pantalones grises y botas de cuero invernales, con el mismo tipo de pelo que el chaleco. Esto junto a unas muñequeras negras y algunos vendajes en los brazos.


En esta estancia decide llevar el pelo corto y deshacerse del parche, dejando a la vista su ojo. En su rostro es visible la quemadura que ella misma se provocó en algún momento de su vida. Su piel se broncea por factores externos y su cuerpo cambia radicalmente, volviéndose una persona robusta.

Al momento de trabajar, Kynos se equipa de pies a cabeza con varias de sus armas. Obviamente no puede llevar todas, así que elije detenidamente sus opciones. Pero sí existen dos cosas indispensables que lleva sin importar el tipo de cacería: su pechera y su Campana de la Muerte.

KynosNamek
Ropa de Namek
En su estadía en este planeta, es obligada a llevar el mismo conjunto que el resto de los habitantes. Este en particular, pertenece a Persa y se lo regala a la metamorana tras su encuentro.


El traje a simple vista es un poco similar al que poseía Nail, con una bufanda abultada en el cuello, tono hueso; un chaleco negro largo, que le llega hasta las rodillas; camiseta azul y cinto de un café un poco más claro que el que suele llevar. En el tren inferior, un pantalón claro muy holgado, y el calzado clásico de los namekianos: unas botas de cuero puntiagudas. También usa guantes blancos, siendo una referencia a los homólogos del Universo 6.

KynosAlternaTabla
Alterna
En esta versión, Kynos porta un conjunto de cacería que es un homenaje al clásico, pero algunas diferencias claras. Empezando por el chaleco, conserva los colores, pero el largo es muy superior; la tela llega casi a las pantorrillas. Y aunque la parte inferior de este es negra, la funda por dentro es de color uva. Por debajo, hay un recubrimiento de tela elástica en gris, un poco más clara que el lado oscuro del chaleco. A esto lo acompaña una pechera completa, negra y de borde dorado. Hay un cinturón café en el intermedio, bastante amplio para dejar acomodar algunas armas. Los pantalones que están entre una gama de blanco, gris y celeste, bastante holgados; botas que son en esencia idénticas a las originales, con el único cambio que la parte trasera es morada y no café.


Además de la ropa, hay otro detalle importante para resaltar. Pues al inicio, Kynos utiliza un parche que cubre su ojo amarillo, pero al final de los sucesos en su historia, el parche es descartado y en un su lugar acaba teniendo ambos ojos de dos tonos amarillos distintos. El que lleva de nacimiento, sumado el derecho que es un tono más claro.

Otros
KynosCW
En Continental Wikia
La Kynos que va a Continental Wikia luce mucho más salvaje de lo que habitualmente se ve en ella. Lleva un nuevo tipo de chaleco, este continua siendo alargado pero ahora sus colores están invertidos, siendo de un rojizo oscuro por fuera y negro por dentro, continua llevando pelo en el borde solo que ahora también cuenta con una gran capucha rellena con pelaje, adoptando la apariencia de una melena de león.

En su mano derecha cuenta con su característica muñequera negra que ahora fue adornada con mechones de pelo, pero curiosamente en su brazo izquierdo lleva una nueva arma: una ballesta de color rojo con detalles violetas. Sus botas son algo distintas, ya que ahora no poseen detalles en rojo sino que son completamente negras con un aro metálico de bronce apretándolas.

En cuanto a su vestimenta interna, la desnudez del torso solo fue tapado con vendajes, no portando su clásica pechera, y que además dichos vendajes cubren parte del mango de la guadaña. En la parte inferior, lleva una falda negra con harapos grises encima, además de un llamativo cinto color bordo con rombos metálicos de adorno.

KynosPlantilla
En DBF: Multiverse
Lleva consigo el típico chaleco negro con las mangas y cuello adornados con pelo de animal, teniendo debajo una tela morada que cubre medio torso, estando envuelto la otra mitad en vendas, y sin contar con su pechera blindada. Lleva un cinto café oscuro, pantalones grises y botas negras con detalles en rojo tanto en la punta como en el tobillo, con el mismo tipo de pelo que el chaleco en la parte superior; haciendo esto juego con sus muñequeras negras.

Personalidad

Caracterización

Como bien se sabe, Kynos estuvo pensada desde el inicio para ser una criatura salvaje, alguien que no sigue más reglas que las suyas. Y esto se tradujo en una tipa fría, algo sarcástica, pero siempre yendo más hacia un carácter serio y enfocado en lo suyo. En el primer One Shot, se hace notar esto. La versión más preliminar de Kynos ya contaba con la mayoría de bases, aunque a comparación de lo que se convertiría posteriormente, se veía aquí una asesina orgullosa, pero sensata, sin dejarse arrastrar por la ira.

Tocó el turno del segundo escrito dedicado a este personaje, y las cosas cambiaron. Las renovación en la historia junto a este dieron por sentado un nuevo estilo para Kynos: el de una asesina demente con destellos de cordura. Ya no tiene un carácter tan fácil de llevar, sino que alguien que habla con tranquilidad en un diálogo y al siguiente explota, todo lo posible para detonar que está metida en su propio mundo. Y claro, su forma de luchar se había vuelto más exótica para acompañar este punto. Pero como se menciona antes, ha contado con momentos de sensatez, como se ve al momento de hablar con sus padres.

Dando un paso por el fic que vendría después, El Peso de la Vida, aquí se exploraron algunas facetas nuevas de Kynos, intentando no dejar atrás lo establecido anteriormente. Su orgullo como cazadora, un lado un poco más pacífico y aficionado al arte, mostrar más de sus sentimientos, pero también hasta donde podía llegar la crueldad de este personaje. Así que se puede decir que esta es una etapa bastante experimental para sentar la personalidad de Kynos, que terminó por ampliar más sus facetas para complementar su historia clásica.

Llegando al final del camino, se encuentra su segundo OVA. Para este caso, era requerido darle un aire de humanidad al personaje para contar esta historia, que se logró sacando rasgos positivos de todo su recorrido anterior. De esa forma la intención fue crear una Kynos un poco menos monstruosa para la ocasión, que viera con empatía hacia una cantidad reducida de personas, pero sin perder su rol como la asesina peligrosa que es.

Vida de Artesana

Durante el periodo de su infancia, Kynos no difería mucho del resto de niños. Era alegre y curiosa, siendo eso último lo que más sobresalía en ella. Sus pasatiempos de juego y forma de ver el mundo eran tan sencillos como los de cualquier infante; era una niña obediente y bien portada con sus padres, rara vez daba un signo real de problemas. Incluso llegaba a ser algo sobresaliente en su aprendizaje, la pequeña era bastante astuta en todo lo que requería un trabajo de concentración extendida, un detalle que sí era curioso ver en una criatura, pero era posiblemente un esfuerzo por captar la atención de sus padres. Estaba siempre estaba al pendiente de ellos, buscando su cariño y siendo muy aferrada, a veces dando la sensación de no poder ni un poco independiente. También hay que resaltar que tenía una gran imaginación, era muy ocurrente con sus ideas, y eso se reflejaría posteriormente al crear sus preciadas armas.

Hasta aquí no hay realmente nada que pueda levantar sospechas sobre lo que terminaría siendo Kynos, pero no sería sino a mitad de su infancia que aquella inocencia se fuese marchitando muy progresivamente.

El problema inició cuando tuvo que salir al mundo fuera de su hogar, eso se sintió como una bofetada para la jovencita. El maltrato de las personas era algo que la tomó de sorpresa, pues nunca había tenido que pasar por esa situación, y su reacción principal fue pedir ayuda al no saber cómo defenderse. Pero viéndose sola por primera vez, sin nadie que la ayudara, eso despertó un instinto de supervivencia en ella. Al sentirse tan acorralada, la primera idea que tuvo fue la de provocar el suficiente daño para no volver a ser molestada. Y aquí la primera conducta llamativa de Kynos. Una niña relativamente pequeña, quien nunca había sufrido ningún tipo de abuso en su hogar, tuvo como primer método de defensa el herir de gravedad a sus acosadores. Pero no es solo el defenderse, cualquier niño podría reaccionar furioso si lo hartan demasiado, es el hecho de haberlo pensado tan a fondo para crear un arma para ese momento y el hecho de sentirse satisfecha al terminar con el trabajo. Aunque la pequeña Kynos no sabía explicarlo, era una sensación de dominación frente a los demás, esa era la única forma en la que se sentía realmente protegida. Y por ese mismo motivo siguió haciendo armas, para no volver a sentirse vulnerable.

Y continuó haciéndolo mientras llegaba a la adolescencia, aún a pesar de estar prohibido, eso no le interesaba. Ella estaba sumamente decepcionada de la llamada justicia de su gente, de las normas, aún resentía el hecho de que eran esas mismas normas las que habían impedido que alguien la ayudara en su momento; así que en su cabeza, si quebraba una norma, estaba yendo por un buen camino. El crear armas se volvió una obsesión. Era todo para Kynos, una forma de expresar todo el rencor que se iba gestando en ella, de expresar rebeldía; cada una de sus armas iba con un sentimiento en concreto, eran especiales, y a ella la hacía sentir realizada el hecho de ver uno de sus trabajos terminados.

Se aisló mucho del mundo. Tan metida estaba en su trabajo, que empezó a ignorar todo lo que había a su alrededor. La capacidad de concentración que había demostrado en su infancia, llegando a la pubertad se había convertido en algo que la hacía pasar horas, días enteros enfocada en la misma actividad, únicamente repitiéndose pensamiento en su cabeza. Y esos pensamientos que tenía, a causa de la soledad, se iban volviendo cada vez más oscuros, cada vez más cargados de odio. En su mente, creaba escenarios donde utilizaba sus armas, y estas mismas iban progresando con ella; pues eran cada vez menos con la intención de "defenderse" y más con la idea de "matar". Ella tenía la idea radical de que podían atacarla en cualquier momento, y por eso tenía que estar preparada, o en el mejor de los casos, ella tenía que ser quien fuera a matar antes. Toda esta idea sobre supervivencia es el inicio de lo que en el futuro la propia Kynos llamaría "La Cazadora".

Pero Kynos seguía ante todo siendo una persona bastante coherente en su forma de actuar, y astuta, lo suficiente para saber que ella no podía dejar ver ese lado suyo libremente. No era porque le preocupara lo que pensara la sociedad, pero sí sus padres. Recordemos que Kynos siempre buscó arduamente su aprobación, así que no podía arriesgarse a decepcionarlos de alguna manera. Así es que Kynos por fuera seguía comportándose obediente, disciplinada, un poco más fría; ya no se veía tan alegre, sino que se había vuelto una persona mucho más reservada con tal de no dejar escapar ningún impulso suyo, pero en esencia, se mantenía bajo control a sí misma. Y así planeaba llevar una vida relativamente normal.

Pero todo se fue al mismísimo demonio cuando se volvió a sentir débil, incapaz de seguirle el nivel a sus compañeros de trabajo. Fue tanta la frustración, la sensación de vulnerabilidad, era igual a esa primera vez; no pudo lidiar con eso, quería mostrarse fuerte, presumir su gran talento con las armas. Y no le importaron las consecuencias, actuó precipitadamente. Y no solo en ese momento, también después. Lo más lógico para cualquiera hubiera sido pedir perdón, agachar la cabeza y aceptar una segunda oportunidad, pero eso era impensable para Kynos. Ella no iba nunca a admitir que estaba equivocada, porque no lo creía, y porque en el fondo era ególatra, tenía esas ansías de ser superior a los demás. Y por más consciente que fuera dentro de su mente que algo podía acabar muy mal, no podía mantener un perfil bajo; un rasgo de su comportamiento más temperamental que muy pronto iba a explotar.

Nace una Asesina

Estando en un lugar tan peligroso, Kynos se sintió intimidada al inicio, pero ella tenía toda la voluntad de sobrevivir. De nuevo ese instinto suyo de no dejarse pisotear, de ser más fuerte que nadie. Tenía momentos de debilidad, no estaba acostumbrada a vivir así, completamente alejadas de sus padres; eso era lo que más le dolía y lo que la llevaba a arrepentirse por momentos. Pero el resentimiento siempre era más fuerte, el resentimiento a los que la habían tratado mal, a las normas, y a sus propios padres por haberla — desde su punto de vista — abandonado. Y ese era siempre su impulso, la idea de no morir, porque morir iba a ser un signo de debilidad, de que no era lo suficientemente fuerte. Así, en ese ambiente extremo, rodeada del peligro, lejos de la civilización y dándole rienda suelta a todos sus pensamientos más oscuros, es como se va creando "La Cazadora".

Kynos desde su infancia se había sentido, como varias veces se mencionó antes, vulnerable y débil ante el resto. Ella se referiría a eso como "sentirse como una presa", como quien es la mira de los demás. Pero pudo dar vuelta la tortilla y colocarse del otro lado, ya no como la víctima, sino como quien cazaba a sus presas, y de ahí el nombre. Este es un estado en el que Kynos deja salir todo ese lado salvaje, brutal, eso que llamaba un instinto de supervivencia: la idea de asesinar o ser asesinada, y disfrutar de ese proceso. Y rechaza la idea de vivir en civilización, de tener lazos afectivos, lo suyo es un estilo de vida ermitaño y sin escrúpulos, buscando retos constantemente. Vive de eso, de buscar adrenalina y siempre exponerse a situaciones más y más extremas para sentirse con vida.

Se puede decir que esta es la forma más primitiva de su personalidad, un estado en el que se sumerge por completo en su propio mundo de ideas y por más irracional, por más extraño que pueda ser, es muy difícil que algo la llegue a sacar de esa burbuja en la que actúa tan impulsivamente. Y es que el comportamiento de Kynos es muy extraño; en un momento es calmada, hasta desinteresada, y al siguiente explota por completo. Esto es posiblemente un signo de que sí actúa de manera muy instintiva, no parece tener alguna consciencia que la detenga; y eso es sumamente peligroso, hasta para ella. De hecho, es tan irracional esta conducta que llega a tener que llega a provocarle algunas lagunas mentales. Y hay que recordar que Kynos siempre fue una persona de aprendizaje fácil, con buena memoria, así que resulta muy raro que haya llegado a tener pequeños episodios de olvido, todos relacionados a esta parte de su personalidad. Pues casi hace parecer como si estuviera siendo poseída por algún tipo de entidad.

Todos estos son detalles llamativos, sí, pero lo que más extraña, lo más inquieta en cierto modo, es el hecho de que Kynos tiene sus momentos de lucidez. Y momentos que no son cortos, sino que bien podría pasar años en un estado de cordura bastante pleno, en el que puede ser una persona incluso útil para la sociedad. Y eso es algo que no es tan común de ver en asesinos seriales, porque una vez que se comienza a cometer estos actos es adictivo, y difícil de poner un freno por completo. Pero hay motivos de peso por los que Kynos podría dejar de lado todo eso. Temporalmente, eso sí. Siempre estará el riesgo, por no decir la certeza, de que en algún momento por uno u otro motivo, va a perder el control y regresar a ese circuito de peligro. Y eso se evidencia, por ejemplo, en la mayoría de los cierres de su historia.

Hay momentos en la vida donde es imposible evitar mirar atrás, pensando que todo inició por un solo error. ¿Cuál fue ese error? Creo que sé bien cuál fue... Si pudiera regresar atrás, quizás lo haría de otra forma. O quizás no, porque quizás este es el verdadero delirio, el de creer que hay algo más allá en mi destino que la muerte.
Kynos, debatiéndose sobre su verdadera personalidad.

Cazadora y Artesana

En Guerra a la Muerta, se ve a una Kynos diferente, que es muy parecida a La Cazadora clásica, pero hay una diferencia bastante importante que se puede ver comparando el final que tiene esta Kynos a la de la línea original. Esta es una Kynos que viene de un periodo relativamente largo de paz mental, de mantener su mente ocupada en cosas que no son estar matando constantemente. Y eso da paso a la reflexión, a nuevas ideas, pero sobre todo, le da el tiempo necesario para aprender a mantener su temperamento bajo un mayor control. Y eso no lo logra sola, sino que es en buena parte gracias a que, igual que antes tenía a sus padres y eso la obligaba a actuar como alguien relativamente decente, ahora tiene a Persa, quien es como una consciencia moral en ella. Y le hace caso la gran mayoría del tiempo, a pesar de lo contradictorio que puede parecer al tratarse de una persona tan orgullosa, con tanto aire de grandeza. Pero es que Kynos se aferra mucho a las personas que en verdad aprecia, y quiere preservar eso. Cuando está en un estado plenamente consciente de sus actos, sin perder el control, sin llegar a volverse un animal salvaje, realmente no quiere volver a entrar en ese estado por mucho tiempo, porque sabe que es peligroso, que es un arma de doble filo; que ella podría morir a manos de su propia impulsividad y sobre todo, matar a las pocas personas a las que no quiere hacer daño.

Aún así, ella todavía tiene deseos de matar, de verse superior en ese sentido. Tiene sus momentos en donde parece que va a dejarse llevar, ir más allá y cometer actos que atentan incluso contra su propia seguridad, todo por sus ideas abstractas; pero no lo hace. Entonces... tenemos a una Kynos que sigue amando la carnicería, con una actitud tan prepotente como siempre, pero que logra controlarse lo suficiente como para no lastimar aquello que le importa. E incluso defenderlo. Eso significa que ha dejado de ser alguien completamente individualista, con este pensamiento de "mueres o sobrevives por tu propia cuenta", si la han ayudado directa o indirectamente, entonces debe devolver el favor para estar a mano y poder seguir con lo suyo. Esa gratitud, que por fuera puede parecer un acto muy desamorado, algo muy formal, es la forma de demostrar que tiene un mínimo de aprecio o respeto hacia todo eso que la hace mantener los pies sobre la tierra.

Kynosicon4

Muy posiblemente es por este cambio de mentalidad y de autocontrol que su destino final no es el mismo que en sus otras historias. Pues aunque sigue manteniendo su ideología principal y la visión que tiene acerca de la muerte, ha buscado otro modo de hacer las cosas, uno que no requiere llegar a puntos de locura extrema. Sino que más bien se puede decir que es un equilibrio entre llevar una vida lo más próspera posible y seguir disfrutando de los riesgos de la misma.

Ideología

No hay que ser tan ingenuo para creer que este mundo tiene alguna predilección por el bien o el mal. Ninguno de esos es real... el mundo, la naturaleza, solo entiende de matar o ser asesinado. Eso es lo único verídico.
Kynos.

Desde antes de aquel día trágico, la metamorana había comenzado a buscarle razones al desprecio que sentía por sus allegados. No era solo el trato que le daban, sino que en él se escondía algo más profundo que la irritaba a niveles increíbles. Luego de darle vueltas y vueltas, supo que tenía relación con las armas. El negar estas y cualquier conflicto físico, la hacía pensar en ellos como un montón de cobardes, y ese pensamiento daría lugar a su nueva forma de vida.

Ella había abrazado la violencia, la vida primitiva y la supervivencia del más fuerte. Era una cazadora innata, capaz de matar sin sentir culpa, de romper cualquier clase de norma si así lo quería, porque no estaba atada a nada; se convenció a si misma que había nacido con un potencial que el resto de su raza era incapaz de ver, porque estaban cegados y no aceptaban nada que fuese contra sus creencias, ni contra su orgullo.

Pensó en eso mucho tiempo, y llegó a la conclusión de que era muy difícil diferenciar a las presas de los cazadores: los cazadores eran como ella, los que dejaban atrás las normas y todo lo pre establecido para sobrevivir en el mundo, y las presas, aquellos que se quedaban metidos en una burbuja, bajo la idea de que el mundo sería un lugar justo por sí solo, negándose a pelear, a matar, débiles de mente. Pero siendo tan caótico como lo era el mundo, hasta el más fuerte podía llegar a ser cazado, y las presas podían rebelarse contra sus atacantes. Aún así, cada raza parecía tener un depredador natural, cuyas características estaban especialmente pensadas para esa labor. Buscar a su enemigo natural se convirtió en su mayor objetivo entonces, sólo de ese modo podría ser capaz de probar sus límites y proclamarse como una cazadora definitiva. Por eso le gusta buscar enemigos que considera interesantes, buenas presas; aquellos con capacidades especiales, incomprendidos, marginados pero con un gran potencial: parecidos a ella misma.

Eso pensó, pero un obstáculo mayor se oponía a su objetivo: la muerte. Tarde o temprano vendría por ella y la acabaría, entonces sería otra presa más, a menos que ella misma la buscase. No quería escapar de ese destino, sino aprovechar la mínima oportunidad para burlarse de él, y negarle el privilegio de quitarle la vida.

Lenguaje Verbal

Kynos ha sido criada bajo ciertos modales, nunca demasiado rigurosos, sólo llegando al respeto. Sin embargo, aprendió desde joven a insultar, por algunas groserías a sus propios padres se les escapaban o por los niños del barrio. Y mientras fue creciendo, se acostumbró a hablar no solo con una infinidad de malas palabras, sino que bajo un tono agresivo y apático, con tal de evocar miedo en otros — cosa que funciona, pues su voz no exactamente aguda, y al forzarla de ese modo, se queda en un timbre más grave y ronco. —

Así que, Kynos suele comunicarse de forma muy brusca y tajante, sin medir bien los términos ni moderar su volumen, llegando a gritar por momentos sin darse cuenta. Siempre dice las cosas como si se emcontrara del peor humor posible, con algo de sarcasmo e ironía, pero más que nada insultos directos. No va a escatimar en desearle la muerte a nadie o decirle a alguien dónde se puede meter las cosas.

A pesar de eso, cuando se trata de tecnicismos o discursos, llega a ser bastante elocuente. Lo que dice siempre tiene cohesión entre sí y no tiende a divagar ni irse por las ramas.

Hay momentos específicos en los que llega a soltar gruñidos como los de animales, incluso gritos más eufóricos. Es algo que se le da de forma inconsciente, especialmente mientras está combatiendo.

Kynosicon2

Lenguaje Corporal

Kynos acompaña sus malos modismos al hablar con una forma un tanto rígida de ser; no es totalmente inexpresiva, pero sí tira mucho hacia lo tenebroso por momentos, con una manera de acercarse a los demás que transmiten sus ganas de asesinar a otro muy fríamente. Su expresión por excelencia es una mueca hacia abajo, con las cejas semi apretadas y los ojos viéndose algo decaídos, una mirada que ciertamente puede ser llamativa, más para mal que para bien.

Ella tiende a ser completamente brusca con todos los objetos a su alrededor—y también las personas—, sin interesarle medir su fuerza. Pero es otra cosa cuando se trata de confeccionar armas, ahí deja ver que puede llegar a ser bastante sutil y precavida con tal de no dañar sus creaciones.

En sus intentos de demostrar otras emociones, puede llegar a verse extraña por la falta de costumbre. Sus sonrisas terminan más en algo desastroso, y sus momentos de furia no son más agradables de ver. Y alguien alguna vez se habrá preguntado si Kynos se puede llegar a sonrojar, y la respuesta a esa pregunta...

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Temores

¿A qué le podría tener miedo la cazadora definitiva, aquella que acepta la muerte y enfrenta al peligro de forma natural? Alguien con signos de psicopatía solo podría temerle a lo más conocido, y que a su vez, poco conoce; algo que le fue arrebatado y negado desde temprana edad: el afecto, el aprecio y la calidez que prestan los más cercanos. Reacia a abrirse con los demás y demostrando poco y nada a los más cercanos, en el fondo le teme a aquellos sentimientos puros, no los conoce y por ende teme salir más perjudicada que beneficiada, puesto que son un arma de doble filo. Así como te llenan de felicidad al rodearte, también te llenan de depresión y tristeza al abandonarte; sin contar que es un punto débil a ser explotado por tus enemigos, por aquellos que desean quitarte lo poco que te hace feliz.

En contradicción a lo primero, la fama de Kynos como una brutal y despiadada asesina es bien conocida al menos en el cuadrante de la galaxia que ella frecuenta; esta no es fama de la buena, más bien infamia y respeto del bajo mundo. Algo como eso es bien preciado para que no se metan contigo, o mínimamente para que se lo piensen dos veces antes de hacerlo. Si bien es un temor leve, el dejar de ser temida no es algo que le agrade mucho a la metamorana, en especial luego de costarle años ir formando aquella reputación que la precede. A su vez, esto tiene una contra, ya que en el caso de no ser respetada pasaría a ser un objetivo señalado por más cazarrecompensas y por todos los que salieron humillados al enfrentarse a ella.

Preferencias

Tratándose de una mujer tan amargada, las cosas de las que disfruta son contadas con una mano.

Está claro que ama su oficio, la artesanía y herrería, disfruta imaginando armamento y llevándolo a la práctica, y podría pasar horas metida en ello sin darse cuenta. Le gustan los lugares pequeños y silenciosos, es a lo que estuvo acostumbrada desde su infancia y que aún hoy en día le provoca una sensación de protección. Suele trabajar con mayor eficiencias en estos ambientes. Le fascina la naturaleza, pero de un modo muy particular. Disfruta ver la forma de operar de muchos carnívoros cazadores y a las presas defenderse, ese ciclo de supervivencia le parece muy atractivo y a menudo termina copiando conductas de esos rituales. Ama las nueces y cualquier tipo de fruto seco, siendo su comida favorita desde muy pequeña y una que siempre trata de conseguir a donde quiera que va. Llega a tener períodos donde es lo único que come.

Fuera de eso, realmente es una persona que detesta casi todo o le da demasiado igual como para formarse una opinión.

Visión del Arte

Siendo criada por sus padres como artesanos herreros de oficio, era inevitable que Kynos terminara adquiriendo un gusto particular hacia el arte manual. Las esculturas, el tallado, la construcción, fueron siempre actividades del especial agrado de Kynos por su naturaleza; el tener que concentrarse por completo por largos periodos se tiempo, sin pensar en nada más, solo viendo un proceso lento pero efectivo, que al final terminaría en algo impresionante.

Ella disfruta del proceso de creación también, como cuando idea sus armas. Tener que visualizar un objeto funcional, con todas sus partes y recolectarlas es un trabajo complicado pero a la vez muy entretenido.

Pero, más allá de lo que podría ser un pasatiempo, tiene otras razones para llevar a cabo su tradición de fabricar armas. Y es que para Kynos, esta forma de arte, las armas, los objetos, son una manera de mantener un recuerdo vivo, un recordatorio constante de sus victorias y enemigos pasados, pero también un recuerdo de sus padres y su forma de decir que a pesar de todo, nunca se olvidó de lo que le enseñaron.

Relaciones

A este punto, es muy fácil adivinar que Kynos no es alguien precisamente sociable, y con mucha suerte ha llegado a tener algunas relaciones importantes a lo largo de su vida, y hasta estas resultan ser un poco peculiares, plagadas de emociones y sentimientos difusos, que se pueden tornar oscuros de un momento a otro.

KynosRelacionesPadres Padres

Sus padres han sido las personas más cercanas en su vida, y a las únicas que les ha mantenido un aprecio tan grande para no lastimarlos aún en su peor estado mental. Sabe bien que el cariño de ellos es recíproco, y agradece que la hayan criado como su hija a pesar de toda la presión de la sociedad, tuvo suerte al haber nacido en una familia tan compasiva.

Se frustró cuando sintió que no hicieron nada para defenderla y solo querían ocultar su particularidad, pero cuando lo pensó con calma, se dió cuenta que solo buscaban que ella pudiera tener una vida tranquila, reformándose y usando su talento de forma útil. Ellos fueron los únicos que nunca la habían visto como un monstruo.

A Kynos le gustaba mucho pasar tiempo con su padre, Kirov, tenía muchas cosas en común con él, incluyendo su gusto por la herrería y el tallado. Por otro lado, su madre, Datya, siempre había sido más sobreprotectora, y un poco estricta con tal de que no se lastimara. De todos modos se llevaba bien con ella.

KynosRelacionesKlepsei Klepsei

Se obsesionó con el prisionero luego de haber escuchado su historia. La relacionó con su propia condición y la falta de aceptación que había sufrido de su raza, creyendo que era lo mismo para el yardratiano.

Admiró la verdadera naturaleza de Klepsei como un animal que hurtaba, deseando que fuera su presa. La obsesión con esto llegó a un punto extremo de considerarlo una especie de presa definitiva y buscarlo hasta el hartazgo.

Sin embargo, es esta la única forma en la que lo ve, como un animal, por lo que no siente ningún tipo de empatía hacia él y mucho menos respeto; es un objeto de su diversión y nada más, a lo sumo llega a sentir algo de comprensión por su pasado, pero nunca deja que el sentimentalismo se interponga a su objetivo de acabarlo.

En Guerra a la Muerte esto cambia bastante al darse los hechos de manera inversa. Klepsei es quien sabe antes de la existencia de Kynos, mientras que ella supo algún período atrás sobre aquel yardratiano de extrañas habilidades, solo que fue perdiendo el interés a medida que el tiempo pasaba.

Kynos ya deja de poseer aquel poder de dominación que se presentaba en las primeras historias, puesto que Klepsei ahora no es un simple prisionero sino que fue capacitado como un soldado gracias a sus "logros" de guerra. Otro punto que refuerza esto son los nulos motivos por convertirlo en su trofeo personal.

El mal genio entre ambos sigue existiendo al tener personalidades casi opuestas, no obstante sienten que uno se encuentra en deuda con el otro, por lo que conviven sin matarse pero sí detestándose lo suficiente (más por parte de Kynos, que de Klepsei).

KynosRelacionesPersa Persa

Al namekiano decidió ignorarlo en un principio, ya que le resultaba molesto su forma de ser tan alegre. Pero se fue suavizando con él luego de las constantes interacciones, saber de su pasado también la hizo empatizar un poco con él y querer ayudarlo de alguna manera. Se encariñó con él al punto de ser como un hermano menor, y Kynos se había vuelto como la única familia del joven, admirándola y teniendo la determinación de seguirla a todas partes.

Cuando Kynos se dió cuenta de que se había dejado llevar demasiado por sus sentimientos y el namekiano insistía también, decidió acabar con eso de raíz. Lo mató para liberarse de esa carga emocional y no verse atada a nada, además de haber sido una forma de liberarlo de la vida solitaria que estaba destinado a llevar. Al menos, se convenció de que había sido lo mejor.

Al igual que sucedió con la relación con Klepsei, en Guerra a la Muerte esta unión también se vio afectada. Kynos decide no matar a Persa al quedarse un tiempo más en Namek, esto provoca que la convivencia entre ellos mejore y termine por considerarlo su amigo. Durante su viaje por Metamor y Yardrat, ella demuestra querer proteger a su pequeño cómplice, quien es la voz de la razón y la moral; evitando de esta forma que la metamorana mate más de lo necesario.


Historia Clásica

La raza metamorana, de todas, quizás una de las más curiosas que hayan pisado el universo. Poseían un don de manifestar habilidades mágicas impresionantes, y era reconocida por buena parte de la galaxia como unos seres cuya sabiduría se encontraba sobre la media. Vivían de la forma más honrada a sus raíces posibles, cultivaban lo que comían, vestían ropa únicamente confeccionada en su planeta, y muy distintiva. No obstante, había una razón por la que no eran considerados una hegemonía, su rechazo a las armas como medio de combate. Era uno de sus mayores credos, y una muestra de cobardía hacia su condición como guerreros de habilidades naturales.

Había dentro de sus creencias muchas profecías o leyendas urbanas, una en especial, que le traería desgracia tanto a su portador como al resto de su raza, convirtiéndose en una deshonra.

Pese a que el rasgo más característico de los metamoranos eran sus habilidades, existían entre ellos algunos ejemplares que carecían de este don, una extraña mutación genética. Y a ellos se los reconocía mediante una marca maldita en el ojo, una heterocromia marcada.

Vivir sin Habilidades

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Dentro del gran monopolio del planeta Metamoran, había una familia de mucho renombre dedica a la indumentaria artesanal. Kirov y Datya, una pareja relativamente joven a la cabeza de este negocio, con mucha vitalidad y cariño a los niños y animales pequeños, aunque no se habían dado el lujo de tener uno propio. Ya era hora de que naciese un heredero.

Meses más tarde, se encontraban rebosantes de alegría; una niña nacería en cualquier momento, y la educarían para seguir sus pasos. ¿Quién iba a saber que sus planes serían frustrados de un momento a otro? Cuando Kynos nació, todo el mundo estremeció ante la maldición que portaba. Sus propios padres, se hallaban horrorizados, rogando por una salvación para su hija. No existía tal cosa, y todos les sugerían tirar la toalla y abandonar a la bebé a su suerte, o acabar con su vida. A pesar de las advertencias, estaban decididos a cuidarla y darle la mejor vida posible, aún si requería aislarla de las miradas del mundo.

Kynos fue una chiquilla curiosa desde el inicio; le interesaba especialmente el trabajo de sus padres, y todo aquello que tuviera que ver con manualidades. Desde infante comenzaron a enseñarle a trabajar con las manos, aunque más como un juego que como trabajo real. Aprendía rápido y mostraba cada vez más interés en el tema, sus padres vieron entonces una esperanza en su futuro, aún si nunca podía desarrollar una habilidad.

La pequeña vivía feliz con sus padres, a pesar de no haber salido nunca de aquella casa, ellos le daban el confort que necesitaba, siempre habían sido comprensivos y amorosos con su hija, sin importarles las absurdas leyendas o rumores que circulaban. Y sobre todo, se esforzaron en prepararla para que pudiera llevar una vida normal, anhelaban su felicidad más que cualquier otra cosa. Kynos pareció entender ese mensaje, al menos lo que un niño pequeño puede entender de eso: que sus padres le deseaban el bien. Su relación llegó a ser muy estrecha en poco tiempo, ella amaba genuinamente a sus progenitores y todo lo que le enseñaban; la pasión que ellos le tenían a su trabajo fue algo que se traspasó a Kynos. Siempre recordaría esos momentos de su infancia en donde se sentaba con Kirov al fuego de chimenea mientras lo veía tallar en madera, y se unía a él.

Ella había pasado sus primeros años de vida sin socializar con otras personas aparte de sus propios padres, pero concordaron en que debían dejarla ver el mundo en algún momento, aún si era solo con un ojo; le hicieron un parche para cubrir su ojo amarillo. A Kynos no le importó realmente, a menudo se quejaba de aquel ojo que le hacía ver cosas raras, pero sus padres no podían entender realmente a qué se refería.

La primogénita se hallaba feliz y emocionada solo con ver aquellas cosas que tan casuales resultarían para cualquier otro de su edad. Las calles, los distintos aromas de la naturaleza, y el sonido de unos niños jugando al aire libre; llamarían su atención, y se les uniría. Todo parecía muy agradable, hasta que su parche se desprendiese por las brusquedad del juego, y aunque a los niños no les importase, los adultos, conscientes de esto, los alejarían inmediatamente; la pequeña Kynos sentiría vergüenza ante las miradas acusadoras y regresaría a su hogar con la cabeza baja.

Aquel incidente quedaría marcado y el trato de los niños hacia ella cambiaría totalmente gracias a la influencia de los mayores. Los infantes pueden ser muy crueles sin darse cuenta, y comenzarían a hostigarla; perseguirla para apedrearla, arrancarle el parche y dejarla en evidencia, o, aquellos que ya tenían desarrolladas sus habilidades, atacarla con estas a modo de mofa. Para los menores de la ciudad, Kynos se había vuelto su saco.

Sus padres, en un intento de cesar la violencia, replicarían ante las autoridades, pero solo recibirían sugerencias de mantener encerrada a la mutante. Kynos se encontraba harta del abuso, y al ver que los adultos no podían resolverlo, decidió tomar sus propias medidas. Poniendo en práctica lo que le habían enseñado; una resortera y cuchillo, ambos de madera, le servirían para su cometido. La próxima vez que la atacaron, desató su ira contra ellos, y más de uno salió de allí con heridas notables; ya en esa edad se comenzaba a notar en ella un temperamento muy bruto y cierta tendencia a la venganza.

La niña, tan feliz, no tomaba consciencia de lo que había hecho. Había ido contra las leyes de su planeta, y eso costó una gran multa a su familia. Se dejaría pasar al tratarse de una infante, pero a partir de ahora, tenía estrictamente prohibido volver a manejar un arma.

Aún con todas las advertencias, Kynos no tenía intenciones de dejar su nueva pasión de lado; ella sabía que en el momento que se dejara de defender, se volvería vulnerable y la acosarían nuevamente, esa experiencia había sido suficiente para hacerle ver que así funcionada el mundo de afuera, y no se iba a dejar intimidar por nadie. Dedicó el resto de su infancia y adolescencia a aprovechar su tiempo para volverse cada vez mejor fabricando herramientas de caza. También pasaba parte de su días ayudando a sus familiares, que al notar su disciplina con el trabajo, la dejaron formar parte del negocio. Esto era en parte para tener una ayuda extra, y porque la actitud de la adolescente se había vuelto más fría y reservada; sus padres pensaron que le vendría bien algo de compañía, y sus compañeros de trabajo no iban a maltratarla.

Pero la falta de violencia física no significaba un buen trato, y Kynos era ciertamente menospreciada por su falta de habilidad. Era tratada como un fantasma o un signo de mala suerte, y muchas veces, dejada atrás gracias a su condición. Lo más difícil era salir a cazar animales, o ir en busca de materiales necesarios para las telas; sin grandes capacidades físicas, le era imposible no quedarse atrás, y su frustración mezclada con odio hacia el trato que estaba recibiendo la hizo estallar, y retornar a sus viejos hábitos.

Un día que tocaba ir por materiales junto a su grupo de labor, apareció con revólver de materiales resistentes, y aunque fue capaz de acabar la tarea fácilmente, eso le costaría su vida. Sus compañeros la intentaron detener, aterrados al ver esa clase de objetos literales por primera vez, y por un error del momento y la euforia, Kynos le dió un disparo a un metamorano; por fortuna, no perdió la vida, pero eso no iba a ahorrarle las consecuencias de sus actos. Fue inmediatamente llevada a las autoridades y juzgada; era la segunda vez que rompía las leyes de ese modo, y esta vez no podía ser perdonada tan fácilmente.

Su condena era el exilio, pero la misma podía ser reducida con una muestra de arrepentimiento sincero de su parte. Sin importar las súplicas de sus padres, Kynos ya no era la misma; durante todos esos años, se había convencido de que el rechazo hacia las armas y el pacifismo excesivo de su raza no tenía sentido, y era pura hipocresía. No se calló esa opinión, y la soltó frente a todos los que ya de por sí la juzgaban.

Condenan el uso de armas para la supervivencia, y dejan que una niña sea brutalmente apaleada todos los días hasta el cansancio. Me tienen harta todos ustedes, manga de hipócritas. No dejan a nadie armarse solo por temor a que se rebelen y toda la linda burbuja en la que viven se caiga a pedazos. ¡Pero todos ustedes y sus malditas reglas se pueden ir y matar!
Discurso de Kynos.

Se la llevaron. Antes de irse, pudo notar la vergüenza y decepción en el rostro de sus padres, el cómo murmuraban que habían hecho lo mejor que pudieron; y aunque en el fondo tenían fé de que su hija pudiera sobrevivir gracias a todo lo que le habían enseñado, Kynos no lo interpretó así en el momento. Su corazón terminó entonces de romperse, ante sus ojos, no habían hecho nada para defenderla. Habían decidido quedarse del lado opuesto, y ahora estaban tan en su contra como el resto de los suyos.

Una enorme muralla dividía la civilización de lo salvaje, y allí fue desterrada, y las puertas del mundo que conocía se cerraron ante su ojo. Sin pensarlo, se deshizo de su venda, ya no tenía por qué esconderse, y se abrió entonces paso al nuevo mundo que sería el hogar que nunca tuvo.

Lo Salvaje

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Dentro de la inmensidad del mundo primitivo, las cosas se tornaron complicadas para la escuálida muchacha; sin fuerza física ni alguna capacidad que le diese ventaja, su único beneficio en ese entorno era poder utilizar con libertad las armas, y los materiales no se conseguían fácilmente; antes de confeccionar algo, debía procurar no morir de hambre.

Al principio sobrevivía únicamente robando materiales y recursos pequeños. Conservaba aún la pistola con la que la habían exiliado, y eso le servía para defenderse de los animales más peligrosos. Con el paso del tiempo, se vió obligada a sobrevivir a las condiciones de frío y calor extremos; la adaptación de su cuerpo casi le habría costado la vida en muchas ocasiones, pero durante su estadía en aquel entorno, habría ganado resistencia en su cuerpo, y unas defensas más altas que la media. Aún así, no todo eran buenas noticias, pues uno de sus brazos había quedado con una lesión permanente, el cuál se cubría con vendajes y una muñequera para manejarse mejor.

Desde que había dejado su ojo derecho al descubierto, no solo se formó en su rostro una capa de piel más sensible, sino que también se volvió a percatar de una visión extraña que de pequeña le causaba tantos problemas. Al principio pensó que solamente poseía una visibilidad opaca en ese iris, pero luego de mantenerse atenta a esta por largo tiempo, notó que reaccionaba de forma curiosa ante los ruidos más agudos, como un detector. Al acercarse a sus presas, las pisadas disimuladas, o ante el sonido de su propio corazón latiendo con fuerza, le daba una señal que podría aprovechar bien.

Cuando ya era capaz de movilizarse con más seguridad por la jungla, comenzó a cazar en serio. Aprendió a ser sutil, y usar su ojo maldito a su favor, detectando el momento oportuno. Anteriormente, cuando cazaba en grupo, no había sentido más que frustración, pero ahora que era ella sola con sus armas, frente a las bestias, la sensación se había transformado en algo completamente distinto; la adrenalina, y la necesidad de violencia comenzaban a hervir en su sangre.

Al llegar a ese mundo, se había arrepentido de su decisión por momentos, extrañando su hogar y a sus padres, pero el tiempo convirtió la nostalgia en odio; un odio creciente hacia su raza, y el tiempo en soledad lo afirmó. Había olvidado lo que era vivir en civilización, era salvaje ahora; comía lo que cazaba, vestía sus propias prendas, y no debía ocultarse nunca más. La naturaleza la respetaba y los animales escapaban de ella. Ahora era una cazadora.

En su llegada, aquella experiencia había sido dura, le había provocado una tormenta de emociones potentes que nuca pensó llegar a sentir; el temor, el peligro, la adrenalina y sensación de sentir la muerte frente a sus ojos eran únicas. Se había acostumbrado demasiado a eso, y cada vez que superaba los obstáculos se sentía plena, pero ese fuego se fue apagando con el pasar de los años. Las bestias ya no le representaban un peligro, así que solo las cazaba para conseguir recursos.

Dedicó entonces un tiempo a pensar en sus razones, mientras se centraba en mejorar su armamento. El odio a los suyos había perdurado hasta ese momento, y tras haber sobrevivido por su cuenta y haberle ganado a la naturaleza, estaba más firme que nunca en su decisión. Observaba a los animales, su forma de vivir; cada uno de ellos, por más grandes o pequeños, tenían un depredador natural, alguien que los amenazaba y los ponía especialmente a prueba. Pensó que ella no iba a encontrar un rival en ese ambiente, pues ninguno de ellos era su némesis, y nunca podría considerarse una verdadera cazadora si no superaba esa prueba y demostraba ser más fuerte.

A menudo observaba en sus armas el reflejo de sus pasadas aventuras; en muchas de ellas casi había perdido la vida, y había visto a grandes monstruos, aparentemente indestructibles desfallecer en segundos.

No importa qué tan fuerte seas, al final la muerte siempre está asechando; y como el más frío y cruel de los cazadores, espera el momento oportuno.
Concluyó, tras darle vueltas a sus recuerdos.


Grito de Guerra

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Existía entre la raza metamor y los yardratianos una ferviente rivalidad; eran estos últimos un clan orgulloso de sus habilidades, y los escasos recursos de su planeta los obligaban a atacar cada tanto y apoderarse de otros. Esta forma de vivir chocaba con la ideología pacifista de los metamoranos, y se veían desde hace tiempo envueltos en una tensión creciente y algunos conflictos casuales.

No era raro para la cazadora ver que algún yardratiano intentando llegar al monopolio, quizás con la intención de pactar alguna tregua, debían estar necesitados de recursos y de tropas. Era algo que la irritaba sobremanera, no le gustaba ver a nadie perturbando la paz de la naturaleza, y no se quedó sin intervenir. Comenzó a raptar a los extranjeros que cruzaban por la jungla, y amontonarlos en una pila de desperdicios. Cuando las desapariciones hubieran sido las suficientes como para mandar una tropa de rescate, y entonces se encontraron con la desagradable escena: los cuerpos de sus compañeros apilados, atravesados por una lanza, junto a una estricta amenaza escrita con sangre, en el borde de la misma.

"Nunca regresen"

De más está decir que esa habría sido la gota que colmó el vaso; los yardratianos se vieron tremendamente enojados con los supuestos pacifistas. Por un momento, pero pensó en respetar su ideología, al tener ambos cierto prestigio, y trabajar juntos, ahora solo tenían algo en su cabeza: hacerlos y quedarse con su planeta.

Así dió comienzo la guerra; los yardratianos comenzaron a atacar sin descanso. Los metamoranos al principio pensaron que los ataques cesarían si pedían disculpas, pero era inútil; se veían acorralados, y lejos de ponerse de acuerdo, se formó una enorme discusión interna entre aquellos que votaban por sacar las armas y luchar, y los que pretendían mantenerse al margen y buscar una opción que no requiera responder a los bombardeos. Como era de poder, este primer grupo se espera, hartos de las normas tan estrictas, y la toma de poder causó destrozos en la gran ciudad.

Los terremotos provocados por las explosiones y ruidos ensordecedores alcanzaron a lo salvaje. Las criaturas estaban desesperadas, y Kynos debía lidiar con todo el alborotamiento. Por suerte, el muro había resultado dañado en una de esas explosiones, y no solo las bestias traspasaron las ciudad, en busca de comida sin importar de qué bando fuesen, sino que la cazadora se pudo escabullir y robar una de las naves de comercio. No tenía intenciones de quedarse mientras la guerra seguía su curso, prefería explorar otros planetas e ir en busca de un rival digno.

Aunque Kynos no se había subido a una nave en su vida, su labor como fabricante de objetos metálicos y con ciertos mecanismos de razonable complejidad, hicieron que pudiera al menos llegar a captar las funciones más básicas, y despegar sin un rumbo.

Ciertamente, la paciencia era una virtud que la metamorana no poseía; al verse varada en el espacio por un rato, comenzó a desesperarse al no encontrar ningún tipo de instrucciones. Como resultado, en un arrebato terminó por desquitarse con el mando de control, dañando el sistema de la nave y poniendo en riesgo su propia vida.

Un Nuevo Horizonte

GuadañaHistoria4

Por una vez, debía dar gracias a la gran paranoia de su raza, pues el delicado sistema de seguridad de la máquina había evitado que sufriese grandes lesiones con su brutal aterrizaje.

Al salir, no obtuvo la bienvenida caótica que esperaba; todos los habitantes de la zona se encontraban ocultos por temor. Kynos les echó un vistazo, y al lugar: "precario" era la palabra que mejor lo definía. Al juzgar por eso, no le sorprendió que estuvieran tan atemorizados, seguramente eran marginados como ella lo había sido.

En otro momento, se hubiera detenido para ofrecer algún tipo de ayuda, pero su empatía a ese punto se veía nublada por sus objetivos personales y lo radical de su pensamiento. Acercándose a la multitud camuflada con un arma en mano, preguntaría por alguien con conocimientos suficientes para reparar su nave; ante la falta de respuesta, dispararía a los pies de alguien aleatorio, solo entonces un mecánico se ofrecería. Con descaro lo llevó hasta el objeto robado, clavándole la mirada mientras esperaba que hiciera su trabajo.

Se quedó paralizada ahí dos días enteros. Los pueblerinos se hallaban estupefactos ante la resistencia de la desconocida, y con miedo de pasar cerca, pero mientras no se entrometieran, era inofensiva.

Ese mismo día llegaron unos guerreros uniformados, según sus palabras, para cobrarles la renta semanal a esas tristes sanguijuelas. Rápidamente se fijaron en Kynos, amenazándola. Mala idea, pues la cazadora no se encontraba de humor; la reparación de su nave se tardaba demasiado y el hartazgo se le notaba. Como era de esperarse, se desquitó con los soldados, quitándoles rápidamente la vida con una cuchilla clavada en los cuellos de ambos.

Los aldeanos, que sufrían del abuso de poder por parte de su monarca, vieron en ella y su fuerza una oportunidad de libertad; aún si era arriesgado solamente preguntarlo, tuvieron el valor de acercarse para comentarle su situación, y rogarle por ayuda. Kynos no dijo una palabra, y cuando terminaron su relato, se limitó a preguntarle al mecánico que si cumplía con la petición, conseguiría materiales para reparar más rápido su nave, además de exigir que le enseñase a utilizarla.

Hacer lo que me piden será completamente inútil; no es de ayuda para mí, y mucho menos para una raza tan débil que no es capaz de luchar sus propias batallas. Al final terminarán desapareciendo de todos modos si dependen de alguien más. Así que solo de ese modo sería un trato justo para mí.
Kynos.

Tras aquella exposición de su ideología, no volvió a hablar hasta que aceptaron sus condiciones. Y sin más, fue a cazar al rey tras pedir indicaciones.

Esta vez se daría el lujo de jugar un rato con su oponente, tomando más en serio su papel de cazadora y actuando de forma más exageradamente sádica que lo usual. Tras llegar de imprevisto y apuntar al sujeto con un arma, le daría una ventaja de 5 minutos. Tras el lapso, disfrutaría su desesperante huida e intentos por esconderse, asustándolo antes de finalmente raptarlo.

Tu cara es simplemente repulsiva, pero, ¡Hey! No te preocupes, hoy es tu día de suerte, te haré una reconstrucción facial totalmente gratis.
Diría, con un tono bizarramente alegre, hecho a propósito con tal de espantarlo.

Al completar su misión, le arrancaría al gobernante uno de los cuernos que en la cabeza llevaba, reclamándolo como premio y muestra de haber cumplido el trato. Aquella acción se volvería un ritual a la larga.

Con su vehículo ya en perfecto estado y sabiendo manejarlo, se dispuso a ir en busca de más aventuras, pero las mismas llegaron sin necesidad de ir por ellas. Las noticias de aquel planeta y lo que sucedió, la hicieron reconocida bajo un pseudónimo de cazadora, estando en anonimato sus datos más personales; únicamente existían rumores, que se esparcían más rápido de lo que hubiera pensado.

En los planetas a los que viajaba, casi siempre se terminaban percatando de su estadía, y pidiéndole un favor a cambio de materiales o algo de su interés, a veces llegaba a hacerlo solo por el morbo de enfrentarse a un desafío. Rápidamente había sido catalogada como una caza-recompensas, y a veces, malinterpretada como una clase de heroína; y el tomar algo de su oponente, su rasgo característico.

Su trabajo más productivo habría sido con los tsufur, una raza con gran conocimiento en tecnología pero sumamente débiles. A cambio de volverse su "guardaespaldas personal" por una pequeña temporada, le revelaron gran parte de su investigación en este sector, especialmente en armas de fuego.

Rondaba en boca de todos un rumor, una historia acerca de un yardratiano, y el experimento que con este se había hecho. Se decía que lo estaba torturarlo con tal de alterar su conducta, y obligarlo a dejar de una peligrosa habilidad suya. Se sabía también que las fuerzas yardratianas se hacían más escasos, y en cualquier momento se verían obligados a llevar a cabo los presos al combate; se comenzó a especular la aparición de aquel inusual fenómeno.

Sabía la cazadora que los rumores solo eran eso, pero no podía quitárselo de la cabeza; ¿Será que al fin había encontrado el rival que tanto anhelaba? ¿Era ese un llamado para que regrese a su planeta natal? Los pensamientos la carcomían, entonces decidió despejar su cabeza de la única forma que sabía hacerlo. Había terminado ya con las renovaciones en su revólver, pero la necesidad de crear algo nuevo era un instinto demasiado grande para reprimirlo.

Marchó a trabajar en un planeta pacífico, donde solo había criaturas salvajes, sin civilizaciones avanzadas; aquel era su habitad predilecto. Había llegado el momento se poner a prueba todos aquellos materiales que de sus presas arrancó; fundió todos los dientes, garras y cuernos para formar el filo más letal que pudo, no necesito ser muy resistente, solo perfecto para cortar carne. El cuerpo del arma lo construyó con otros restos, piel, y algunos huesos, sería lo suficientemente estable. Y el detalle principal, una esfera que yacía en el centro; alguna vez había sido parte de la misma naturaleza, pero colocando objetos huecos dentro, se había convertido en una campana. Aquella no era un mero adorno, sino que simbolizaba la forma en la que Kynos era capaz de sentir el mundo, a través del sonido, de las sensaciones que dejaba fluir; se convertiría para ella en la melodía de la muerte.

El Peso de la Vida

Kynos emprendió una nueva búsqueda, decidida a encontrar a ese personaje del que hablaban. Pero había un percance, y es que la cazadora se había formado de una reputación que a nadie le gustaría tener, y algunas organizaciones querían deshacerse de ella o solo obtener su cabeza, por la que pagarían una buena suma. Entonces, en medio de uno de sus parates en un planeta pequeño, fue emboscada por tres caza recompensas: un espadachín, un hombre con un lanzallamas y un mago.

Al principio, parecía que Kynos podía con ellos, y lograba acertarles golpes. Pero no contaba conque uno de ellos practicaba artes negras y usaría su poder para paralizarla. Los otros dos aprovecharon el momento para atacarla con todo, haciéndole heridas profundas en todo el cuerpo. La metamorana resistió y luego de forcejear mucho, se pudo liberar. Aún así, estaba muy débil para seguirles el ritmo, y por mucho que se defendiera, acababa en el suelo. En un movimiento desesperado, lanzó una granada explosiva a sus rivales, y esta se le fue devuelta antes de estallar, explotando sobre su cara.

Escuchó risas mientras se retorcía del dolor, era la primera vez que era humillada de ese modo. Soltó una y mil maldiciones, y sabiendo que no podía ganar el combate, no le quedó otra alternativa que intentar escapar. Lanzó una granada, esta vez contra un muro. Esta liberó un gas lo suficientemente fuerte para distraerlos un rato, y pudo aprovechar la humadera para huir.

Se apresuró en llegar a su nave y salir cuanto antes de allí. No se había dado cuenta en ese momento, pero en su desesperación había dejado su Campana de Caza en el campo de batalla. Era la primera vez que había sido humillada de ese modo, nunca olvidaría, ni tampoco iba a perdonar a sus cazadores.

Había aterrizado en Namek sin saberlo, y tras arrastrarse un poco por el lugar, perdió la consciencia. Cuando despertó, estaba en una casa, con las heridas curadas casi por completo; se presentó ante ella un namekiano joven, Persa. Él la había estado cuidando todo ese tiempo, y debía llevarla con el Gran Patriarca para que supiera la situación y pudieran ayudarla. No obstante, y pese a que esta raza tan desconectada del mundo no debería saber nada de su reputación criminal, este no pareció tan confiado de la forastera, y le dijo que tendría que trabajar para pagar los recursos que había gastado durante su estancia y los que necesitaba para arreglar su nave.

Es enviada a una casa precaria lejos del resto, que utiliza como taller para comenzar a trabajar de artesana en el planeta. Al principio, estaba completamente enfocada en salir de ahí cuanto antes y cobrar venganza de los tipos que la atacaron, pero con el paso de las semanas fue desviando sus prioridades. Permanecer de ese modo le había dado nostalgia, la había devuelvo a los días de su infancia donde veía a su padre trabajar y era feliz aprendiendo de él. Kynos parecía ir dejando su ira de lado progresivamente para dar paso a una persona más tranquila. Podría ser esa la oportunidad de llevar la vida pacífica que en el fondo aún deseaba.

A pesar de que en un principio lo había ignorado y tratado mal, llegó a empatizar con Persa luego de que el Gran Patriarca le contara que este había sido abandonado por su padre al nacer, y llevado una vida solitaria. Kynos decidió darle una oportunidad y hacerlo su discípulo, enseñándole lo que sabía sobre herrería. Se hicieron amigos de confianza, y el joven pasaba cada vez más tiempo con Kynos en el taller.

En una ocasión, él le preguntó sobre su pasado, y Kynos al recordar un momento tétrico de su infancia, cuando acuchilló a un niño como venganza, inconscientemente se hirió la mano en un descuido, traspasándola con una herramienta de trabajo. Ya que los brazos no le respondían a la metamorana, Persa la llevó a su casa para colocarle anestesia y poder sacar el objeto con la precaución necesaria. En eso, Kynos notó que en un cajón se encontraba su antiguo armamento, habiéndose olvidado ya de este. Le echa un vistazo, y se da cuenta que falta lo más importante, su Campana de Caza.

Eso le abrió los ojos y la obligó a recordar lo que le había pasado antes de llegar a Namek. Se dió cuenta que había abandonado su arma y ahora alguno de esos tipos la estaría usando. Envuelta en su propia rabia, procedió a arrancarse el objeto de la mano sin anestesia. Los próximos días se dedicó a reparar su nave, haciéndolo en tiempo récord. Rechazó la oferta del Gran Patriarca de quedarse y llevar una vida tranquila. Kynos simplemente respondió que ella vivía para ver correr la sangre.

Y cuando estaba por irse, Persa la detiene, suplicándole que lo deje ir con ella. El joven que no tenía familia aparte de Kynos, sólo quería acompañarla. Y su insistencia es tal que Kynos se ve obligada a ceder.

Viajaron un tiempo en la nave, hasta llegar a un planeta desolado. Kynos había estado actuando extraña y distante todo el camino; le pidió a su acompañante que se baje y se tardó un poco en ir con él. Cuando lo hizo, le rozó la oreja con un disparo y le ordenó ponerse de rodillas. El namekiano se asustó y comenzó a sollozar, preguntando porqué.

Porque soy una cazarecompensas, una asesina. Debiste quedarte en tu planeta. Pero quizás sea mejor así... no tendrás que sufrir la miseria de una vida solitaria. Consideralo un favor.
Respondió, antes de disparar.

Kynos observó el cuerpo sin vida, jactándose de que había acabado con su problema, había roto su ilusion de felicidad para regresar a la vida que debía llevar. La Cazadora había vuelto a tomar el control, y ahora quería venganza.

Retorno Triunfante

GuadañaHistoria6

La guerra interna entre metamoranos había sido interrumpida por la invasión de las tropas yardratianas; los acorralado con la guardia baja, al punto que se vio obligado a utilizar su bajo la manga: la milenaria técnica de la fusión. Aún así, no sería suficiente poder, y como desventaja, sus operaciones se redujeron a la mitad; no quedaba de otra, a ese punto ya está roto su pacto de paz, por lo que recurrieron a las armas. Irónicamente, había sido tanto tiempo que la gran mayoría ya no poseía conocimiento alguno sobre el uso de las mismas, solo algunos que solían cazar con frecuencia, y no hay suficientes disponibles para derrotar a un ejército. Habían dado pelea mucho tiempo, pero comenzaban a agotarse; necesitaban un milagro.

¡No lloren más, pueblo de Metamor! Aquí está su salvadora, pueden hacer fila para venerarme y besarme los zapatos.
Dijo, disfrutando sobremanera la angustia de su raza.

Ante la llegada de la única persona con conocimiento en combate real, los altos mandos no tuvieron otra que tragarse sus palabras y acceder a la súplica. Planeaban darle un cargo como líder de las tropas, si accedía a brindarles conocimiento básico sobre armas de fuego. No obstante, la cazadora estalló en carcajadas.

Llega alguien a salvarles el pellejo y ya se creen que su escuadrón de gusanos tiene algún valor. Todos y cada uno de ustedes deben morir, son las consecuencias de todos sus errores. Pero soy tan generosa que mataré a la plaga yardratiana gratuitamente, con la condición de que nadie se meta en mi camino, si alguien lo hace, no me fijaré a qué bando pertenece.
Kynos.

Tras dejar en claro las cosas, tenía un último asunto pendiente antes de meter en el campo de batalla. A pesar de todo el tiempo transcurrido, recordaba la casa donde se había criado, y tocó la puerta. La pareja que ahí vivía tardó unos momentos en reconocerla, hasta fijarse en su ojo; estaban en shock, e inmediatamente le pidieron perdón a la joven por no haberla protegido. Pero Kynos ya no quería escuchar nada al respecto, y solo les entregó las llaves de su nave, junto a unos planos del sistema y, tras decir su ubicación, se despidió.

Escapen ahora, antes de que la guerra alcance esta zona del planeta. No vayan a creer que les tengo aprecio; me criaron y mantuvieron viva, así que estoy pagando mi deuda, no crean que soy una desagradecida.
Pese a la frialdad de sus palabras, un dolor que creía extinto se asomó por su pecho al observar el rostro de sus padres por última vez, mientras partía.

Period


A partir de este punto, inicia la primera historia del yadratiano y la cazadora.

Así fue, y como era de esperarse, Kynos fue una de las líderes de armada y quién más sangre contraria había derramado. Sin embargo, los yardratianos no eran fáciles, sus habilidades resultaban un inconveniente, pero podían hacerle frente con las armas. Tras unas semanas de combate, los dos grupos estaban fatigados, y como iban las cosas, cualquiera podría ganar, pero las posibilidades cedían un poco más al lado de los metamoranos.

La guerrera se enfocó en encontrar el lugar donde se escondían los líderes de Yardrat, y así acabar rápidamente la guerra. Para eso, había llevado de rehén a uno de sus soldados para interrogarlo. No obstante, otro yardratiano entró a escena para confrontarla. Klepsei no significaba un peligro, era un soldado sin habilidades ni estilo de lucha.

En ese momento llegó un aliado a informarle que Metamoran había sido destruido, seguramente por el imperio de Freezer tras enterarse de la situación, lo que hizo estallar a carcajadas al púrpura. Esto encendió el enfado de la metamorana, que posteriormente persiguió a su enemigo en dirección al norte. Dándose cuenta que su plan era debilitarla con el frío, lo detuvo con una cuchilla. Esto le había servido para darse cuenta que los refugiados se esconderían donde no esperasen que fueran los enemigos, es decir, al norte. Con el dilema resuelto, se dispuso a acabar con Klepsei, pero este último la sorprendió con su habilidad especial, quitándole la pistola y disparándole repetidas veces antes de caer inconsciente.

Kynos sobrevivió, aunque sus piernas y algún punto vital se había visto afectado. Intentó regresar, pero a medio camino perdió la capacidad de caminar, por lo que se recostó en el tronco de un árbol y esperó su muerte.

Yardrat terminó ganando la guerra, y se vió con el derecho de dejar mal vistos a los metamoranos, alterando la historia original de la contienda y dejando a estos últimos como los que comenzaron el pleito.

Campanas de Caza


A partir de este punto, se modifica la primer historia para darle otro enfoque.

GuadañaHistoria7

Con la ayuda de Kynos, el ejército pudo sacar ventaja a sus enemigos, lo que obligó a estos a mandar gran parte de su arsenal al ataque. Era esa una oportunidad de invadir Yardrat y traspasar allí la guerra, por lo que mandaron a sus tropas más fuertes, incluyendo entre ellas a la cazadora.

Tras un tiempo dedicándose a matar soldados, en busca de su legítima presa, Kynos logra hallar a la razón de su retorno al planeta. Lo inmoviliza y secuestra, llevándolo a una cabaña anteriormente abandonada en medio del bosque, pero que la metamorana había decidido utilizar como refugio durante la guerra. Lo encerró en una jaula, e interrogó cuando al fin despertó; tras confirmar que esta vez había ido por el yardratiano correcto, le comentó sus intenciones. Iba a cazarlo, y quería que le mostrase su habilidad como una resignación a sus instintos más profundos.

La cazadora se puso en papel, e intentó obligarlo bajo sus propios métodos. Klepsei escapó, y dió lugar a su última gran cacería. Lo persiguió incesantemente, disfrutando cada momento de la experiencia; trató de despertar en su rival la reacción que buscaba, y pudo lograrlo cuando este se encontraba moribundo. En su lecho de muerte, el ex-ladrón le robaría una de sus pistolas, destrozando sus piernas a balazos. La usó una segunda vez, con desesperación, e intentó atacar a Kynos con su propia guadaña, pero esta pudo arrebatarla fácilmente.

Cuando intentó darle el golpe final, con su arma ya cubierta con la sangre de sus compañeros de guerra, se encontró conque el yardratiano había encontrado la muerte sin ayuda. Eso era todo, Kynos ya no era capaz de caminar, y antes de ser atrapada por las tropas yardratianas, prefirió quitarse ella misma la vida. Blandió una cuchilla contra su cuello, y logró así su meta de vencer al cruel destino de la muerte.

Lastimosamente para su raza, habían perdido a su guerrero más valioso, y aunque la cantidad de soldados enemigos había disminuido considerablemente, no fueron capaces de ganar. Yardrat se llevó la victoria, pero no el planeta; el Imperio, en ese entonces dirigido por Cold, se encargó de aniquilar lo que creía era el foco de la guerra, sin saber que la misma se había movilizado.

Guerra a la Muerte

Esta historia remonta a ese momento tan importante en el planeta Namek: la partida de Kynos tras recordar su propósito. Y de igual forma, Persa intenta entre súplicas pedirle que no lo deje, quiere ir con ella porque según sus propias palabras, es su única familia. Esa frase a Kynos la remonta a su infancia, a los tiempos donde vivía en el confort de sus padres; no puede evitar que eso la afecte, y tampoco puede ignorar el hecho de que al pequeño namekiano le había agarrado un cariño especial en ese lapso.

Ella decide quedarse. Por ese momento, logra actuar como una persona lógica y pensar en lo que sería de más provecho, para ella y para su amigo. Así inicia una racha de relativa buena conducta para la mujer, años en los que se dedica a ayudar a los namekianos con sus construcciones, consiguiendo comida del exterior, entre otras cosas. Está siendo alguien de provecho para esa sociedad, e incluso el patriarca le pide personalmente realizar una maqueta en madera del nuevo dragón para las esferas.

Ella también entrena a Persa. No tanto en el ámbito físico, pues jamás había sido una maestra de la lucha, sino en lo mental. Siempre es estricta con él, siempre le exige la perfección en cada trabajo que le pide, y cuando falla, lo obliga a iniciar de cero. Y Persa—a regañadientes a veces— cumple con su criterio. Se llevan bien, en ocasiones son un poco duros el uno con el otro, pero Persa no le tiene ningún tipo de temor a la metamorana.

Los dos tienen un viaje por materiales, algo usual en su día a día. Pero esta vez llegan a la selva de Metamor, porque Kynos tenía ganas de volver a probar las nueces de su planeta natal. Persa sabe que hay algo más escondido ahí, sabe que su amiga podría estar sintiéndose nostálgica y la pica un poco con el tema. Kynos se irrita y trata de evadirlo, pero al final, con una curiosa frase, ella refleja el miedo que siente de volver a ver a sus padres. No quiere enterarse de que podría hacerles daño si actúa precipitadamente.

No tienen tiempo para debatir más. Kynos ve a dos soldados yardratianos y se ocultan en unos arbustos. Ella les da una paliza sorpresa y los obliga a hablar. Se entera que la guerra ya había terminado y que en Yardrat estaban presos los sobrevivientes metamoranos, mientras que su planeta era de pertenencia de estos colonizadores ahora. Ya con la información, Kynos los mata. Explora un poco y se da cuenta que todo está destrozado. Las construcciones, los cultivos, y lo más importante para ella: la casa y la herrería de sus padres.

Ese vistazo le provoca malestar. Quiere irse de inmediato y olvidarlo, pero Persa la detiene. Le insiste en ir a rescatar a su familia. Al principio Kynos está en contra, pero cuando el joven le grita que es una cobarde, que le tiene miedo a sus propios padres, eso le duele profundo. Ya no hay forma de que vaya a rechazar esa misión.

Pero Kynos necesita su arma predilecta para el trabajo; van en busca de los cazarecompensas que una vez habían ido por ella. La metamorana los caza uno por uno hasta toparse con quien tiene la Campana de Caza. Se la quita sin mucho problema, y acaba con él más rápido de lo que quisiera, pues Persa la convence de hacerlo rápido y no dejarse llevar.

Llegan a Yardrat más pronto que tarde; Persa es usado como señuelo para pedir información— gracias a su parecido con los yardratianos, un disfraz sencillo fue suficiente—. Quien tenía las llaves de las cárceles era el sargento Klepsei, y él estaba en su oficina, no muy lejos de ahí.

La cazadora va por él. Toca la puerta y apenas el otro abre, se lanza sobre él, lo quiere muerto para que no le cause problemas. Pero Klepsei se defiende lo suficiente bien, y eso es algo que Kynos reconoce a su favor, pero no se va a rendir tan fácil. Insiste hasta que lo acorrala; lo tiene en el piso, con una pistola apuntándole a la cabeza y va a tirar del gatillo.

El namekiano entra en ese momento, llamando a Kynos por su nombre. Klepsei reconoce ese nombre, y suelta el de los padres de esta, indagando si los conoce. Ahí la artesana baja la guardia, y Klepsei aprovecha el momento para moverse bajo su escritorio, donde tiene un botón que expulsa gas somnífero para emergencias como esa. Kynos se había dado cuenta de antemano al ver cómo el sargento se acomodaba su máscara, así que le lanza una anti gas a Persa mientras ella aguanta la respiración para volver a ir por el yardratiano. Lo ataca, intenta pisarlo, pero es escurridizo. Finalmente y luego de resistir un buen rato, Kynos ya no puede soportar el gas y termina inconsciente. Muy pronto su compañero la sigue.

Pero Kynos despierta antes de lo previsto ya que la dosis no era tan fuerte. Toma a Klepsei de imprevisto y lo encierra en una jaula pequeña que encuentra. Después despierta a Persa y planean qué hacer. Kynos quiere matar a Klepsei, y cabe aclarar que a este punto ella no recuerda los rumores acerca del yardratiano ladrón, tampoco sospecha nada en especial sobre él, sólo quiere matarlo por ser demasiado molesto. Persa le dice que podría serles de ayuda en realidad, y Klepsei afirma querer ayudarlos al tener amistad con los metamoranos. Así que no tiene de otra que aguantarse las ganas y bajar su arma por ahora.

Van en un camión que Klepsei tomó prestado, de incógnitos. Una vez en la cárcel Kynos ayuda rompiendo las cadenas de todos los huéspedes. Ahí se encuentra con sus padres, pero los ignora al no encontrar palabras. Cuando terminan con eso, Kynos deja en claro que se marchará, que no tiene motivos para seguir en ese planeta y deja en claro su desinterés por volver a ver a sus progenitores. Al ex ladrón eso lo irrita y como si de un rasgo visible se tratara, también la llama cobarde. Pero Kynos no va a tolerar eso de un don nadie. Lo tira contra los barrotes; ahora sí se va a dar el gusto de matarlo.

Sus padres le piden que no lo haga, porque ese hombre los ha estado cuidando desde que los pusieron presos. Eso es como un golpe para Kynos, y no puede ignorar la petición, no tiene la fuerza para hacer algo así. Solo lo deja y se va en silencio, con las miradas aterradas de todos sobre ella, eso era lo que estaba acostumbrada a recibir y así estaba cómoda.

Realidad Alternativa: Multiverse

KynosMultiversePortada

Digamos que la participación de Kynos dentro de este fic parte de una realidad alternativa, o más bien, parte de un final alternativo a su historia original. Aquí nos situaremos en la partida de Kynos del planeta Namek: Persa le suplicaría a Kynos llevárselo con ella, como sucede en la línea original, pero aquí, en vez de aceptar con malicia la oferta para luego acabar con su vida, Kynos se quedaría pensando más profundamente en su decisión. Ella pensaría en la buena vida que había estado llevando hasta ese momento, y por una vez, se plantería la posibilidad de una felicidad real, sin rebuscar en el bajo mundo del asesinato para sentirse satisfecha. Podía al menos intentarlo...

Y funcionó por un tiempo; a pesar de haber regresado su memoria, podía continuar con su vida tal y como la había estado llevando hasta ese entonces en aquel planeta, construyendo y trabajando para los namekianos. Eso quiere decir que el conflicto entre Metamor y Yardrat se desarrolló sin su presencia, así que su encuentro con Klepsei nunca se dió, ni los hechos posteriores que la involucran.

Sin embargo, en algún punto comenzó a incrementar esa necesidad de cazar, de volver a disfrutar de esa sensación, fue algo paulatino que trató de acallar pero sentía que iba a explotar en cualquier momento; así como una vieja adicción. En ciertos momentos tuvo ese impulso demasiado fuerte, dirigido hacia los mismos hombres verdes. Y mientras aún conservaba su cordura, decidió no dañarlos a ellos, y en su lugar, hacer un corto viaje de algunas semanas para desahogarse, dejar un rastro de sangre y regresar una vez más a su planeta. Eso se volvió un ciclo.

Cuando fue reclutada para el gran torneo, le pareció una oportunidad perfecta de descargar toda su sed de sangre sin contenerse. Quizás si lo hacía de ese modo, acabaría encontrando con una presa adecuada para ella y dejaría de resistirse a sus instintos básicos. Esto también le servía, ya que una vez saciada su hambre no tendría necesidad de volver a las cacerías por un largo tiempo.


Estilo de Combate

La forma que tiene Kynos de luchar es una que se adapta a la perfección a su visión tan distorsionada de la realidad, pues cuando entra en combate, el escenario de batalla se vuelve una auténtica cacería, que debe estar repleta de adrenalina, de intensidad, euforia, y sobre todas las cosas, de muerte.

Kynos realiza su tarea de cazadora aún desde antes del combate en sí mismo, pues se toma su tiempo de vigilar a quien ha marcado como su presa: días, semanas quizás, todo para comprender mejor su rutina, saber qué hace y qué no, y así tener consciencia de cuándo y cómo debe actuar para tenerlo en sus manos.

Una vez el momento llegue, dará unos disparos al aire en indicio de que la batalla ha dado inicio, advirtiendo a su rival que se esconda. Lo rastreará por un rato, satisfaciéndose del miedo de su oponente, esa es posiblemente la parte que más disfruta: perseguir y asustar, la pone en el verdadero papel de una cazadora. Aunque hay veces en las que no tiene la oportunidad de llevar a cabo este ritual y debe pasar de inmediato a su próxima fase, la más brutal.

Cuando la situación lo amerite, se lanzará a la ofensiva. Y aquí es cuando toda la poca lucidez mental que le quedaba es reemplazada por un sadismo ciego, por los deseos de descargar toda su adrenalina sin importarle realmente el daño que vaya a recibir su propio cuerpo. Pero no significa que se vuelva completamente irracional en su estrategia, pues, a pesar de estar en medio de un episodio maníaco, hay en ella el suficiente sentido común como para luchar apropiadamente, para predecir ataques y utilizar la información que ha recaudado antes sobre su presa, pues eso también forma parte de su labor como cazadora y no podría desperdiciarla. Sobre todo, ella es genuinamente buena descifrando a aquellos oponentes que utilizan armas para luchar; siendo una erudita en ese ámbito, puede fácilmente darse cuenta de los pros y contras de casi toda arma.

De encontrarse en un verdadero apuro, deja de sentirse tan cómoda al ver que su rol de dominancia está siendo amenazado. En esos casos es cuando más se deja llevar por sus instintos bajos y bárbaros, luchando de una forma desenfrenada y violenta a más no poder, nublando ahora sí toda su visión de lo que ocurre a su alrededor. Básicamente, se vuelve un animal salvaje, capaz de llegar a puntos como morder o rasguñar para salir de los peores aprietos. Y en el peor de los casos, para proteger su propia vida, escapará incluso a costa de su orgullo.

Al tener a su oponente moribundo y el combate ya ganado, pasará a utilizar su arma característica, la Campana de Caza, para acabar con él de un último golpe. Es un ritual que se repite en todos sus combates, así como tomar una parte del cuerpo de la presa como premio.

Armada

Una Kynos armada es un gran peligro sin importar en qué ambiente o circunstancias se encuentre, en especial si lleva a su confiable guadaña o a sus versátiles pistolas.

La mente de artesana que posee la han llevado a crear herramientas que abarcan cualquier tipo de situación posible: desde granadas, ballestas y, cómo no, sus pistolas para combatir a distancia; hasta látigos, nudilleras y su principal arma de filo para las reyertas cuerpo a cuerpo. Sus sistemas de trampas aluden a su título como cazadora, aunque estas son solo por diversión, ella no necesita recurrir a tales artimañas si quiere volver la situación interesante.

Por otro lado, y no menos importante, la metamorana acudirá sin lugar a duda al uso combinacional de su arsenal para crear el mayor daño posible, y esto solo sucede si el oponente supera sus parámetros pasando de ser una "presa" a ser una "amenaza". Con esto dicho, no está de más decir que si no quieres una lluvia ácida quemando tu rostro o balas de energía agujereando tu cuerpo, será mejor que te veas lo más inofensivo posible ante la pelirroja.

Desarmada

Kynos no posee conocimientos de ningún tipo de arte marcial ni de defensa personal, solo es una bestia criada en la naturaleza salvaje y como tal utilizará uñas y dientes para hacer el mayor daño posible. Es una combatiente al más estilo de pelea callejero, sin reglas, sin árbitros, sin consideraciones.

Su fuerza física la respalda y la experticia en combates pasados es su arma; podrás intentar adivinarla o podrás ir de frente, eso da igual, ya que ella aprovechará su entorno y tu especialidad para usarlos en tu contra. Esta cazadora si tiene la más mínima oportunidad de tirarte tierra a los ojos para luego arrancarte la yugular con los dientes, ten por seguro que lo hará.

Sus pies son ágiles pero su mayor ofensiva son sus puños, los cuales ya poseen una capa protectora llamada callos tanto en la palma como en los nudillos. Su trabajo como artesana, el cargar con armamento pesado y el combatir a como dé lugar, le han proporcionado esta piel engrosada que funciona bien en las luchas sin armas.

En Grupo

Su idea de trabajo en grupo vendría a ser algo como "yo me encargo, y ustedes solo sacan la basura". A Kynos no le gusta pelear junto a nadie, eso va contra todo su código, y no aceptará ponerse como igual junto a otro guerrero, mucho menos querrá compartir ninguna presa con nadie, así que la única forma de obligarla a hacer equipo es que ella tenga el papel principal, que sea la que maneja todo a su gusto personal y más importante, tiene que ser quien se lleve los premios, o dicho de otro modo, nadie más tendrá derecho a poner una mano encima de sus presas. Y de incumplir esa norma, se termina el trato.

Visión del Cazador

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Gracias a la especialidad que posee su ojo izquierdo, le permite sentir las vibraciones del aire cual sensor de movimiento, y esto se traduce en un sistema que va desde palpitaciones marcadas encima de su ojo hasta un ligero dolor con la vista nublada de rojo. ¿Alguna vez jugaste un juego donde la pantalla se empieza a teñir de rojo a medida que vas perdiendo la vida? Eso es muy similar a lo que ocurre con la visión de Kynos, pero en vez de advertir que tienes poca vida, advierte de qué punto vienen las corrientes de movimiento, y qué tan cercanas son. Parece complicado, pero para Kynos, quien ha vivido siempre con esa visión, es de un uso intuitivo y realmente útil al momento de salir de caza, ya que le permite percibir cada movimiento y latido de su víctima.

A pesar de haberle causado problemas en el pasado provenientes del rechazo y ser marcada como maldita, es la habilidad especial de Kynos, que la vuelve una excelente rival. Se podría asemejar a la predicción total de movimiento, ya que todo lo que la rodea es detectado por su visión.

No obstante, también cuenta con debilidades que podrían llegar a alterarla en medio del combate. Un ejemplo claro es el caso de enfrentarse a una multitud de sujetos que utilizan balas y explosivos, su ojo la alertará en todo momento y generará a su vez una jaqueca constante a causa de las palpitaciones que aparecen de forma espontanea. Las corrientes de aire serán menos descifrables y no podrá confiar en ellas, el ruido de las explosiones ocultarán los latidos del corazón, impidiendo a su vez conocer la distancia real de sus presas y dejándola vulnerable a cualquier obvia sorpresa.

Habilidades

  • Fuerza Bruta: En todos sus años de trabajo pesado, Kynos pudo desarrollar una gran fuerza, sobre todo en la parte superior de su cuerpo, teniendo tendones muy resistentes. Ella sería capaz de quebrar huesos utilizando solo las manos, o blandir objetos realmente pesados sin gran dificultad — un ejemplo muy apropiado de esto es su misma Campana de Caza. Y está muy acostumbrada a romper cualquier objeto a la primera presión, por lo que jugar a las pulseadas con ella es realmente una mala idea.
  • Ingenio de Creadora: El oficio de Kynos es el de artesana, y eso ya dice bastante. Siempre ha sido muy talentosa en eso, y sumado a toda la experiencia que ha ido adquiriendo, sabe bien cómo desarrollar su propio armamento; sabe pensar en armas útiles, y llevarlas a la realidad. Podría decirse que es una vieja pasión que nunca termina de morir.
  • Defensas Altas: Por toda la exposición a climas extremos en un entorno salvaje, desarrolló un sistema inmunológico muy potente. Tanto así que durante sus mejores años de vida nada le afectaba, ni resfriados, ni enfermedades provocadas por alergias, y hasta podría llegar a zafarse de los efectos de algún veneno.

Debilidades

  • Bajas Temperaturas: Una debilidad común que es compartida con todos los metamoranos. Se podría decir que es el único tipo de temperatura y ambiente al que no se podría mover con comodidad. Su cuerpo no tardaría en endurecerse al congelarse con suma rapidez, impidiendo el uso de sus articulaciones y muriendo por culpa de la hipotermia. Esta debilidad fue explotada con éxito por Klepsei en Period.
  • Lesión Permanente: En una de sus aventuras por el bosque, Kynos sufrió una lesión en el brazo derecho, razón por la que a veces se lo ve envuelto en vendas. Esto provoca que aquel brazo esté un poco más atrasado que el otro, y no se nota demasiado a menos que esté dentro de un combate, ya que no será la misma intensidad en sus golpes y quizás en un momento dado lo deba dejar descansar por la fatiga muscular.
  • Disciplina Mágica: No es de extrañar que a Kynos se le dé mal lidiar contra enemigos que posean habilidades mágicas, pues ella no posee la capacidad para dominar este ámbito, y nunca aprendió nada sobre su funcionamiento tampoco. Lo único que sabe es que es energía que sale del cuerpo de las personas y poco más; poca o nula idea tiene de qué hacer frente a hechizos o encantamientos.

Equipamiento

Tras cada llegada de Kynos a planetas comerciantes, iniciaría una producción masiva de armamentos, adquiriendo materiales a precios módicos o mediante trueques, así como también utilizar los sustraídos de sus presas. Aunque siempre puede realizar descartes de piezas al intercambiarlas por otras más útiles.

Principal

KynosGuadaña
Campana de la Muerte
La "Campana de la Muerte" es el nombre que recibe la guadaña característica de Kynos, proviniendo del tintineo que hace al dar el remate final a sus víctimas. La misma fue forjada por las garras, colmillos y huesos de sus presas, generando una hoja sumamente filosa y peligrosa. En apariencia, siempre se le notan manchas de sangre, ya que considera que la esencia de la muerte está impregnada en el arma y por esto mismo no la limpia; en unión con el cetro, se encuentra un ojo de color ámbar en juego al iris de su ojo especial, y dentro de este se ubican las campanas que dan el sonido de la muerte.
KynosExileGuns
Exile Guns
Las armas que le fueron otorgadas antes de ser exiliada de la zona segura de su planeta natal fueron mejorando tras cada enfrentamiento. Tras su última misión completada, se la premió al fundir dichas pistolas en un un metal semejante al Katchin, debido a su dureza y resistencia. Ahora su munición consta de ojivas energéticas, y cada pequeña ojiva produce un total de siete disparos de energía pura con un estilo de ráfaga. Poseen un mango desprendible que es también un cuchillo de filo retráctil.
KynosPechera
Pechera
Es un protector negro con tirantes amarillentos creado por la cazadora con la intención de ocultar la zona más vital de su cuerpo. La misma fue mejorando desde usar simple corteza de árbol, a cuero de animales cada vez más duros. Finalmente, su máxima mejora se realizó junto a las Exile Guns, siendo fundido con el metal ultra resistente.

Municiones

KynosEnergyDrive
Energy Drive
Munición encapsulada con la que son equipadas las Exile Guns. El color de energía que emiten es de una tonalidad azulina. Además, cuenta con un medidor de municiones, ya que cada cápsula puede almacenar energía para un total de siete balas, donde se indica si la energía es suficiente para poder disparar.
KynosMortalDrive
Mortal Drive
Un tipo de munición especial hecho a partir de Bamber y su capacidad de expulsar un gas mortal. Cada una posee ocho unidades y al dispararse e impactar contra algo, sueltan un gas venenoso en un radio de varios metros. Son limitadas.
CaosDrive - Kynos
Caos Drive
Otro tipo de munición especial creada luego de que Kynos usara el Drenador en Gond, adquiriendo su rara energía inestable con la que obtendría munición con un nivel altamente destructivo. Debido a su peligrosidad, el cartucho solo puede almacenar cuatro unidades y libera una ráfaga de color carmesí. Así mismo, esto también es peligroso para la metamorana, ya que podría llegar a explotarle debido a su inconsistencia.

Armas

KynosBallesta
Ballesta
Hecha con los antebrazos de Azeirf, es un arma que al colocarse en el brazo, se pueden disparar flechas a larga distancia. Las mismas se hicieron con partes de varios enemigos, como Kaih y el mismo demonio del frío. Tienen la particularidad de estar atadas a una soga muy resistente, que conecta las lanzas con la ballesta y permite usarlo como medio de trasporte.
GranadasKynos
Granada de Ácido Corrosivo
Al comerciar con semillas de Saibaman por otros bienes, se inició una producción en masa tras encontrar la manera de utilizar el ácido ubicado en la cabeza de los Saibaman, como un arma letal. Con este tipo de arma arrojadiza, los guerreros no necesitaron en algunos casos entrar en combate cuerpo a cuerpo. Su utilización es la misma, tras quitar el seguro se lanza lejos, y esta en poco tiempo explota salpicando el peligroso líquido.
GranadasKynos
Granada Explosiva
Otra arma creada a partir de uno de los órganos de Saibaman, este órgano en especial es el que produce la auto-destrucción cuando la criatura se encuentra en peligro. Si se logra extirpar con un método delicado y especial, se podrá utilizar como una granada de gran alcance y poder.
NudillosKynos
Puño de Púas
Unos nudillos con púas en cada uno de los anillos, muy pesados, hechos en base a la armadura natural de Nix en su forma Nidaí. Cada púa mide alrededor de 7cm, así que pueden provocar un gran daño físico.
ShurikenKynos
Shurikens
Esta arma está hecha con los cuernos de Arctic y Kaih, y las hombreras en punta de Purina, fundidas para armar tres estrellas medianas de cuatro puntas cada una; son livianas y sumamente filosas. Se les colocó un imán muy poderoso dentro para que se atraigan entre sí aun a una distancia de varios kilómetros.
Pregunta
Boomerangs
Con la victoria realizada sobre Sadness y Obi, optaría por desmembrarlos y quitarle cada pieza de hueso de sus cuerpos. Estos serían fundidos con el fin de crear un material reforzado, que moldearía para crear unos llamativos boomerangs de aspecto blanquecinos y amarillentos. En condiciones normales, estos juguetes se romperían con facilidad al solo hallarse conformados por huesos humanos; no obstante, se le añadiría la función que cumple el cuerpo de Suteki al absorber energía ajena. Por lo que esta arma además de distraer, al pasar cerca de su objetivo le drenará una cierta cantidad de energía. Una vez retornadas a su usuaria, ella podrá reutilizar lo recolectado para recargar sus pistolas.
KynosLatigo
Látigo Absorbente de Espinas
Se trata de un látigo especial creado en base a la cola de Azeirf, los cuernos de Bara y de Renasci, teniendo los de estos últimos la capacidad de absorber energía. El diseño fue sencillo: afinar la cola del kurodoni y añadirle los fragmentos de cuernos a los alrededores con el fin de que cause daño al atrapar a su víctima, ya que estos inevitablemente lo perforaran y generaran hemorragia. La función especial de los cuernos de Renasci le permitirá drenar un poco de la energía vital para luego pasarla a sus pistolas de la misma forma el Drenador.
Pregunta
Arco Blanco
Usando el exoesqueleto principalmente blanco de Nix, formaría un arco endurecido con pequeños detalles azules, su cuerda de acero tensado le permite a la cazadora disparar una mayor potencia de la nominal. Cada parte, estructura y composición están trabajadas al detalle y calibradas para cumplir su función al cien por ciento.


Una pistola puede hacer mucho ruido para el largo alcance, un arco no.

Pregunta
Flechas Redirigidas
Al igual que sucedería con los boomerangs, Kynos le encontraría utilidad a los cuerpos de Blade, Nasu, Misht y Yudai: sus pieles y huesos. Tomando cada pieza y tallándola para darle el equilibro que una flecha necesita, siendo por descontado la munición del Arco Blanco. Además, ocuparía el metal de Riesig para cubrirlas y blindarlas, puesto que el hueso podría partirse fácilmente.


No contenta del todo, la metamorana le añadiría una modificación mejor, adquiriendo la función del puño cohete del robot, el cual regresa a su usuario tras ser disparado, y lo replicaría para colocarlo en cada una de sus municiones. De esta forma tardaría más en quedarse sin flechas, ya que volverían a su mano si fallaba o simplemente eran destruidas.

Sin olvidar que estas serían guardadas en un carcaj conformado por las pieles de los primeros mencionados. Todo se usa, nada se desperdicia.

Armadura

BotasReforzadas-Kynos by Gond
Botas Reforzadas
Fundiendo el metal extraído de Riesig y Bamber, soldaría y amoldaría un par de botas resistentes, añadiéndole el sistema de propulsión del último robot y combinándolo con la fuerza mediante pistones de Speedy. El resultado daría paso a un buen conjunto que le permite dar saltos kilométricos, además de poder deslizarse al ras del suelo sin tocarlo; todo con el fin de evitar el uso del vuelo y ser detectada mediante los rastreadores.

Objetos de apoyo

Pregunta
Drenador
Tras el encuentro con los majuu, raza a la que pertenece Yakon, se decidió utilizar el saco que poseen para acumular la energía lumínica para crear un objeto capaz de drenar cualquier tipo de energía. El drenador consta de una aguja conectada a un saco de piel majuu, este se inyecta al cuerpo de algún ser vivo y se le absorbe parcialmente su energía. La aguja es suplantada por una cápsula de Energy Drive, y de esa forma se restablece. Según la energía acumulada es la cantidad de munición que brinda.
MuñequeraKynos
Muñequera Especial
Tras vencer a Deneb, le robó uno de sus ojos y lo colocó en su muñequera izquierda para utilizarlo con mayor comodidad. Aprovecha la habilidad del ojo de paralizar a sus enemigos temporalmente y la utiliza en combate.
KynosAmplificador
Amplificador Auditivo
Aprovechando la audición aguda de Gondamek, le quitó la oreja para construirlo un pequeño aparato que lleva en el oído. Con él puede escuchar sonidos a gran distancia y con claridad. La cubierta del aparato está hecha con la antena del mismo sujeto.
KynosMascara
Máscara de Oxígeno/Anti-Gas
Al vencer a Arctic, le arrancó el recubrimiento de la mandíbula para crear una mascarilla sin filtraciones, para evitar que sufra ningún tipo de intoxicación provocada por sustancias en el aire. Suministra oxígeno suficiente para aguantar alrededor de una hora en espacios donde el mismo esté contaminado. También sirve como una suerte de protector dental, ya que es resistente y aguanta varios golpes.
PildoraBlanca - Kynos
Píldora Curativa
Curiosamente, Shio se encuentra hecho en un gran porcentaje de sal, la cual lo ayuda a regenerar heridas a la vez que actúa como su propio sistema inmune al salvaguardarlo de cualquier tipo de enfermedad. La cazadora aprovecharía sus células para fabricar pastillas blanquecinas que cumplan la misma función: restaurando el tejido de las heridas internas y aplacando cualquier tipo de germen que avasalle su sistema.
Pregunta
Modificador de Voz
Gracias a las cuerdas vocales de Zerachin Ally pudo crear una gargantilla que le permite modificar su propia voz, y con el agregado de las conexiones neuronales de Darkhan, llegaría a producir alucinaciones malignas a sus objetivos al liberar un sonido completamente imperceptible directas al cerebro.

Trampas

Pregunta
Holo-Distractor
Rediktum posee en su visión un sello mágico que Kynos pasaría a aprovechar al combinarlo con un dispositivo holográfico. Su función es bastante simple y la estrategia que rodea esta idea es totalmente básica. Dicho aparato es camuflado en la zona de combate, de preferencia algún bosque o lugar rocoso para que pase de manera imperceptible. Cuando el enemigo se acerque, se activará el sello y con su magia formará un enorme dragón dorado, de apariencia semi-transparente con bordes difuminados; si bien no es algo que asuste, la sorpresa que se llevará el oponente le dará unos instantes de ventaja para saber lo que mejor sabe hacer: un ataque sorpresa con su letal guadaña.

Combos

Si algo tienen en común Klepsei y Kynos, es la incapacidad por crear técnicas enérgicas, y si bien el yadratiano puede robar arsenales ajenos, la metamorana no cuenta con esa suerte. Por lo que, para cubrir esa falencia, ha decidido usar su ingenio para combinar las funciones de sus objetos sumado a sus habilidades como cazadora y luchadora cuerpo a cuerpo.

GifKynosDisparosdesdelasSombras
Disparos desde las Sombras
Kynos lanza la granada explosiva creada a partir de los Saibaman, acto seguido le dispara, provocando una cortina de humo para anular la visión del rival. Aprovechando esta ventaja decide, a través de la humareda, disparar a mansalva el resto de sus balas. La técnica se basa en la distracción en vez del ataque directo, siendo utilizada cuando se requiere escapar o crear una trampa.
GifKynosQuemadurasdeAgonía
Quemaduras de la Agonía
Tras lanzar hacia el cielo la granada de ácido corrosivo y dispararle, inicia un diluvio del ya nombrado peligroso líquido, afectando tanto al usuario como al enemigo si no se toma una distancia de precaución del área afectada. Al tratarse de una técnica de doble filo, es necesario encontrarse en una situación extrema, por lo que se debe abstener a utilizarla.
GifKynosTorbellino
Torbellino de la Desesperación
Girando sobre su propio eje, inicia una descarga de balas con sus Exile Guns, al no tener un objetivo fijo solo puede realizar un daño en área. Dicha técnica solo es sumamente efectiva si el usuario se encuentra rodeado por sus enemigos, también es aplicable con un objetivo con excelente agilidad y velocidad.
Cámara de Gas Dispara con la munición del Mortal Drive a los pies del objetivo, expulsando la cápsula un gas venenoso y humo que dificulta aún más la orientación. Kynos se coloca su Máscara Anti-Gas y entra dentro de la humadera, pudiendo guiarse mejor gracias a la visión de su ojo izquierdo. Desde aquí, puede usar diferentes tácticas para aprovechar la situación.


Cámara de Gas: Daños Colaterales
Con su Puño de Púas, comienza a soltar golpes potentes a puntos vitales del enemigo, sin que este pueda defenderse correctamente. Seguirá así hasta lograr que caiga inconsciente o se acabe el efecto del gas.

Cámara de Gas: Sumidero de Energía
Utilizará su Drenador para clavarlo en el cuerpo del enemigo y quitarle toda su energía fácilmente, restableciendo sus Energy Drives.

GifKynosNoParpadees
No Parpadees
Cuando el enemigo esté a punto de darle un golpe, lo más seguro es que este tenga la vista fija en el lugar donde irá dirigido. Kynos aprovecha esta situación para usar una guardia de brazos, dejando a la vista su Muñequera Hipnótica. El adversario perderá la concentración al instante y acabará dejando una oportunidad perfecta para contraatacar.
Encrucijada Kynos lanza dos de sus shuriken al cielo, logrando que obtengan una altura considerable. Posterior, se acerca al enemigo y hay dos opciones: o la lanza con poca potencia, de modo que este la pueda atrapar, o la incrusta en su cuerpo. Para cuando suceda, las dos estrellas que fueron tiradas al aire ya estarían regresando a máxima velocidad, atraídas por el imán de esta tercera estrella más cercana. Kynos se alejará mientras esto sucede, conservando aún la cuarta estrella. Y cuando el enemigo sea atravesado por las dos shuriken, ella soltará la última como un remate, y será atraída por las otras, hacia la víctima.
Bombardero Dinámico Dispara con su ballesta a alguna superficie resistente, dejando una soga que se conecte el arma, como un arpón. Se deslizará por esta y en el camino irá soltando una serie de granadas explosivas, granadas ácidas y disparando algún Mortal Drive, siendo en conjunto una combinación fatal y destructiva para quienes se encuentren en un radio cercano. Esta técnica sirve bien como ataque sorpresa contra un grupo de enemigos.
Presa Fácil Cuando las municiones de sus Exile Guns se acaban, deja ver este hecho para que el enemigo se confíe. Y en el momento que baje un poco la guardia, sacará las cuchillas retráctiles del mango de ambas pistolas y saltará a atacar directamente a la yugular del oponente. Es una táctica que se basa en la sorpresa y solo funciona una vez.
Sin Fuerzas Kynos atrapará a su objetivo con el Látigo Absorbente de Espinas, envolviéndolo y enterrando cada púa existente en la piel de su pobre víctima. Este además de empezar a desangrarse notará cómo su energía es drenada por el arma.


No contenta con esto, arrojará sus Boomerangs que cumplirán la misma función de restarle fuerzas a su rival, además de causarle cortes en su rostro y cabeza gracias a su filo. El remate se ocasionará cuando la cazadora dé un fuerte tirón a su látigo para que retorne a ella, y el cuerpo de su objetivo gire sobre su propio eje, soltando más sangre por cada uno de los agujeros creados por las espinas.

Con sus dos herramientas recargadas por la energía absorbida, Kynos restaurará las municiones de sus pistolas e incluso podrían quedarle reservas para más adelante.

Terror Profundo Combinando el Modificador de Voz y el Holo-Distractor, la metamorana no tardará en crear una ambientación de película. Con pequeñas modificaciones al segundo artefacto, podrá ir diseñando apariciones en el sitio en el que se desarrolla el combate. Sustos y sonidos provenientes de un llamativo cambio en sus cuerdas vocales. Alucinaciones cognitivas y una paranoia sistemática que se impreganará en la mente de su oponente. Solo queda el tramo final para el cierre de este film, el elemento slasher de la mano de la protagonista.
Tintineo Resonante Esta es la técnica final de Kynos, de la forma más literal posible, pues se trata del ritual que repite siempre para acabar a sus enemigos con un último golpe. Tomando su Campana de Caza con una mano, la alza al cielo, y deja caer con furia todo el peso del filo sobre un punto vital de la presa. Al hacerlo, se escuchará el tan característico sonido de unas campanas, indicando que el combate ha terminado.

Curiosidades

  • Las similitudes que tiene con Klepsei son más obvias de lo que cree, ya que este va adquiriendo técnicas de otros y combinándolas a su gusto para formar las propias, mientras que ella usa las partes más interesantes de sus presas para hacerse con el armamento que tan orgullosamente porta.
    • Otro dato es que ninguno puede crear técnicas propias, Klepsei a causa de las desventajas que ocasiona la Cleptomancia y Kynos por su nula capacidad mágica y dominio sobre el ki.
  • Si bien tiene ingenio para crear sus excéntricos aparatos de cacería y sus vestimentas con claras singularidades, no tiene el mismo don para darles nombres. Solo tiene nombramientos especiales para aquellas que usa con regularidad o que le hayan costado un gran trabajo fabricarlas, al resto de herramientas las llama por lo que son.
  • La Visión del Cazador fue la habilidad más modificada de Kynos: iniciando como una retina deformada por una importante quemadura en su cara a causa de una explosión, para luego pasar a una pupila distinta símbolo de una maldición dentro de las creencias de su raza, y finalmente, terminar como la capacidad insignia que le permite ser la reconocida cazadora que es.
  • Siguiendo la línea cronológica de Guerra a la Muerte, Kynos visita de vez en cuando Metamor para utilizar su taller y dejar equipamiento y materiales que no utiliza. No obstante, el lugar está ubicado detrás de la casa de sus padres, por lo que a pesar de que come y duerme entre sus herramientas y manchas de aceite y grasa, se podría decir que no está independizada del todo.
  • Durante su participación en la serie DBF: Multiverse le ocurre algo muy cómico a Kynos, ya que ella había accedido a participar en aquel torneo multiuniversal con el objetivo de calmar su sed de sangre contra sus oponente, no obstante acabaría pasando tanto cuartos de final como la semifinal debido a que sus rivales se hallaban "incapacitados" para realizar su respectivo combate.

Proyecto KPop

KynosKPop

En algún momento, entre algunos miembros de la comunidad surgiría la idea de realizar una banda de k-pop con ciertos personajes femeninos, esto fue debido al boom del momento que había ocasionado el género musical. Pocos habían sido seleccionados para conformar un pequeño grupo de cantantes con coreografías llamativas. Y la primera versión solo estaría conformada por Kimmy, Kurya y Kynos, al poseer las tres la letra "K" por inicial.

En consecuencia, la metamorana recibiría un diseño que se asemejaba a este estilo, tomando de referencia el que poseía Akali de League of Legends en su skin K/DA. Su vestimenta se confecciona de una chaqueta purpura con pelo marrón de animal en los bordes del cuello, siendo tan característico del propio personajes; pantalones camuflado al estilo militar, una camiseta sin mangas básica color gris petroleo, un collar del mismo tono con una hebilla dorada, y finalmente una mascarilla negra con un diseño de dientes en naranja flúor que recuerda a la boca de demonio que aparece en el Torneo de Artes Marciales de la serie original de Dragon Ball. Un detalle no menor, es que aquí el cabello de Kynos es más largo y se encuentra atado por una coleta de color lila.

Enfrentamientos

Oponentes Resultado
Shio
Purina
Arctic (I&S)
Sadness (WW)
Kaih (DBGS)
Victoria
Ganadora a Mejor Villano

Oponente Ronda Resultado
Azeirf Primera Victoria
Gond (WW) Segunda Derrota
Renasci Tercera Victoria
Shio Cuarta Victoria
Bara (DBF) Quinta Victoria
Nix Tercer lugar Victoria
Oponente Ronda Resultado
Sugoki (Bamber) Primera Victoria
Gondamek Segunda Victoria
Kaih (DBGS) Tercera Victoria
Nix Cuarta Derrota
Gond (WW) Quinta Victoria
Ánima (DB:S) Sexta Derrota
Rediktum Séptima Victoria
Rice (WW) Tercer lugar Victoria
Oponente Ronda Resultado
Blade (WW) Primera Empate
Nasu Segunda Victoria
╠ Klepsei ╣ Tercera Derrota
Sugoki (Bamber) Cuarta Victoria
Aerith Quinta Derrota
Nix Sexta Victoria
Misht Séptima Victoria
Oponente Ronda Resultado
Shinfinite Primera Victoria
Makako (WW) Segunda Victoria
Blade (WW) Tercera Victoria
Yudai Cuarta Victoria
Darkhan (WW) Quinta Victoria
Crim (WW) Sexta Derrota
Aerith Séptima Próximamente

Equipo: Klepsei, Shouyu & Rediktum
Oponentes Aliados Ronda Resultado
Suteki
Riesig (DBF)
Azeirf
Hazzel (I&S)
Lance
Quinta
3 vs. 3
Victoria
Deneb
Riesig (DBF)
Arctic (I&S) Octava
2 vs. 2
Victoria
Equipo: Echalotte B. Brief & Noah
Oponentes Ronda Resultado
Zerachin Ally
Darkhan (WW)
Primera
Triple Amenaza
Victoria
Speedy (CW)
Obi Udoji
Tercera
Triple Amenaza
Victoria
Equipo: Gond, Gondamek, Kimmy & Klepsei
Oponente Ronda Resultado
Lucas Carmona Sexta
Batalla Universal
Derrota

Insert Song

Galería

Aspectos

Guerra a la Muerte

Iconos

Misceláneos

Eventos

Referencias

  1. Ganador de Golden Freezer Awards 2019.
  2. Tercer lugar de la 3º Fanon Elite League.
  3. Tercer lugar de la 2º Promotion League One.

Este artículo ha ganado los Golden Freezer Awards








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